Teoría General Del Derecho

Coherencia, ponderación y preferencias BORRADOR: Se ruega no citar sin autorización. Giovanni Battista RATTI Jorge Luis RODRÍGUEZ I. Introducción En este capítulo queremos abordar la tesis de la supuesta coherencia de los sistemas jurídicos desde el punto de vista del análisis ofrecido por aquellas doctrinas (típicamente antipositivistas) que han sostenido que el derecho (por lo menos en los Estados constitucionales de derecho contemporáneos), siendo una combinación de reglas y principios en equilibrio o «armoniosa coherencia», siempre proporcionaría una solución axiológica y jurídicamente adecuada para cualquier caso concreto. En particular, queremos examinar críticamente la doctrina, de origen dworkiniano, de la única respuesta correcta y la doctrina alexyana de la ponderación de principios. Como veremos, ambas tienen muchos problemas conceptuales y, por esto, merecen ser descartadas. Sin embargo, aunque resulten problemáticas, subrayan un aspecto de los sistemas jurídicos-el de la coherencia-que requiere un análisis teórico más pormenorizado del que ha recibido hasta ahora en la teoría del derecho. Por esta razón, dedicaremos la última parte de este ensayo a su análisis formal, a través de las herramientas proporcionadas por la lógica de preferencias. II. La coherencia y la tesis de la única respuesta correcta Como es sabido, la crítica desarrollada por DWORKIN a la idea positivista de la discrecionalidad judicial en los casos difíciles, esto es, que cuando el derecho no ofrece una respuesta clara los jueces deben legislar para el caso creando derechos que no estaban previamente establecidos, consiste básicamente en lo siguiente. DWORKIN sostiene que lo que resulta incompleto en los casos difíciles no es el derecho sino la versión que de él ofrecen los positivistas. Si en cambio se considera que el derecho no solo está conformado por reglas sino también por principios implícitos que mejor se adecuan o resultan más coherentes con el derecho explícito y que suministran su mejor justificación, los jueces nunca tendrían ocasión para apartarse del derecho y ejercer sus atribuciones discrecionalmente 1. En su criterio, la falsedad de la descripción ofrecida por los positivistas de la labor judicial en los casos difíciles se pondría de manifiesto al considerar el lenguaje utilizado por los jueces y abogados cuando se refieren a la toma de decisiones judiciales. Ninguno de ellos afirma en tales casos que los jueces crean derechos no establecidos previamente. Por el contrario, los abogados se dirigen al juez como si este estuviera siempre preocupado por hallar y hacer cumplir el derecho existente y los jueces hablan como si el derecho fuese un sistema sin 1 Cfr. DWORKIN, 1977: 83 y siguientes.