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t1 Domina Lassalle y Vasquez Superficie Un Derecho Real

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SUPERFICIE.

UN DERECHO REAL
QUE MERECE MAYOR ATENCIÓN.

Tema 1: Derecho Real de Superficie.


Coordinador de tema: Not. Andrea Fernanda SALVINI.
Coordinador Adjunto: Not. Leandro Nicolás
POSTERARO SÁNCHEZ.
Categoría: Trabajo en equipo

Autores:
Not. Mariela Nélida DÓMINA.
Not. Sebastián LASSALLE.
Not. Gonzalo Matías VÁSQUEZ.
“Puede que sepas quién eres, pero ni te imaginas lo que puedes llegar a ser”. Javier
Iriondo - Donde tus sueños te lleven.

SUMARIO: PONENCIAS. INTRODUCCIÓN. CONCEPTO Y NATURALEZA


JURÍDICA. CARACTERÍSTICAS. ASPECTOS REGISTRALES. SUS
ANTECEDENTES Y APLICACIÓN EN EL DERECHO COMPARADO. NORMAS DE
APLICACIÓN SUPLETORIA. EMEPLOS DE APLICACIÓN PRÁCTICA EN LA VIDA
NEGOCIAL. CONCLUSIÓN. BIBLIOGRAFÍA.

I. PONENCIAS.

1. El derecho real de superficie es un derecho de naturaleza mixta, que se


ejerce en parte sobre cosa ajena y en parte sobre cosa propia, debiendo distinguirse
cuando se constituye sobre plantación, forestación, o construcción futura, (caso de
derecho sobre cosa ajena hasta la existencia de lo plantado, forestado o construido
en que pasa a ser sobre cosa propia); y cuando se constituye sobre plantación,
forestación, o construcción existente, (caso de derecho real sobre cosa propia ab
initio).

2. Al constituirse sobre bienes inmuebles, deberá instrumentarse por escritura


pública y por actos entre vivos, gratuitos u onerosos. No puede constituirse por
testamento o usucapión. Se puede constituir sobre el suelo, vuelo o subsuelo del
inmueble, en todo o en parte del mismo.

3. Es por naturaleza un derecho temporal, pudiendo las partes pactar su


duración, la que en ningún caso podrá superar los máximos impuestos por la norma
(70 años si la superficie es utilizada para construcciones y 50 años si es destinada
para plantaciones o forestaciones).

4. En cuanto a sus alcances, otorga al superficiario plenos derechos de uso,


goce y disposición sobre la propiedad superficiaria, pudiendo el beneficiario
constituir sobre la misma derechos reales de garantía (hipoteca y enfiteusis),
derecho de propiedad horizontal, usufructo, uso y habitación, salvo que
expresamente se hubiera pactado lo contrario.

2
5. Se extingue por renuncia, vencimiento del plazo, cumplimiento de condición
resolutoria, consolidación, no uso, y destrucción de la propiedad superficiaria, salvo
en este último caso que el beneficiario reutilice la propiedad superficiaria en los
plazos previstos (6 años para las superficies de construcción o 3 para superficies de
plantación o forestación).

El principal efecto de la extinción del derecho, es que el titular del inmueble recupera
para sí lo plantado, construido o forestado, debiendo en consecuencia indemnizar al
superficiario por la mejora patrimonial en su favor, salvo pacto en contrario.

6. En cuanto a su registración, y cuando se constituya sobre una parte indivisa


del inmueble, se requerirá la designación de la parte sobre la que recae conforme a
plano realizado al efecto.

7. La figura resulta útil, incluso conjugada con otros institutos como el del
fideicomiso, la garantía hipotecaria y la propiedad horizontal, para el desarrollo de
emprendimientos comerciales y de viviendas sociales, como viene siendo utilizada
en varios países, en los que ha significado una importante herramienta de desarrollo
social y urbanístico.

RECOMENDACIONES:

8. Frente a la posibilidad de un uso abusivo o fuera de los alcances pactados por


las partes en el uso de la propiedad superficiaria de parte del beneficiario, se sugiere
incorporar en los contratos de constitución del derecho real una cláusula que
contemple el pacto comisorio expreso.

9. Se recomienda incorporar, al constituir el derecho real de superficie, alguna


cláusula de garantía o depósito, que salvaguarde los derechos del titular del suelo, y
que prevenga que el superficiario descuide o abandone la cosa cuando el plazo esté
cerca de su vencimiento.

10. Por sus características, resulta una herramienta útil para aplicarla en los
casos de desarrollo, exploración y explotación de energías renovables, por lo que se
recomienda a los notarios cuyas sedes de registros se encuentren en áreas aptas a
los fines de realizar estas actividades su difusión.

3
II. INTRODUCCIÓN.

El notariado bonaerense vuelve a convocarse, a más de dos años de la


entrada en vigencia del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, para abordar,
entre otros temas, el del Derecho Real de Superficie.

Superada la etapa inicial de incertidumbre y estudio de los nuevos institutos


que la reforma incorporó, y luego del transcurso de este primer período de aplicación
de las normas civiles y comerciales, cabe realizar un balance sobre el estado actual
de algunas de las figuras introducidas en el Código, refrescando sus conceptos,
analizando si han sido debidamente abordadas, y sobre todo si tuvieron la difusión y
uso que merecían por parte de los operadores del derecho, entre los cuales
sobresale el notario como profesional llamado a aplicar varios de estos nuevos
institutos.

En el presente trabajo nos enfocaremos especialmente en el derecho real de


superficie, intentando ahondar en su concepto y características, su aplicación
práctica negocial y registral, analizando sus posibles usos y conveniencia para cierto
tipo de actividades, y por qué no realizar una autocrítica como cuerpo en relación a
su difusión y aplicación en la práctica negocial.

III. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA.

El Código comienza el tratamiento de la figura definiéndola en su artículo


2114 de la siguiente forma: “El derecho de superficie es un derecho real temporario,
que se constituye sobre un inmueble ajeno, que otorga a su titular la facultad de uso,
goce y disposición material y jurídica del derecho de plantar, forestar o construir, o
sobre lo plantado, forestado o construido en el terreno, el vuelo o el subsuelo, según
las modalidades de su ejercicio y plazo de duración establecidos en el título
suficiente para su constitución y dentro de lo previsto en este Título y las leyes
especiales.”

Debemos aclarar en primer término, que el derecho real de superficie no es


una figura completamente nueva en nuestro ordenamiento jurídico, ya que la Ley
25.509, anterior a la reforma del Código, la preveía para el ámbito de la actividad
forestal.

4
El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, tomando el mencionado
antecedentes y otros ejemplos del derecho comparado, extendió la figura erigiéndola
en un nuevo derecho real con alcance general.

De la simple lectura del articulado, la primera pregunta que surge es ¿frente a


qué tipo de derecho nos encontramos?

En este punto la doctrina se encuentra dividida entre dos posturas. La primera


que considera que estamos frente a un derecho real mixto, que se ejerce en parte
sobre cosa propia, y en parte sobre cosa ajena. La segunda que lo considera un
derecho real nuevo y autónomo, que no encuadra en la categoría mixta y que por
sus propias características merece un abordaje en particular.

Creemos que la primera postura es la más acertada, por cuanto delimita


correctamente los dos planos que entran en juego en la aplicación del derecho real,
distinguiendo así dos conceptos, el del derecho de superficie que se constituye y
que corresponde al superficiario, y la propiedad sobre el terreno o bien en que se
asienta el derecho que corresponde al titular de dominio de este.

Se produce en consecuencia un desdoblamiento, que si bien a primera vista


parecería una mera distinción conceptual, cobra importancia práctica en la
asignación de derechos según el tiempo en que se constituye el derecho de
superficie.

Por tales motivos es importante diferenciar dos situaciones:

1. Derecho real de superficie constituido sobre plantación, forestación, o


construcción futura o que todavía no existe. En este caso estamos frente a un
derecho sobre cosa ajena hasta que se finalice la construcción o la plantación y
forestación den sus frutos, momento en el cual el derecho del superficiario sobre
éstas pasa a ser sobre cosa propia.

2. Derecho real de superficie constituido sobre plantación, forestación, o


construcción existente. En este caso nos encontramos frente a un derecho real
sobre cosa propia ab initio.

Con la aprobación de la Ley 26.994 y la incorporación del derecho de


superficie como nuevo elemento tipificante del “numerus clausus” que realiza el
articulo 1.887; el legislador nos invita a apartarnos de la rigidez propia de los
derechos reales tal cual nuestra comunidad jurídica históricamente los ha entendido:
5
absolutos, perpetuos y plenos; para elaborar un concepto más dinámico a través del
reconocimiento de la suspensión del principio de accesión o el derecho de accesión,
según el cual todos los bienes que se encuentran en un determinado terreno o finca
pertenecen por accesión al dueño del suelo, como modo de adquisición de la
propiedad.

Nos adelantamos a sostener, y tal cual surgirá en el desarrollo del presente, que
dicha suspensión del principio de accesión solo tiene el efecto de atribuir la
propiedad (de lo plantado, forestado o construido) al superficiario, pero de ninguna
manera modificar la naturaleza inmobiliaria de las plantaciones, forestaciones o
construcciones. Por lo que, si bien existe un desmembramiento en las facultades
que rodean al objeto del derecho de superficie, se sigue respetando el carácter
unitario del inmueble, propio o ajeno, en donde recaen los derechos del superficiario.
Desde una posición contraria, a la cual no adherimos, algunos autores prefieren
hablar de que existen dos propiedades distintas, y no una mera desmembración.

DIFERENCIAS CON FIGURAS AFINES.

A fin de caracterizar correctamente a este nuevo derecho real, cabe


diferenciarlo de algunas figuras jurídicas que pueden resultar afines.

Usufructo.

Tienen en común que ambos son derechos reales de uso y goce sobre una
cosa de propiedad ajena.

Se diferencian en que mientras que el usufructo tiene como plazo máximo la


muerte del usufructuario (indeterminado en el tiempo) el derecho de superficie estará
sujeto al plazo que pacten las partes, y en su defecto al máximo establecido por la
ley.

Su principal diferencia radica en que mientras que el derecho de usufructo es


de carácter personal y no puede gravarse, el superficiario puede constituir derechos
reales sobre el objeto afectado.

El usufructo se extingue con el fallecimiento del beneficiario y no se transmite


mortis causa, como sí ocurre con la superficie.

Locación.

6
La primera diferencia estriba en que mientras que la locación se constituye en
un contrato, la superficie es un derecho real autónomo.

En el caso de la locación además el locatario no es dueño de las mejoras


introducidas en la cosa ajena como sí lo es el superficiario quien cuenta con un
derecho de dominio distinto al del dueño del suelo por el tiempo que dura la
afectación.

Enfiteusis.

Ambos son derechos reales. Pero mientras que en el caso de la enfiteusis el


beneficiario no se encuentra limitado en el ejercicio de sus derechos sobre la cosa
ajena, en la superficie el superficiario sólo puede ejercer su derecho limitado al
objeto para el que se hubiera afectado (forestar, plantar o construir).

Por último la enfiteusis sólo puede ser onerosa, debiendo abonar al dueño de
la cosa un canon, mientras que el derecho de superficie puede ser de naturaleza
gratuito.

IV. CARACTERÍSTICAS.

1. Plazo.

Es por definición temporario, es decir, está destinado a durar por un cierto


tiempo convenido por las partes. A fin de garantizar ese carácter esencial de la
temporalidad es que el artículo 2117 CCC establece sus máximos: 70 años si la
superficie es utilizada para construcciones y 50 años si es destinada para
plantaciones o forestaciones. Está permitida la prórroga en el plazo, pero ésta podría
perjudicar a terceros que ostenten derechos que se consolidarían al extinguirse la
superficie. Por ello si bien el plazo originariamente convenido por las partes puede
ser prorrogado por estas, en ningún caso las sucesivas prórrogas (si las hubiere)
pueden superar los máximos legales establecidos, ya que en materia de derechos
reales en general y en el de superficie en particular, están en juego intereses que
van más allá de los meramente personales. Sin perjuicio de ello nada impide que al
vencer el plazo (legal o convencional) se resuelva constituir un nuevo derecho de
superficie de características similares.

La fijación de plazos máximos diferenciados para la construcción por una


parte (70 años) y la plantación y forestación por la otra (50 años) obedece a los
distintos tiempos de vida útil y amortización para actividades tan diversas.
7
En este sentido deberá existir relación entre el tiempo y el proyecto.
Consideramos en tanto que un asesoramiento notarial integral, junto con un análisis
de las inversiones y rentabilidad del emprendimiento serán fundamentales para
determinar el plazo a establecerse.

El legislador consideró innecesaria la incorporación de plazos mínimos, ya que


dentro del ejercicio de la autonomía de la voluntad nada impide a las partes optar
por periodos más cortos. Los mismos entendemos deberán empezar a contarse
desde que confluyen título y modo, firma de la escritura y toma de posesión.

2. Modalidades.

Como ya dijimos, el titular del dominio puede constituir derecho real de


superficie en cualquiera de sus dos modalidades permitiendo al superficiario: a)
realizar construcciones, plantaciones o forestaciones sobre la rasante, vuelo y
subsuelo del inmueble ajeno, haciendo propio lo plantado, forestado o construido, en
cuyo caso es derecho real sobre cosa ajena, como también permitir que b) se
constituya el derecho sobre plantaciones, forestaciones o construcciones ya
existentes, atribuyendo al superficiario su propiedad, (propiedad superficiaria), en
cuyo caso se trata de derecho real sobre cosa propia.

De una u otra manera daría nacimiento a una coexistencia de derechos: 1)


derecho del superficiario y 2) derecho del titular del suelo, por lo que el dominio va a
sufrir un desmembramiento, convirtiéndose en imperfecto.

Del análisis de los artículos 2114 al 2153 del Código Civil y Comercial de la
Nación que desarrollan el instituto que aquí analizamos, surge en varias
oportunidades la utilización de vocablos que “a prori” pueden prestar alguna
confusión al ser utilizados de manera indistinta o como sinónimos, pero que en su
desarrollo responden a situaciones diversas. Por lo que vale aclarar, para el mejor
entendimiento del tema y en especial del presente trabajo, la relación de género y
especie que rodea al “derecho de superficie” tal cual se nos presente en el Código
Civil y Comercial de la Nación.

Es decir, en primera medida el vocablo es utilizado de forma general para


referir al instituto jurídico o al derecho real tipificado en el art. 1887; y en especial
debemos hablar de derecho de superficie como PROPIEDAD SUPERFICIARIA,
distinguiendo en los siguientes casos:

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a) el derecho de construir, plantar o forestar sobre inmueble ajeno; y/o

b) el derecho a gozar y usar lo ya construido plantado o forestado. Pudiendo esto


último adoptar dos modalidades diferentes: i) Permite al superficiario edificar o
plantar para luego adquirir la propiedad de lo plantado o construido,
independientemente del fundo en el que se asienta la construcción; o bien ; ii) este
derecho es otorgado frente a una plantación o construcción ya existente; por lo que
el desmembramiento del dominio será aún más visible; ya que la propiedad del suelo
sigue perteneciente a su titular original (nudo propietario, superficiante, cedente del
fundo, etc.) y la propiedad de los construido o plantado pasará a ser del superficiario
como propiedad fiduciaria.

En consecuencia, en el supuesto i) se hablará de derecho propio sobre cosa ajena,


propiedad superficiaria que va a existir cuando se realice la construcción, forestación
o plantación y el resultado pase a ser propiedad del superficiario; y en ii) existirá
derecho propio sobre cosa propia, ya que las facultades del superficiario se ejercen
“ab-initio” sobre lo existente en el fundo ajeno.

Según el artículo 1913 CCC no puede existir más de un derecho de superficie


o cualquier otro derecho real que sean excluyentes entre sí sobre la misma parte
material del inmueble por aplicación del principio de concurrencia.

3. Objeto.

Puede constituirse sobre la totalidad del inmueble o solo en una parte


determinada del mismo, sobre el suelo o rasante, el vuelo o el subsuelo, lo que
admitiría el carácter tridimensional del derecho. 1

Se entiende por suelo el sitio o solar no edificado y que geométricamente


sería un plano que se ubica en la capa térrea. El vuelo es el espacio aéreo que
existe sobre el suelo. Y el subsuelo vendría a constituir no un antónimo del vuelo,
sino un espacio cuya caracterología resulta similar pero ubicada en el plano
subterráneo.

El vuelo y el subsuelo, juntamente con la rasante, son dimensiones


autónomas del inmueble y cada de una de ellas sirve de asiento a la constitución de
este derecho real.

1 CAUSSE, Jorge R. "El derecho de superficie". Academia Nacional del Notariado. LXIX Seminario
Teórico Práctico Laureano Moreira, página 82.

9
Respecto del vuelo se ha considerado por alguna doctrina minoritaria que al no
ser el espacio aéreo cosa materialmente o físicamente visible las negociaciones en
torno a la constitución del derecho de superficie entrarían en la esfera de los
derechos personales. Independientemente de ello, el legislador decidió su inclusión
y la mayor parte de la doctrina sostiene que no existe objeción alguna en cuanto a la
posibilidad que tiene el “cubo de aire” de ser objeto de este instituto.

En cualquier caso el titular dominial podrá dividir materialmente el inmueble y


aprovecharlo de distintas maneras, sea en forma directa o constituyendo diversos
derechos reales sobre cada una de las partes del fundo. 2

Cabe destacar que según el artículo 2116 segundo párrafo del código, la
afectación al derecho de superficie no sólo puede recaer sobre la parte del inmueble
destinada a construir, forestar o plantar sino también extenderse a otras partes
materiales del mismo siempre que sean de utilidad al ejercicio del derecho
superficiario.

4. Legitimación.

El artículo 2118 consagra una enumeración taxativa de personas legitimadas


para constituir derecho de superficie, a saber:

a) Titulares de dominio: en principio incluye también al titular del dominio


fiduciario, ello en la medida que guarde relación el proyecto de superficie con el
objeto del fideicomiso. Excluye al usufructuario.

b) Condóminos: Se requiere conformidad unánime de todos los condóminos


(artículo 1990 C.C.y.C.N)

c) Consorcio de propietarios de inmueble afecto a la propiedad horizontal:


Algunos autores critican la redacción del artículo en cuanto debería referirse de
manera a plural a “los propietarios” o algún término inequívoco que refiera al
consorcio. Si bien podría interpretarse confusamente que cualquier propietario
pueda constituir individualmente el derecho de superficie, esta misma corriente
doctrinaria lo considera un acto material y jurídicamente imposible. Lo primero por no
existir espacio en la unidad funcional como una manifestación de área privativa
donde pueda materializarse el derecho, y lo segundo porque si se efectúa un acto de
2 ZAVALA, Gastón Augusto. "Derecho real de superficie". Revista Notarial Colegio de Escribanos de
la Provincia de Buenos Aires número 936.

10
disposición sobre un sector de propiedad común que se adjudicará a un tercero
como propiedad superficiaria, esto requerirá unanimidad del consorcio. Y para el
caso de que raramente esto último suceda, la nueva unidad no solo no constituirá
una nueva subparecla, sino que además no se le asignará porcentual, ni el ocupante
será consorcista, por lo que no se le liquidaran expensas, ni tendrá derechos para
asistir, deliberar y votar en asambleas. Finalmente, y una vez que se venza el plazo
del derecho de superficie, el consorcio decidirá si esta se adjudica a algún tercero o
si continua como espacio común).

Respecto de las personas jurídicas el Código nada dice, por lo que


entendemos que si no hay norma que lo limite es válida su legitimación.

5. Facultades del superficiario.

Las facultades otorgadas al superficiario según la interpretación conjunta de


los artículos 2114 y 2120 del Código Civil y Comercial son muy amplias: puede usar,
gozar y disponer de la cosa material y jurídicamente.

Un especial punto de debate se generó sobre la posibilidad o no del


superficiario de constituir cualquier derecho real de garantía sobre la propiedad
superficiaria, apuntando especialmente a la pregunta sobre si estaría facultado o no
a hipotecarla.

En nuestra opinión, y según lo dispuesto en los artículos 2213 y 2206 del


Código pueden constituirse sobre el de superficie dos derechos reales de garantía:
la hipoteca y la anticresis, debiendo distinguir nuevamente los dos momentos en
relación a su constitución y si estamos frente a un derecho sobre cosa ajena o
propia:

1. Derecho real de garantía constituido sobre construcciones, plantaciones o


forestaciones futuras. En este caso la garantía recae y podrá ejecutarse sobre el
derecho del superficiario a realizarlas.

2. Derecho real de garantía constituido sobre construcciones, plantaciones o


forestaciones existentes. En este caso la garantía recae y se ejecuta sobre la
propiedad superficiaria ya existente.

Otro tema que ha generado opiniones encontradas es el de la posibilidad del


superficiario de someter la propiedad superficiaria al régimen de propiedad

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horizontal, siempre claro que estemos frente al derecho de superficie constituido
sobre construcciones, excluyendo las plantaciones y forestaciones.

Al respecto consideramos que el superficiario también puede someter la


construcción al régimen de propiedad horizontal no sólo porque así lo dispone el
artículo 2120 segundo párrafo del Código, sino porque además entendemos que se
encuentra en el espíritu de la figura y en las razones que llevaron a su incorporación,
como también en los ejemplos de aplicación en derecho comparado, la posibilidad
de su instrumentación.

De este modo, podrán explorarse posibilidades de negocios que vayan más


allá de la mera constitución del derecho por parte del superficiario, pudiendo en
consecuencia ampliarse las aplicaciones prácticas de la figura a otros negocios
jurídicos, optimizando las finalidades que se pensaron en su regulación.

Sobre la analogía que hacen quienes consideran que no puede constituirse


hipoteca sobre la propiedad superficiaria por no poder hacerse tampoco sobre
emprendimientos inmobiliarios en construcción o llamados también de pozo, cabe
aclarar que mientras en estos últimos todavía no existe derecho real sobre el que
recaiga la garantía hasta que no se termine la construcción de las unidades
funcionales y se otorgue reglamento de copropiedad y administración dando
nacimiento al régimen de propiedad horizontal, en el caso de la propiedad
superficiaria ya existe ab initio un derecho real independiente de la construcción
sobre el que ejecutar la garantía.

Finalmente, es importante aclarar que en principio, y aún si nada se dice al


respecto al constituir el derecho, el superficiario puede someter lo construido al
régimen de la propiedad horizontal sin autorización del titular del inmueble, la que se
requerirá sólo cuando así se hubiera acordado expresamente.

Inclusive podrá gravar o transmitir las unidades funcionales resultantes sin


consentimiento del titular del terreno, la que se requerirá sólo cuando así se hubiera
acordado expresamente, pero siempre dentro del límite del plazo del derecho de
superficie.

El art. 2125 determina que finalizado el plazo y extinguido el derecho de


superficie; los derechos constituidos se extinguirán y lo edificado pasará al titular del
suelo, libre de todo gravámenes. En tal caso podría estipularse “ab-initio” las

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características y destino de las unidades que se construirán, o bien determinarse si
al extinguirse la superficie también deberá desafectarse el régimen de la propiedad
horizontal, o si esta se mantendrá en cabeza del titular del suelo.

Si bien, alguna doctrina minoritaria critica fuertemente esta facultad por


considerar que tiende a “desnaturalizar la esencia conceptual del instituto”3. Otros,
desde una postura más conciliatoria, sostienen que la coexistencia de ambos
derechos puede traer cierta complejidad, y deberá hacerse una valoración de la
conveniencia de su utilización y las ventajas que pueda otorgar en la financiación o
en el desarrollo del emprendimiento. Por lo que al momento de redactar el titulo
constitutivo; el colega autorizante deberá, en miras de prevenir futuros conflictos,
asesorar a las partes sobre la necesidad de un análisis exhaustivo en cuanto a la
conveniencia de reservarse el superficiario la facultad de afectar al régimen de la
propiedad horizontal el inmueble superficiario.

En el marco de las Jornadas Notariales Argentinas celebradas en agosto del


2016 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se concluyó que en virtud del
revocación retroactiva reglada para el dominio revocable (artículos 1967 y 1969) se
recomienda que el sometimiento de propiedad horizontal que se formalice se haga:
1) conjuntamente con la conformidad del propietario del suelo: y 2) que en el acto
constitutivo del derecho real de superficie se convenga la no retroactividad del
mismo a fin de lograr la subsistencia de la afectación al expirar el plazo.

Por iguales razones, consideramos que el titular de la propiedad superficiaria


puede también constituir sobre ésta derecho real de usufructo, uso y habitación,
siendo en consecuencia sus facultades amplias y abarcativas de todos los derechos
de disposición, uso y goce sobre la propiedad superficiaria.

6. Facultades del propietario.

La constitución del derecho de superficie necesariamente importa una


desmembración que va a configurar una nueva extensión al derecho original del
superficiante; este último conserva la disposición material y jurídica del inmueble en
la medida de no turbar al superficiario en su derecho; algo similar a los reglado para
el instituto del usufructo en el artículo 2151 respecto de las facultades del nudo
propietario.
3 GABAS, Alberto: “El derecho de superficie en la propiedad horizontal y la propiedad horizontal superficiaria” MJ-DOC-7386-AR |
MJD7386).

13
Según el artículo 2125, una vez finalizado el contrato el superficiante tiene
derecho a extender en su dominio a todo lo plantado, forestado y construido en el
inmueble de su propiedad, por lo que reanuda (o cesa la suspensión) del principio de
accesión. A la vez que, si se estipulo, deberá indemnizar al superficiario por las
mejoras introducidas (artículo 2126).

7. Forma de adquisición.

Al respecto el código distingue entre la constitución del derecho de superficie


y su transmisión.

- Por actos entre vivos: tanto la constitución como la transmisión pueden


realizarse por contrato gratuito u oneroso. En este último caso la contraprestación
podrá consistir por ejemplo en la adjudicación a favor del titular del dominio del
inmueble de unidades construidas o a construir. Desde el punto de vista del derecho
formal, la escritura pública es exigida como instrumento ineludible para su
instrumentación y registración.

- Por causa de muerte. No puede constituirse derecho de superficie por causa de


muerte. Sólo podrá transmitirse un derecho superficiario constituido en vida del
causante, por lo que entendemos, como lo hace la mayoría de la doctrina, que no
puede constituirse el derecho por testamento.

- No puede adquirirse por usucapión. Se pone fin a una vieja discusión que
provenía de la ley de superficie forestal sobre la posibilidad de adquisición originaria.
Sin perjuicio de ello, nada obsta a que con una posesión veinteñal acreditada se
pueda intentar el juicio de adquisición originaria del dominio perfecto.

- Sin embargo se admite la prescripción breve a efectos de sanear el justo


título. La que se aplica para el supuesto en que al momento de instrumentarse el
título haya existido algún vicio respecto de la legitimación del otorgante. Todo ello
debiendo ser analizado armoniosamente con lo establecido por el artículo 1902 en
casos que se opte por la prescripción adquisitiva respecto del justo título, la buena fe
y la diligencia al momento de contratar.

-
Respecto de la transmisión del derecho, cabe aclarar que si bien no es un
carácter esencial del derecho, para tal supuesto se deberá contar con la
autorización del nudo propietario. Ello en cuanto a que puede haber sido la persona

14
del superficiario elemento esencial en la contratación a la hora de decidir el
desmembramiento del dominio y la afectación a este derecho.

En cualquier caso, y cuando el derecho se constituya en forma onerosa, surge


la pregunta sobre la manera de garantizar los derechos del titular de dominio del
inmueble frente al resto de los acreedores del superficiario por el pago del monto
debido en concepto de la superficie, teniendo en cuenta especialmente la
eliminación del privilegio sobre saldo de precio que contemplaba el código velezano.
Consideramos como una posible solución a este inconveniente la de la constitución
simultánea al de superficie de un derecho real de garantía hipotecaria en primer
grado sobre la propiedad superficiaria en favor del titular de dominio del inmueble,
para asegurar sus derechos al cobro.

8. Extinción.

El derecho de superficie se extingue por:

a) Renuncia, debe ser expresa e instrumentada en escritura pública para su


inscripción y notificada al superficiante.

b) Vencimiento del plazo, produce de pleno derecho la extinción.

c) Cumplimiento de una condición resolutoria.

d) Consolidación, se produce por la confusión en una misma persona de la


calidad de titular de dominio del inmueble y de superficiario.

e) No uso durante 10 años en el caso de superficie para construir o 5 años para


los casos de superficies de plantar o forestar. Los supuestos anteriores son
objetivamente determinados, pero el no uso puede dar lugar a distintas
interpretaciones en cuanto si estamos o no frente a esta causal de extinción. Es
decir, que será necesaria la verificación tanto del no uso y como del cumplimiento
del plazo; por lo que si el superficiario no reconoce alguno de estos hechos se
resolverá en sede judicial. Por lo tanto será de suma importancia que las partes
determinen con precisión en el contrato las circunstancias que determinen ambas
situaciones.

f) Destrucción de la propiedad superficiaria: en principio el derecho se extingue


por destrucción de la propiedad superficiaria, salvo que el beneficiario del derecho

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construya nuevamente dentro del plazo de 6 años para las superficies de
construcción o 3 para superficies de plantar o forestar.

Cuando el derecho de superficie se extingue por el cumplimiento del plazo


convencional o legal, el propietario del suelo hace suyo lo construido, plantado o
forestado, libre de los derechos reales o personales impuestos por el superficiario.

Si el derecho de superficie en cambio se extingue antes del cumplimiento del


plazo legal o convencional, tanto los derechos reales como personales constituidos
por el superficiario continúan vigentes en cabeza de éste último y gravan a la cosa
como si la extinción no se hubiere producido.

Aquí las partes deberán estipular con qué porcentaje de destrucción o bajo qué
circunstancias será considerada esta causal de extinción, y en caso de pactarse la
reconstrucción cuáles serán los detalles del proyecto y su desarrollo. Será el acta
notarial la herramienta más idónea para constatar la destrucción de la propiedad
fiduciaria y/o el ejercicio (o no) del derecho a plantar, forestar o construir
nuevamente.

Creemos recomendable incorporar, al constituir el derecho real de superficie,


alguna cláusula de garantía o depósito, que salvaguarde los derechos del titular del
suelo, y que prevenga que el superficiario descuide o abandone la cosa cuando el
plazo esté cerca de su vencimiento, como las que por estilo se utilizan por ejemplo
en materia de derecho administrativo para los casos de contrato de concesión.

En cuanto a las causales de extinción del derecho, y como se indica en las


pautas del tema, se ha planteado la duda sobre si el uso abusivo o la alteración de la
sustancia comprobada judicialmente por parte del superficiario, constituyen o no
motivo suficiente para la resolución del contrato por parte del titular del dominio del
inmueble.

En relación a esto, la doctrina también se ha planteado si el incumplimiento de


las obligaciones por parte del superficiario, permite el ejercicio o no del pacto
comisorio.

Si bien creemos que la solución a estos interrogantes surgirá de la


jurisprudencia y con el tiempo, sí consideramos y sugerimos que sería de buena
práctica incluir en los contratos de constitución del derecho de superficie una

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cláusula que prevea el pacto comisorio expreso en caso de incumplimientos
comprobados de parte del superficiario en el ejercicio de sus derechos.

9. Efectos de la extinción del derecho. Indemnización al superficiario.

Respecto de sus efectos, deben analizarse dos supuestos de extinción: a) Por


vencimiento del plazo: Surgen los efectos propios de todo dominio revocable (art.
1965), a saber: restitución de la cosa ajena cumplida la condición o plazo resolutorio
con efecto retroactivo (art. 1967), salvo pacto en contrario. También se extinguen los
derechos reales o personales construidos por el superficiario; respetando los actos
administrativos ejecutados por el superficiario que ahora quedan concluidos
(art.2670). b) Otros supuestos: Los derechos reales constituidos sobre la propiedad
superficiaria continúan hasta el vencimiento del plazo legal o convencional (art.
2125). Respecto de la consolidación, y cuando esta se produce como causa
especifica de extinción del derecho queda comprendida en este supuesto, ello en
distinción a una hipotética consolidación dada por vencimiento del plazo.

Producida la extinción, el titular de dominio del inmueble debe indemnizar al


superficiario, por cuanto al hacer suyo lo plantado, forestado o construido se produce
una mejora patrimonial en su favor.

Por aplicación del principio de la autonomía de la voluntad, queda a criterio de


las partes pactar al momento de la constitución del derecho esta indemnización y la
forma en que debe llevarse a cabo, como así también el monto de la misma.

También pueden los contratantes eximir superficiario del pago de la


indemnización o estipular algún tipo de compensación para el superficiario.

A efectos de calcular esta indemnización resulta conveniente tener en cuenta el


valor fijado por las partes al momento de constituir el derecho o posteriormente.

Cuando deba indemnizarse se tomará en cuenta a tales efectos el monto fijado


por las partes en el acto constitutivo, o en acuerdos posteriores.

Para el caso en que las partes no hubieran previsto monto alguno, la norma fija
parámetros objetivos destinados a valuar la indemnización cuantificando

V. ASPECTOS REGISTRALES.

17
Frente a la creación de nuevos derechos reales en el Código Civil y
Comercial, se plantea como duda la forma como los mismos deberán ser registrados
a efectos de darles publicidad a terceros en los registros respectivos.

Encontrándose el derecho real de superficie dentro de esta nueva categoría


de institutos, debemos analizar los aspectos relacionados a su registración.

Registro de la Propiedad Inmueble Provincia de Buenos Aires.

Al respecto se expidió expresamente la Orden de Servicios Interna publicada


por el Registro de la Propiedad Inmueble de la Provincia de Buenos Aires.

Comienza su texto por reconocer la creación de este nuevo derecho real


temporario, constituido sobre inmueble ajeno, creándose así una coexistencia entre
el derecho del superficiario con la propiedad separada del titular del suelo, conforme
lo establece el artículo 2115 in fine del CCC.

Para ello se establece que el derecho de superficie deberá ser rogado


mediante los códigos registrales que se generen al efecto.

Teniendo en cuenta las amplias facultades que tiene el superficiario conforme


se establece en el artículo 2120 del mismo cuerpo legal el Registro procederá a
calificar:

1. La constitución del derecho debe hacerse por escritura pública cuando el


mismo recaiga sobre bienes inmuebles.

2. En dicha escritura deberá hacerse constar el plazo de duración del derecho,


para darle efectiva publicidad, siempre que el mismo haya sido convenido por las
partes conforme los artículos 2117 y 2125 del Código. De no pactarse plazo regirán
los máximos establecidos por ley.

3. Puede constituirse sobre todo el inmueble o sobre una parte determinada del
mismo, sobre el espacio aéreo o sobre el subsuelo o sobre construcciones
existentes aún dentro del régimen de propiedad horizontal sobre una unidad
determinada que surja del mismo.

4. Cuando el derecho de superficie se constituya sobre la totalidad del inmueble


no se requerirá plano de mensura para delimitar al mismo. En cambio cuando el
derecho se constituya sobre una parte del inmueble, el Registro de la Propiedad se
inclinó por la postura defendida por agrimensores en cuanto a la necesidad de exigir
18
plano para su constitución. Al respecto cabe aclarar que el Colegio de Escribanos de
la Provincia de Buenos Aires sostuvo que bastaría con presentar croquis para
delimitar la parte afectada, sin necesidad de un plano, como se aplica respecto a
otros derechos reales como el usufructo.

5. Puede constituirlo el titular de derecho real de dominio sobre el terreno,


condóminos o consorcistas en propiedad horizontal.

6. Los actos jurídicos que realice el superficiario deberán celebrarse dentro del
plazo de vigencia del derecho de superficie sin necesidad del consentimiento del
titular de dominio del terreno.

7. En caso de que en el asiento registral se hicieran constar que el superficiario


no puede afectar al régimen de propiedad horizontal sin consentimiento del titular de
dominio del lote, por así haberse pactado, se observarán los documentos que no
cuenten con la expresa autorización del este último.

Una vez calificado el instrumento, el procedimiento de registración se inicia


con la anotación de la afectación a superficie en la parte superior (descripción del
inmueble) de la matrícula del bien objeto del derecho, donde se dejará constancia de
la apertura de matrículas de “Superficie A” (SA), utilizando hasta la confección de las
mismas las planillas A existentes con la rectificación “SA”.

Se deberá abrir una matrícula “SA” distinta de la correspondiente al inmueble


para cada derecho de superficie constituido sobre este último, es decir que si el
inmueble estuviera afectado por distintos derechos de superficie, cada uno de ellos
origina la apertura de una matrícula “SA” independiente.

Cuando el derecho de superficie abarca a todo el bien, en la matrícula “SA” no


se necesitará consignar nuevamente los datos de individualización del inmueble.

En cambio si el derecho de superficie se constituye sobre una parte del


inmueble, se debe realizar la designación de la parte sobre la que recae conforme al
plano realizado.

En el rubro a) de la matrícula “SA” se inscribirá la titularidad sobre el derecho


de superficie. Los gravámenes, medidas cautelares, cancelaciones y certificaciones
referentes al derecho real de superficie en cambio, se inscribirán en los rubros b), c)
y d) de la matrícula.

19
Es importante mencionar que los pedidos de publicidad que recaigan sobre
inmuebles afectados a derecho real de superficie serán expedidos con la
información de las constancias que surjan en la totalidad de las matrículas “A”, “SA”,
“SPHB”, “SPHA”. Es decir por ejemplo que si se solicita un informe de dominio por el
número de matrícula correspondiente al inmueble “madre” se informarán además las
matrículas abiertas en ocasión de inscribirse el derecho de superficie.

Cuando el superficiario afectare su derecho a propiedad horizontal, se


generarán matrículas “PHB” por las unidades creadas y “PHA” para cada una de las
mismas.

En cuanto a la extinción del derecho de superficie, la misma debe ser rogada


expresamente por parte interesada una vez operada por cualquiera de las causales
que establece la ley para ser cancelado registralmente.

Al operarse los plazos máximos legales, y aunque el texto de la norma


manifiesta que la extinción se realiza de pleno derecho, los mismos no serán objeto
de calificación registral, siendo necesario rogar la extinción del derecho
registralmente. Operada la extinción, sea por vencimiento del plazo legal o
convencional, el titular de dominio hace suyo lo construido, plantado o forestado libre
de derechos reales o personales que afectaban a la propiedad superficiaria.

Si la extinción del derecho en cambio opera antes del cumplimiento del plazo
del derecho (sea el pactado por las partes o el máximo legal) los derechos reales
constituidos sobre la propiedad superficiaria continúan vigentes en cabeza del
superficiario hasta la expiración del plazo de vigencia del mismo, conforme lo
establece el artículo 2125 del Código.

Registro de la Propiedad Inmueble Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Fue coincidente en su regulación con el Registro de la Propiedad de la


provincia en cuanto a la necesidad de la realización de un plano de mensura cuando
el derecho se constituya sobre una parte del inmueble para su registración, y en lo
relativo a la necesidad de rogar la cancelación expresa del derecho una vez
extinguido por cualquier causa que fuera.

Sin embargo se dispuso que en el caso del Registro de la Propiedad Inmueble


de la Ciudad, existirán dos tipos de matrículas distintos dependiendo de si el
derecho de superficie recae sobre todo el bien (“ST” por superficie total) o sobre una
20
parte del mismo (“SP” por superficie parcial). Solicitando la confección del los planos
respectivos, en el caso de parcialidad.

VI. SUS ANTECEDENTES Y APLICACIÓN EN EL DERECHO COMPARADO.

La figura tiene su origen en el derecho romano.

El Código Civil sin embargo no la contemplaba, explicando Vélez en la nota al


artículo 2503 las razones por las cuales no lo incorporó a nuestra legislación ya que
lo consideraba junto a la enfiteusis como derechos que generarían conflictos al
confundirse los límites y alcances de los derechos del titular de dominio y el
superficiario.

En el año 2001 se sancionó la ley 25.509 de explotación forestal que entre su


articulado preveía la figura de la superficie, pero limitada a la actividad de forestal.

En el análisis de los casos de derecho comparado, la aplicación de este


derecho viene relacionada a procesos de planeamientos urbanísticos.

En el año 2003 Brasil, incorporó a su Código Civil el derecho real de


superficie, en base a un proyecto de urbanización de distintas zonas del país vecino.
En dicho país, se utiliza la figura para aplicarla a regularización dominial, otorgando
el Estado al ocupante de la tierra un derecho real de superficie por el plazo de 20
años, vencido el cual el superficiario puede consolidar el dominio a su favor, si el
titular dominial no se opone.

En Alemania, este derecho fue introducido por una ordenanza del año 1919, y
fue aplicado como una solución para la reconstrucción de las ciudades luego de las
guerras mundiales. La gran diferencia que presenta el derecho de superficie en
Alemania respecto al incorporado en nuestra legislación, es que en dicho país puede
ser perpetuo, debido a que fue creado para tierras que eran de propiedad del
Estado, por lo que la perpetuidad no generaba conflicto entre partes.

En otros países como en Francia el derecho de superficie se utiliza para la


construcción de monumentos.

VII. NORMAS DE APLICACIÓN SUPLETORIA.

El Código contiene dos normas de aplicación supletoria.

21
El artículo 2127, que remite a las normas relativas a las limitaciones de uso y
goce en el derecho de usufructo, y respecto al cual coincidimos con la doctrina en el
sentido de que “no se trata de una remisión genérica a las normas del usufructo,
sino más bien específica a la limitación del uso y goce prevista en el derecho real” 4
que según el artículo 2145 del mismo cuerpo legal “debe ajustarse al destino de los
bienes del usufructo (por aplicación analógica de la superficie), el que se determina
por la convención, por la naturaleza de la cosa o por el uso al cual estaba afectada
de hecho”.

Del análisis de las normas aplicables por analogía y de la opinión de la


doctrina, consideramos que lo que el legislador buscó con estas normas no fue
limitar el derecho del superficiario sólo al uso y goce de la cosa, como en el caso del
usufructo, sino que debe interpretarse que lo que se pretendió fue establecer las
pautas que deberá tener en cuenta el superficiario en el ejercicio de su derecho, lo
que no obsta sus facultades de disposición sobre la propiedad superficiaria.

El artículo 2128, debe interpretarse en el sentido ya expresado de la


existencia de un doble plano, aplicable al derecho sobre cosa propia y sobre cosa
ajena, y que abona la teoría de que estamos frente a un derecho de carácter mixto
como ya fue explicado.

VIII. EJEMPLOS DE APLICACIÓN PRÁCTICA EN LA VIDA NEGOCIAL.

1. Proyectos de energía renovable.

La llegada del Siglo XXI, y en especial esta segunda década, ha traído


aparejado un aumento en la preocupación general por el cuidado del planeta y el
medio ambiente, encuadrado en un preocupante recrudecimiento de catástrofes
naturales causadas por acciones del hombre, como tormentas, huracanes, sequías,
etc.

Ello derivó en la búsqueda de posibles soluciones a estos problemas, incluso


plasmadas en foros y acuerdos internaciones, entre las que se incluye la exploración
y explotación de energías alternativas como las renovables, de menor impacto
ambiental.

4 CLUSELLAS, Eduardo Gabriel (Coordinador). “Código Civil y Comercial, Comentado, Anotado y


Concordado. Modelos de redacción sugeridos”. Editorial Astrea y Fundación Editora Notarial (Colegio
de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires). Buenos Aires. Tomo 7. Pág. 352.

22
En nuestro país particularmente y al respecto rige en la materia la Ley 27.191
de régimen de fomento nacional para el uso de fuentes renovables de energía
destinada a la producción de energía eólica.

Al respecto, consideramos al derecho de superficie como una herramienta útil


aplicable a los fines de la norma, por cuanto permite a las empresas reguladas por la
ley, y que se dedican a la producción, generación y explotación de energías
renovables, celebrar contrato de superficie con los titulares de dominio de los
inmuebles ubicados en zonas aptas para tales actividades, a fin de desarrollarlas.

Creemos importante, en especial para aquellos notarios de registro con


asiento en estas zonas, difundir la figura entre sus clientes.

2. Emprendimientos inmobiliarios y regularización dominial. La experiencia


en derecho comparado.

Frente al escepticismo que la figura genera en muchos sobre su conveniencia


o aplicación práctica, y coincidiendo con las pautas fijadas por los coordinadores del
tema, creemos que la superficie puede cumplir un importante papel en el ámbito
inmobiliario, como “generador de soluciones sociales o económicas y motor de
crecimiento en su finalidad de construcción para alcanzar el desarrollo de
emprendimientos urbanísticos, de reconstrucción de ciudades o modo paliativo de
déficit habitacional”.5

A los casos enumerados en las mencionadas pautas (shoppings, hoteles,


instalaciones deportivas), agregamos por ejemplo complejos de cocheras o
estacionamientos o departamentos para alquiler.

Consideramos oportuno graficar su utilidad con la descripción de un caso


práctico:

Supongamos la existencia de una persona (A) titular de dominio de un


inmueble baldío y quien se encuentra imposibilitado de invertir en construirlo por
falta de medios económicos; y la existencia de otra persona (B) que cuenta con esos
medios, y se interesa por las características del inmueble, sumado al hecho de que
constituir sobre el mismo un derecho de superficie a su favor significará para éste un
costo menor que el de su compra.

5 Pautas elaboradas por los Coordinadores del Tema I de la 40 Jornada Notarial Bonaerense Nots.
Andrea Fernanda Salvini y Leandro Nicolás Posteraro Sánchez.

23
En ese caso, A constituirá derecho real de superficie por un tiempo
determinado a favor de B, para que éste construya en uso de su derecho a la
propiedad superficiaria sobre el inmueble (por ejemplo un complejo hotelero), para
su explotación por el plazo que dure la constitución del derecho, revirtiendo en A al
finalizar el mismo el dominio pleno sobre lo construido, pudiendo continuar con su
explotación.

Si bien es cierto que la figura puede utilizarse para emprendimientos


comerciales y de vivienda en el ámbito privado, consideramos en la práctica más
factible que la misma sea empleada en el desarrollo de emprendimientos
comerciales, por cuanto en este caso el titular de la propiedad superficiaria podrá ver
satisfecha su necesidad de explotación comercial por un costo menor al de la
compra del inmueble aún por un plazo de tiempo, manteniendo el dueño del terreno
su expectativa a quedarse con lo construido vencido el mismo. Distinto es el caso de
quien busca adquirir un inmueble para vivienda, siendo más difícil en la práctica que
éste acceda a que su derecho sea temporal.

Sí creemos en cambio que su constitución para vivienda puede tornarse útil


en sectores o zonas de vulnerabilidad social y como solucionador de crisis
habitacionales, incluso pudiendo constituirse superficie sobre terrenos fiscales por
parte del Estado o construidos por éste, a fin de permitir el acceso a una vivienda
digna a ciudadanos que lo necesiten por un costo menor a los precios de mercado,
finalizado el plazo del cual el dominio revertiría al Estado.

Por todo lo cual auspiciamos la difusión de la figura, incluso conjugada con


otros institutos como el del fideicomiso, la garantía hipotecaria y la propiedad
horizontal, para el desarrollo de emprendimientos comerciales y de viviendas
sociales, como viene siendo utilizada en varios países, en los que ha significado una
importante herramienta de desarrollo social y urbanístico.

IX. CONCLUSIÓN.

Como planteáramos al inicio del presente trabajo, habiendo ya transcurrido


más de dos años desde la entrada en vigencia del Código Civil y Comercial de la
Nación, despejadas las dudas e incertidumbres iniciales, cabe dedicarnos ahora al
análisis de la aplicación práctica de la normativa legal a lo largo de este tiempo, en
especial en relación a las nuevas figuras incorporadas.

24
Si bien el derecho de superficie, como expresamos, ya existía en nuestro
ordenamiento legal, limitado a la actividad forestal, el nuevo Código lo jerarquizó
como herramienta jurídica ampliándolo a las actividades de plantación y
construcción.

A pesar de ello, y con el tiempo, podemos decir que en cuanto a su difusión,


alcance y aplicación práctica poco se ha avanzado desde el 1 de agosto de 2015, lo
que se refleja en reducidos casos de constitución de este derecho estadísticamente
reportados.

Al analizar y refrescar la definición y características del mismo, y sobre todo


ahondar en sus aplicaciones prácticas, es nuestro deseo que este trabajo aporte e
incentive al notariado a difundir la figura entre sus requirentes, teniendo en cuenta
sus diversas aristas, modalidades, usos, conveniencia respecto a otros contratos o
derechos reales y los resultados de su utilización en el derecho comparado.

Frente a un notariado que legítima y constantemente busca incorporar nuevas


incumbencias, instamos al estudio, perfeccionamiento, aplicación y difusión de
aquellas con las que ya contamos.

Finalmente, si cuando nos convoque la 41 Jornada Notarial Bonaerense,


podemos dar cuenta del aumento en la registración de constituciones de derechos
reales de superficie, nuestra tarea estará más que satisfecha.

X. BIBLIOGRAFÍA.

• ABREUT de BEGHER, Liliana. “Comentarios sobre el derecho real de


superficie”. Revista Derecho Privado, Año II Numero 5 – Reformas del Código Civil
IV – Derechos Reales, Ed. Infojus.

• ALTERINI, Jorge Horacio. “Superficie Forestal”. Revista del Notariadom


Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires número 873, Anuario Dpto.
Der. Privado.

• CAUSSE Jorge R. “El Derecho de Superficie”. Academia Nacional del


Notariado, LXIX Seminario Teórico – Práctico “Laureano Moreira”.

• CODIGO CIVIL Y COMERCIAL. Comentado, Anotado y Concordado.


Modelos de Redacción. Tomo 7. Coordinador Not. Eduardo Gabriel Clusellas.
Editorial Astrea y Fundación Editora Notarial.

25
• CORNA, Pablo M. y FOSSASECA Carlos A. “Comentario al Título VIII del
Libro Cuarto del Proyecto de Código Civil”. Análisis del Proyecto de Nuevo Código
Civil y Comercial 2012, Facultad de Derecho – Pontificia Universidad Católica
Argentina.

• DIRECCIÓN PROVINCIAL DEL REGISTRO DE LA PROPIEDAD INMUEBLE


DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES. Orden de Servicios Interna número
45/2015.

• FLAH, Lily R. y SMAYEVSKY, Miriam. “Derecho de Superficie. Restricciones y


límites del dominio”. L.L 1988-C, 705.

• GABAS, Alberto: “El derecho de superficie en la propiedad horizontal y la


propiedad horizontal superficiaria” MJ-DOC-7386-AR | MJD7386).

• GARFUNKEL de WENDY, Lilian N. “Superficie”, Comentarios al Proyecto de


Código Civil y Comercial de la Nación 2012, Julio Cesar Rivera (Director) Graciela
Medina (Coordinadora) Ed. Abeledo Perrot, Capitulo LI.

• GARFUNKEL de WENDY, Lilian N, “Superficie”, Código Civil y Comercial de


la Nación Comentado, , Julio Cesar Rivera y Graciela Medina (Directores) Mariano
Esper (Coordinador) Ed. La Ley, Titulo VII.

• KEMELMAJER de CARLUCCI, Aída y PUERTA de CHACON, Alicia.


“Derecho real de superficie”. Editorial Astrea, 1989.

• LAFAILLE, Héctor y ALTERINI, Jorge Horacio. “Tratado de derechos reales”.


Tomo VI.

• MEZZA, Liliana. “Derecho de Superficie. Antecedentes y Situación Actual”.


Trabajo presentado en la XXV Jornada Notarial Argentina, Mendoza, año 2000.

• PICASSO, Sergio Raúl y VAINI, Rafael Enrique. “Derecho de Superficie”.


Trabajo presentado en la XXV Jornada Notarial Argentina, Mendoza, año 2000.

• ZAVALA, Gastón Augusto. “Derecho Real de Superficie”. Revista Notarial del


Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires número 936.

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