Altars and Wooden Sculpyure

O artigo apresenta parte das considerações da Tese de Doutorado intitulada “Arquitetura Religiosa no Estado de São Paulo, 1500-1889”. Analisa 120 igrejas paulistas, comparando-as com exemplares de outros estados brasileiros e demonstrando características comuns aos retábulos em madeira confeccionados em São Paulo, em especial nos períodos joanino (1740-1760) e rococó (1760-1830, com exemplares bastante tardios no Estado). Observa elementos próprios e particulares que se desenvolveram nessa região ou que foram para ali exclusivamente transplantados e percebe que há influências diretas, especialmente no período rococó, de entalhadores de dois estados vizinhos -  Minas Gerias e Rio de Janeiro – nas obras que então se realizavam em São Paulo. Analisa ainda a transferência de ideias e padrões ornamentais do Norte de Portugal que foram apreendidos pelos artistas locais e disseminados pelo Estado na feitura dos retábulos, com adaptações e reinterpretações locais que acabam por criar um conjunto de obras com certa homogeneidade, e conformam um conjunto de obras ao mesmo tempo semelhantes entre si e diferenciadas de seus pares de outras localidades brasileiras e/ou portuguesas.

Una imagen de Cristo crucificado, con frecuencia flanqueada por la Virgen y San Juan y sostenida en alto por una gran viga, fue durante el medievo, y aún en los albores de la Edad Moderna, el mayor reclamo visual de quienes penetraban en un templo. Asentada sobre las impostas del arco triunfal de acceso al presbiterio, esta viga constituyó, junto con las gradas, el elemento que habría de señalar de manera más sensible la frontera existente entre el espacio común de los fieles y el reservado al clero. Por su situación al ingreso del presbiterio, el crucifijo centraba la mirada de los fieles, facilitando a estos una mayor participación espiritual de las celebraciones litúrgicas, en especial de la misa, al quedar persuadidos de la trascendencia del misterio que, a través de las sagradas ceremonias, acontecía en el altar, y que no era otro que la actualización incruenta y milagrosa del sacrificio del Calvario, cuya representación iconográfica ellos divisaban en alto.
Como tantas piezas pertenecientes al mobiliario del templo cristiano, el origen de las vigas puede ser rastreado hasta la Alta Edad Media e incluso la tardoantigüedad, y no sólo arqueológicamente, sino también mediante referencias que se remontan a las fuentes patrísticas, o al Liber Pontificalis. Más numerosas serán aún las fuentes bajomedievales que mencionen estas estructuras lignarias y sus crucifijos o calvarios. A este respecto cabe destacar a Sicardo de Cremona o Guillermo Durando, cuyos tratados, por la difusión tan alta que alcanzaron, guardan una evidente relación teórica con las obras ejecutadas.
Mientras que por toda Europa aún es posible espigar las piezas que señalan la pretérita abundancia de estas vigas y calvarios, la realidad hispana resulta desoladora en su casi absoluta carencia de ejemplares conservados, lo que, unido al desinterés de la historiografía artística por el tema, podría llevar a la falsa imagen de un pasado donde estas obras no hubiesen tenido relevancia. Sin embargo, los testimonios documentales, y aún los restos escultóricos que se conservan, permiten reconstruir una realidad muy distinta, donde la gran potencia visual de estas vigas solo declinaría a partir de los últimos años del siglo XV con el extraordinario desarrollo parietal del retablo, que, junto con otros catalizadores de naturaleza teológica, terminaría por provocar su caída en desuso y hasta su olvido historiográfico.
Este primer Encuentro Internacional de Arte y liturgia de la Universidad de Cádiz, que nace con vocación de continuidad, tratará en esta ocasión de restaurar la memoria de estas singulares piezas en su dimensión arquitectónica, escultórica y pictórica, y dentro del contexto visual y funcional para el que fueron concebidas. Para ello, contará con la intervención de reconocidos especialistas como Teresa Laguna, Justin Kroesen o Eduardo Carrero, entre otros.

This paper presents some results of dendrochronological researches carried out on historical
wooden installations and furniture by the Transylvanian Dendrochronological Laboratory in the
past few years. The main tools for dating these ecclesiastical objects (Gothic painted panels, Baroque
altars, historical doors, painted ceilings, breastwork of galleries) are two local chronologies for oak
(Quercus sp.) and fir (Abies Alba) which cover the period between the 13th and 19th centuries.
Naturally, in the case of art objects, the dendrochronological data is obtained without real sampling,
only with non-destructive methods such as surface measurement and macro-digital photography.
Beside exact dating, the main achievements are the proof of local fabrication of a supposed
„import” altarpiece, the connection with art history, written sources and dendro data, and comparison
of fir and pine data from contemporary artifacts.
The successes achieved on different types of objects and installations investigated from various
periods has shown again the usefulness and importance of the dendrochronological method for art
historical studies.