Freudo-Marxism

Pergunto: é possível um agenciamento de coletividades que não recorra a um princípio unificador? Para explicar essa pergunta, organizei-a em três estratos, esses agenciamentos de linhas diversas que se entrecruzam como num novelo e sobrepõem-se formando nichos. 2 Para facilitar as coisas podemos denominá-los como estrato Kantiniano, estrato Nietzcheniano e estrato Cínico. No estrato Kantiniano, temos o imperativo categórico como guia das condutas. São dois aspectos conexos: uma grade de valores vinculados a ideia de razão. Orientação das condutas (do indivíduo por si) por meio da vinculação à verdade; só que aqui a ideia de verdade ainda está vinculada a um conceito de razão. Até um tanto tautológico, é direto: fazei o certo pois o certo o é. Agir fora da grade valorativa, do rol de comportamentos, é desrazão. Se fossemos falar como Parmênides, o ser é, e o não ser não é. Na lógica Kantiana, a razão funciona como máxima vincula a ética. O próprio Kant já levanta a questão, comenta Foucault. Como poderíamos pensar por nós mesmos, sair do estado de menoridade? Pela liberdade do uso público da razão e da coragem em exercitá-la. Foucault retoma esse texto na sua primeira aula do curso "Governo dos Vivos" 3 , explorando o ponto da possibilidade do exercício da liberdade quando implicada uma relação de orientação, discipulado, ou enfim esclarecimento, assim como sob quais circunstâncias seria possível o indivíduo alçar a si mesmo fora da menoridade por puro uso da razão, sozinho.

Tristán e Isolda es mucho más que una obra basada en una historia amorosa adulterina. El conflicto entre la moral aristocrático-feudal que une a Tristán con su tío Marke y el amor que une fatalmente al primero con Isolda pertenece sólo a la superficie de su asunto dramático, pues estamos ante un drama musical donde se abre el abismo schopenhaueriano-budista de la redención en la Nada. La idea de Schopenhauer que está detrás de esta obra de Wagner es fácil de enunciar en su radicalidad metafísica: todo deseo, la voluntad de vivir, lleva al sufrimiento, no meramente a un sufrimiento psicológico contingente, sino a un sufrimiento necesariamente dado en el existir, más aun, constituyente del sentido esencial último del Ser. La salvación de ese sufrimiento solo puede estar en la noche de la ausencia total de vida, en el hundimiento absoluto en la inconsciencia. La vida es, con necesidad metafísica inscrita en el fundamento de todo ser, dolor, y la única sabiduría soteriológica posible superadora del dolor, es una negación de la voluntad de vivir que lleve no a la autodestrucción, lo cual sería una manifestación de una voluntad de vivir no negada sino insatisfecha y por ello exacerbada, pero que sí lleve a ver en el cese del vivir, de toda conciencia, la liberación suprema y absoluta. Pero en el Wagner de Tristán e Isolda se da la paradoja de que la conciencia de esta negatividad absoluta del existir que sólo puede ser salvada mediante el anonadamiento se produce no por el despertar de una actitud ascética o estético-contemplativa/, sino que se ocasiona justamente en la exacerbación del amor-pasión. Los amantes, Tristán e Isolda, descubren que sólo encontrarán paz para su deseo en el aniquilamiento de su individualidad precisamente a través del máximo sentir del amor sexual. Su voluntad de anegarse en la noche del Ser no es resultado de una sabiduría metafísica que les haga optar por el ascetismo o por el aquietamiento del deseo en la contemplación estética, sino que justamente la intensificación del deseo es la que les hace descubrir el supremo carácter apetecible de la Nada. El mismo Wagner se dio cuenta de esta paradoja que convertía en Tristán e Isolda al amor en vía de dominación y superación de la voluntad de vivir. Según nos informa Manuel Cabada Castro en su recomendable libro "Querer o no querer vivir. El debate entre Schopenhauer, Feuerbach, Wagner y Nietzsche sobre el sentido de la existencia humana" existe un fragmento de carta de Wagner, probablemente del año 1857 y destinada a Schopenhauer pero no enviada, en la que el Maestro comunica su "intuición" personal de que existe "en la estructura del amor sexual una vía de salvación en relación con el autoconocimiento y la autosuperación de la voluntad". Y en el Diario que Wagner llevó destinado a Mathilde Wessendock se habla de una "corrección" al sistema schopenhaueriano: "Se trata de indicar un camino de salvación, no conocido por ningún filósofo, tampoco por Schopenhauer, hacia el apaciguamiento perfecto de la voluntad por el amor, y no por el amor humano abstracto, sino por el amor que brota realmente del fundamento del amor sexual, es decir, de la abstracción entre hombre y mujer". El autor del libro citado ve en esta "corrección" hecha por Wagner a Schopenhauer un intento de hallar una síntesis entre la postura negacionista del deseo del autor de El mundo como voluntad y representación y la afirmación sensualista del amor mantenida por Feuerbach, autor bajo cuya influencia, como es sabido, estuvo Wagner antes de descubrir a Schopenhauer. Merece la pena que nos detengamos brevemente en la explicación que da Wagner, también en el mencionado Diario, para justificar su idea del amor como vía hacia la superación de la voluntad de vivir. Wagner habla de que en el amor se produciría "una elevación del entendimiento del individuo a órgano de conocimiento de la especie y por tanto de la voluntad misma, como cosa en sí". Es decir, en el amor sexual exacerbado el afecto individual se llegaría a identificar con la voluntad de la especie y de esta manera esta voluntad llegaría a su plena autoconsciencia, lo que equivaldría a su pleno apaciguamiento. Al amar descubriríamos el deseo no como instancia psicológica egoísta, sino como un impulso consustancial a la especie, y este descubrimiento, que significa un autoconocimiento del deseo, llevaría a su apaciguamiento, pues Wagner sigue aquí fiel a la idea de Schopenhauer de que el autoconocimiento del deseo equivale al dominio sobre el mismo. Al conocerse el carácter específico-universal del deseo en el amor se produce inmediatamente una liberación frente a él. Cuando los amantes descubren que su esencia es deseo insaciable llegan a la conclusión de que sólo el hundimiento en la inconsciencia podrá traer paz a su deseo.

Traiter de la liberté « en tant que fardeau et danger » : quel apparent paradoxe pour Erich FROMM, juif allemand ayant fui l’Allemagne nazie en 1934 et qui a trouvé refuge aux États-Unis pour ne plus jamais les quitter ensuite! En réalité, l’auteur a semblé se rendre compte que, si la liberté a pu être anéantie par le totalitarisme en Allemagne -dont il vient, elle peut aussi être pervertie par la démocratie comme aux États-Unis -où il s’est réfugié, comme de nombreux intellectuels de son temps. Il décida alors d’interrompre se travaux en cours pour mener une réflexion sur l’ambivalence de cette liberté qui est proclamée comme un idéal bien vite perverti aussitôt qu’atteint. Dans « la peur de la liberté » publié en 1941 et republié en 2010 cette fois intégralement dans une nouvelle traduction, son regard critique s’attarde donc sur ce constat en s’appuyant sur une conception originale de la psychologie sociale, donnant naissance à un ouvrage jugé comme un des classiques de la théorie critique de l’École de Francfort, et plus particulièrement du freudo-marxisme, bien que FROMM fut ultérieurement assez vite écarté de ces deux courants de pensée.

Resumen

Schopenhauer, pese a la reticencia de Freud en reconocer estos “prestamos inconfesables”, se anticipó a Freud en medio siglo. En Schopenhauer aparece por vez primera una filosofía explícita del inconsciente y del cuerpo. Schopenhauer procede de los “años salvajes de la filosofía”, pese a su  enemistad con el Romanticismo, en el convergen muchas de estas ideas convirtiéndolo, tal vez a su pesar, en un insospechado heredero de un legado del que se convierte en mediador –a través de Nietzsche (y Freud) a importantes corrientes de pensamiento del siglo XX.  Schopenhauer nada contra la corriente de su tiempo: no le anima el placer de la acción, sino el arte del nirvana. Este filósofo de lo irracional, diseña una filosofía de la contemplación, que invita a inhibir la acción o suprimir el deseo-  Su sueño es un mundo transformado en el espejo “desinteresado”de la música.   

Palabras Clave: voluntad, psicoanálisis, inconsciente, represión, eros, mundo.

Dr. Adolfo Vásquez Rocca

Erich Fromm é um dos psicanalistas mais populares do mundo e, ao mesmo tempo, um dos menos considerados nos meios acadêmicos. A sua popularidade pode ser vista em suas inúmeras obras publicadas e reeditas em vários países. A imagem negativa que ele possui nos meios acadêmicos se deve, por um lado, a algumas afirmações e concepções, e, por outro, sua própria popularidade, o que provoca um preconceito acadêmico de uma elite intelectual que quer um distanciamento em relação ao "grande público". Fromm nasceu na Alemanha e foi um dos fundadores do Instituto de Pesquisa Social de Frankfurt, que mais tarde se tornaria conhecida como Escola de Frankfurt, ao lado de Karl Korsch e vários outros pesquisadores, que depois passou a ser identificada com os nomes de Theodor Adorno, Max Horkheimer, Walter Benjamin e Herbert Marcuse. Fromm participou da pesquisa sobre "a personalidade autoritária" que fez a previsão da ascensão do nazismo. As primeiras obras de Fromm são marcadas por um freudismo ortodoxo (DOBRENKOV, 1978) e depois ele se torna um dos principais representantes do que se convencionou chamar "neofreudismo". "revisionismo", "freudo-marxismo", "culturalismo", entre outras expressões. Embora Fromm fosse colocado junto com os demais "revisionistas", "culturalistas" e "freudo-marxistas", ele ao mesmo tempo em que se aproximava de várias teses culturalistas de Karen Horney, Suliwan e outros, bem como do freudo-marxismo de Reich, para citar apenas alguns nomes, ele também se diferenciava e assumia uma posição distinta em vários aspectos. Após a ascensão do nazismo, Fromm, tal como muitos intelectuais de sua época, abandona a Alemanha e vai para os Estados Unidos. Neste país ele irá produzir suas obras mais conhecidas e importantes, se tornando um dos grandes nomes da psicanálise a nível mundial. A sua trilogia composta pelos livros A Análise do Homem; O Medo à Liberdade e Psicanálise da Sociedade Contemporânea se tornou uma das mais importantes do século 20 para a psicanálise. Sua tentativa de unir psicanálise e marxismo também foi importante e foi expresso mais explicitamente em suas obras Meu Encontro com Marx e Freud e A Crise da Psicanálise. Os seus estudos sobre variadas questões (aldeia camponesa, destrutividade humana, história da psicanálise, pensamento de Marx, pensamento de Freud, religião, amor, contos de fada, etc.) possuem um fio condutor que perpassa toda a sua obra. A base do seu pensamento é um humanismo radical que se inspira fundamentalmente nas teses de Marx e Freud. Fromm parte da idéia de natureza humana para unir Marx e Freud e elaborar sua concepção de psicanálise. Em O Conceito Marxista do Homem, Fromm abre a discussão em torno da alienação e da natureza humana exposta nos Manuscritos de Paris, escrito por Marx, o que será desenvolvido em outras obras. A sociedade de classes produz a alienação e esta é uma negação da natureza humana. Deu-nos Marx uma definição da 'essência da natureza humana', da 'natureza do homem em geral'? Deu, sim. Nos Manuscritos Filosóficos, Marx define o caráter específico dos seres humanos como 'atividade livre e consciente', em contraste com a natureza do animal, que 'não distingue a atividade de si próprio... e é a sua atividade'. Em seus escritos posteriores, embora tenha abandonado o conceito de 'caráter da espécie', a ênfase continua sendo a mesma: a atividade

Esta importante obra colectiva engloba casi un siglo de teoría psicológica situada en las diversas intersecciones del marxismo con la psicología y el psicoanálisis. Los textos clásicos y actuales compilados, todos ellos precedidos por introducciones inéditas, despliegan la profundidad teórica y la radicalidad política de una tradición crítica marxista en la que no sólo se cuestiona la psicología dominante, sino que se proponen modelos psicológicos alternativos. Se destacan momentos cruciales y autores influyentes en el desarrollo histórico de la concepción de la subjetividad en el marxismo, pero también se reactiva esta historia para el presente. La psicología y el psicoanálisis no pueden sino revolucionarse bajo el efecto de la vigorosa impugnación marxista de nuestro mundo burgués, del sistema capitalista y de sus dispositivos ideológicos y disciplinarios.

The fiftieth anniversary of the publications of For Marx and Reading Capital indeed calls for celebrations of Althusser's accomplishments, a Marxist legacy endowed by the opening years of the twenty-first century with renewed timeliness and urgency. However, celebrating Althusser on this occasion should involve not only returning to the (in)famous anti-humanist author of these 1965 works centered on claims regarding Marx's alleged "epistemological break" of 1845-it also should involve revisiting lesser-known moments in Althusser's extended oeuvre and, in so doing, recovering other Althussers than the best-known one of For Marx and Reading Capital. Herein, I engage in the latter mode of honoring Althusser. Specifically, I scrutinize his shifting, ambivalent relations with Freudian and Lacanian psychoanalysis. Doing so enables me to (re)construct an Althusserian (or quasi-Althusserian) version of dialectical and historical materialisms in which philosophical anthropology à la Hegel and Marx, analysis à la Freud and Lacan, and various branches of biology, all on equal footing with each other, cooperate so as to yield a compatibilism both uncompromisingly materialist and, at the same time, thoroughly anti-reductionist.

In this essay, I begin by arguing in favor of interpreting Freud as a spontaneous dialectical materialist, particularly apropos the perennial philosophical mind-body problem. In this, I follow in the footsteps both of certain classical Freudo-Marxists (such as Reich, Fenichel, and Marcuse) as well as, more recently, of Lacan, Althusser, and those one might dub “Lacano-Marxists” (such as Žižek). And, not only do I focus on the Freudian metapsychological concept of drive (Trieb) as pivotal to a psychoanalytic depiction of mind vis-à-vis body—I also zero-in on the anal drive in particular as a Cartesian-style metaphorical pineal gland knotting together soma and psyche. Moreover, as I go on to show, a Lacanian revisiting of Freud’s musings about anal erotism and anal character traits enables a theory of mind/psyche taking these musings into account to proffer not only a dialectical materialist model of subjectivity, but also a historical materialist one too in which like-mindedness is shaped and mediated by the socio-economic dimensions foregrounded by the Marxist critique of political economy. My intervention on this occasion ultimately aims to make progress on two fronts: first, within Marxism itself, facilitating further reconsideration of the infrastructure-superstructure distinction on the basis of what psychoanalysis suggests apropos the mind-body rapport; second, between Marxism and psychoanalysis, utilizing a Lacano-Marxist re-conception of the anal drive to advance the radical leftist criticism of capitalism.

The methods developed by Freud and Marx have enabled a range of scholars to critically reflect upon the ideological underpinnings of modern and now postmodern or hypermodern western societies. In this intriguing book, the discipline of psychology itself is screened through the twin dynamics of Marxism and psychoanalysis. David Pavón-Cuéllar asks to what extent the terms, concerns and goals of psychology reflect, in fact, the dominant bourgeois ideology that has allowed it to flourish.

The book charts a gradual psychologization within society and culture dating from the nineteenth century, and examines how the tacit ideals within mainstream psychology – creating good citizens or productive workers – sit uneasily against Marx and Freud’s ambitions of revealing fault-lines and contradictions within individualist and consumer-oriented structures.

The positivist aspiration of psychology to become a natural science has been the source of extensive debate, critical voices asserting the social and cultural contexts through which the human mind and behaviour should be understood. This challenging new book provides another voice that, in addressing two of the most influential intellectual traditions of the past 150 years, widens the debate still further to examine the foundations of psychology.

The ideology of psychotherapy is questioned through critical concepts taken from the Freudo-Marxist tradition. The paper first analyses in detail six determinant ideological processes detected in psychotherapy that three pioneers of Freudo-Marxism criticised in the 1920s: dualistic scission and metaphysical immobilisation (Luria); idealist generalisation and mechanistic determination (Bernfeld); and repressive adaptation and historical decontextualisation (Reich). Following this, it briefly reviews seven paired analogous processes that were denounced by continuators of the Freudo-Marxist tradition: valorative moralisation and the psychologisation of the social (Fenichel); instinctual–rational deprivation and the mechanisation of the subject (Adorno); alienating performance and surplus repression (Marcuse); manipulation and dehumanising alienation (Fromm); abstraction and mythologising (Bleger); authoritarianism and suggestion (Caruso); and depoliticisation and rationalisation (Langer). The argument will show how Freudo-Marxist questionings of these operations – many now forgotten – are still current and can be inspiring and enriching for a modern critique of psychotherapy.

Anhand einer Analyse der Differenzen von Herbert Marcuse und Wilhelm Reich wird gezeigt, dass Reich weder als Marxist, noch als Linksfreudianer gelten kann. Gerade das Kernproblem von Marcuse (und Erich Fromm), nämlich der Teufelskreis der freiwilligen Knechtschaft, mahnt an den nie ausgetragenen Konflikt zwischen Karl Marx und Max Stirner. Marcuse äußert sich nicht zu Stirner, obwohl er am Ende von den orthodoxen Marxisten selbst als Stirnerianer bezeichnet wird. Reich hingegen hat sich nicht nur als einziger von Freuds Schülern positiv zu Stirner geäußert, sondern seine Forschung und sein Denken orientieren sich stark an den Themen des Schuldgefühls und des Egoismus. Die Vorwürfe von Naivität und Simplizität aber, auf denen die zum Instinkt gewordene Abwertung von Reich und Stirner beruht, werden an die Adressanten zurück zu richten sein.

Mario Mieli (1952-1983) is a major intellectual figure of the 1970s Italian gay liberation movement whose work has become of interest to activists and cultural critics both in Italy and in anglophone scholarship in recent years. This article gives a general introduction to some of the main tenets of Mieli's theoretical claims (based on his integration of psychoanalysis and Marxism) alongside historical and biographical information pertaining to his militancy.

One of the claims I will advance in this intervention is that there is a significant cross-resonance between, on the one hand, the earlier Karl Marx’s 1840s invocations of laborers’ nullity and, on the other hand, the status of commodified labor-power as the source of surplus-value under capitalism as per the Grundrisse and volumes of Das Kapital emblematic of the later Marx.  Arguing for this first claim leads into and, in turn, is reciprocally supported by a second, perhaps surprising, claim:  The Lacanian theory of subjectivity (especially as encapsulated by Jacques-Alain Miller’s model of “suture,” with its recourse to Gottlob Frege’s account of arithmetic and the number zero) is crucial to discerning and analyzing this link within Marx’s corpus between the nothingness of the proletariat and the position of commodified labor-power as the origin of surplus-value within the capitalist mode of production.  Marx’s associations of labor with nothing (nichts) should be taken very literally, perhaps even more literally than he originally intended.  The third and final claim I will defend here, flowing from the first two just mentioned, is that commodified labor-power as per a historical materialism retroactively illuminated by psychoanalysis can be put forward as the hidden material-economic basis for the coming to light of split forms of subjectivity from Immanuel Kant and the German idealists through Sigmund Freud and Jacques Lacan.

Trabajo y sociedad industrial, actualidad y pensamiento de Herbert Marcuse.
Un trabajo de tesis que no ha podido ser publicado, en él me propongo recorrer las categorías de las que abreva Herbert Marcuse: psicoanálisis, materialismo histórico, dialéctica y fenomenología para analizar el concepto de trabajo y sus implicaciones en la sociedad industrial avanzada

Se intenta conectar las doctrinas marxiana y freudiana de un modo relativamente nuevo y sin precedentes. No se relacionan las doctrinas en su conjunto, sino sólo ciertas ideas que se juzgan relevantes para discutir la psicología. Dando una cierta prioridad a la teoría marxiana, se parte de sus categorías psicológicas para examinar la manera en que Freud puede confirmar, justificar, explicar, enriquecer, matizar, profundizar, problematizar o revitalizar lo aportado por Marx. Es así como se hace entrar a Freud en una escena organizada por Marx. Al igual que otras propuestas anteriores, la presente se obstina en vincular a Freud con Marx, acentuando lo que favorece esta conexión a costa de aquello que la impide. Las diferencias interesan como condiciones de complementariedad, las distancias como oportunidades para el acercamiento y las contradicciones como simples momentos de la articulación.

The purpose of this paper is to ascertain whether the concept of a non-repressive culture is viable, and whether this form of liberation from the affluent society has indeed left the field of Utopia and has turned into an alternative to the industrial advanced society, as it is firmly believed by Marcuse. I believe that, in spite of his masterful argumentation in favour of this qualitative leap into an empire of freedom, there are several fallacies pertaining to the ontology of the individual, since there are certain characteristics which eschew socio-historical (weak) determinism and shape human life. Throughout this paper, I will link the Althusserian concept of Ideological State Apparatuses to the so-called mechanisms of escape postulated by Erich Fromm, to prove that even the new potential agents of revolution (students, „wrecked of the earth”, hippies, beatniks, et. al. ) are influenced to such a degree by specific human drives, that the complacency offered by the affluent society will not be sacrificed for an Aesthetic Form of a free society. Since capitalism today is slightly different than it looked like during the decades Marcuse wrote his critique, my attempt is entirely theoretical and I acknowledge that this might look erroneous, unless one thinks about Marcuse’s own disdain for positivism.

Desear, reprimir, desear la represión. Notas sobre las relaciones entre poder y deseo. Larissa Drigo Agostinho Lo que me gustaría abordar aquí es la forma en que Deleuze y Guattari trataron de plantear el tema, que definieron como el tema fundamental de la filosofía política, que planteó Espinosa y que Reich redescubrió, a saber, el tema de la servidumbre voluntaria: ¿por qué los hombres luchan por su esclavitud como si fuera su salvación?, ¿por qué los hambrientos no se rebelan y los explotados no van a la huelga? (Deleuze; Guattari, 1972, p. 38). Pero esta pregunta será planteada por Guattari y Deleuze así como por Reich, desde el punto de vista del psicoanálisis, es decir, la pregunta sería, ¿cómo puede el deseo desear su propia represión? Freud hizo un descubrimiento, el descubrimiento del deseo como libido, el descubrimiento de un inconsciente productivo, "ámbito de síntesis libre donde todo es posible, conexiones sin fin, disyunciones sin exclusión, conjunciones sin especificidad, objetos parciales y flujos". Pero este descubrimiento fue encerrado por el complejo de Edipo, es decir, reducido a formas socialmente aceptables, a las propias normas sociales. Lo que nos interesa aquí es subrayar la originalidad de la teoría Deleuzo-Guattariana respecto al psicoanálisis y el freudomarxismo, en un intento por comprender lo que, según ellos, ha sido descartado por el psicoanálisis y los psicoanalistas, que aceptan sin cuestionar el complejo de Edipo. Para Deleuze y Guattari, el descubrimiento del inconsciente productivo tiene dos correlatos: la confrontación directa entre el deseo y la producción social, entre formaciones de síntomas y formaciones colectivas, su identidad de naturaleza y la diferencia de régimen que las distingue; Por otro lado, la supresión que la normatividad social ejerce sobre las producciones del deseo y la relación que existe entre esta supresión y la represión. Es todo lo que se perderá, al menos exclusivamente comprometido con el establecimiento del Edipo soberano. Lo que describe el complejo de Edipo freudiano es la constitución de un "yo" como resultado de una represión operada por el superyó contra un deseo inconsciente. El súper-ego solo puede realizar esta acción porque es la ley social misma, por lo que al "internalizar" la ley y reprimir un deseo incestuoso, el niño se identifica con sus padres,

Integrating post-structuralist conceptual frameworks, conclusions on the nature of unconscious intelligence from plant neurobiology,  the psychological observations of French and Italian moralists, and dramaturgical analyses based upon Stanislavski's method, we construct a new foundation for psychoanalysis. Although our new conceptual framework for psychoanalysis differs in many important respect from Freud's we nonetheless conclude that Freud's major discoveries, namely the Oedipus complex and primal repression, are valid. We find support for Freud's theory of primal repression in Nietzsche's theory of the mnemonics of cruelty, that is to say, we conclude that primal repression is effected by the trauma of castration anxiety, which effectively writes a new, repressive memory for the subject while pushing the subject's Oedipus complex out of consciousness. We support the use of psychedelics for psychotherapy, in conjunction with the traditional talk therapy of psychoanalysis.

Con el propósito general de bosquejar una relación entre el marxismo y el psicoanálisis;el artículo persigue dos objetivos: el primero es analizar la relación subjetividad-cultura en Marx y Freud, segundo es reconocer una interrelación entre estos (Marx y Freud) mediante el concepto de alienación.

El artículo recurre al marxismo y al psicoanálisis para sondear el fundamento sexual-familiar  de la opresión política-económica y para así explicar por qué la violencia de género no puede explicarse por la de clase. Tras mostrarse y cuestionarse la postergación, desatención y subordinación de la cuestión de género en el marxismo tradicional, se analizan algunas ideas en las que los propios Marx y Engels sitúan la opresión de la mujer en el origen y en la base de la opresión capitalista. Estas ideas se discuten y profundizan a través del psicoanálisis, ofreciéndose una interpretación psicoanalítica de la hipótesis marxiana-engelsiana en la que se plantea una transición histórica de la ontología comunista matriarcal a la economía clasista patriarcal.

The mental health system is exactly where the ruling class wants it. A neoliberal political system needed a neoliberal form of therapy for the elites of capitalist society to continue their ideological subjection of the lowest strata of the working class, unemployed and lumpenproletariat. This imposed behaviorist worldview takes the form of an intra-personal therapeutics rather than a social, political, or historical analysis of the conditions which lead to the alienation of the individual in their unique social context. The institutionalization of cognitive-behavioral therapy within psychotherapy is directly opposed to any sort of political program for the liberation of the mentally ill, has no political basis whatsoever, and can hardly be called a “social science” by any stretch of the imagination.

Herein, I examine money at the intersection of Marxism and psychoanalysis.  In Marxist discussions of the connected topics of currency and commodity fetishism (as reliant mainly on Capital, Volume One), it often is left under-appreciated that such fetishism reaches its apotheosis only with the development of interest-bearing money-as-capital (i.e., with the emergence of fictitious finance capital in the guises of credit, banking, etc. as dealt with in Capital, Volume Three).  In psychoanalytic treatments of money from Freud himself onwards, monetary means typically are tied to libidinal sources and stages in the subject’s ontogenetic life history (in line with Freud’s tight tethering of psychical investments in money to anal erotism).  Moreover, of course, the term “fetishism” features in the Freudian field too in ways that partially cross-resonate with Marxian commodity fetishism.  My intervention on this occasion begins with two gestures apropos, first, Marxism and, second, psychoanalysis.  With respect to Marxism, I counter-balance the usual, long-standing (over)emphasis on commodity fetishism as per the first volume of Das Kapital with a foregrounding of this fetishism as per the third volume.  With respect to psychoanalysis, I shift away from its traditional fixation on reducing financial matters to libidinal contents.  I explore instead the implications of the forms of capitalist fetishism for reconsidering the forms of intra-subjective defense mechanisms.  This leads me to posit a complementary inversion of Lacan’s dictum according to which “repression is always the return of the repressed”:  The return of the repressed sometimes is the most effective repression.  To pose a rhetorical question paraphrasing Brecht:  What is the laundering of money compared with the laundering that is money?  Appreciating this question is important not only for the Marxist account of the unconscious of socio-economic ideologies, but also promises to be transformative for the psychoanalytic account of the unconscious of psychical defensive dynamics.

Frankfurt School aims to revive Marxism that sticks in between supporting the Weimer Republic and acknowledging the Bolshevik revolution as leader of the socialist actions. Critical Theory that developed for realizing this aim tries to re-establish the historical materialism. Horkheimer and Adorno’s essays result in pessimism about the social alterations. However, on the contrary, Marcuse seeks to exhibit the critique as social hope. This essay purposes to argue the philosophical basis of Marcuse’s hope about social alterations. Marcuse attributes his hope about social alterations to the freedom and the power of consciousness. Therefore he seeks a philosophical basis that introduces the freedom of consciousness. In this regard, even though he firstly tries to adapt Heidegger to Marx, returns to Hegel, namely the main origin of historical phenomenology. He claims that the freedom of consciousness has a secret power by reference to Hegel. According to him this power has suppressed during the history of civilization. He demonstrates that the emancipating power of consciousness has suppressed by reference to Freud. Thusly he achieves to adapting Freud's psychoanalysis to Marxism. Marcuse, who re-establishes the historical materialism with his interpretations about Hegel and Freud, acknowledges that the freedom of consciousness is origin of the critique. This essay aims to discuss what suggestions Marcuse has exhibited about the social alterations and what contents those suggestions have.

Le sujet de Marx et de Lacan ne produit logiquement que ce qu’il ne consomme pas. Il ne produit que le surplus de valeur dont il ne jouit pas. Le plus-de-jouir de Lacan n’est que l’envers de la plus-value de Marx. Aucun surplus de valeur ne peut être produit sans produire aussi une perte supplémentaire de jouissance. La renonciation à la jouissance est inséparable du travail producteur du système. Ce travail du système est aussi indissociable du travail de l’inconscient. Il s’agit en fait des mêmes travaux. Le sujet qui fait ces travaux est toujours le même. Qu’il soit prolétaire ou névrosé, c’est toujours le même sujet de l’inconscient tel qu’il est considéré par Lacan et pressenti par Marx.