Cetoacedosis Diabetica: Irm Herlyn Chonillo
Cetoacedosis Diabetica: Irm Herlyn Chonillo
Cetoacedosis Diabetica: Irm Herlyn Chonillo
La cetoacidosis diabética (CAD) tiene una prevalencia y una incidencia muy variables
dependiendo de la calidad de la asistencia y la educación a los pacientes con diabetes.
En nuestro medio, la CAD constituye la forma de inicio de la enfermedad en la cuarta
parte de los casos en los niños y adolescentes.
La CAD es la principal causa de muerte entre las personas diabéticas de menos de 24
años.
Si bien la CAD es característica de los pacientes con DM 1, puede presentarse en
pacientes con DM 2, especialmente en algunos grupos étnicos.
ETIOLOGIA
La CAD sólo ocurre cuando las concentraciones de insulina son muy bajas, sea porque no se ha administrado en los días inmediatamente
anteriores o porque sus necesidades han aumentado de forma importante.
Los factores etiológicos más comunes son el uso inadecuado de la insulina, el inicio de la enfermedad (niños) y
las infecciones.
Otras etiologías más raras son los accidentes cardiovasculares, la pancreatitis, traumatismos graves y la
administración de algunos fármacos, como glucocorticoides, tiazidas, simpaticomiméticos, pentamidina,
diazóxido o carbonato de litio.
Los casos de CAD de repetición corresponden a dos tipos de pacientes: mujeres jóvenes con graves problemas
psicológicos y sociales, desórdenes alimentarios, temor al aumento de peso, temor a la hipoglucemia y rebelión
frente a la autoridad, y pacientes de edad avanzada con enfermedades crónicas graves y mala supervisión
institucional o familiar.
PATOGENIA
Esta se asocia con un estado de
Defecto subyacente: déficit de inflamación intensa > elevación de
La hiperglucemia causa glucosuria
insulina > con la contribución de La insulinopenia aumenta la las citocinas proinflamatorias,
y, como consecuencia, diuresis
glucagón, catecolaminas, cortisol y gluconeogénesis, la glucogenólisis especies reactivas del oxígeno,
osmótica y pérdida de agua y
hormona del crecimiento, y disminuye la captación celular de peroxidación lipídica, PAI 1 y ácidos
electrólitos, sobre todo Na, K, Mg,
alteraciones en el metabolismo glucosa >hiperglucemia. grasos libres (retornan a la
Cl y PO4.
hidrocarbonado y graso. normalidad en 24h con
insulinoterapia e hidratación).
• Los vómitos son frecuentes y, cuando faltan, el paciente suele referir distensión epigástrica.
• El dolor abdominal es una característica muy frecuente y se debe a la propia acidosis metabólica
• Debe recordarse también la posibilidad de que una CAD se acompañe de pancreatitis aguda,
generalmente química, es decir, secundaria a la hipertrigliceridemia que acompaña a la CAD.
• La hipotermia es un signo de mal pronóstico y es consecuencia de la pérdida de calor por la
vasodilatación periférica cutánea inducida por la acidosis.
• Las infecciones se facilitan por las alteraciones funcionales de los neutrófilos secundarias a la
descompensación diabética.
El potasio total del organismo está muy disminuido como consecuencia de las
pérdidas renales y los vómitos, aunque su concentración plasmática puede ser
normal o moderadamente alta. Las concentraciones plasmáticas de urea suelen
estar discretamente elevadas, debido al catabolismo proteico inducido por la
insulinopenia y a la hemoconcentración.
En el diagnóstico diferencial de la CAD deben
mencionarse la cetoacidosis no diabética
(ayuno, alcohol), la acidosis láctica, la ingesta de
salicilatos, metanol, etilenglicol o paraldehído,
así como la insuficiencia renal y el consumo
activo de cocaína.
TRATAMIENTO
Hidratación parenteral
• El paciente cetoacidótico tiene una depleción intensa de agua y electrólitos, cuya reposición es
crucial y debe monitorizarse adecuadamente.
• La solución inicial debe ser la salina normal (0,9 g/dL de NaCl), a velocidad variable según las
condiciones hemodinámicas del enfermo.
• Se recomiendan 15-20 mL/kg de peso y hora en la primera hora, entre 2.000 y 3.250 mL en las
primeras 4 h (máximo un frasco de 500 mL cada 30 min, durante las primeras 2 h y media y cada
60 min durante la siguiente hora y media).
• La reposición posterior depende del estado de hidratación, del nivel de electrólitos plasmáticos
y del funcionalismo renal. Se puede considerar la posibilidad de soluciones de NaCl a 0,45 g/dL
si el Na plasmático corregido es normal o elevado.
• Se recomienda el uso paralelo de solución glucosada al 5% cuando la glucemia es inferior a 250
mg/dL (13,9 mmol/L).
• La cantidad total de líquidos que se deben perfundir en las primeras 24 h es de unos 5.500-
8.000 mL. La administración de glucosa es importante, porque contribuye a reducir la cetosis. Se
deben utilizar 100 g o más en las primeras 24 h, con un buen ajuste de la dosis de insulina (se
estima que por cada 2 g/h de glucosa se requiere 1 U/h de insulina adicional para su
metabolización).
La forma más segura de administración es la IV con bomba de perfusión continua.
INSULINA
Se utilizan insulinas rápidas o ultrarrápidas. En infusión IV la dosis inicial es un bolo de
0,1 U/kg de peso seguida por una perfusión de 0,1 U/kg/h.
La insulina se diluye en una solución salina al 0,9% en una proporción de 1 U/mL, + una
pequeña cantidad de seroalbúmina o un expansor plasmático sintético para prevenir la
adherencia de la insulina a las paredes del sistema de perfusión.
Una vez preparada la solución se inyecta en una vena a través de una bomba de
perfusión o mediante microgotero. Se pretende una velocidad de caída de 3 mmol (54
mg)/dL/h.
En general son suficientes 8-12 h para que la glucemia descienda por debajo de 250
mg/dL lo que permitirá disminuir la velocidad de la perfusión.
Dado que la corrección de la acidosis suele necesitar más tiempo que la de la glucemia,
es preferible mantener la perfusión IV de insulina hasta normalizar el β-hidroxibutirato.
En general, se observan valores normales o ligeramente aumentados, aunque
Potasio el capital potásico del organismo está muy disminuido.
A este motivo para no usar bicarbonato se añaden sus riesgos potenciales: caída inicial del pH
en el LCR, alcalosis de rebote, hipopotasemia y empeoramiento de la curva de disociación de
la oxihemoglobina.