Derecho de Superficie
Derecho de Superficie
Derecho de Superficie
DERECHOS REALES
Derecho de Superficie
INTEGRANTES:
Introducción..............................................................................................................................2
Antecedentes............................................................................................................................. 3
Definición.................................................................................................................................. 4
Características:.........................................................................................................................7
Plazo...........................................................................................................................................8
Constitución y transmisibilidad del derecho de superficie..................................................9
Extinción..................................................................................................................................11
Efectos de la extinción............................................................................................................13
Conclusión...............................................................................................................................13
REFERENCIAS..................................................................................................................... 14
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Introducción
El derecho real de superficie, tal como se establece en el artículo 1030 del Código Civil
peruano, es una facultad que otorga el dominus soli al superficiario la posibilidad temporal de
realizar una construcción en propiedad separada sobre o bajo la superficie del suelo. Sin
embargo, su naturaleza y alcance han sido objeto de considerables debates en la doctrina
legal. En su enfoque mayoritario, el derecho de superficie se concibe no como una mera
modalidad de la propiedad, sino como un derecho real independiente que consta de dos
elementos distintivos. A lo largo de esta monografía, se desglosan y analizan aspectos clave
del derecho de superficie en el Perú, considerando su definición, evolución histórica y plazos
que rigen su ejercicio. Además, se explicarán aspectos esenciales del derecho de superficie,
como su transmisibilidad, constitución y extinción, con el objetivo de comprender cómo estos
elementos son esenciales en la legislación peruana.
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Antecedentes
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En nuestra legislación, el Código Civil de 1936 regulaba el derecho de superficie no como un
derecho real autónomo, si no como “usufructo sobre tierras edificables”, dicha regulación que
se hacía en ese entonces solo gozaba de dos artículos que decían lo siguiente:
- Art. 958.- Por actos entre vivos puede constituirse usufructo sobre tierras edificables,
a efecto de que el usufructuario tenga derecho de propiedad sobre los edificios que
levante.
- Art. 959.- El derecho al que se refiere el artículo anterior, podrá constituirse a lo más
por noventa y nueve años y pasado el término, el edificio será de la propiedad del
dueño del suelo.
Esta regulación traía consigo diversas complicaciones ya que resulta imposible igualar al
usufructo con el derecho de superficie. Una principal diferencia, en palabras de Cárdenas
(1983) es que el usufructuario está obligado a respetar la forma y sustancia de la cosa,
mientras que en el derecho de superficie se hace todo lo contrario.
Así mismo, al hacer diversas comparaciones se denota la falta de congruencia que tenía dicha
regulación en 1936, cuestión que cambió con el Código de 1984, trayendo consigo la
posibilidad de constituir el derecho por mortis causa y la libertad del propietario superficiario
y el propietario del suelo para poder generar el reembolso o no (según lo pactado). Eso no
quiere decir que la regulación de 1984 sea perfecta ya que como veremos más adelante su
escueta regulación genera problemas al momento de usar esta figura.
Definición
Acerca de la definición del derecho de superficie existen diversas concepciones que tratan de
explicar el sentido del derecho real de superficie y su extensión. En esta discusión dogmática
que pone a discusión a la concepción clásica y la concepción moderna del derecho real de
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superficie, la que predomina por ahora es la concepción clásica, igualmente es menester
explicar la concepción moderna y es en la que nos vamos a centrar sin prejuicios de
mencionar particularidades y la crítica hacia la concepción clásica del derecho real de
superficie.
De la lectura literal del referido artículo denotamos una de las principales características del
derecho de superficie y es el desdoblamiento de la propiedad. Para Cardenas (1983) “El
derecho de superficie constituye una derogación de la regla general “solo cedit, quidquid
inaedificatur solo cedit" (la superficie cede al suelo, todo lo que en ella se edifica cede al
suelo)” (p.8).
Antes de desarrollar los puntos sobre los cuales versará la discusión del derecho de
superficie, su concepción y las características, vamos a desarrollar brevemente sus elementos.
Según Cardenas (1983) los principales elementos del derecho de superficie son : Los
personales, los reales y el elemento formal.
El elemento personal no es más que los sujetos que conforman la relación jurídica, llamados
el propietario del suelo o dominus soli y el superficiario. En cuanto al elemento real, este está
compuesto por el suelo y la edificación; y por último, el elemento formal es el que se refiere a
la inscripción en los registros como elemento constitutivo del derecho de superficie.
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Para poder entender la razón de la discusión en torno a la concepción clásica que tiene el
código es indispensable ver en qué puntos la crítica es contundente y estos son:
Para Fernandez (2012), es innecesario el apartado que atribuye el derecho a construir sobre
un terreno ajeno pues “Ese derecho ya viene implícito en el derecho de propiedad que tiene el
superficiario sobre el sobresuelo: Aunque se destruya lo edificado, el superficiario puede
construir en el sobresuelo por la simple razón de que tiene la propiedad sobre el sobresuelo”
(p. 242).
Así mismo, debemos entender que si se mantiene la idea del derecho de superficie como un
derecho real autónomo, éste no goza de la regulación necesaria que necesita la práctica legal
para poder usarse de manera correcta, debido a que el código de 1984 solo mantiene hasta la
actualidad cinco artículos que regulan su utilización y al no ser una modalidad de propiedad
no se le harán pasibles la utilización de las reglas de la propiedad.
Es por ello que desde el punto de vista de Fernandez (2012) se debe entender a el derecho de
superficie como “una modalidad del derecho de propiedad por la cual se tiene la propiedad
del sobresuelo, del subsuelo o de ambos de forma separada de la propiedad del suelo por un
periodo máximo de 99 años” (p. 245).
Es importante señalar que la discusión por su concepción trata de poder darle solución a la
incertidumbre jurídica que genera la escasa regulación del derecho de superficie, dándoles
soluciones simples y sustentadas dogmáticamente. Todo esto debido a que si se sigue
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manteniendo la forzada idea de la autonomía del derecho de superficie, como mencionamos
anteriormente, por el principio de tipicidad no se podrían usar otras reglas de los derechos
reales. Por otro lado, al concebir a la superficie como una modalidad de la propiedad todas
sus reglas serían aplicables, facilitando la práctica y ayudando a la desaparición de la
incertidumbre jurídica; es menester aclarar que al ser una modalidad de la propiedad no se
van a excluir las particularidades del derecho de superficie.
Características:
Plazo
Respecto al plazo en el derecho de superficie se encuentra regulado en el art. 1030 del código
civil peruano, menciona que “Este derecho no puede durar más de 99 años. A su vencimiento,
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el propietario del suelo adquiere la propiedad de lo construido reembolsando su valor, salvo
pacto distinto”.
Del Risco (2017) señala que, el derecho de superficie puede ser temporario o perpetuo. La
primera alternativa es la que elige el Código, eso sí, su mayor duración (99 años) lo hace
compatible con la planificación, ejecución y retorno de grandes inversiones inmobiliarias.
Siendo más flexible en este sentido que los arrendamientos (diez años) o los derechos de uso
(30 años para personas jurídicas), persona que no tiene derecho a construir y transformar el
inmueble sobre el que se le confiere el derecho aparente.
Entendido en los términos antes mencionados, el propietario según el artículo 923 de la Ley
Civil (puede usar, disfrutar e incluso negociar sobre el objeto construido), la única diferencia
con el superficiario es que sus derechos no son permanentes, sino temporales. Cuando estos
derechos expiran, cesa la propiedad del edificio, lo que resulta en el cese de la subdivisión del
inmueble para todos los fines legales. De este modo, el propietario adquiere legalmente su
contraparte y cobra la propiedad de la tierra bajo tierra y sobre la tierra en cabeza del
propietario.
Una vez expirados los derechos de superficie, el edificio se transfiere al propietario del
terreno. Esta transferencia de dominio se produce conforme a la ley sin necesidad de trámites
posteriores, y por supuesto debe ser sin restricciones y/o gravámenes impuestos por personas
jurídicas, los cuales terminan al finalizar el período de incapacidad.
Por supuesto, que estas acciones no deben exceder el plazo que indica este derecho. Ya que
su validez está ligada a esta titularidad.
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El superficiario ostenta las facultades de uso, goce y disposición sobre la construcción, las
cuales se pueden arrendar o disponer; pero con la advertencia de que la propiedad
superficiaria es solo temporal, porque una vez que se cumpla el plazo fijado se extinguen los
derechos del superficiario art. 1034 del Código Civil (González, 2012 p. 792).
El plazo máximo que establece la ley resulta insostenible para los tiempos actuales, en razón
del importante progreso de la ingeniería de la construcción y la gran dinámica que adquiere la
propiedad horizontal. Creemos que un plazo razonable sería lo más adecuado a la realidad.
(González, 2012, p. 792)
En esa misma línea, Suàrez (2014) determina tres modalidades de constitución, primero
cuando el propietario del suelo concede el derecho para la construcción por debajo o por
encima del suelo, lo que implica propiedad del superficiario como un modo original de
adquirir dicha propiedad. El segundo supuesto se da por la transferencia o compraventa de
una construcción ya existente sobre el suelo. El último supuesto se presenta cuando el
propietario del suelo cede el título mediante un contrato accesorio al de arrendamiento, por el
cual adquiere el derecho de superficie durante el plazo del contrato.
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una opción para la adquisición del derecho de superficie, un ejemplo : es que celebre un
contrato de superficie pero el dominus soli (el propietario) no es el auténtico propietario, por
que en dicho dominio no existe un propietario original lo cual haría que el superficiario
después de 5 años o 10 años pueda pedir la prescripción y este quedarse con el derecho de
propiedad del terreno.
Por último, en el artículo 1031 del Código Civil, nos señala que el derecho de superficie si es
transmisible salvo acuerdo en contrario. De esta manera, al no existir un pacto que no
autorice tal posibilidad, el derecho de superficie será apto para a las consecuencias de la
enajenación, gravado con hipoteca y como también de ser transmitido a los herederos del
superficiario, quienes gozarán del derecho de superficie por el plazo previsto en el acto
constitutivo del referido derecho. Según Castañeda (1952), la transmisión por herencia se
tienen que tomar en cuenta, que el derecho adquirente no podrá exceder el plazo por el que
ha sido constituida la superficie, no importa sus dos modalidades y que cuando se venza el
plazo la construcción pasa o accede en propiedad al dominus soli.
Extensión y pervivencia
extensión: conforme al artículo 1032 del código civil, “el derecho de superficie puede
extenderse al aprovechamiento a una parte del suelo, no necesaria para la construcción, si
dicha parte ofrece ventaja para su mejor utilización”, por lo que se entiende como la acción
de modificar, ampliar o renovar los límites, las obligaciones o los derechos asociados con el
derecho de superficie original, mediante un acuerdo entre el superficiario y el propietario del
suelo, dado que no necesariamente puede ser de la misma extensión, sino que puede ser
igual, menor o mayor, dependiendo de lo que se establece en el nuevo acuerdo entre las
partes. Lo cual, no necesariamente puede ser para la construcción, sino que comprende otras
zonas o áreas del terreno, por ejemplo, un espacio para la cochera, estacionamiento o jardín,
donde el superficiario pueda gozar de estas, adicionalmente de lo construido.Todo ello, con el
objetivo de adaptarlo a nuevas necesidades o circunstancias de las partes involucradas, lo cual
no se debe confundir que la extensión es de manera automática, sino que se puede extender
con la autonomía de la voluntad de las partes y generalmente requiere de las formalidades
previstas en la ley.
pervivencia: el artículo 1033 del mismo texto legal, menciona que “el derecho de superficie
no se extingue por la destrucción de lo construido”. En ese sentido se debe entender que es
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una cosa el derecho de tener y mantener construcción por encima o por debajo del suelo
ajeno, y otra muy distinta es el derecho de propiedad sobre el bien construido, es decir que
el derecho de superficie puede existir sin la propiedad superficiaria (Suàrez, 2014). Es así que
la pervivencia significa que el derecho permanece válido y efectivo a lo largo del período
estipulado en el contrato hecho por las partes o de acuerdo con las leyes aplicables, a pesar de
cambios en la propiedad del terreno, modificaciones en las estructuras o mejoras
superficiales, o cualquier otra circunstancia que pueda surgir, por ejemplo: A y B tienen una
relación contractual por 80 años sobre el derecho de superficie, donde A es es propietario de
superficie y B es el superficiario, B construye un edificio de 5 pisos en el superficie de A,
pasando los 40 años B decide destruir lo construido. En tal punto que su derecho como
superficiario de B aún no se ha extinguido ya que su relación contractual tiene un plazo de 80
años, por lo que no se puede dar por cumplida la condición y modo del derecho del
superficiario, salvo pacto en contrario, que son los modos de extinguir el derecho de
superficie que se detalla a continuación.
Extinción
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2) La renuncia del superficiario: El titular del Derecho de superficie puede renunciar a este
derecho en cualquier momento, siempre y cuando dicha renuncia se realice de manera
expresa y por escrito.
4) Resolución Judicial: En algunos casos, el derecho de superficie puede ser objeto de una
resolución judicial que determine su extinción. Esto puede ocurrir, por ejemplo, si se
comprueba que el titular del derecho de superficie ha incumplido con sus obligaciones o
cuando el propietario del suelo pierde el título de propiedad del bien inmueble, por
consiguiente, el derecho de superficie se extingue.
7) Consolidación: Es una de las formas de extingue, esto debido a que una de las partes
decide adquirir y reúne en la misma persona la calidad de propietario del inmueble o
suelo y de lo construido por el superficiario (por ejemplo, el propietario del dueño decidió
vender su predio al superficiario), esto por lógica extingue el derecho de superficie.
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Además, cabe mencionar que la destrucción de lo construido sobre el suelo o debajo del suelo
no constituye una causal de extinción acorde al artículo 1033.
Efectos de la extinción
Producida la extinción del derecho de superficie el principio de accesión recupera todas sus
facultades y la propiedad queda unificada al titular del suelo, esto quiere decir que el titular
del predio vuelve a gozar todas las facultades del derecho de propiedad como es el de usar,
disfrutar, disponer y reivindicar.
Conclusión
En síntesis, la evolución y adaptación del derecho de superficie a lo largo del tiempo refleja
la necesidad de la sociedad de encontrar soluciones flexibles para la gestión de la propiedad y
el uso del suelo. Esta figura legal permite a las partes involucradas separar la propiedad del
suelo de la propiedad de las construcciones en él, lo que puede ser especialmente útil en
situaciones de desarrollo urbano y planificación a largo plazo. Como hemos observado a lo
largo de esta monografía, lo que subyace detrás del derecho de superficie es, en última
instancia, un derecho de propiedad, en otras palabras, más allá del término que implica ser
propietario del área sobre o debajo del suelo, está claro que quien realmente ejerce los
derechos de propiedad es el superficiario. No obstante, el propietario del terreno no es más
que un propietario de nombre, con un papel formal y una fuente de ingresos, puesto que,
debido al antiguo temor en la era moderna a la "propiedad en manos muertas", las
legislaciones liberales posteriores a la Revolución Francesa no podían concebir una
separación eterna entre el dominio formal y el dominio útil. Por lo tanto, para el derecho de
superficie, se desarrolló un plazo máximo lo suficientemente extenso para que, sin
menoscabar su utilidad, no terminara resultando en una perpetua división de lo que hemos
denominado propiedad formal y propiedad económica. Es evidente que el derecho de
superficie ofrece una herramienta legal valiosa para el desarrollo sostenible y la gestión de
propiedades, pero su regulación y aplicación adecuadas son fundamentales para evitar
conflictos y garantizar un uso eficiente del suelo.
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REFERENCIAS
https://doi.org/10.18800/derechopucp.198301.001
https://doi.org/10.18800/iusetveritas.201702.011
237-253. https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/themis/article/view/9023
Gonzales Barrón, G. (2013). Tratado de derechos reales. En Tomo II, 3a ed. Lima:
Jurista Editores.
https://es.slideshare.net/VanessaSurezVsquez/derecho-de-superficie
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