Ortografia

Este artículo tiene como objetivo mostrar de forma empírica la influencia de los factores sociales en la ortografía tomando como referencia los planteamientos de la disponibilidad léxica. La muestra de estudio está formada por 400 estudiantes preuniversitarios de Sevilla que realizaron la encuesta siguiendo las directrices del Proyecto Panhispánico de Disponibilidad Léxica. Los análisis multivariantes muestran que las mujeres cometen menos errores ortográficos que los hombres en todos los segmentos analizados (tipo de centro, población y nivel sociocultural) y que la frecuencia de error de los hombres es mayor en centros privados que en centros públicos. Este estudio abre nuevas líneas de investigación en el plano sociolingüístico y de la lingüística aplicada a la enseñanza de idiomas ya que prueba el efecto de los factores sociales no solo en el léxico disponible sino también en la ortografía.

La competencia ortográfica en ELE se adquiere a través del conocimiento y puesta en práctica de la técnica que llamamos tradicionalmente ortografía. Esta, en español, es de carácter arbitrario, cultural y, en muchas ocasiones, no es fonética, lo que complica su estudio. También lo hace que el hecho de que los tres principios que rigen la ortografía (étimo, tradición y uso) se materialicen de distintas maneras en las grafías de las palabras o en la puntuación de los textos. Al mismo tiempo, la norma de la lengua española es panhispánica, por lo que es posible que se vea reformada en años venideros. Estas modificaciones no serán profundas, pero el alumno de cualquier nivel —fundamentalmente, de los niveles superiores— debe estar atento a las recomendaciones de la Asociación de Academias de la Lengua Española (http://asale.org) para mantener el nivel de corrección de sus escritos.
Esta situación compleja produce un contexto de aprendizaje en el que el docente enseña la ortografía del español de manera sistemática y en correspondencia con un contexto comunicativo concreto. Las indicaciones y la retroalimentación sobre la ortografía debieran estar presente de manera continua siempre que alumno escriba cualquier texto o aprenda a pronunciar de manera correcta. Solo la consulta constante de la ortografía hará posible que no sea algo tedioso e inalcanzable.
Es por todos reconocida —sobre todo, cuando se trata de la enseñanza de ELE— la imprescindible imbricación entre el aprendizaje y el uso de la lengua. El objetivo ha de ser que el alumno desarrolle las capacidades necesarias para comunicarse adecuadamente en los más diversos contextos. Para ello, es necesario un enfoque que proporcione recursos para desenvolverse con autonomía en las distintas situaciones de comunicación.
Siendo esto así, la pregunta que intentamos responder con este libro es ¿qué material presentamos a los estudiantes para conseguir el desarrollo de la competencia ortográfica? Entendemos que la simple exposición de las principales reglas que rigen el aspecto formal de la lengua española no es útil para un alumno, por lo que en esta monografía se presenta estas normas acompañadas de ejercicios repetitivos, contextualizados y pensados para lectores que respondan a los tres tipos de usuarios contemplados por Marco común europeo de referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación: básico, independiente y competente.
Así, por ejemplo, en lo que a la ortografía de las letras se refiere, se presentan y se ejercitan oposiciones paradigmáticas entre grafemas del tipo b/v, se señalan diferencias en el nivel morfológico (habría/abría) o se distinguen semánticamente unidades léxicas (arroyo/arrollo). Del mismo modo, se explica el papel tanto morfológico (su oposición con las minúsculas permiten distinguir un nombre propio de otro común) como textual (señala el inicio de un enunciado) que desempeñan las mayúsculas y la función desambiguadora  de la tilde en los planos morfosintáctico y léxico (dé / de).
Es necesario, además, poner de relieve que las cuestiones más significativas, las que pueden presentar una mayor complejidad o las que están sujetas a una variación geográfica están respaldadas por unos ejercicios de audio cuyo objetivo no es otro que contribuir a que el estudiante, según su nivel de conocimientos, adquiera o desarrolle su competencia ortoépica y su competencia sociolingüística.
En lo que se refiere a los capítulos centrados en la ortografía de la puntuación, hemos procurado explicar el modo en que los signos puntuarios contribuyen a la coherencia y a la cohesión del texto, en primer lugar, señalando en su superficie el modo en que se relacionan y se ordenan, sintáctica y semánticamente, sintagmas y oraciones; y, en segundo lugar, actuando como un instrumento insustituible para expresar el significado implícito. Y todo ello mediante la presentación de reglas plasmadas en enunciados sencillos y que presentan muy pocas excepciones. Nos hemos centrados en las cuestiones decisivas para la producción textual, evitando, así, una sobrecarga de contenidos que pueda resultar contraproducente.
Como consecuencia de todo lo dicho, los ejercicios propuestos al lector van encaminados a mostrar la dimensión lingüística y la dimensión pragmática de estas marcas ortográficas; esto es, su papel en la jerarquización sintáctica y semántica de los elementos textuales, su interrelación con las unidades organizadoras del discurso y su contribución al significado pragmático bien como elementos modalizadores, bien como marcadores de las intenciones comunicativas que acompañan al significado lingüístico. Es nuestro propósito, por tanto, contribuir con estos capítulos al desarrollo de la competencia discursiva del estudiante de ELE. Somos de la opinión de que adquiriendo, asimilando y aplicando las normas puntuarias del español se consigue que el texto escrito responda al modo imprescindible para que la comunicación, en este caso lastrada por la ausencia del interlocutor, sea todo un éxito; es decir, el texto escrito resulta ordenado, claro y sin ambigüedad.
También en esta caso, como sucede con los capítulos dedicados a la ortografía de la palabra, se presentan al lector algunos ejercicios de audio destinados a que este compruebe la repercusión que los signos de puntuación pueden tener en la expresión y en la entonación. También le servirán, en algunos casos, para que compruebe de forma efectiva su grado de compresión y de asimilación de las normas que se le ofrecen.
El objetivo final es, por consiguiente, mostrar el manejo de correcto del idioma para que sea entendido desde el punto de vista social. Todo lo que posibilite la correcta plasmación gráfica de la lengua oral y la reflexión sobre la lengua escrita impulsa la adquisición por parte del estudiante de la competencia comunicativa intercultural y social. Se trata, en definitiva, de que este reconozca y produzca enunciados y textos que funcionen desde un punto de vista pragmático.
Ahora bien, Una competencia solo se puede desarrollar con el trabajo autónomo. Por esta razón, de un lado, recomendamos la lectura constante de textos para completar y ejercitar la información que aquí presentamos y, de otro lado, facilitamos las soluciones de los ejercicios, lo que permitirá que el alumno evalúe su propia evolución.

Perché su "giù" ci vuole l’accento e con "su" invece non ci va? Come
mai "brav’uomo" ha l’apostrofo e "buon uomo" no? Si scrive "per lo più"
o "perlopiù"? Partendo dai dubbi più comuni, e senza trascurare
la scrittura di internet e dei social network, il libro accompagna
il lettore a scoprire come funziona l’ortografia della lingua
italiana e a capirne gli ingranaggi, mostrando come e perché
è cambiata nella storia e quali sono gli strumenti indispensabili
per conoscere le sue regole. Per riuscire, finalmente, a scrivere
senza errori.