Juego de Cartas
Juego de Cartas
Juego de Cartas
o 138,
pgs. 543-557, ISSN: 0034-849
RESUMEN
Tras examinar las fechas de escritura y publicacin, las ilustraciones de los naipes y las
vinculaciones temticas de las 106 epstolas que integran la obra de Max Aub Juego de cartas
(1964), este artculo estudia las dimensiones ldica y experimental de la novela y su estructura abierta, analizando sucesivamente de modo detallado los procedimientos tcnicos narrativos
empleados por Aub en su composicin: disociacin autoral y presencia del apcrifo, retextualizacin ilimitada de la historia narrativa (texto diseminado y montaje abierto), mxima interactividad, diseo caleidoscpico.
Palabras clave: novela espaola del siglo XX, novela experimental, crtica literaria, teora
de la narrativa; tcnicas narrativas, estructura abierta, apcrifo, montaje, interactividad, visin
caleidoscpica.
ABSTRACT
After reviewing the dates of writing and edition, the illustrations of the cards and the different
thematic relationships among the 106 epistles that integrate Juego de Cartas (1964) by Max Aub,
this article successively studies the playful and experimental dimensions of the novel and its
opened plot, analyzing in a detailed way the narrative technical procedures used by Aub in its
composition: dissociation of the author and apocryphal play, limitless retextualization of story
(scattered text and opened montage), greatest interactivity and kaleidoscopic design.
Key words: Twentieth Century Spanish Novel, Experimental Novel, Literary Critics, Theory
of Narrative; Narrative Technical Procedures, Opened Plot, Apocryphal Text, Montage,
Interactivity, Kaleidoscopic View.
1. NAIPES
Y EPSTOLAS EN
JUEGO
DE CARTAS
Dos aos antes de la publicacin de esta obra y uno antes de la aparicin de Rayuela de Cortzar, Max Aub anotaba en su Diario el 9 de mayo
de 1962:
Para darles en la mera torre a los del Nouveau Roman escribir Juego de
cartas, cincuenta y dos cartas impresas en naipes. Se barajan, se reparten, se
leen, cada vez otra historia, segn el azar (M. Aznar, 1953-1966: 213).
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Adems de las reseas publicadas en 1964 y 1965 en la prensa mexicana con motivo
de la aparicin de la obra a las que ms adelante aludimos y del espacio dedicado a
su anlisis por Soldevila (1973), pueden consultarse las siguientes publicaciones monogrficas impresas: RODRGUEZ, J. (2006), Juego de cartas, novela virtual, El correo de
Euclides, I, pp. 311-334; SANTIEZ-TI, Nil (1998), Max Aub, homo ludens, en AZNAR
SOLER, M. (ed.), El exilio literario espaol de 1939, Sant Cugat, GEXEL-Associaci
dIdees, pp. 187-198; VALCRCEL, C. (1996), Los juegos y las cartas. Aspectos ldicos
en la composicin e interpretacin de Juego de cartas de Max Aub, en VILLANUEVA, D.
y CABO, F. (eds.), Paisaje, juego y multilingismo, II, Santiago, Universidad de Santiago,
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Ilegible, Amalia Lpez) y tres firmadas por ella misma; tres son meros comentarios de unos personajes sobre otros (Emmanuel, Alicia, Reyna); nueve
(Miguel ngel, Gregorio Roca el mdico, Alberto, Jacinta, Ana, Modesto, Alfredo Renovales, Gloria, Lucas) abordan la forma de la muerte de
Mximo Ballesteros, decantndose por la opcin del suicidio, su asesinato
por su esposa o trombosis coronaria; cuatro (Carlos, Fernando, Emilio,
Teodoro) son glosa de palabras literales pronunciadas en vida por Mximo
Ballesteros; nueve (Jos, R., Cecilia, Ludwig, Ruth, ilegible, Len, Emilio,
Renata) reflexionan en general sobre la dificultad de conocer a una persona
o aluden al misterio del verdadero carcter de Ballesteros; un nutrido grupo
de treinta y siete (Marcelo, Gil, Luis, Samuel, Poncho, Adolfo, Dantn Ribera, Lucienne, Baldomero, Rubn, Alejo, Baltasar, Elsa, Rosendo, Mariana,
Blas, Al, Gaspar, Lidia, Csar, Mateo, Antonio, Jos Carlos, Jos Rafael
T., Jos Miguel, Miguel, Daniel, Jos Luis, Francisco, Felisa, Marcelino,
Gerardo, M., Rita, Flix, Enriqueta, Ramiro Martnez) comentan distintos
aspectos de su vida, aficiones o carcter; finalmente, treinta y una son de
amantes, amadas, pretendidas, enamoradas o despechadas del mujeriego
Mximo Ballesteros (Olga, Alma, Lil, Esperanza, Sara, Artemisa, Juliana,
Mara Jos, Francisca, Luca, Ramona, Jernima, Mara Rosa, Valentina,
Cndida, Milena, Carlota, Fernanda, Luisa, Lola, Linda, Aurora, Benigna,
Magda, Eva, Paula, Julia, Rosalba, Gerarda, Rosa, Yolanda).
Entre todas las cartas, ledas en el orden que se lean, dibujan una imagen siempre relativa, fragmentaria y polidrica y numerosas veces contradictoria del personaje recientemente desaparecido y permanentemente aludido: muri Mximo Ballesteros de muerte natural, suicidio o asesinato?, era
este mujeriego un amante ideal y un hombre delicado o un seductor machista?, era un desaprensivo o una persona atenta y humana, un engredo y
egosta o un ser incorruptible e individualista, un funcionario o un negociante de xito, un indeciso o un introvertido?, fue feliz con l su mujer y
lo fue l mismo? En suma, como requiere adivinar el propio Aub al final
de sus Reglas del Juego para ganar el mismo, al margen de mujeriego, jugador de domin y hombre controvertido que son los nicos rasgos de su
caracterizacin que parecen permanentes y no discutidos, quin fue Mximo Ballesteros? No parece que ninguna de las veces que se juegue una
partida con estos naipes, ms all de ganar a la canasta, pueda nadie vencer
en este segundo juego novelesco, el de conocer la verdadera personalidad
de Mximo Ballesteros; acaso porque la ficcin, como la propia vida tanto pues para los seres de papel como para los reales, incluyendo al propio
Aub 2, sea algo cuya comprensin depende fundamentalmente de la posicin y la perspectiva de quienes la miran.
2
2. LOS
JUEGOS NARRATIVOS DE
JUEGO
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DE CARTAS
Ms all del juego de la diloga titular en el trmino carta (naipe/epstola) y en el mismo doble formato real de la baraja, todo el Juego de cartas
est diseado por Aub como un enorme juego de estrategias narrativas. El
sentido del juego en la creacin literaria atraviesa en general toda la obra
de Aub, incluso en cierta medida en sus novelas de corte realista y no solo
fantsticas segn la distincin bsica de Soldevila (1973), proyectndose hacia
la falsificacin de la ficcin, como en sus construcciones de Torres Campalans o lvarez Petrea, hacia la evidenciacin de las tcnicas de la ficcin
revelando patentemente los recursos empleados en su construccin, como
ocurre en la obra que estudiamos, o incluso hacia la metaficcin; precisamente en torno a este ltimo camino, Prez Bowie (1996) seala tres senderos similares a los anteriores recorridos por Aub en distintas obras o pasajes: la puesta en evidencia de la construccin ficcional, la utilizacin del
discurso como vehculo de reflexin sobre s mismo y la transformacin del
proceso narrativo en materia de narracin. Santiez-Ti (1998) ha sealado
al preocuparse de las relaciones intertextuales de la obra la vinculacin de
la misma con el OuLiPo por su experimentacin, con La Incgnita de Galds
por su presentacin epistolar o con el Homo ludens de Huizinga por ese
carcter ldico al que nos estbamos refiriendo.
Pero con respecto a Juego de cartas en concreto, tal como veamos en
su propio testimonio en sus Diarios, la cuestin comienza ciertamente con
la propia idea del escritor hispanomexicano 3 de idear una novela experimental, similar a las que estaban realizando los autores del nouveau roman francs, ese movimiento literario que, iniciado en 1953 con la publicacin de
Las gomas de Robbe-Grillet y continuado por autores como Michel Butor,
Claude Simon o Nathalie Sarraute, pretende, fijando sus modelos en Joyce,
paa por parte de la mayora de sus habitantes y la propaganda oficial franquista, inform
de que vena, pero no volva.
3
As prefieren considerarlo muchos mexicanos, desde luego no demasiado injustamente, incluso conociendo bien su arraigado sentimiento de escritor espaol y su frase de
que uno es de donde hace el bachillerato. Al igual que casi todos los autores espaoles
de primera generacin que sufrieron el exilio en 1939 y se radicaron en Mxico, pese a
ese descentramiento por naturaleza de la emigracin poltica de que hablaba Llorens
(2006: 173), a ese tener el pensamiento permanentemente puesto en un lugar distinto al
de la vida (con Espaa presente en el recuerdo / con Mxico presente en la esperanza,
eran dos de los primeros versos del conocido poema de Garfias escrito a bordo del Sinaia
Entre Espaa y Mxico, verdadero smbolo de todo el exilio espaol del 39 en ese pas),
lo cierto es que no solo gran parte de la obra de Aub fue escrita y editada en Mxico
sino que legalmente adquiri la nueva nacionalidad mexicana y, si lo primero es un argumento ms que considerable, lo segundo es aunque interpretable y valorable un hecho irrefutable.
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Pero Aub indica en este texto algo ms que su ajenidad respecto a Torres Campalans; expone un tan cierto como verosmil proyecto de triple
falsificacin: la de convertir un personaje en persona, la de disfrazar una
novela de monografa cientfica, la de hacerse l mismo pintor. Y es esto
mismo, en buena medida, lo que, tambin triplemente, vuelve a hacer en
Juego de Cartas: dibujar en nombre de Torres Campalans [idntico], incluir
una novela de cartas en un juego de cartas [parecido], transformar un personaje de ficcin Mximo Ballesteros en solo una serie de reflejos diversos de s mismo a fuerza de multirrepresentarlo desde distintas perspectivas subjetivas [inverso].
La presencia como ilustrador de la baraja de Torres Campalans es, pues,
en ese ltimo triple juego de disfraces tambin triplemente coherente: primero, con el juego de naipes y epstolas (se necesitan un ilustrador-diseador
y un escritor); segundo, con el juego de la historia literaria (quin es/no es
Mximo Ballesteros?, quin es/no es Aub?); tercero, con el juego de la
estructura multifocal y heteroglsica del relato (si Mximo Ballesteros es una
imagen fragmentada, tambin el autor es una entidad disociada, escindida
en un mbito escritural y otro pictrico) 4.
Al unir los relatos epistolares de Aub, de configuracin global polidrica
y la mayora de una brevedad individual que los hace llegar casi a microrrelatos autnomos y fragmentarios, con los dibujos de Torres Campalans, de
formas geomtricas y esquematismo pretendidamente cubista, la novela no
solo integra homogneamente los relatos con las ilustraciones sino que vuelve
a reivindicar de otra nueva forma su vinculacin con el experimentalismo y
la vanguardia, muchos de cuyos movimientos fusionaron incluso en los
propios diseos de las formas literarias el dibujo o la pintura con la escritura. Rodrguez (2006), por ejemplo, explica, independientemente de que
es probable que Aub no los hubiera conocido, la vinculacin architextual de
su juego con los poemas-juegos surrealistas escritos al dorso de una baraja
respectivamente por Prier y Noug en 1925 e incluso con la misma baraja
4
No se olvide tampoco la evidente conexin de esta escisin o disociacin del autor
no ya solo con distintos modelos tericos como el psicoanlisis y pronto el postestructuralismo, sino incluso, ms especficamente, con las propuestas de disolucin de la autora
y del tutelaje narrativo que llegaran desde grupos experimentales como el Nouveau Roman
o el OuLiPo y en concreto del mismo Calvino.
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pretenden distinta e incluso opuestamente construir su figura; Mximo Ballesteros no es sino la imagen permanentemente variable y diversa que se
compone mediante las distintas opiniones de quienes le han conocido, la
figura fragmentada y cambiante, polidrica y coloreada, integrada y desintegrada por los cristales del caleidoscopio.
La tcnica de la representacin caleidoscpica (Baquero, 1970: 219-234),
consiste fundamentalmente en proyectar una imagen multifocal y diversa del
objeto narrativo desde no solo la perspectiva sino, como en este caso, desde
las voces de mltiples sujetos. As lo explica talo Calvino, quien En una
red de lneas que se intersecan, incluido en su famosa Si una noche de
invierno un viajero (1979), presenta a un narrador, fascinado por el caleidoscopio de Brewster o el teatro polidptico de Kircher y que reconoce pensar
el mundo de acuerdo con el esquema reflectante, inversor y multiplicador
de las mquinas de cristales y espejos:
Apenas acerco el ojo a un caleidoscopio siento que mi mente, siguiendo el
reunirse y componerse de fragmentos heterogneos de colores y lneas en figuras regulares, encuentra inmediatamente el procedimiento que hay que seguir:
aunque fuese solo la revelacin perentoria y lbil de una construccin rigurosa
que se deshace al mnimo golpe de ua sobre las paredes del tubo, para ser
sustituida por otra en la que los mismos elementos convergen en un conjunto
dismil.
(...) Estas pginas que estoy escribiendo deberan tambin transmitir una fra
luminosidad de galera de espejos, donde un nmero limitado de figuras se
refracta y se invierte y se multiplica (Calvino, 1979: 173 y 174-75).
El empleo de esta tcnica por Aub conlleva dos claves narrativas asociadas: la primera concerniente a la voz, la segunda a la visin. De un lado,
las distintas opiniones sostenidas por los diferentes personajes de la digesis
sobre la figura de Mximo Ballesteros contribuyen a construir un relato
profundamente dialgico y polifnico en sentido bajtiniano, un relato verdaderamente coral, en el que se presentan y oponen los diferentes discursos
de los personajes, sostenidos adems en este caso en sus propias voces directas y sin tutelaje narrativo alguno: una pluralidad de voces y conciencias independientes e inconfundibles, la autntica polifona de voces autnomas. (Bajtn, 1929: 16-179. De otro, la representacin caleidoscpica usada
por Aub exige de una focalizacin interna variable en trminos de Genette
(1972), esto es, de una serie de cambios de perspectiva subjetiva de un
personaje a otro de la digesis sin salir nunca de la visin general interna, de tal modo que sean distintas perspectivas las que construyan plurifocalmente la compleja y diversa imagen de Mximo Ballesteros.
Con otras palabras pero con el mismo sentido lo expresa Juan Rodrguez
(2006):
Esta estructura hipertextual, caleidoscpica, se evidencia entonces como la ms
apropiada para reflejar la figura fragmentada de Mximo Ballesteros, para conRLit, 2007, julio-diciembre, vol. LXIX, n.o 138, 543-557, ISSN: 0034-849
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templarle, como seala el propio autor (...) `en el centro de mi juego de espejos, o, lo que es lo mismo, por ojos ajenos (Rodrguez, 2006).
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