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Configuración Del Estado en Bolivia

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La reconfiguración del Estado en Bolivia

Moira Zuazo (editora)


Gustavo Pedraza M.
Gustavo Bonifaz Moreno
Fabiola Aparicio Avichacra
Fernando Mayorga
Rodrigo Ayala Bluske
LA RECONFIGURACIÓN DEL ESTADO EN BOLIVIA
Primera edición: diciembre de 2016

©FES

Editores: Fundación Friedrich Ebert Bolivia


Av. Hernando Siles 5998, Obrajes
Teléfono 591 2 2750005
info@fes-bol.org www.fes.bolivia-org

Cuidado de edición: Hugo Montes


Diseño de tapa: Alejandro Salazar
Diagramación: Percy Mendoza

Depósito legal: 4-1-5414-16


ISBN: 978-99974-67-20-1

Impresión:
Grupo Impresor, Tel. 2421084

La Paz, Bolivia

Las ideas vertidas en este texto son de completa responsabilidad de su autor y no reflejan necesari-
amente el pensamiento de la FES. Se permite la reproducción total o parcial de este texto a condición
de que se mencione la fuente.
Índice

Glosario de siglas y abreviaturas...............................................................................................6

Presentación.........................................................................................................................................................9

Introducción......................................................................................................................................................11
Moira Zuazo Oblitas

Recomposición política en Santa Cruz..............................................................................33


Gustavo Pedraza

La emergencia y desarrollo de un sistema político


subnacional en el departamento de La Paz (2009-2015)...........................65
Gustavo Bonifaz Moreno

El sistema sociopolítico del Departamento de Oruro.


Cambios y continuidades del proceso autonómico........................................137
Fabiola Aparicio Avichacra

El sistema sociopolítico del departamento de Cochabamba...............167


Fernando Mayorga

Los árboles tratan de enderezarse.


Desempeño de los partidos políticos y agrupaciones
ciudadanas en las elecciones nacionales y subnacionales
2014-2015 en el departamento de Tarija.....................................................................191
Rodrigo Ayala Bluske

Procesos electorales y recomposición política en el Beni.....................219


Gustavo Pedraza M.
Glosario de siglas

AC Asamblea Constituyente
ADEPCOCA Asociación Departamental de Productores de Coca
ADN Acción Democrática Nacionalista
ALP Asamblea Legislativa Plurinacional
ALD Asamblea Legislativa Departamental
ALDLP Asamblea Legislativa Departamental de La Paz
APB Autonomía para Bolivia
APG Asamblea del Pueblo Guaraní
ASIP Alianza Solidaria Popular
ASP Alianza por la Soberanía de los Pueblos
ASP Alianza Social Patriótica
CD Consenso Popular
CEJIS Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social
CIPCA Centro de Investigación y Promoción del Campesinado
CIU Ciudadanos Unidos
CNPV Censo Nacional de Población y Vivienda
COBOCE Cooperativa Boliviana de Cemento
CODECAM Consejo Departamental para el Cambio
COMTECO Cooperativa de Telecomunicaciones de Cochabamba
CONALCAM Coordinadora Nacional por el Cambio
CONALDE Consejo Nacional Democrático
CONFEAGRO Confederación Nacional de Agricultores
COR Central Obrera Regional
CPE Constitución Política del Estado
CPEMB Central de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni
CPITCO Central de Pueblos Indígenas del Trópico de Cochabamba
CREE agrupación ciudadana de la localidad de Cliza, Cochabamba
Demócratas Movimiento Demócrata Social
FA Frente Amplio
FCCT Federación de Comunidades Campesinas de Tarija
FEEPC Federación de Entidades Empresariales Privadas de
Cochabamba
FEJUVE Federación de Juntas Vecinales
FPV Frente para la Victoria
FRI Frente Revolucionario de Izquierda
FSB Falange Socialista Boliviana
FSUTCC Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de
Cochabamba
IDH Índice de Desarrollo Humano
INCA-FS Integración Ciudadana Alternativa-Frente Socialista
INRA Instituto Nacional de Reforma Agraria
ISA Integración de Seguridad y Autonomía
IOC Indígena originario campesino
IPSP Instrumento para la Soberanía de los Pueblos
IU Izquierda Unida
LIDER Libertad y Democracia Renovadora
LPB Libertad de Pensamiento para Bolivia
LPP Ley de Participación Popular
MAS Movimiento al Socialismo
MBL Movimiento Bolivia Libre
MCFS Movimiento Ciudadano San Felipe de Austria
MDS Movimiento Demócrata Social
MIR Movimiento de la Izquierda Revolucionaria
MNR Movimiento Nacionalista Revolucionario
MPS Movimiento por la Soberanía
MSM Movimiento sin Miedo
NFR Nuevo Frente Republicano
NPC Nuevo Poder Ciudadano
OEP Órgano Electoral Plurinacional
OICH Organización Indígena Chiquitana
PAN Poder Autonómico Nacional
PB Primero el Beni
PCML Partido Comunista Marxista Leninista
PDC Partido Demócrata Cristiano
PIR Partido de la Izquierda Revolucionaria
PNUD Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
PODEMOS Poder Democrático y Social
8 La reconfiguración del Estado en Bolivia

PP Participación Popular
PPB-CN Plan Progreso para Bolivia - Convergencia Nacional
PS1-MQ Partido Socialista 1-Marcelo Quiroga
PUN Pueblo Unido
Sol.bo Soberanía y Libertad
SPT Santa Cruz Para Todos
TIPNIS Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure
TGN Tesoro General de la Nación
TSE Tribunal Supremo Electoral
UAJMS Universidad Autónoma Juan Misael Saracho
UCAPO Unión de Campesinos Pobres
UCS Unidad Cívica Solidaridad
UD Unidad Demócrata
UDA Unidad Departamental Autónoma
UN Unidad Nacional
UNCP Unidad Nacional Convergencia Popular
UNE Unidad Nueva Esperanza
UNICO Unidos por Cochabamba
UNIR Unidos para Renovar
VERDES Verdad y Democracia Social
Presentación

La primera década del siglo XXI en América Latina se caracterizó por el


giro a la izquierda de los electorados latinoamericanos, como una realidad
que alcanzó a la mayoría de los países de la región: Venezuela, Ecuador,
Bolivia, Paraguay Brasil, Argentina, Chile y Uruguay.
La segunda década del siglo está marcada por el fin del tiempo de los
altos precios de las materias primas, y la región experimenta una crisis
económica que, junto a otros factores, promueve y genera en varios países
un recambio político muchas veces acompañado de crisis política.
Insertas en este panorama de contexto, en Bolivia la primera y segun-
da décadas del siglo XXI fueron de importantes cambios en el orden
político, cambios plasmados en una nueva Constitución denominada del
“Estado Plurinacional con autonomías”, aprobada en referendo en 2009.
Durante estos años presenciamos la emergencia e instalación de la
hegemonía del MAS-IPSP. Hoy observamos la llegada de la crisis econó-
mica, acompañada en el ámbito político por la decadencia de la hegemo-
nía del MAS y la apertura de un nuevo escenario en que el orden político
se reconfigura.
Con el objetivo de pensar colectivamente y desde los territorios con-
cretos este proceso de reconfiguración del Estado en Bolivia, a partir de
2014 la FES reunió a reconocidas y reconocidos intelectuales bolivianos
con la tarea y el desafío de pensar cómo había cambiado el orden político
en sus regiones a cinco años de implementada la nueva Constitución.
Estos documentos de estudio de las dinámicas departamentales fueron
sometidos a un proceso de diálogo entre los autores, para pensar compa-
10 La reconfiguración del Estado en Bolivia

rativamente y desarrollar los trazos del cuadro de conjunto. Fueron con-


cluidos en agosto de 2015.
Hoy ponemos su consideración, amigo lector, este libro que reúne los
estudios departamentales de caso y un análisis sobre la reconstitución del
Estado en el “proceso de cambio”.

La Paz, noviembre de 2016

Philipp Kauppert
Director de la FES en Bolivia
Introducción

Moira Zuazo*

* Doctorado en Ciencias Sociales por la Universidad de Konstanz, Alemania, maestría en


Ciencia Política con mención en Estudios de la Democracia por el CIDES-UMSA y licencia-
tura en Ciencia Política por la Universidad Mayor de San Andrés, UMSA, La Paz, Bolivia. Es
coordinadora de diálogo político y alternativas al desarrollo de la Fundación Friedrich Ebert
(FES Bolivia) y profesora titular de la UMSA. Autora de “Democracia directa indígena:
¿Elementos para una democracia postliberal? El caso de Bolivia”, en Decursos, Revista de
Ciencias Sociales vol. 14 núm. 29 (CESU-UMSS, 2014); coeditora de Descentralización y
democratización en Bolivia. La historia del Estado débil, la sociedad rebelde y el anhelo de
democracia (FES, 2012) y autora de ¿Cómo nació el MAS? La ruralización de la política en
Bolivia (FES, 2009).
Índice

La descentralización del poder como tensión


que promueve la reestructuración democrática
de los partidos en Bolivia................................................................................................................15

La transición del MAS-IPSP de


partido horizontal a partido vertical..................................................................................20

Los diversos campos políticos subnacionales..........................................................21

Conclusiones.....................................................................................................................................................29

Índice de gráficos

Cuadro 1. Votación del MAS en elecciones departamentales....................16


Cuadro 2. Votación del MAS en elecciones municipales...........................17
Cuadro 3. Elecciones nacionales porcentajes
por departamento del MAS-IPSP................................................18
La reconfiguración del Estado en Bolivia 13

El objetivo del presente libro es entender cómo se ha modificado el orden


político en Bolivia con la instauración del Estado plurinacional autonómi-
co. Para responder a esta pregunta es necesario entender cómo nacen
nuevas instituciones, cómo se mantienen vigentes viejas instituciones y
cómo viejas instituciones cambian relativamente.
De acuerdo a la perspectiva institucional clásica, política, gobierno y
partidos son entendidos en términos formales y legales1, lo que en el
fondo presupone la posibilidad de verdades universales y conceptos
aplicables en cualquier contexto temporal y espacial. Para analizar el
Estado plurinacional autonómico utilizaremos la perspectiva neoinstitu-
cional que parte de la crítica al institucionalismo clásico y que, en con-
traposición, plantea que “una institución es un conjunto de reglas y
prácticas organizadas relativamente perdurables, ancladas en estructuras
de sentido y de recursos que son relativamente invariables frente al cam-
bio de los individuos y relativamente resilentes frente a las preferencias
idiosincráticas y a las expectativas de los individuos en circunstancias
externas cambiantes”2.
Esta alusión a la invariabilidad de las estructuras de sentido nos lleva
al planteamiento de que una institución solo se explica en su contexto
local. Por otra parte, es importante entender las instituciones —y entre
estas a los partidos— no solamente como un reflejo de la sociedad y tam-
poco solamente como un macro agregado de individuos, sino como rea-
lidades con relativa autonomía y efectos independientes relacionados a
sus propiedades organizacionales.

1 P. Pierson y T. Skocpol (2002). “Historical Institutionalism in Contemporary Political Science”. En: I. Katznelson y H.V.
Milner (eds.), Political Science: State of the Discipline. New York: W. W. Norton & Company and the American Political
Science Association, pág. 706.
2 James G. March y Johan P. Olsen (2009). “The Logic of Appropriateness”. En: Robert E. Goodin (ed.), The Oxford Handbook
of Political Science. Nueva York: Oxford University Press, pág. 159.
14 La reconfiguración del Estado en Bolivia

Un segundo elemento que tomaremos en consideración es el plantea-


miento de que la política está organizada alrededor de la interpretación
de la vida y del desarrollo de las ideas como sentidos, propósitos y direc-
ciones, y no solamente alrededor de la decisión de políticas y de la loca-
ción de recursos. En conjunto, partimos del supuesto de que las institu-
ciones alcanzan una forma siempre particular o única condicionada por
las propias circunstancias y por su propio sendero histórico.
Para entender el orden político del presente boliviano es necesario
plantear la pregunta: ¿cómo se articulan partidos nacionales y subnaciona-
les, cómo cambian en la interacción y cuál es el cuadro resultante?
De acuerdo a la Constitución de 1967, el Estado boliviano se regía por
un orden republicano con democracia representativa y un cuerpo norma-
tivo basado en el concepto de la ciudadanía individual. Estas reglas son
socialmente aceptadas, pero difícilmente se traducían en las prácticas
sociales. Por el contrario, las prácticas sociales propendían a regirse por la
cosmovisión comunitaria en la cual las decisiones colectivas tienden a
tener mayor legitimidad que las opiniones individuales. De esta forma, la
democracia boliviana está anclada en una estructura de sentido comunita-
ria que legitima el accionar de actores colectivos en la política por dentro
y por fuera de los partidos.
El alcance y los modos diferentes de la institucionalización en cada
sociedad afectan aquello que las colectividades están motivadas a hacer y
también aquello que es posible realizar.
El ladrillo básico de las instituciones son las reglas, y las reglas están
conectadas y sostenidas a través de identidades, sentidos de pertenencia
a grupos y al reconocimiento de roles. Una regla informal de la sociedad
boliviana que proviene del imaginario comunitario es la alta legitimidad y
valoración del accionar del colectivo social en tanto “unidad” frente a un
accionar individual que está bajo sospecha constante. En el Movimiento al
Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-
IPSP) esta regla se traduce en la presencia de un núcleo duro y valorado,
que es la alianza entre colectivos; esto permite distinguir entre los miem-
bros orgánicos que no son parte del partido a título individual sino en
representación o como parte de sus colectivos y los invitados que actúan
a título individual. Este imaginario y esta escala de valores establecen la
vulnerabilidad del miembro “invitado”.
Esta norma comunitaria informal es la que permite entender la tenden-
cia al fortalecimiento del liderazgo del presidente Morales en los últimos
diez años. Evo Morales es el único actor que ocupa el rol de mediador
La reconfiguración del Estado en Bolivia 15

entre los dos mundos nucleares del MAS: el mundo de la alianza de orga-
nizaciones sociales rurales y el MAS de “invitados” conformado por ciuda-
danos más individualizados.
Desde este rol de mediador, Morales decide qué posiciones estratégicas
del Gobierno estarán ocupadas por “invitados”, que son parte del partido
a título individual y que dependen de Morales y de un pequeño entorno
para permanecer en cargos estratégicos y en el partido.

La descentralización del poder como tensión que promueve la


reestructuración democrática de los partidos en Bolivia

La Bolivia autonómica emergente está marcada por una paradoja: por una
parte el MAS-IPSP, como partido hijo de la descentralización y de la demo-
cratización del poder de fines de los noventa, enfrenta al presente serias
dificultades para competir exitosamente en las diferentes arenas subnacio-
nales. Por otra parte, a los partidos opositores, que en muchos casos son
exitosos en el nivel subnacional, les es muy difícil —si no imposible—
adquirir una dimensión nacional, o les es muy difícil mantenerse como
partidos nacionales.
Desde una perspectiva de corto plazo, es posible afirmar que la des-
centralización ha instalado fuerzas centrífugas en el sistema de represen-
tación y que estamos ante un sistema fragmentado. Sin embargo, desde
una perspectiva de largo plazo, observamos la relación entre descentrali-
zación y una corriente que promueve la democratización al interior de los
partidos, corriente ésta que alcanza al MAS.
Esta corriente democratizadora amenaza las prácticas autoritarias y cen-
tralizadoras del poder dentro de los partidos. A fines del siglo XX, en una
primera ola, esta tendencia ha llevado a varios partidos a la desaparición,
en tanto que en el presente determina que el MAS tenga dificultades para
competir exitosamente en arenas subnacionales.
Una década después de su acceso al poder, el MAS ha perdido el carác-
ter hegemónico que llegó a tener y su tendencia al crecimiento tiende a
revertirse. Después de la derrota del MAS en el Referendo Constitucional
2016, el partido está en situación de repensar un camino de reapertura y
democratización interna para permitir el fortalecimiento de sus liderazgos
emergentes si quiere afrontar seriamente la nueva tendencia de decreci-
miento. A partir de 2009, la tendencia al decrecimiento del MAS se expre-
sa en los resultados electorales en los espacios subnacionales.
16 La reconfiguración del Estado en Bolivia

CUADRO 1. VOTACIÓN DEL MAS EN ELECCIONES DEPARTAMENTALES (AÑOS 2010-2015)

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0
La Paz Tarija Santa Cruz Potosí Chuquisaca Oruro Cochabamba Beni Pando
2010 2015
Fuente: elaboración propia.

Cuando observamos los resultados electorales del MAS-IPSP en las elec-


ciones departamentales de 2010, vemos retratado un país dividido entre
oriente y occidente. Es el momento de mayor crecimiento del MAS y es el
momento de la hegemonía en occidente y en los valles, cuando, sin
importar mucho la persona del candidato, el partido atrae la votación del
electorado departamental, alcanzando desde un 67% en Potosí hasta un
50% de los votos en La Paz. En el oriente de Bolivia (Santa Cruz y Beni
más Tarija) el MAS no alcanza 50% de votos3.
Cuando comparamos los resultados electorales departamentales de
2010 con los de 2015 podemos distinguir dos tipos de dinámicas: en pri-
mer lugar figura el grupo de departamentos (Cochabamba, Oruro, Potosí,
Chuquisaca) en que la dinámica nacional (hegemonía del MAS-IPSP) en
general, aunque con matices, marca el ritmo de la dinámica subnacional.
En estos departamentos el MAS obtiene 50% o más de los votos en ambas
elecciones, y si bien hay una disminución en la votación de este partido
en algunos departamentos, es una disminución moderada.
En un segundo grupo están los departamentos en que se produce un
desacoplamiento entre la dinámica departamental y la dinámica nacional,

3 El caso de Pando es particular pues, por lo reducido del tamaño de su población y por lo periférico de su territorio,
históricamente ha sido factible para los gobernantes nacionales y/o caudillos departamentales cambiar la tendencia
del voto en este departamento con diferentes estrategias, por ejemplo, con el traslado de población, que es lo que
ocurrió en 2010. En el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001 (CNPV 2001) Pando registraba una población de
52.525 habitantes; en el CNPV de 2012 registra una población de 109.173 habitantes, es decir, el doble. La población
total de Pando es 1% de la población de Bolivia.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 17

ya sea por la emergencia de una identidad regional —incipiente en el caso


de la Paz— o por el fortalecimiento político de identidades regionales que
venían de más atrás, que son los casos de Tarija y Santa Cruz.
Finalmente, tenemos un último grupo en que aparentemente la tenden-
cia al decrecimiento nacional no se cumple: el caso de Beni —en que la
votación del MAS se incrementa en un punto, en un proceso electoral
irregular, por lo que sus resultados no son verificables, por tanto es un
caso que no cuenta para pensar el orden político democrático4— y el de
Pando, con un incremento de 16 puntos de la votación del MAS, pero que,
por las razones que figuran en la nota de página 1, podemos considerar
un caso marginal no significativo.

CUADRO 2. VOTACIÓN DEL MAS EN ELECCIONES MUNICIPALES.


DATOS AGREGADOS POR DEPARTAMENTO EN TRES ELECCIONES, 2004, 2010 Y 2015

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0
La Paz Tarija Santa Cruz Potosí Chuquisaca Oruro Cochabamba Beni Pando
2004 2010 2015

Fuente: elaboracion propia.

En el cuadro 2 vemos confirmada la tendencia del MAS a un achicamien-


to. En el primer grupo (Potosí, Chuquisaca, Oruro y Cochabamba) vemos
la emergencia de tendencias diferenciadas. Chuquisaca es el único caso en
que la votación por el MAS cae moderadamente y puede no ser significa-
tiva. Los casos de Potosí y Oruro son notables por el tamaño de la caída:
En Oruro la votación por el MAS cae 30 puntos y en Potosí, 20 puntos.

4 En el caso del Beni, no estamos ante elecciones competitivas ni verificables. Por tanto, se hace necesario el instrumental
teórico para pensar autoritarismos, lo cual excede los límites de este estudio. Cabe, sin embargo, señalar dicho vacío.
18 La reconfiguración del Estado en Bolivia

El elemento que también debemos tomar en consideración es que,


respecto a estos datos agregados de la votación municipal, tiene un peso
claro la votación urbana por su peso poblacional en los diferentes depar-
tamentos excepto Chuquisaca.

CUADRO 3. ELECCIONES NACIONALES PORCENTAJES POR DEPARTAMENTO DEL MAS-IPSP

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0
La Paz Tarija Santa Cruz Potosí Chuquisaca Oruro Cochabamba Beni Pando Bolivia
2002 2005 2009 2014

Fuente: elaboración propia.

El cuadro 3 nos muestra la evolución del crecimiento del MAS-IPSP, con


una tendencia clara al crecimiento entre 2002 y 2009; el punto de quiebre
es 2014, con dos tendencias: en los departamentos en que el MAS era
tradicionalmente más fuerte —La Paz, Potosí y Oruro— el partido empie-
za a mostrar una tendencia a la baja. Un caso particular es Cochabamba,
donde se mantiene la tendencia al crecimiento. El otro dato interesante es
que a partir de 2014 los departamentos que antes eran adversos al MAS
empiezan a mostrar un crecimiento y expansión del partido; Santa Cruz
es el caso más claro.
Finalmente, respecto a la cifra del promedio de votación de Bolivia,
entre 2009 y 2014 el MAS-IPSP experimenta una caída moderada de su
votación (de 64% a 61%) que no pone en cuestión su carácter de partido
hegemónico.
En el ámbito de las oposiciones, observamos una profunda dificultad
de los partidos y agrupaciones políticas que emergen en el ámbito local y
regional para transitar al ámbito nacional o para mantenerse como parti-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 19

dos nacionales. Las fuerzas políticas nacionales que provienen del período
previo al derrumbe estatal (décadas de los ochenta y los noventa) presen-
tan dificultades para mantenerse en el escenario político nacional, y no
muestran perspectivas de mantenerse —y menos de crecer— como parti-
dos nacionales.
Es relativamente frecuente la emergencia de nuevos partidos y agrupa-
ciones en el nivel local municipal y en el nivel regional departamental. Sin
embargo, estos partidos locales y regionales no muestran liderazgos que
canalicen una representación nacional, como tampoco establecen com-
promisos ni diálogos más generales que permitan la emergencia de parti-
dos nacionales. Las dificultades para la presencia de partidos nacionales
están acopladas a un sistema electoral que promueve estructuralmente la
atomización de la representación. Las reformas del sistema político de las
dos últimas décadas —diputaciones uninominales locales y diputaciones
indígenas especiales— mejoraron por un lado la representatividad del
Parlamento, pero por otro, atomizaron localmente la representación.
El Estado plurinacional autonómico requiere generar un espacio de
construcción de legitimidad política nacional para los partidos. Este rol
podría ser cumplido por diputaciones uninominales elegidas en circuns-
cripción nacional, que permitirían cohesionar a los diferentes partidos en
torno a múltiples liderazgos nacionales.
Lo que observamos es que la corriente profunda del Estado plurinacio-
nal autonómico es la modificación de las condiciones estructurales, la
institucionalidad donde la política ocurre. Desde la descentralización
municipal y departamental, en Bolivia ya no es posible un juego centra-
lista y vertical, que correspondió a la fase de la democracia presidencia-
lista y centralizada. Hoy los partidos están destinados a adecuarse a la
nueva estructura descentralizada que los obliga a democratizarse interna-
mente, captando nuevos liderazgos desde lo local, con el desafío de la
agregación nacional a partir de organizaciones locales fuertes, lo cual solo
es posible en condiciones de democracia abierta y competitiva.
El MAS es el segundo partido con raíces de la historia boliviana que
emerge de la descentralización municipal como partido de masas, pero
una vez en el poder tiende a cerrarse y a instalar lógicas centralistas
ajenas a su propia historia y a su génesis. En este afán, su impulso inicial
de partido en crecimiento se ve frenado, y a partir de 2014 vemos una
tendencia al decrecimiento: de ser un partido hegemónico pasa a ser un
partido de vocación mayoritaria incapaz de reproducir su fuerza en los
espacios locales.
20 La reconfiguración del Estado en Bolivia

Los resultados electorales del referendo de 2016 para la reforma de la


Constitución con el objetivo de viabilizar una tercera postulación y reelec-
ción de Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera, en que el MAS pierde
con 49% de los votos5, nos muestran que las dificultades del MAS en los
niveles subnacionales lentamente tienden a irradiarse y a expresarse en el
ámbito nacional.
La amenaza más importante para el MAS-IPSP proviene de su retroceso
en el ámbito territorial y de la incapacidad de reproducir decenas de éxi-
tos electorales en los cientos de municipios bolivianos y en los nueve
gobiernos departamentales.
Por el otro lado, el mismo desafío golpea a las oposiciones, pero de
forma inversa, y vemos que los pocos partidos nacionales o están muy
débiles o desaparecen. Las oposiciones más exitosas emergen y se man-
tienen en espacios locales, pero no irradian ni construyen identidades
políticas nacionales. Una pregunta central en este punto es: ¿cuál es la
causa para la situación descrita?
En este primer momento estamos ante la imagen de un país diverso,
políticamente fragmentado, que no encuentra el camino para expresar y
representar a una comunidad política nacional. Como un efecto de la
nueva estructura territorial altamente descentralizada de Bolivia, hoy la
macropolítica se hace desde la micropolítica y, a su vez, la micropolítica
tiende al ensimismamiento.

La transición del MAS-IPSP


de partido horizontal a partido vertical
Los partidos políticos son
las instituciones que nos
permiten observar cómo
ocurre la democracia.
John P. Aldrich

La pregunta central de esta parte es entender cómo el MAS media y es


capaz de integrar los objetivos y las aspiraciones de los ciudadanos con
los frecuentemente diferentes objetivos y aspiraciones de los políticos del
MAS, y cómo ambas cosas configuran la política boliviana.

5 En el Referendo Constitucional 2016 las diferentes misiones de observación electoral cuestionaron al Órgano Electoral
Plurinacional recientemente posesionado la credibilidad del padrón electoral y establecieron la necesidad de una
auditoría al mismo.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 21

El MAS llegó a ser hegemónico porque articuló a todos los actores


sociales rurales y urbano-populares en torno al objetivo común de “luchar”
contra el Estado neoliberal que se sentía y pensaba como la negación de
la Bolivia popular, que se consideraba excluida.
Cuando el MAS nació imperaba en el país un ambiente que incentivaba
el debate abierto y la crítica. En este ambiente emerge un partido con
fuertes raíces locales territoriales, que se constituye en el segundo partido
de masas en el país.
Una vez que el partido accede al poder, en su relación con la sociedad
y con la oposición —en parte debido a su falta de personal político espe-
cializado en la administración gubernamental, y dada su necesidad de
mantener la gobernabilidad— empieza a cerrar los espacios de debate
abierto y a imponer penalizaciones al debate abierto. Con el tiempo, este
cierre permea al partido y se penaliza la crítica dentro del partido. El par-
tido pierde la capacidad que tuvo en el momento de su génesis de reclu-
tar liderazgos sociales emergentes, e incluso los que surgen en sus filas
son expulsados por la dinámica partidaria.
Los liderazgos sociales populares emergentes empiezan a surgir en los
intersticios por fuera del partido y éste ya no es capaz de atraerlos; solo
lo hace a costa de la cooptación y de la supresión del liderazgo. Una vez
dentro del partido, los nuevos miembros perciben que solo tienen alguna
perspectiva de mantenerse en él y acceder a algún espacio de poder y
privilegio si no les cuelgan el mote de “librepensantes”, es decir, si renun-
cian a promover el debate interno, lo que equivale a renunciar a promover
democracia interna.
Como hijo de la democratización, el MAS-IPSP fue en un inicio un par-
tido horizontal, con formas democrático-horizontales de reclutamiento de
nuevos liderazgos. A medida que el MAS transita a las ciudades y transcu-
rre su paso por el poder, el partido empieza a abandonar su lógica más
democrática y horizontal y empieza a abrazar tradiciones, prácticas y nor-
mas de los partidos “tradicionales”, es decir, prácticas verticales y centra-
listas que correspondían al viejo sistema territorialmente centralista y
étnicamente excluyente.

Los diversos campos políticos subnacionales

El estudio del orden político de La Paz, de Gustavo Bonifaz, nos muestra


que hasta 2010 el MAS-IPSP, tal como en el plano nacional, desarrolla una
22 La reconfiguración del Estado en Bolivia

presencia hegemónica en el departamento, la cual se expresa de forma


consistente en sus resultados en elecciones nacionales, departamentales y
municipales en La Paz. La excepción es el municipio de La Paz, donde el
MAS era un partido de vocación mayoritaria pero donde nunca llegó a ser
un partido hegemónico.
La relativa debilidad del MAS en la ciudad de La Paz alude al posicio-
namiento retórico del partido en torno al clivaje urbano-rural, del cual
emerge el MAS. La ciudad de La Paz, receptiva a los códigos de la
modernidad, ha mostrado imaginarios y códigos culturales liberales que
emergen en la ciudadanía al momento de juzgar el desempeño guberna-
mental local.
Para el subsistema paceño, el período 2014-2015 es un punto de quie-
bre en que el MAS, como partido nuevo y en crecimiento, muestra un
estancamiento y el inicio de una tendencia al decrecimiento. En las elec-
ciones subnacionales de 2015 el MAS-IPSP pierde por primera vez en el
municipio de El Alto, reedita su derrota en el municipio de La Paz y pier-
de la elección departamental, ubicándose por primera vez como segunda
fuerza en el departamento.
El ámbito local, como espacio de expresión de la profunda diversidad,
se convierte en el espacio de despliegue del pluralismo como escenario de
la protesta contra el MAS local. El MAS local es una organización que se
muestra incapaz de entregar bienes públicos a electorados locales que
cabalgan entre demandas ciudadanas de bienes que solo pueden ser pro-
ducidos por instituciones que responden a la lógica del ciudadano e imagi-
narios comunitarios abstractos. Es decir que la demanda es de instituciones
democráticas fortalecidas: agua, salud, educación, seguridad ciudadana,
transparencia, eficiencia en el manejo del aparato gubernamental municipal.
Es en el ámbito urbano local donde empieza a ser visible la zanja entre
los grandes bienes político-ideológicos condensados en las grandes pro-
mesas del Estado plurinacional —economía plural, vivir bien, respeto a la
Pachamama, descolonización y lucha contra la discriminación— y la
ausencia de cambios en la vida cotidiana. Por otro lado, comienza a visi-
bilizarse el rol de puente de las instituciones como canal de materializa-
ción del cambio. Empieza a ser evidente que sin instituciones que funcio-
nen no hay cambio.
Esta autonomización del sistema político subnacional ha sido gradual; en
principio no ha significado un desapego al partido predominante en las
elecciones nacionales, pero a medida que transcurre el tiempo vemos que
su desempeño a nivel local y departamental empieza a influir en el apoyo
La reconfiguración del Estado en Bolivia 23

que logra a nivel nacional en el departamento. En la medida en que nuevas


fuerzas políticas municipales y departamentales disidentes del MAS emergen
y disputan exitosamente espacios políticos subnacionales, éste se debilita.
Al mismo tiempo, estas fuerzas políticas subnacionales opositoras en los
municipios provinciales del departamento no muestran capacidad de
influencia en la arena nacional; por el contrario, en muchos casos tienden
a desgastarse en la lucha política local y no establecen un sello y una iden-
tidad política local consistente y perdurable. Es más, a pesar de haber acce-
dido al gobierno municipal con agrupaciones ciudadanas distintas al MAS,
cuando están en función de gobierno se alían o se subsumen al MAS.
A medida que el MAS se debilita en lo local y en lo departamental, ello
tiende a influir en un debilitamiento en la arena nacional; ahí vemos la
transición de ser un partido hegemónico a ser un partido de vocación
mayoritaria con tendencia a la pérdida de legitimidad y apoyo en el depar-
tamento.
Paralelamente, en el ámbito departamental y municipal de La Paz los
partidos opositores emergentes no muestran una capacidad de vincula-
ción horizontal. La principal debilidad de la oposición en La Paz fue la
desaparición del MSM, como producto de su participación probablemente
temprana en las elecciones nacionales (2014), arena en la que el MAS aún
era hegemónico.
Es interesante el que Sol.bo —una reestructuración del MSM con nuevas
características y que responde a rupturas urbanas— reconozca temprana-
mente la necesaria presencia de liderazgos jóvenes y, fundamentalmente, la
necesidad de formas más democráticas de acceso a la política. En este
campo, cabe mencionar que un tercio de las candidaturas de Sol.bo pasó
por un proceso de elecciones primarias en que candidatos ciudadanos se
autonombraron y luego, en un proceso interno, el partido votó por dichas
candidaturas, que de esta forma accedieron a la arena política.
El resabio del período de la hegemonía del MAS en La Paz queda gra-
bado en la actual composición de la Asamblea Legislativa Departamental:
como efecto de la ley del régimen electoral transitorio, la asamblea tiene
una sobrerrepresentación rural.
El sistema de partidos de La Paz nos muestra que el clivaje que divide
las lealtades es el clivaje urbano rural, representado por el MAS-IPSP, y
que empieza a expresarse en el ámbito de la oposición en la alianza entre
Sol.bo y Tercer Sistema. Por ello, la debilidad de esta alianza refleja tam-
bién las dificultades de articulación más general de un orden político en
el departamento.
24 La reconfiguración del Estado en Bolivia

En Cochabamba constatamos, por una parte, polarización política, y por


otra, ausencia de comunidad política. La persistencia de una sociedad divi-
dida entre intereses e identidad urbana con capacidad de irradiación nacio-
nal (Manfred Reyes Villa) e intereses e identidad rurales con presencia
nacional (el MAS y Evo Morales) profundizó la brecha hasta convertirla en
el espacio de la guerra entre enemigos. En Cochabamba se traspasó la fron-
tera de la no violencia, que constituye la condición básica para la emergen-
cia de una comunidad política que permita construir democracia local.
La característica más importante del campo político de Cochabamba es
la profunda división rural-urbana, que persiste politizada desde el período
del derrumbe estatal (2000-2005). La polarización explota en violencia
descontrolada en enero de 2007 con un saldo de dos muertos civiles, lo
que tiene como resultado la ausencia de la emergencia y visibilización de
una identidad regional expresada en un sistema mínimamente indepen-
diente y pluralista en el ámbito departamental.
Cochabamba es el espacio de la no configuración y la no visibilización
de lo público regional, la ausencia de un sentido de “bien común cocha-
bambino”. Veamos:
“Nunca ha habido esta separación que se ve ahora, nunca ha habido
ese odio entre nosotros con campesinos o los campesinos contra
nosotros”6. Fernando Mayorga, el autor del documento sobre Cochabamba
en la presente publicación, plantea que “en Cochabamba no existe un
sistema de partidos porque el grado de pluralismo es irrelevante y preva-
lece la concentración de poder decisional en el partido de gobierno”.
Para entender el Estado plurinacional autonómico es importante plan-
tearnos dos preguntas. La primera: ¿cómo nació la Bolivia autonómica?, y
la segunda: ¿cómo se relaciona lo plurinacional del Estado con la Bolivia
autonómica emergente?
La diversidad geográfica de Bolivia condicionó históricamente serias difi-
cultades para la articulación y cohesión social del país, lo cual promovió la
emergencia de identidades departamentales de mayor y menor intensidad.
Una de las identidades departamentales más fuertes y con mayor capacidad
de irradiación en todo su territorio fue la identidad cruceña.
Cuando nos preguntamos cómo nació la Bolivia autonómica, Santa
Cruz es una ventana privilegiada desde la cual mirar: Santa Cruz nos
muestra que la Bolivia autonómica nace del choque violento entre la vieja

6 Entrevista a Nelson Urresti, padre de Christian Urresti, muerto en los enfrentamientos del 11 de enero de 2007 en
Cochabamba, en: Ramón Rocha y Roberto Alem (2008). ¡Nunca más! A un año del 11 de enero. Cochabamba, Bolivia:
Ed. El País, p. 24.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 25

élite política cruceña articulada a la élite política desplazada por el MAS a


partir de 2006 y la élite emergente del MAS-IPSP.
La Bolivia autonómica nace cuando el poder se desplaza de los espa-
cios informales de poder regional a los nuevos espacios institucionales
reconocidos en la Constitución Política del Estado. Cuando el pueblo de
Santa Cruz elige en las urnas a un gobernador ocurre un desplazamiento
del lugar desde el cual emerge el poder legítimo, y lentamente empieza a
reconocerse a la Asamblea departamental y a la Gobernación como las
instancias representativas y expresión del conjunto de la sociedad del
departamento.
El Comité Cívico Pro Santa Cruz, el viejo ámbito desde el cual se ejercía
el poder real, hace lo que sabe hacer —ejercer poder desde la calle— y
decide la toma de instituciones, arrastrando en su debacle a la élite polí-
tica departamental. Gustavo Pedraza lo sintetiza magistralmente: “Es solo
que las condiciones cambiaron y cada una de las partes, en base a sus
intereses y a su ritmo, lo viene asumiendo”.
La emergencia de la Bolivia autonómica a través de la violencia signi-
fica para la oposición emergente en los espacios departamentales una
primera derrota, que en el corto plazo se presenta como definitiva. La
derrota del CONALDE tiene como resultados la desarticulación y disper-
sión de la oposición nacional en los años siguientes. Estaríamos ante una
profunda derrota temprana con importantes consecuencias a futuro. Sobre
este tema volveremos más adelante.
La segunda pregunta es: ¿cómo se vincula la autonomía cruceña con el
Estado plurinacional? Es interesante observar que estamos ante la emer-
gencia de un proceso de renovación de élites y una reforma intelectual.
La articulación con el Estado plurinacional desplaza a una parte de la élite
cruceña, por un lado, y por el otro la cambia, siendo este último el cambio
fundamental.
La vieja élite se democratiza y se abre a mirar y redescubrir a la socie-
dad cruceña real; producto de ello emerge un nuevo discurso, más abier-
to y menos elitista
Por otra parte, el ingreso del MAS a Santa Cruz a través del pacto de
este partido con la élite económica cruceña constituye una victoria pírrica
porque determina el abandono del MAS del proyecto de Estado plurina-
cional y la apertura a un proyecto únicamente extractivista.
El curso histórico de la política agraria del MAS permite aseverar que
la Ley de Revolución Productiva —que cierra los ojos a la realidad de los
transgénicos— se puede resumir como proempresarial, procampesina y
26 La reconfiguración del Estado en Bolivia

antiindígena, consintiendo que se deconstruya la articulación indígena


originario campesina, que fue la alianza que dio origen y permitió la emer-
gencia del Estado plurinacional. Sin los indígenas, lo plurinacional del
Estado desparece.
En Santa Cruz observamos al presente un bipartidismo competitivo que
modera al MAS y democratiza a la oposición.
En Tarija observamos la sobredeterminación del clivaje regional y la
ausencia de una comunidad política regional. El título que elige Rodrigo
Ayala para retratar el proceso tarijeño, “Cuando los árboles tratan de ende-
rezarse”, es elocuente porque nos permite observar que, en medio de un
proceso de crisis que se extiende en el tiempo, estamos ante la reconfigu-
ración de un sistema de equilibrio de fuerzas entre dos partidos departa-
mentalmente grandes, un sistema de equilibrio entre dos polos como
forma vigente desde la década de los cincuenta.
Este cuadro de continuidad aparente solo se entiende a cabalidad si
observamos que el bipartidismo emergente es cualitativamente diferente
al anterior. En Tarija se ha transitado de un sistema de equilibrio bipolar
moldeado verticalmente por el centralismo, que estructuralmente tendía a
reproducir centralismo en el intercambio político departamental, a un
bipartidismo abierto y permeable que tiene dificultades de agregar las
identidades políticas a nivel departamental y mayores dificultades aún
para insertarse en la disputa nacional.
El marco estructural en el que se mueve la dinámica del sistema polí-
tico tarijeño está constituido por la presencia e importancia que adquie-
ren en la coyuntura de crisis estatal dos clivajes sociales: el clivaje cen-
tro-periferia, característico del departamento, y el clivaje urbano-rural,
que acota el campo político en todo el país y es más general y sobrede-
terminante.
Dada la diversidad geográfica tarijeña y la alta concentración de
recursos naturales en la región del Chaco, observamos en Tarija que el
clivaje centro-periferia —si bien estuvo presente desde la fundación de
la República y se expresó en la presencia de pequeñas élites regiona-
les— en el momento del boom de los precios de los recursos naturales7,
que es también el momento de la crisis estatal boliviana, la estructura se
politiza y reconfigura.
El clivaje centro-periferia determina en Tarija un proceso de descen-
tralización intradepartamental en dos niveles: como descentralización de

7 En Bolivia jugó un rol crucial el precio del gas acoplado al precio del petróleo.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 27

la fuente de generación de legitimidad que denominamos descentraliza-


ción política, a través de consagrar en el Estatuto la elección de los eje-
cutivos seccionales de provincia, acompañada de una descentralización
de tareas que consiste en la descentralización de la gestión de las empre-
sas desconcentradas
La tensión producida por el clivaje centro-periferia departamental ha
determinado que las élites periféricas tengan la oportunidad de promo-
ver un proceso de descentralización intradepartamental que ha dado
lugar a la emergencia de dualidad de poderes a nivel municipal. Este
proceso, que está bien retratado en el documento de Ayala, se sintetiza
en la presencia de dos autoridades electas con jurisdicción sobre el
mismo territorio: los ejecutivos seccionales de provincia —con más
recursos que los municipios y sin una instancia de fiscalización— frente
a los alcaldes, también electos, pero con menos recursos relativos y con
una instancia de fiscalización.
La politización del clivaje urbano-rural en Tarija explica la emergencia
del MAS-IPSP como un partido fuertemente enraizado en la organización
sindical campesina del departamento. A partir de 2014 el partido, a través
de pactos preelectorales, da un giro político orientado a incorporar a parte
de las élites tradicionales de los centros urbanos.
En Tarija —más que un proceso de circulación de élites, como ocurrió
en tierras altas— observamos un proceso de desplazamiento de parte de
la élite departamental y un proceso de incorporación de parte de la élite
tradicional que tiene un doble efecto: por una parte, permite la emergen-
cia de una “derecha remozada” más abierta y con un discurso y una pos-
tura general que convoca a lo popular y periférico y que es más permea-
ble a escuchar y absorber las reverberaciones de la sociedad. Por otra
parte, la apertura e incorporación en el MAS de parte de la vieja élite
tradicional genera un costo político para el partido por el cambio de ima-
gen frente a sus bases, que es su potencial de electorado duro.
La estructura institucional en Tarija se ha reconfigurado. El desafío ya
no es construir un gran relato político de autonomía o de inclusión, que
en el pasado permitió construir capital político; en el presente, el desafío
es ejercer la autonomía. Hoy la disputa empieza a girar en torno a la efi-
ciencia de gestión, a los resultados palpables para el ciudadano del ejer-
cicio del poder de cada uno de los bandos. Pasan a segundo plano los
grandes relatos, ya sean autonómicos o de inclusión.
En Beni observamos un sistema no competitivo en que ocurre una
renovación de élites acotada. En el tiempo del cambio del sistema político
28 La reconfiguración del Estado en Bolivia

boliviano y del derrumbe del viejo sistema de partidos, en Beni este pro-
ceso se experimenta marcado por un elemento de contexto local que es
nuclear: la no presencia de democracia competitiva, lo cual cambia la
estructura en que ocurre el intercambio político y determina también el
resultado. El elemento determinante del tipo de institucionalidad que
emerge es la presencia de reglas informales que rigen este escenario de
elecciones no competitivas8.
El proceso de renovación y circulación de élites en el Beni está marca-
do por tres elementos: por una parte, por la relación con un MAS en
proceso de decrecimiento, lo que explica en parte su apertura a alianzas
con sectores de élite del departamento. Por otra parte, la politización del
clivaje centro-periferia que opone a Trinidad y su economía ganadera
contra Riberalta como centro de una economía amazónica de bosque.
Finalmente, la politización del clivaje étnico que opone a indígenas versus
no indígenas abre el espacio por el cual emerge y se instala el MAS como
nuevo actor político central de la dinámica política departamental.
En el ámbito nacional, el año 2009 es el punto en que el MAS empieza
a frenar su crecimiento. En Beni, a partir de 2012 se abre una brecha en
el viejo sistema y emerge un vacío de poder que permite la activación
política de viejos clivajes sociales; esto dará lugar al ingreso del MAS y a
una renovación y relativa circulación de élites.
En el proceso de emergencia como nuevo actor político central en el
departamento, veremos que —tal como en Santa Cruz— el MAS desarrolla
una nueva estrategia que no es de confrontación con la élite local sino,
por el contrario, de alianza con la élite periférica y con partes desplazadas
de la vieja élite tradicional. Esto tiene como efecto una situación que nos
permite afirmar que el MAS se extiende e instala en el conjunto del terri-
torio del Beni pero que, al mismo tiempo, este partido es cambiado en el
proceso de alianzas a que se abre en el departamento
A pesar de que Gustavo Pedraza registra un efectivo proceso de despla-
zamiento de la vieja élite territorial trinitaria y la emergencia de una élite
más periférica y más popular, no se muestra la emergencia de una comuni-
dad política beniana. Probablemente esto esté relacionado con la ausencia
de elecciones competitivas como estructura básica de este proceso.

8 Se requiere el levantamiento de información empírica para establecer las reglas informales vigentes en el intercambio
político beniano, tarea que va más allá del alcance de esta investigación.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 29

Conclusiones

En los primeros años de fundación de la República, la diversidad geográ-


fica, étnica y lingüística de Bolivia promovió las primeras reflexiones en
torno a su “viabilidad” como nación. Posteriormente, en la Revolución de
1952 lo popular boliviano encontró en la construcción de un Estado cen-
tralista, autoritario y homogeneizador el camino para la construcción de
un imaginario de comunidad. Cuatro décadas después de esta revolución,
la diversidad estructural y sociocultural emerge nuevamente, pero esta vez
en la década de os noventa, en un orden político e institucional nuevo, en
un contexto de descentralización del Estado y de democracia libre, abier-
ta y participativa.
La demanda de respuesta al desafío de la diversidad se expresa bidi-
mensionalmente, por una parte, en la politización del clivaje urbano-rural,
desde donde aflora la emergencia de lo plurinacional como el carácter
principal de la nueva estructura estatal boliviana. Por otra parte, en la
politización del clivaje centro-periferia, desde donde emerge la autonomía
de cuatro niveles y dos esferas de soberanía: la republicana y la comuni-
taria indígena.
A partir de la aprobación de la nueva Constitución en 2009, el Estado
plurinacional con autonomías es la nueva estructura política en la que se
reconfigura el orden político y en la que toma forma el nuevo sistema de
partidos.
En el presente, los diferentes campos políticos subnacionales nos
muestran una marcada asimetría respecto a la vigencia del orden demo-
crático “nacional”: reglas formales e informales diferentes y una tempora-
lidad propia.
Los campos políticos subnacionales sobredeterminan el orden político
nacional de dos maneras: por una parte, definen el orden político nacional
en el espacio local y regional, y con ello concretan la “democracia real-
mente existente”; por la otra, los campos subnacionales muestran débiles
canales de comunicación horizontal, estableciendo como cuadro de con-
junto un orden político fragmentado y carente de plataformas comunes.
El orden político fragmentado se produce y reproduce por dos cami-
nos: por una parte, si bien el ámbito subnacional viabiliza la emergencia
y visibilización de nuevos líderes y lideresas, estos liderazgos de raíz local
no transitan a la competencia nacional. Ello se explica por el déficit demo-
crático que significa la subordinación del Poder Judicial al Poder Ejecutivo.
Esta ausencia de separación de poderes juega un rol de incentivo al aisla-
30 La reconfiguración del Estado en Bolivia

miento en el nivel subnacional para los opositores y explica en parte la


alta fragmentación de la oposición nacional. Por otra parte, para los lide-
razgos locales del MAS juega un rol preventivo que incentiva a no tomar
el riesgo de visibilizar liderazgos fuertes con potencial de competir con el
liderazgo del Presidente. Este marco de contexto ha convertido a alcaldes
y gobernadores del MAS en “maestros de ceremonia” en los múltiples
actos de entrega de obras, en los que el rol político protagónico está
reservado para el Presidente. Si los líderes locales del MAS no se atreven
a protagonizar momentos festivos, menos se atreven a cuestionar o criticar
políticas o tendencias dentro del partido, que es el camino de emergencia
y crecimiento de nuevos liderazgos.
La situación de democracia restringida y de persecución judicial por
motivos políticos desincentiva el diálogo y la articulación que, como aca-
bamos de constatar, es condición imprescindible para la conexión entre
los ámbitos políticos local, regional y nacional.
Por otra parte, el nuevo orden político no presenta espacios institucio-
nales que promuevan la emergencia y el crecimiento de voces de alcance
nacional. Este sería el rol de representantes por elección directa de cir-
cunscripción nacional en el Parlamento, que, como canales obligatorios
para todos los partidos, jugarían el rol de puentes entre los ámbitos local,
regional y nacional. Sin este tipo de representación, el orden político no
cuenta con una caja de resonancia de los intereses nacionales que permi-
ta la producción de voces de alcance nacional con alta legitimidad.
Como efecto del bajo desempeño político de los liderazgos del MAS en
el nivel local, el partido nacional, hasta hace poco hegemónico de Bolivia,
sufre un rápido proceso de desgaste. Este quiebre entre los ámbitos local,
regional y nacional es producto de la centralización del poder y de la
debilidad de la democracia dentro del MAS.
En condiciones de democracia restringida, la emergencia de campos
políticos subnacionales autónomos promueve el fraccionamiento del
orden político nacional. De la dinámica política local diversa y desconec-
tada empiezan a emerger campos políticos autónomos que tensan el
orden político nacional, y que empiezan a generar poderes duales ponien-
do en cuestión la agregación nacional en una sociedad diversa y dividida.
El escenario de la descentralización impone un marco que exige buen
desempeño en el ejercicio del poder a los gobiernos municipales y depar-
tamentales, en el sentido de la exigencia de brindar bienes públicos como
producto de la gestión, y que el MAS ya no puede solventar ni ofrecer de
forma efectiva si mantiene su estructura caudillista y centralista interna.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 31

A lo largo del estudio constatamos que la autonomía departamental y


las autonomías municipales se ejercen reconfigurando el orden político
nacional, y en un primer momento están produciendo fragmentación
nacional.
El MAS es un espejo de la democracia boliviana en el que observamos
sus alcances y sus límites. En el primer caso, porque el MAS nos muestra
hasta qué punto se ha logrado conformar una “comunidad política boli-
viana” que pudo superar el clivaje étnico y el clivaje regional. En el segun-
do, observamos el despliegue de un partido/instrumento que, en un
escenario de democracia restringida nacional y de ausencia de normas
internas, está conformado por actores colectivos —identidades comunita-
rias, indígenas, campesinas, interculturales— y por débiles identidades
individuales ciudadanas que no logran establecer la legitimidad e impor-
tancia de su voz en el ámbito interno del partido. El resultado de esta
situación es un debate político interno débil, que da lugar a un partido
poco cohesionado y políticamente inerte.
Considerando el cuadro de conjunto vemos que la asimetría regional y
urbano-rural de vigencia de la democracia determina un contexto que
sobredetermina el carácter de cada campo político. En este marco es posi-
ble entender la emergencia de un orden político autónomo relativamente
maduro en el departamento de Santa Cruz; un orden político autónomo
incipiente pero vital en los departamentos de La Paz y Oruro; un contex-
to abierto en que se expresa no la emergencia de una comunidad cocha-
bambina, sino la alta polarización del país; Tarija, como el campo donde
afloran los clivajes intrarregionales como tarea previa a resolver para que
pueda surgir una identidad regional; y, finalmente, Beni y Pando, donde
no es posible hablar propiamente de orden democrático.
El cuadro de conjunto permite también visualizar dos elementos del
orden político: por una parte, el rol que juega la presencia de una socie-
dad abierta que promueve la crítica, que es un papel de incentivo a la
democratización interna de los partidos, y por otra parte, cómo la sub-
ordinación del Poder Judicial al Poder Ejecutivo asfixia el despliegue de
la comunidad política y su correlato un sistema nacional de fuerzas
políticas9.

9 Este es el caso de la llamada “estatuyente”, convocada en octubre de 2016 por Felix Patzi, gobernador de La Paz, y
que de llegar a instalarse implicará la presencia de un poder paralelo y en competencia con la Asamblea Legislativa
Departamental de La Paz.
Recomposición política
en Santa Cruz:
una mirada a los cambios
operados entre 2004 y 2015

Gustavo Pedraza Mérida*

* Abogado por la Universidad Gabriel Rene Moreno de Santa Cruz, con una maestría en
Administración Pública por la Universidad de Harvard. Ha sido Ministro de Desarrollo
Sostenible en el Gobierno del presidente Carlos D. Mesa (2004), director para Sudamérica
del Servicio Holandés de Cooperación al Desarrollo (2006) y consultor del PNUD, la FAO
y otros organismos internacionales. Tiene varias investigaciones sobre democracia, poder,
tierra e impactos sociales de las actividades de hidrocarburos. Ha sido profesor en varias
universidades de Bolivia en las materias de Gestión de Conflictos y Manejo Estratégico
de Crisis. Su tema de investigación actual es sobre la eficacia de la gestión pública en
gobiernos locales.
Índice

Santa Cruz en el período 2004-2010...................................................................................37


El surgimiento de la bandera autonómica....................................................................37
El proceso de polarización política y social...............................................................38
Las elecciones del 6 de diciembre de 2009................................................................40
Las elecciones del 4 de abril de 2010...............................................................................41
Transiciones y cambios en la estructura de poder regional.......................42
El crecimiento del MAS en Santa Cruz............................................................................44

Desempeño de los actores y recomposición


política entre 2010 y 2015...............................................................................................................45
Los actores económicos..................................................................................................................45
La mutación formal de la oposición: la emergencia
del Movimiento Demócrata Social (MDS).....................................................................46
La representación indígena en la gobernación cruceña.................................47
El Comité Pro Santa Cruz y la pérdida de
su gravitación política.......................................................................................................................48
El Movimiento al Socialismo......................................................................................................49
La pugna por el gobierno municipal de la ciudad capital...........................51

Resultados y tendencias electorales.....................................................................................52


Resultados de las elecciones presidenciales de 2014........................................52
Las elecciones departamentales y la
recomposición política en Santa Cruz..............................................................................54
Las elecciones municipales, el crecimiento
de MDS y las debilidades locales del MAS..................................................................57

Conclusiones.....................................................................................................................................................63
Índice de gráficos

Gráfico 1. Santa Cruz: votación obtenida por partidos


principales en elecciones generales, 2005-2014........................53
Gráfico 2. Santa Cruz: votación porcentual obtenida por partidos
principales en elecciones generales, 2005-2014........................53
Gráfico 3. Santa Cruz: votación de las principales fuerzas
políticas en elecciones departamentales, 2005-2015.................54
Gráfico 4. Santa Cruz: votación porcentual de las principales fuerzas
políticas en elecciones departamentales, 2005-2015.................55
Gráfico 5. Santa Cruz: asambleístas obtenidos por las principales
fuerzas políticas en elecciones departamentales 2010-2015.....56
Gráfico 6. Santa Cruz: desempeño electoral de las principales
fuerzas políticas en el ámbito municipal.
Alcaldías obtenidas, 2004-2015...................................................57
Cuadro 1. Santa Cruz: resultados porcentuales de las
organizaciones políticas en las tres últimas elecciones
municipales, por municipio........................................................59
Cuadro 2. Elecciones municipales, 2015: concejales
obtenidos por las distintas fuerzas políticas
en los 56 municipios cruceños...................................................61
Gráfico 7. Evolución del voto de las principales fuerzas políticas
en el municipio de Santa Cruz de la Sierra, 2004-2015............62
Gráfico 8. Evolución porcentual del voto en el municipio
de Santa Cruz de la Sierra, 2004-2015.......................................62
La reconfiguración del Estado en Bolivia 37

Santa Cruz en el período 2004-2010

El colapso del sistema de partidos de la “democracia pactada” —liderada


por la tríada MNR, ADN y MIR— y el rápido ascenso del MAS fueron asu-
midos por las élites cruceñas como una situación de riesgo. El temor no
obedecía solamente al hecho de percibir como inciertos sus espacios de
participación en la toma de decisiones del poder nacional, sino también a
la necesidad de proteger sus intereses en el ámbito regional.

El surgimiento de la bandera autonómica

Incluso antes de la caída del Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada,


en octubre de 2003, comenzó una intensa reformulación de las directri-
ces políticas regionales que posicionaba la autonomía como prioridad
política regional. Se puede afirmar que el principal antecedente para la
emergencia de la bandera autonómica fueron los manifiestos del movi-
miento denominado Nación Camba, publicados a partir del 14 de febre-
ro de 2001. En los mismos se presenta una narrativa ideológica que
apela a sentimientos derivados de la exclusión que habría sufrido la
región y que están presentes, de una manera u otra, en el imaginario
colectivo de los cruceños.
La dinámica política en Santa Cruz se acelera tras la caída del presiden-
te Gonzalo Sánchez de Lozada. Estaba en juego cuál iba a ser el orden
político que reemplazaría al de la democracia pactada. El MAS tenía indu-
dablemente la iniciativa, mientras que los planteamientos de la élite cru-
ceña eran eminentemente reactivos. Con todo, se entró en un proceso de
acumulación discursiva y de predisposición de la sociedad cruceña a la
acción, lo que sería el preludio de los sucesos posteriores. Como dijera un
38 Recomposición política en Santa Cruz

conocido analista, “Tras la imposición de la Agenda de Octubre de 20031,


el discurso autonómico fue tomando forma y mayor consistencia y fue
asumido formalmente por el Comité Pro Santa Cruz el 22 de junio de 2004
en el primer cabildo del siglo XXI” (Mirtenbaum, 2011).
Ese estado de ánimo social también fue recogido por otros académicos:

Como respuesta al proyecto del MAS, que giraba en torno a la realización


de la Asamblea Constituyente, se planteó la consolidación de las autono-
mías departamentales, para lo cual las principales organizaciones cívicas y
políticas en Santa Cruz comenzaron a trabajar elaborando un Estatuto
Autonómico. Se organizaron masivos cabildos donde se reforzaron al máxi-
mo los imaginarios regionalistas. La bandera cruceña, empezó a ser vista
en casas, autos, postes y podían leerse por doquier slogans como “Santa
Cruz no le debe nada a Bolivia” (Estremadoiro Rioja, 2011).

El proceso de polarización política y social

En el proceso constituyente (2006-2008) se abordaron cuestiones de gran


relevancia para el sector productivo cruceño y para la dirigencia política
del departamento. Se puede mencionar, por ejemplo, el régimen de tie-
rras, la asignación de recursos para los gobiernos subnacionales y el
grado de involucramiento del Estado en la economía. La forma en que
estos tópicos fueron tratados en ese escenario deliberativo dio lugar a
una dinámica de creciente de polarización política y social entre el
gobierno nacional y el departamental. Los sucesivos cabildos y referen-
dos se constituyeron en los hitos referenciales de esta escalada de posi-
ciones encontradas.
En este contexto se conformó el Consejo Nacional Democrático
(CONALDE), que aglutinó inicialmente a los gobernadores de Santa Cruz,
Beni, Pando y Tarija —los de la llamada Media Luna—, y al que posterior-
mente se sumarían los gobernadores de Cochabamba, Chuquisaca y La
Paz. Esta instancia se convirtió en ese momento en el principal referente
para el accionar de la oposición política frente al Gobierno del MAS.
Como reacción ante los resultados del referendo revocatorio de
Presidente, Vicepresidente y gobernadores departamentales celebrado en
2008, los grupos más radicales de la oposición en Santa Cruz procedieron,

1 Propuesta política del Movimiento al Socialismo para posicionar su proyecto de Estado, que giraba en torno a la nacio-
nalización de los hidrocarburos.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 39

a partir del 9 de septiembre de 2008, a tomar las instalaciones de institu-


ciones estatales, con el pretexto de dar cumplimiento a lo validado por el
voto popular favorable al estatuto autonómico departamental. Esto desem-
bocó en varios días de violencia continua, que incluyeron el saqueo de
oficinas públicas y destrozos de diversa índole ante la mirada práctica-
mente pasiva del gobierno central, que permitió el desenvolvimiento de
los hechos —apostando sin duda al desgaste natural del impulso opositor
autonomista— hasta que a la larga se impuso la cordura.
Al no poder conseguir ningún resultado concreto con la toma de ins-
talaciones estatales, los grupos que protagonizaron estos actos se vieron
forzados a dar marcha atrás, máxime si ni la ciudadanía ni las instituciones
regionales respaldaron sus medidas. Esta situación marcó la derrota moral
de los sectores cruceños más radicalizados en su enfrentamiento con el
MAS. La situación también volvió paulatinamente a la calma en los otros
departamentos de la Media Luna. En suma, tanto los resultados del revo-
catorio como los sucesos de septiembre de 2008 terminarían por desarti-
cular al CONALDE.
El 25 de enero de 2009 se celebró el referendo para la aprobación de
la nueva Constitución Política del Estado (CPE), que obtuvo una votación
favorable de 61,43% de la población boliviana. Si bien es cierto que la
propuesta plurinacional ganó, también es verdad que ganó la propuesta
autonómica, dado que efectivamente logró ser incorporada en el nuevo
texto constitucional. Es decir que, en este período, las dos grandes pro-
puestas políticas de la élite cruceña tradicional —la elección de autorida-
des departamentales y el régimen autonómico— llegaron a concretarse en
la construcción estatal en un período relativamente breve. Este fue el
aporte gestado desde Santa Cruz para la conformación actual del Estado
plurinacional y autonómico.
Posteriormente, en la pugna entre la dirigencia cruceña y el MAS, fue
este último quien prevaleció. La puesta en vigencia de la nueva CPE puso
un candado definitivo a las aspiraciones “ideales” expresadas en la redac-
ción de los estatutos autonómicos departamentales, que, para entrar en
vigencia, tienen que adecuarse al marco constitucional vigente.
Así, el 4 de abril de 2009 se llevaron a cabo las elecciones para elegir
nuevos prefectos en las plazas donde estos habían sido revocados median-
te referendo. Con las exautoridades departamentales de La Paz y
Cochabamba fuera del país, solo sobrevivieron Rubén Costas de Santa
Cruz, Ernesto Suárez del Beni y Mario Cossío de Tarija, aunque bastante
debilitados y con un CONALDE reducido.
40 Recomposición política en Santa Cruz

En la madrugada del 16 de abril de 2009, en un suceso bastante con-


fuso que todavía es motivo de controversias, la policía efectuó una inter-
vención en el hotel Las Américas de la capital cruceña para desarticular
un supuesto grupo armado separatista. En el operativo resultaron muertos
el ciudadano boliviano-húngaro Eduardo Rózsa, el húngaro-rumano Árpád
Magyarosi y el irlandés Michael Dwyer. Sobrevivieron el boliviano-croata
Mario Tadic y el húngaro Elöd Tóásó. El grupo fue acusado de actos de
terrorismo y alzamiento armado. Inmediatamente después del operativo,
varios dirigentes del movimiento cívico cruceño escaparon rápidamente
del país, entre ellos Branko Marinkovic, quien fuera presidente del Comité
Pro Santa Cruz en la etapa más álgida de la polarización.

Las elecciones del 6 de diciembre de 2009

En septiembre de 2009, el gobernador cruceño y cabeza del CONALDE,


Rubén Costas, indicó que esa instancia no había logrado conformar una
candidatura con la cual presentarse a las elecciones presidenciales que
debían celebrarse ese año. Este punto marcó el descalabro definitivo de
esa instancia opositora. En el fondo, se evidenció la inviabilidad de una
contrapropuesta unificada frente al MAS desde los poderes departamenta-
les y municipales controlados por autoridades opositoras. Existían visio-
nes, necesidades e intereses heterogéneos, en muchos casos incluso con-
trapuestos, que dificultaban una articulación de esa naturaleza.
Para encarar este proceso electoral, el Comité Pro Santa Cruz volvió a
ser el punto de encuentro y ordenamiento de la estrategia de la dirigencia
cruceña tradicional. Se tomó la decisión de apoyar la candidatura del
binomio Manfred Reyes Villa-Leopoldo Fernández, a la presidencia y la
vicepresidencia, respectivamente, por la agrupación Convergencia Nacional
(CN). Una vez más, obraron en conjunto cívicos, políticos, empresarios,
grupos de poder, gremios, fraternidades y medios de comunicación ads-
critos a la estructura de poder tradicional. En suma, se agudizó nuevamen-
te la polarización política y social. Para asegurar la cohesión y la acción
en bloque, incluso se pidió al expresidente del Comité Pro Santa Cruz,
Germán Antelo, que decline su candidatura por el MNR, a lo que accedió.
Aunque se logró mantener el orden y el despliegue habitual de esfuer-
zos electorales por parte de la dirigencia tradicional y de la principal
candidatura de oposición, que concurría en esa ocasión como Convergencia
Nacional, los resultados no fueron los esperados. Evo Morales resultó ree-
legido con 64,22% de los votos, en tanto que Manfred Reyes Villa obtuvo
La reconfiguración del Estado en Bolivia 41

un 26,46% y Samuel Doria Medina se quedó con un 5,65% de las prefe-


rencias. A la derrota electoral se sumó la repentina salida del país del
candidato presidencial de Convergencia Nacional para evadir un juicio en
su contra.
Paralelamente a los hechos políticos mencionados, en 2010 se desató
una crisis alimentaria en el país como consecuencia de factores climáticos
y la volatilidad de los precios internacionales. Para enfrentar esta situación,
el Gobierno promulgó los decretos supremos 348 (28 de octubre de 2009)
y 725 (6 de diciembre de 2010), que impusieron restricciones a las expor-
taciones de azúcar y soya.
Estas medidas afectaban particularmente al sector agroproductor cruce-
ño, que se vio forzado a buscar soluciones distintas de las acostumbradas
históricamente. Se establecieron las condiciones para que la dirigencia
económica marque distancia respecto a sus pares políticos en su relacio-
namiento con el Gobierno nacional y, por primera vez desde su funda-
ción, el Comité Pro Santa Cruz dejó de ser el centro de la toma de deci-
siones políticas en el departamento.

Las elecciones del 4 de abril de 2010

En el período comprendido entre las elecciones de 2005 y las de 2010,


el gobernador Rubén Costas se distanció paulatinamente de la organiza-
ción política que lo había acompañado hasta entonces y decidió disol-
verla para conformar la agrupación Verdad y Democracia Social
(VERDES), con la que se presentó a las elecciones departamentales, y lo
hizo además pugnando por controlar espacios municipales en varias
provincias del departamento.
Por su parte, el MAS concretó una importante labor de ocupación terri-
torial en el departamento. Recurrió a la presión política para forzar la caída
de algunos alcaldes y concejales opositores, tomó cuanto espacio pudo y
proyectó nuevos liderazgos en varios municipios. Con el apoyo del nivel
central del Estado, el oficialismo nacional fortaleció la gestión de los
gobiernos locales afines.
Las dos principales fuerzas rivales, cada una en su propia lógica y con
base en el control de un nivel de gobierno superior al municipal, ejerce-
rían una influencia ordenadora en torno a sus proyectos en la pugna
política dentro del departamento.
Rubén Costas obtuvo la gobernación cruceña con el apoyo de 51,32%
de los votos. El MAS, que postuló a Jerjes Justiniano como candidato,
42 Recomposición política en Santa Cruz

obtuvo solamente 37,28%. Los otros competidores alcanzaron votaciones


marginales.
En cuanto a las elecciones municipales, el MAS logró la victoria en 23
municipios, mientras que VERDES solo obtuvo 15. Fue un resultado inte-
resante para la fuerza política de Rubén Costas. A su vez, el MAS consoli-
dó un importante crecimiento territorial en Santa Cruz. En la capital del
departamento, Percy Fernández fue reelegido como alcalde con 55,5% de
los votos, seguido por el candidato del MAS, que obtuvo 31,9%.

Transiciones y cambios en la estructura de poder regional

Históricamente, el Comité Pro Santa Cruz había sido la instancia de pro-


ducción ideológica y coordinación política de las élites a lo largo de la
emergencia de la Santa Cruz contemporánea. La férrea unidad en torno
a sus directrices y la cohesión social en torno al simbolismo cruceñista
permitieron la instauración de un proyecto hegemónico vigente hasta el
día de hoy.
Aunque la estructura de poder de la dirigencia cruceña tradicional
comenzó a experimentar importantes cambios a partir de 2005, es innega-
ble que consiguió reproducir y reelaborar exitosamente su hegemonía. El
germen de las transformaciones ocurridas desde entonces arranca con la
consolidación de Rubén Costas como prefecto elegido, y fue durante esa
gestión cuando tuvo lugar la transición más significativa en cuanto a la
conducción política cruceña: la gobernación pasó a ocupar el espacio que
tradicionalmente había ostentado el Comité Pro Santa Cruz. Esto no se dio
de manera inmediata y automática, sino que implicó un cambio de fondo
en la lógica y la acción de la dirigencia política del departamento. La
audiencia ya no se reducía a la representación colegiada que se aglutina-
ba en el Comité Pro Santa Cruz, sino que se ampliaba al total de la socie-
dad cruceña, e incluso al resto del país.
Lo sucedido puede entenderse desde dos perspectivas no necesaria-
mente opuestas: por un lado, el empoderamiento, fruto del voto popular,
que permite el salto desde el espacio corporativo del Comité Cívico hacia
un espacio superior, de liderazgo democrático: la gobernación, de mayor
legitimidad, amplitud y recursos. Por otro lado, se trata de la transición de
la élite cruceña desde el control del espacio local a la búsqueda de la
proyección de su influencia más allá de los límites del departamento.
En ambos casos, en términos de crecimiento y proyección, la nueva
fuerza política en ascenso debía marcar distancias y autonomía respecto
La reconfiguración del Estado en Bolivia 43

al Comité Pro Santa Cruz. No es sino un momento de ruptura con el


progenitor a fin de proclamar una madurez política. Indudablemente,
estamos ante un camino sin retorno que cualifica la democracia y la
representación ciudadana.
Quienes reproducen hegemónicamente el discurso del cruceñismo en
la actualidad son tanto la gobernación como el Movimiento Demócrata
Social (MDS), el partido que construyó Rubén Costas en los últimos
años. Si bien el Comité Pro Santa Cruz intentó en varias oportunidades
retomar su espacio e incluso volver a conducir la elaboración discursiva,
no lo logró. El actor investido con el mandato constitucional y la legiti-
midad democrática para expresar las demandas de Santa Cruz hoy en día
es el gobierno departamental. Claramente, la reproducción de la hege-
monía se ha desplazado hacia la figura del gobernador, la gobernación
y su partido.
Con el tiempo, la autonomía que obtuvieron Rubén Costas y el MDS
en su accionar implicó también su disgregación para la toma de decisiones
respecto de los otros intereses que antes confluían en el seno de la enti-
dad cívica. Se trata en todo caso de un proceso de ida y vuelta, ya que
cada uno de sus componentes se vio en la necesidad de obrar en su pro-
pia lógica, pero tampoco se consideran obligados a convertirse en militan-
tes del partido del gobernador. No se trata de un rompimiento de relacio-
nes ni de un distanciamiento traumático entre quienes habían conformado
históricamente el Comité Pro Santa Cruz; sencillamente se produjo un
cambio en las condiciones, que cada una de las partes viene asumiendo
de acuerdo con sus intereses y su propio ritmo.
Ese fue el caso de la élite económica cruceña que, al comprender rápi-
damente la necesidad de recomponer sus relaciones con el gobierno
nacional —en ese momento se encontraba bajo presión por las restriccio-
nes que el Ejecutivo había impuesto a las exportaciones—, procedió tam-
bién a ejercer su autonomía de acción y a pactar con el Gobierno del MAS.
Esto se dio sin mayores traumas en su relacionamiento con la fracción
política de la élite cruceña.
El cruceñismo como tal está siendo reelaborado desde la gobernación
cruceña y el discurso comienza a presentar una visión más universal y
popular de lo cruceño, justamente en una lógica democrática de seduc-
ción electoral de las mayorías en Santa Cruz, con un importante compo-
nente de origen migrante.
En síntesis, la dirigencia tradicional se encuentra en un período de
transición que se verifica principalmente en tres dimensiones: la progresi-
44 Recomposición política en Santa Cruz

va independencia de la dirigencia política respecto de sus pares cívicos y


económicos, la reformulación del discurso cruceñista hacia contenidos
más universales y la conformación del aparato político del MDS.

El crecimiento del MAS en Santa Cruz

En las elecciones municipales de 2004, el MAS obtuvo 9,81% de los votos


en la capital cruceña y consiguió 11 de las 56 alcaldías cruceñas. El resto
de los municipios cruceños fue ocupado en ese momento sobre todo por
el MNR —que se hizo con 17 espacios municipales—, pero también por
varias otras siglas (ADN, MIR, NFR, UCS, etc.).
En las elecciones presidenciales de 2005, el MAS obtuvo 33,17% de
los votos del departamento, evidenciando así un crecimiento significati-
vo: triplicó el resultado obtenido en 2002. En las elecciones departamen-
tales, que se celebraban por primera vez, había obtenido 24,17% de la
votación.
A partir del año 2005, el MAS inició un importante despliegue en el
oriente del país, apelando sobre todo a las mayorías populares que no se
veían reflejadas en la narrativa del cruceñismo. Sin embargo, en la pugna
con la dirigencia tradicional no supo afinar bien su discurso y acabó
hiriendo en varias ocasiones el sentimiento de la población cruceña en
general, particularmente el de la radicada en la capital. Las amenazas de
cercos y otras medidas similares, sumadas a la agresividad que no discri-
minaba entre adversarios políticos y civiles y que atacaba a todos por
igual, acabaron favoreciendo e incluso justificando la resistencia al MAS.
Con todo, en las elecciones presidenciales de 2009, el MAS obtuvo una
votación de 40,91%, que le permitió seguir creciendo en Santa Cruz. En
las elecciones departamentales de 2010 alcanzó 37,28% de los votos (su
votación en la capital ascendió a 31,9%) y ganó en 23 de los 56 municipios
del departamento.
El MAS siguió creciendo en Santa Cruz hasta 2010, asentando su dis-
curso en la pugna con las fuerzas políticas del ciclo de la democracia
pactada y con la dirigencia cruceña tradicional. Sin embargo, no logró
presentar una propuesta contrahegemónica que interpele el discurso
dominante en Santa Cruz. Tampoco formuló un proyecto efectivo para
potenciar la economía del departamento ni logró hacerse con una estruc-
tura partidaria propia coherente y ordenada. Las disputas y las contradic-
ciones internas fueron y siguen siendo una constante en su accionar.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 45

Desempeño de los actores y recomposición


política entre 2010 y 2015

La resistencia al MAS y la esperanza de que la presidencia de Evo Morales


fuera algo pasajero chocaron de frente con el contundente resultado elec-
toral a favor del MAS en 2009. Esto hizo que, una vez superadas las elec-
ciones subnacionales de 2010, varios actores cruceños optaran por asumir
una actitud más pragmática en su relación con el poder político nacional.

Los actores económicos

Pasada la coyuntura electoral, y preocupados por la decisión gubernamen-


tal de establecer límites a las exportaciones, los sectores productivos cru-
ceños comenzaron a buscar formas de relacionarse directamente con el
Gobierno del MAS. Para estos fines, ni la gobernación ni el Comité Pro
Santa Cruz resultaban intermediarios efectivos.
El primer acercamiento se dio cuando se invitó a Evo Morales a inau-
gurar la Expocruz 2010. Fue la primera vez que el Presidente asistió a la
muestra ferial, el evento anual más emblemático de la pujante economía
cruceña. Los representantes del empresariado local emplearon en sus
alocuciones un tono conciliador y exhortaron a aceptar el discurso del
gobierno nacional: “es posible construir un país exitoso, con producción,
empleos, inclusión social y respeto entre todos”, afirmó en esa oportu-
nidad el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO). A su
vez, el primer mandatario señaló en su discurso de inauguración que
“los años pasados me sentí discriminado. Ahora cambia, hasta eso cam-
bia, de corazón muchas gracias por haberme invitado” (Los Tiempos, 18
de septiembre de 2010).
El 19 de enero de 2011 se reunió por primera vez la dirigencia de los
sectores productivos cruceños con el presidente Evo Morales. El encuentro
tuvo lugar en La Paz y durante la reunión el primer mandatario indicó:
“Por primera vez escuché a empresarios muy sinceros y cuando hay sin-
ceridad hay confianza” (El Deber, 20 de enero de 2011). Estas reuniones
continuaron celebrándose y se avanzó en varios temas que incidieron en
la Ley de la Revolución Productiva promulgada el 26 de junio de ese año.
Posteriormente, el 22 de noviembre de 2011, se realizó el taller
“Producir Más Para Distribuir Mejor”, organizado por los gremios empre-
sariales y el Gobierno, con apoyo del PNUD. En el mismo se abordó la
problemática y posibles soluciones para los sectores cañero, ganadero,
46 Recomposición política en Santa Cruz

soyero y lechero. Este evento abrió la ruta y fue un hito para la construc-
ción de un acuerdo de mayor alcance entre los sectores productivos de
Santa Cruz y el Gobierno del MAS.
Todas las reuniones entre el empresariado y el Gobierno desde los
primeros acercamientos de 2010 alcanzaron su punto culminante en el
Encuentro Agroindustrial Productivo del 11 de julio de 2013. El resultado
de esta reunión fue la firma del Acuerdo Productivo por Bolivia 2025. Este
hecho marcó un antes y un después en la relación entre los sectores pro-
ductivos de Santa Cruz y el Gobierno del MAS.
El 23 de abril de 2015 se celebró la cumbre Sembrando Bolivia, que
profundizó los acuerdos logrados y además amplió el diálogo con la incor-
poración de campesinos, movimientos sociales y pequeños productores.

La mutación formal de la oposición: la emergencia


del Movimiento Demócrata Social (MDS)

El 27 de junio de 2013 nació formalmente el Movimiento Demócrata


Social. El Tribunal Supremo Electoral otorgó la personalidad jurídica al
partido del gobernador cruceño Rubén Costas, que quedó habilitado
para presentarse a las elecciones presidenciales de 2014 y a las subna-
cionales de 2015. Anteriormente había sido rechazada la fusión entre
Verdad y Democracia Social (VERDES), Libertad y Democracia
Renovadora (LIDER) y Consenso Popular (CP). Ante esa situación, se
optó por solicitar el cambio de nombre de la agrupación Consenso
Popular por el de Movimiento Demócrata Social, lo que sí fue aceptado
por la autoridad electoral.
El Movimiento Demócrata Social (MDS) representa la síntesis de los
esfuerzos para formar un aparato político propio por parte de Rubén
Costas. Hereda todo el importante trabajo de estructuración partidaria que
venía realizando VERDES, así como los espacios que ya había ganado en
las elecciones de 2010.
De cara a las elecciones presidenciales de 2014, el MDS coqueteó con
la posibilidad de una alianza con el Movimiento sin Miedo, partido asen-
tado principalmente en La Paz, pero no tuvo éxito. A la postre conformó,
junto con Unidad Nacional, la alianza Unidad Demócrata (UD) que pos-
tuló como candidato presidencial a Samuel Doria Medina, quien obtuvo la
segunda mayoría en la votación de octubre de 2014. La habilidad del MDS
consistió en negociar las listas de postulantes a diputados y senadores, lo
que en definitiva le permitió colocar más representantes en la Asamblea
La reconfiguración del Estado en Bolivia 47

Legislativa Plurinacional que Unidad Nacional, su organización asociada


en la alianza UD.
El desempeño del MDS en las elecciones departamentales fue muy
notable en relación con el de sus adversarios. Desde mediados de 2013,
la gobernación cruceña mejoró sustancialmente su línea de trabajo comu-
nicacional y logró posicionar de manera efectiva en la opinión pública sus
logros en provincias, principalmente en materia de infraestructura de agua
potable, electricidad y construcción de caminos. Esto permitió a Rubén
Costas mostrar obras, lo que le proporcionó una gran ventaja sobre sus
competidores. La suya fue la única campaña ordenada, coherente y soste-
nida de principio a fin. Desde su labor como gobernador, Rubén Costas
logró hacer acto de presencia en cada municipio del departamento, cono-
cer personalmente a los principales líderes locales e iniciar acercamientos
y alianzas con muchos de ellos. Todos estos factores jugaron en su favor
y contribuyeron a que su candidatura obtenga una victoria contundente
en los comicios del 29 de marzo de 2015.
Para las elecciones municipales, el MDS se movió también con bastan-
te habilidad. Apoyó la gestión de sus alcaldes y aliados, y tuvo el acierto
de copar las principales alianzas territoriales disponibles. Esto le permitió
mejorar su desempeño respecto a 2010, pasando de hacerse con la victo-
ria en 15 municipios a controlar un total de 23 en 2015. En cuanto a la
capital cruceña, mantuvo con el alcalde Percy Fernández un acuerdo de
respeto mutuo de los espacios de cada uno. Ni el MDS compitió por la
alcaldía capitalina ni Santa Cruz Para Todos (SPT), la agrupación política
del burgomaestre, lo hizo por la gobernación.

La representación indígena en la gobernación cruceña

Al comienzo de la gestión 2010-2015, la representación indígena en el


departamento estaba claramente alineada con el MAS. Esta situación fue
variando lentamente, principalmente porque el oficialismo departamental
comenzó a seducir a la bancada de los representantes indígenas, y termi-
naría por arrebatársela al MAS. El punto en el cual se hizo patente la cer-
canía de los indígenas con VERDES fue el 27 de junio de 2011, cuando
Rodolfo López, asambleísta chiquitano, resultó elegido presidente de la
Asamblea Legislativa Departamental (ALD) mediante una alianza con
VERDES. A partir de entonces fue haciéndose cada vez más notorio el
acercamiento entre la fuerza del gobernador Rubén Costas y los represen-
tantes indígenas. López presidió la Asamblea Legislativa Departamental
48 Recomposición política en Santa Cruz

hasta el 25 de junio de 2012. El 19 de diciembre de 2014, otro indígena


quedó a la cabeza de la ALD. En efecto, el guaraní Filemón Suárez presi-
dió el órgano deliberante hasta la conclusión de la gestión 2010-2015.
Después de las elecciones subnacionales del 29 de marzo de 2015, la
alianza entre indígenas y el MDS se renovó, lo que confería al oficialismo
departamental una posición muy favorable para la gobernabilidad en el
departamento. La fuerza política del gobernador Rubén Costas cuenta con
diecisiete asambleístas para la gestión 2015-2020 y mantiene una alianza
que aparece firme con los cinco representantes indígenas, mientras que el
MAS solo cuenta con seis curules. Se trata de un escenario muy distinto al
de la gestión pasada y claramente favorable al MDS.

El Comité Pro Santa Cruz y la pérdida de su gravitación política

Las elecciones presidenciales de 2009 fueron, en la práctica, la última vez


que el Comité Pro Santa Cruz desempeñó un papel importante en la dis-
puta política. A partir de entonces, la participación y la incidencia del
otrora autodenominado “gobierno moral de los cruceños” fue disminuyen-
do gradualmente y su gravitación política es irrelevante en la actualidad.
Después de las elecciones subnacionales de 2010, en las que el ente
cívico desempeñó un papel menor, esta organización presentaba señales
evidentes de desgaste interno y externo. El presidente de turno aparecía
en los medios de comunicación quejándose del abandono en que dejaron
al Comité Pro Santa Cruz quienes tradicionalmente lo habían conformado.
A la conmemoración del 60º aniversario de la institución no asistieron ni
el gobernador de Santa Cruz ni el alcalde de la capital cruceña, aunque
ambos habían sido presidentes del ente cívico.
El 12 de febrero de 2011, Herland Vaca Díez fue elegido presidente del
Comité Pro Santa Cruz. Su elección marcó un quiebre momentáneo en el
control de esta institución por parte de los dos grupos de poder, o logias,
que controlaban tradicionalmente las cooperativas de servicios. En su ges-
tión, Vaca Diez se propuso revisar los objetivos y posibilidades del ente
cívico y también quiso ampliar la base social del mismo, aunque en reali-
dad tuvo escaso éxito.
El 2 de febrero de 2013, Fernando Castedo fue elegido, en segunda vuel-
ta, presidente del ente cívico. Lo más destacado de su gestión fue la protes-
ta realizada por los resultados en Santa Cruz del Censo de Población y
Vivienda 2012 y el intento de liderar el debate en torno al pacto fiscal. En
ambos temas se encontró de frente con la gobernación, que es la instancia
La reconfiguración del Estado en Bolivia 49

con mandato para pronunciarse sobre los mismos. En las elecciones presi-
denciales de 2014, la participación del Comité Pro Santa Cruz se limitó a
observaciones sobre el padrón electoral y el apoyo a algunas denuncias
sobre el supuesto traslado de votantes de una circunscripción a otra.
Con el actual presidente del Comité Pro Santa Cruz, Roger Montenegro,
elegido el 7 de febrero de 2015, la institución no tuvo prácticamente nin-
guna incidencia durante las elecciones subnacionales de 2015, y lo poco
que trascendió en los medios se refirió a denuncias por el supuesto tras-
lado de electores.
La irrelevancia política de la entidad cívica es estructural. Tanto los
actores políticos como los económicos asumieron en la práctica que el
papel del Comité Pro Santa Cruz ha quedado reducido a conducir discur-
sivamente cuestiones que competen en su gestión a la gobernación.

El Movimiento al Socialismo

Entre 2010 y 2015 el MAS continuó presentando un accionar interno caó-


tico, discontinuo e incluso contradictorio. No se observó la conformación
de una estructura orgánica regional que comande a todos sus miembros.
Cada organización presente elige entre diversas formas y grados de invo-
lucramiento; lo cual implica que cada una tiene su propia estrategia.
Interculturales, profesionales, gremiales, campesinos, transportistas, indí-
genas, asambleístas, concejales, alcaldes, etc., cada uno de ellos se mane-
ja con lógicas particulares. Algunos se articulan con la dirigencia nacional
a través de la intermediación de algunos ministros, otros lo hacen de
manera directa, otros buscan organizarse localmente y prácticamente
todos optan por más de una vía en paralelo.
El gran elemento unificador del MAS en Santa Cruz es la figura de Evo
Morales. Es por esta razón que el momento de mayor orden y cohesión
orgánica se alcanza en las elecciones presidenciales y solo entonces.
Llegado el momento de la conformación de las listas para senadores y
diputados, y con más notoriedad en las elecciones subnacionales, preva-
lecen los intereses particulares y de grupo antes que cualquier considera-
ción política que priorice la obtención de resultados electorales favorables.
Tanto es así, que solo la intervención directa del primer mandatario logró
darle orden al despliegue del MAS en las elecciones de 2015 y evitar el
caos. Esto fue así tanto en el momento de la definición de candidatos,
donde en general hubo dubitaciones y decisiones que posteriormente se
admitió que no fueron las mejores, como en el transcurso de la campaña.
50 Recomposición política en Santa Cruz

El pacto del 11 de julio de 2013 entre el Gobierno del MAS y los


actores económicos más poderosos de Santa Cruz mostró claramente el
acercamiento entre el Gobierno y el empresariado cruceño. En gran
medida, este hecho destrabó la relación entre el presidente Evo Morales
y la clase media cruceña. En esta misma línea, el MAS experimentó un
giro discursivo acerca de Santa Cruz y sus liderazgos, factor que favo-
reció también al crecimiento del apoyo político al gobierno nacional.
Estos elementos, más la constante presencia del primer mandatario en
las provincias y municipios del departamento, contribuyeron a mejorar
su imagen. El MAS mantuvo y amplió sus alianzas en la capital cruceña,
e incluso sedujo a figuras visibles de la oposición. También se observó
la aparición de directivas de colegios profesionales que comenzaron a
abrir las puertas al presidente Morales, y algunos, a apoyarlo abierta-
mente. En todo el período no hubo ningún liderazgo que buscara pro-
yectarse en la disputa por la presidencia que equipare el despliegue del
primer mandatario.
En lo referido a la gobernación, el MAS no logró proyectar ningún
liderazgo electoralmente atractivo. Ninguno de los asambleístas del MAS
alcanzó un nivel particular de protagonismo y reconocimiento. La brigada
parlamentaria masista tampoco presentó propuestas innovadoras o que
lograran capturar la atención de la población. Al contrario, la presencia
del MAS en la ALD fue perdiendo fuerza e incluso permitió que el oficia-
lismo departamental logre hacerse con el control de dos tercios del ente
deliberativo en varios momentos. Tampoco pudo mantener de su lado a
la bancada indígena. Todo esto explica en parte las dificultades que tuvo
al momento de elegir un candidato para la gobernación y los resultados
que finalmente obtuvo en las elecciones del 29 de marzo.
En cuanto al escenario municipal, el desempeño del MAS no fue uni-
forme en todos los municipios. En algunos, como es el caso de Camiri,
logró efectivamente proyectar nuevos liderazgos y hacerse con la victoria.
En otros, como en La Guardia, del área metropolitana, las pugnas internas
acabaron sepultando desde adentro sus posibilidades electorales. En
Montero, el alcalde Mario Baptista logró una gestión destacada y aseguró
su reelección contundente en 2015. En otros se observaron gestiones defi-
cientes, plagadas de corrupción, y los candidatos acabaron perdiendo
frente a quienes propusieron un cambio. Ese fue, por ejemplo, el caso de
Concepción, donde perdió Carlos Cuasase, un emblemático líder indígena.
Con todo, el MAS logró hacerse con la victoria en veintiún municipios
cruceños, perdiendo dos respecto a 2010.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 51

La pugna por el gobierno municipal de la ciudad capital

El alcalde Percy Fernández empezó la gestión 2010-2015 en una posición


sólida, con siete de los once concejales a su favor. El concejo municipal
se completaba con los cuatro representantes obtenidos por el MAS. Sin
embargo, cuando a mediados de 2011 sus concejales buscaron aprobar
una ley municipal de descentralización de poderes que establecía una
mayor autonomía del órgano deliberativo respecto al ejecutivo, acabaron
desatando un enfrentamiento que derivó en su suspensión, luego de no
pocas sesiones bochornosas.
Así, quedaron alejados de sus funciones seis de los siete concejales
titulares de Santa Cruz Para Todos (SPT), la agrupación del alcalde Percy
Fernández, y su lugar fue ocupado por los suplentes. Paralelamente
comenzó a darse el acercamiento entre los concejales del MAS y el alcalde.
El 12 de septiembre de 2012, ante la suspensión temporal de la concejala
Desirée Bravo, el concejal masista Saúl Ávalos asumió la presidencia del
concejo municipal. Al día siguiente, el alcalde Percy Fernández declaraba
en una conferencia de prensa: “el MAS es nuestro aliado”
El acercamiento continuó desde entonces. El 6 de junio de 2014, el
presidente Evo Morales, en medio de los preparativos para la Cumbre
G77+China, comentó: “en lugar de decir Evo y Percy, hay que juntar los
dos nombres y gritar ‘Pevo’, aunque suena feo pero es mejor” (El Deber, 6
de junio de 2014). Al día siguiente, el primer mandatario señaló: “en todas
las encuestas he visto que el mejor alcalde de toda Bolivia es el ingeniero
Percy Fernández” (El Deber, 7 de julio de 2014).
Todas esas aproximaciones jugaron más a favor del burgomaestre que
del MAS, cuyos concejales no lograron proyectarse en ningún momento
como candidatos con posibilidades de acopiar apoyo político, y también
dejaron en mala posición a Hugo Siles, concejal suplente del MAS que
realizó una prolífica labor de denuncias de corrupción contra de la gestión
de Percy Fernández.
La aprobación ciudadana de la gestión del alcalde Percy Fernández se
mantuvo alta (entre 55% y 65%) a lo largo de toda gestión. Santa Cruz de
la Sierra es una ciudad que viene duplicando la cantidad de sus habitantes
cada quince años, lo que la convierte en una urbe con un sector de la
construcción muy dinámico. Consiguientemente, la orientación del muni-
cipio hacia la ejecución de obras es esencialmente acertada. Evidentemente,
muchas necesidades han sido postergadas, pero el pavimento de calles, la
construcción de canales de drenaje y parques en cantidades que no tienen
52 Recomposición política en Santa Cruz

parangón respecto a gestiones anteriores parece ser suficiente, al menos


hasta ahora, para satisfacer las principales expectativas de la población.
Esto favoreció desde el primer momento a Percy Fernández, quien no
encontró ningún rival que dispute su liderazgo como constructor de la
ciudad y ejecutor de obras, entre las que destacan los edificios escolares.
Siempre fue un candidato fuerte, pero en las elecciones de marzo de 2015
jugó en su contra el desgaste propio de la edad, y sus ya demasiados
desvaríos en público acabaron pasándole factura.
SPT presentó como candidatos a concejales una lista de dirigentes con
fuerte apoyo dentro de la organización y lo suficientemente sólida como
para no debilitarse a lo largo de la campaña. Si bien la arquitecta Angélica
Sosa, la “mano derecha” del alcalde, era resistida por algunos sectores, al
ser la más conocida, también tenía sus simpatizantes. En suma, no perju-
dicó, pero tampoco contribuyó a mejorar los resultados.
Por su parte, el MAS enfrentó serias dificultades para hacerse de una
candidatura a la alcaldía cruceña en 2015. Tuvo dos intentos fallidos: ini-
cialmente invitó al periodista Enrique Salazar, pero ante el rechazo de éste,
presentó a Jaime Santa Cruz, que resultó inhabilitado. A último momento,
el presidente Evo Morales presentó a Reymi Ferreira como el candidato
designado.
El tercer frente que concitó la atención de la población fue el liderado
por los exalcaldes Roberto Fernández, que participó nuevamente como
candidato al sillón municipal, y su hermano Johnny Fernández, quien
compitió por la primera concejalía de la organización política UCS.
Ninguno de los otros candidatos en carrera realizó en el período
esfuerzo especial alguno que le permitiera llegar a la alcaldía en mejores
condiciones y con una acumulación suficiente de capital político. Tampoco
representaban a fuerzas políticas que por entonces fueran relevantes en
Santa Cruz. El despliegue de las restantes candidaturas en campaña fue
notoriamente menor en cantidad y calidad que el de los tres señalados, y
consiguientemente obtuvieron votaciones marginales.

Resultados y tendencias electorales

Resultados de las elecciones presidenciales de 2014

Un antecedente importante para comprender los resultados de las elec-


ciones subnacionales en Santa Cruz, su contexto y evolución, son los
La reconfiguración del Estado en Bolivia 53

resultados de las elecciones generales de octubre de 2014. Los gráficos


1 y 2 sintetizan las cifras correspondientes a los tres últimos procesos
electorales.

GRÁFICO 1. SANTA CRUZ: VOTACIÓN OBTENIDA POR PARTIDOS PRINCIPALES


EN ELECCIONES GENERALES, 2005-2014

700.000
623.313
600.000 567.974

500.000 506.704
441.705
400.000

300.000
261.845

200.000 207.785

156.768 142.380
100.000
70.052
0
2005 2009 2014
PODEMOS/CN/UD MAS Otros

Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

GRÁFICO 2. SANTA CRUZ: VOTACIÓN PORCENTUAL OBTENIDA POR PARTIDOS PRINCIPALES


EN ELECCIONES GENERALES, 2005-2014

60%
52,60%
50% 48,99%

41,80%
40% 39,82%
40,91%
33,17%
30%
25,03%
20%

11,19%
10%
6,49%
0%
2005 2009 2014
PODEMOS/CN/UD MAS Otros

Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.


54 Recomposición política en Santa Cruz

Como muestran los gráficos referidos, el MAS registra un marcado creci-


miento de su votación en el departamento a lo largo de los tres últimos
procesos electorales presidenciales. En 2014 se hace con la victoria, en
tanto que la principal fuerza de la oposición no logra siquiera igualar la
votación que obtuvo en 2009.
Una primera tendencia que se observa en los resultados de las eleccio-
nes presidenciales, y que también iba a verificarse en las subnacionales,
es la concentración del voto en torno al MAS y la principal fuerza presen-
tada por la oposición en cada ocasión. En 2005, tres de cada cuatro cru-
ceños votaron por una de estas alternativas, mientras que en 2009 —un
momento marcado por elevados niveles de polarización política y social—
lo hizo un 93,51%, y en 2014 un 88,81%.

Las elecciones departamentales


y la recomposición política en Santa Cruz

Los gráficos 3 y 4 sintetizan los resultados electorales de las tres últimas


elecciones departamentales. En la primera, el gobernador Rubén Costas se
presentó bajo la sigla APB (Autonomías Para Bolivia), en la segunda por
VERDES (Verdad Democrática y Social) y en la tercera por MDS
(Movimiento Demócrata Social).

GRÁFICO 3. SANTA CRUZ: VOTACIÓN DE LAS PRINCIPALES FUERZAS POLÍTICAS


EN ELECCIONES DEPARTAMENTALES, 2005-2015

800.000
724.861
700.000

600.000
515.370
500.000

400.000 374.326
387.841
299.730
300.000

200.000 175.010
151.306 106.839
100.000 114.458
0
2005 2010 2015
APB/VERDES/MDS MAS Otros

Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.


La reconfiguración del Estado en Bolivia 55

GRÁFICO 4. SANTA CRUZ: VOTACIÓN PORCENTUAL DE LAS PRINCIPALES FUERZAS POLÍTICAS


EN ELECCIONES DEPARTAMENTALES, 2005-2015

70%

60%
59,44%
50% 51,32%
47,88%
40%
37,28% 31,80%
30%
27,95%
24,17%
20%

10% 8,76%
11,40%
0%
2005 2010 2015
APB/VERDES/MDS MAS Otros

Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

Rubén Costas logró una victoria contundente en las elecciones del 29 de


marzo de 2015 con 724.861 votos, equivalentes a 59,44% de los votos
válidos. El apoyo del que goza esta autoridad departamental se refleja en
un crecimiento en su votación, que se expresa tanto en términos absolutos
como porcentuales.
Para la última elección de marzo 2015, la votación del MAS crece escasa-
mente en votos absolutos, prácticamente se estanca, pero en términos
proporcionales desciende de 37% a 32% (véase el gráfico 4).
Como se puede constatar, en la disputa por la gobernación se continúa
verificando la tendencia del voto a ordenarse en torno a las dos principa-
les candidaturas en carrera. En 2005 la fuerza política del gobernador
Rubén Costas y el MAS sumaron un 72%, en 2009 alcanzan un 89% y en
2015 la cifra sube a un 91%.
El voto por otras alternativas decrece claramente, pasando de concen-
trar un 27,95% de los votos en 2005 a tan solo un 8,76% en 2015. En tales
condiciones, a una tercera alternativa le resulta cada vez más dificultoso
abrirse camino. Con estos datos se infiere que el sistema político departa-
mental evoluciona hacia el bipartidismo.
En cuanto a la votación por asambleístas, el gráfico 5 muestra la evo-
lución de la composición de la Asamblea Legislativa Departamental (ALD).
En 2005 los entonces consejeros departamentales fueron elegidos con un
56 Recomposición política en Santa Cruz

procedimiento muy diferente al empleado en 2010 y 2015. Por tanto, la


comparación resulta compleja.

GRÁFICO 5. SANTA CRUZ: ASAMBLEÍSTAS OBTENIDOS POR LAS PRINCIPALES FUERZAS POLÍTICAS
EN ELECCIONES DEPARTAMENTALES 2010-2015

18
17
16

14

12 12

10
9
8

6 6
5 5
4

2 2

0 0
2010 2015
APB/VERDES/MDS MAS Otros Indígenas

Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

A lo largo del período 2010-2015, la representación de la agrupación del


gobernador Rubén Costas en la Asamblea Legislativa Departamental crece
de 12 a 17 asambleístas, y amplía significativamente su ventaja sobre el
MAS, que por el contrario ve reducida su presencia de 9 a 6 asambleístas
(véase el gráfico 5).
En 2010, tres organizaciones políticas lograron estar presentes en la
ALD. En 2015 solo están el MDS y el MAS. Esta forma de bipartidismo que
se viene afianzando en los escenarios políticos nacionales y subnacionales
se ve reflejada en la composición de la Asamblea Legislativa Departamental
de Santa Cruz.
Actualmente la representación indígena muestra estar cercana al oficia-
lismo departamental, hecho que favorece las condiciones de gobernabili-
dad para el mismo y asegura en la práctica el control oficialista de la
misma con dos tercios en el ente deliberativo.
El MAS se encuentra en una situación muy desventajosa en la ALD, y
corre el riesgo de enfrentar una gestión en la que su presencia resulte
meramente testimonial.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 57

Las elecciones municipales, el crecimiento


de MDS y las debilidades locales del MAS

El gráfico 6 sintetiza la evolución de los resultados obtenidos por las orga-


nizaciones políticas que concurrieron en los tres últimos procesos electo-
rales municipales del departamento de Santa Cruz.

GRÁFICO 6. SANTA CRUZ: DESEMPEÑO ELECTORAL DE LAS PRINCIPALES FUERZAS POLÍTICAS EN EL ÁMBITO
MUNICIPAL. ALCALDÍAS OBTENIDAS, 2004-2015

30
28
25
23
23
20 21

17 15
15

11
10
8
5
4
3
0 0
2004 2010 2015
MAS MNR VERDES/MDS Otros

Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

En las elecciones de 2004, el MNR fue el partido que mejores resultados


obtuvo, haciéndose con 17 municipios. El MAS participaba por segunda
vez en elecciones municipales en Santa Cruz y obtuvo 11 municipios en
2004, frente a las dos alcaldías que había ganado en 1999. En ese momen-
to la dirigencia cruceña como tal no tenía una organización política pro-
pia; eso recién comenzaría a darse un año después cuando Rubén Costas
se presentó a competir por la prefectura con APB. En ese proceso electo-
ral todavía se observa una significativa presencia de ADN, MIR, MNR, NFR
y UCS en la organización de APB.
En 2010 el MAS continuaba su crecimiento y logró vencer en 23 muni-
cipios. La participación de VERDES en la competencia por los munici-
pios le permitió obtener 15 gobiernos municipales. El MNR perdió gran
cantidad de los espacios que ocupaba y en general la dispersión de
58 Recomposición política en Santa Cruz

siglas comenzaba a atenuarse. Entre VERDES y el MAS controlaban 38


de los 56 municipios cruceños.
En 2015, la organización de Rubén Costas, el MDS, continuaba su cre-
cimiento y se hizo con 23 municipios, en dos de ellos con alianzas. El MAS
no solo se estanca, sino que pierde dos espacios respecto a 2009. El MNR
sobrevive, pero continúa el descenso que también afecta a otras fuerzas.
Entre el MDS y el MAS controlan 44 de los 56 municipios cruceños.
Los resultados de estos tres procesos electorales muestran la paulatina
consolidación de dos fuerzas dominantes en el campo político de la dis-
puta municipal. Esto significa que el sistema de partidos políticos se está
recomponiendo en Santa Cruz y tiene actualmente en el MDS y el MAS a
sus principales protagonistas. Estas dos fuerzas controlan dos espacios
desde los cuales pueden irradiar su presencia a todos los municipios del
departamento: el gobierno nacional en el caso del MAS y el gobierno
departamental en el caso del MDS. Esto les permite proyectar liderazgos
locales, apoyar la gestión de autoridades aliadas, resistir en mejores con-
diciones a sus adversarios y disputarse el poder con mayores ventajas
sobre otras alternativas políticas.
Lo afirmado anteriormente presenta tres aspectos muy relevantes. En
primer lugar, se está ante un movimiento que ocurre en dos tiempos: en
una primera instancia se irradia presencia sobre los municipios desde el
control de un nivel estatal superior —ya sea la gobernación o el gobier-
no nacional—, y en un siguiente momento es el control territorial de
esos espacios municipales lo que va a permitir la reproducción en el
poder de quienes ocupan los niveles superiores. En segundo lugar, esto
está configurando un escenario en el cual las terceras alternativas que
quieran competir tendrán muchas dificultades para hacerlo y las mismas
son incrementales cuanto más alto sea el nivel estatal en disputa. En
tercer lugar, el ordenamiento del voto en torno al MDS y el MAS en Santa
Cruz es el resultado lógico del control de dos niveles estatales superiores
por parte de estas dos fuerzas, lo cual indica a la vez la existencia de un
orden jerárquico entre los campos políticos existentes y que está en
relación con el nivel estatal al cual se refiere. Desde el control del
gobierno nacional, el MAS puede irradiar influencia hacia todos los
ámbitos políticos departamentales y municipales del país. Desde la
gobernación, el MDS puede hacer lo mismo respecto a los municipios
cruceños, pero enfrenta serias dificultades si busca hacer lo mismo sobre
otros campos políticos departamentales o municipales de otros departa-
mentos. Desde un municipio es posible irradiar algún grado de influen-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 59

cia en otros municipios cercanos, pero difícilmente en todo el departa-


mento y más allá de sus límites.
El cuadro 1 presenta la evolución de las victorias obtenidas por las orga-
nizaciones políticas en los tres últimos procesos electorales municipales.

CUADRO 1. SANTA CRUZ: RESULTADOS PORCENTUALES DE LAS ORGANIZACIONES


POLÍTICAS EN LAS TRES ÚLTIMAS ELECCIONES MUNICIPALES, POR MUNICIPIO
2004 2010 2015
Municipio
Ganador % Ganador % Ganador %
Santa Cruz de la Sierra ASXXI 23,34 SPT 55,5 SPT 42,4
Cotoca MIR 25,93 VERDES 35,1 MDS 48,98
Porongo UN 17,58 NEGRO 25,9 MDS 33,34
La Guardia MIR 42,68 VOCES 63 VOCES 56,85
El Torno MNR 19,39 MAS 44,3 MDS 46,4
Warnes MIR 26,49 PP 34,4 MAS 33,36
Okinawa MNR 27,03 VERDES 40,1 MAS 50,04
San Ignacio MNR 43,93 FA 68,8 MDS 37,43
San Miguel OICH 50,53 LIDER 50,5 MDS 48,67
San Rafael MNR 34,58 OICH 37,2 MNR 40,69
Buena Vista MAS 31,35 VERDES 47,1 MDS 57,61
San Carlos MAS 26,24 MAS 47,3 MDS 51,67
Yapacaní CPVM 18,5 MAS 58 MAS 51,07
San Juan de Yapacaní SJXXI 53,69 SAN 44,5 MAS 44,35
San José CHINO 51,17 CHINO 43,9 MDS 50,83
Pailón MNR 32,45 TODOS 19,5 MAS 36,47
Roboré MNR 33,44 VERDES 32,4 MDS 44,46
Portachuelo MNR 43,38 SOL 29,2 MDS 47,66
Santa Rosa MAS 36,44 MAS 55,9 MAS 40,13
La Bélgica NFR 31,6 VERDES 21,4 NPC 30,44
Lagunillas MIR 22,23 MAS 32,3 NPC 30,13
Charagua APG 26,54 VERDES 39 MAS 46,88
Cabezas UN 22,57 MAS 53,4 MAS 38,64
Cuevo MNR 62,23 VERDES 54,1 MDS 56,85
Gutiérrez MIR 33,3 MAS 60,3 MDS 72,65
Camiri UCS 25,92 VERDES 56,5 MAS 46,25
Boyuibe ADN 37,4 VERDES 55,6 MNR 36,92
Vallegrande ADN 31,65 VERDES 44 MDS 67,19
Trigal MSM 39,38 VERDES 41,6 MAS 45,63
Moromoro MBL 26,19 VERDES 62,5 MDS 58,62
Postrer Valle MIR 74,43 VERDES 67,5 MDS 78,78
60 Recomposición política en Santa Cruz

Pucará MNR 37,62 MAS 53,1 MDS 55,82


Samaipata SS 22,15 VERDES 31,2 MAS 28,83
Pampa Grande MAS 26,5 MAS 44,6 MAS 46,3
Mairana MIR 33,36 MAS 37,5 MAS 53,1
Quirusillas MNR 35,55 VERDES 61,9 MDS 68,1
Montero MNR 22,83 MAS 35,8 MAS 55,71
General Saavedra MNR 32,32 MAS 29,9 MDS 54,28
Mineros UCS 25,72 FA 30,1 MAS 31,2
Fernández Alonzo MAS 30,45 MAS 28,8 ASIP 56,5
San Pedro MAS 56,05 MAS 68,6 MAS 46,63
Concepción MAS 35,92 MAS 37,1 MDS 40,66
San Javier MAS 27,11 OICH 34,7 MNR 44,98
San Ramón MNR 41,74 MAS 43,1 MAS 50,14
San Julián MAS 42,12 MAS 56,6 MAS 49,84
San Antonio de Lomerío MNR 40,84 MAS 40,6 ASIP 42,13
Cuatro Cañadas MAS 26,2 MAS 47,2 ASIP 50,91
San Matías NFR 38,28 MATICO 43,4 MDS 30,93
Comarapa MNR 24,07 MAS 59 MAS 60,17
Saipina MAS 37,39 MAS 64,9 MAS 57,4
Puerto Suárez MIR 36,53 MANOS 56,4 MNR 42,79
Quijarro ADN 33,1 MSM 27 MDS 52,33
El Carmen Rivero Tórrez ADN 28,37 FA 47,6 MDS 47,23
Ascensión UN 36,29 MAS 43,3 ASIP 33,53
Urubichá MNR 38,29 GH 35,2 MAS 44,72
El Puente MIR 40,26 MAS 49,7 MDS 50,68
% Promedio 34,3 45,1 47,6

Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

En 2004 el promedio de votación proporcional con la que un alcalde


resultaba electo estaba en el orden de 34,3%, en 2010 fue de 45,1% y en
2015 esta cifra subió a 47,6%. Esto quiere decir que el voto municipal no
solo se está concentrando en el MDS y el MAS, sino que las victorias elec-
torales tienden a darse con márgenes cada vez mayores. Santa Rosa,
Pampa Grande, San Pedro, San Julián y Comarapa son los municipios en
los que el MAS obtuvo victorias consecutivas en los tres últimos procesos.
En todos los demás, el partido ganador fue variando en el tiempo.
En cuanto a la votación para concejales en el departamento de Santa
Cruz, el cuadro 2 resume los resultados obtenidos por las distintas orga-
nizaciones políticas en las elecciones municipales de 2015.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 61

CUADRO 2. ELECCIONES MUNICIPALES, 2015: CONCEJALES OBTENIDOS


POR LAS DISTINTAS FUERZAS POLÍTICAS EN LOS 56 MUNICIPIOS CRUCEÑOS
Organizaón política Concejales
MAS 140
MDS 125
ASIP 22
MNR 16
SOL 9
FE 6
NPC 6
VOCES 6
SPT 5
PP 4
UCS 4
GH 3
OICH 3
TPR 3
SJXXI 2
CTC 1
IPC 1
MATICO 1
UN 1
TOTAL 358

Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

Se constata una vez más la concentración del voto y el poder en torno al


MDS y el MAS. Entre ambas fuerzas suman 165 de las 358 concejalías de
los municipios del departamento.
Los gráficos 7 y 8 muestran la evolución del voto en el municipio de
Santa Cruz de la Sierra. Se debe tener en cuenta que si bien Percy
Fernández logró ser alcalde mediante alianzas en el período 2004-2009, el
ganador de las elecciones de 2015 fue Roberto Fernández con la agrupa-
ción ASXXI.
62 Recomposición política en Santa Cruz

GRÁFICO 7. EVOLUCIÓN DEL VOTO DE LAS PRINCIPALES FUERZAS POLÍTICAS EN EL MUNICIPIO


DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA, 2004-2015
400.000

350.000 342.223
316.832
300.000
247.918 248.981
250.000
196.868
200.000
181.468
150.000

100.000
77.956
50.000
34.063
0
2004 2010 2015
FA/SPT MAS Otros
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

GRÁFICO 8. EVOLUCIÓN PORCENTUAL DEL VOTO EN EL MUNICIPIO DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA, 2004-2015

80%

70%
69,25%
60%
55,46%
50%
42,40%
40%
31,90%
30% 33,32%

21,24% 24,28%
20%

10% 12,63%
9,51%
0%
2004 2010 2015
FA/SPT MAS Otros

Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

En las elecciones de 2015, tanto SPT como el MAS disminuyeron su vota-


ción, en tanto que creció la de una tercera opción, encabezada por UCS
y que se situó por debajo del MAS. El resto de las candidaturas obtuvo
resultados marginales. El deterioro físico del alcalde Percy Fernández y la
improvisación en la campaña de MAS, junto con el hecho de tener en la
La reconfiguración del Estado en Bolivia 63

fórmula de UCS al exalcalde Roberto Fernández y aliados importantes son


aspectos que configuraron este escenario.
En cuanto a la composición del concejo municipal, SPT obtuvo cinco
representantes, el MAS tres y UCS otros tres. Si bien teóricamente la alian-
za entre el MAS y UCS les dio la mayoría en el legislativo municipal, en el
pasado la agrupación de Percy Fernández mostró tener suficiente habili-
dad como para componer alianzas que le aseguren gobernabilidad. No
existe ninguna razón para asumir que esto no vaya a repetirse en la ges-
tión 2015-2020.

Conclusiones

A modo de conclusiones se puede mencionar los siguientes puntos:


• El MAS ha mostrado un importante y sostenido crecimiento en Santa
Cruz en las elecciones presidenciales, asentado principalmente en las
nuevas alianzas que viene tejiendo con el sector empresarial del depar-
tamento y las clases medias cruceñas.
• Este acercamiento ha significado un cambio discursivo y programático,
tanto en el MAS —y consiguientemente en el gobierno nacional—
como en los actores productivos, hacia posiciones más conciliadoras y
de necesidad mutua en el campo de la economía. En cuanto a los
aspectos ideológicos y simbólicos de esta aproximación, el MAS fue a
todas luces quien más tuvo que modificar su visión. El partido de
gobierno acabó abrazando como propia la agenda de desarrollo plan-
teada por los actores económicos de Santa Cruz. Esto significa que el
núcleo de la estructura ideológica cruceña tradicional permanece sin
alteraciones mayores; el MAS acabó adscribiéndose a la misma y cedió
en su enfrentamiento.
• Si bien estas alianzas destrabaron el voto de la clase media en favor de
Evo Morales, la ausencia de liderazgos propios en el MAS que respon-
dan a la visión de las clases medias cruceñas no permitió que este
partido mejore sus resultados en los espacios de poder locales. La
derrota sufrida en la pugna por la gobernación y la disminución de su
presencia en los municipios del departamento constituyen una eviden-
cia irrefutable de que el MAS no ha logrado hasta el presente generar
un proyecto propio en y para Santa Cruz.
• El surgimiento formal del MDS y los resultados electorales positivos
que obtuvo en las elecciones de 2015 tuvieron como efecto final en
64 Recomposición política en Santa Cruz

el campo político la recomposición del sistema de partidos en Santa


Cruz. Es más, a través de una efectiva política de alianzas, esta sigla
ha logrado trascender los límites del departamento y tener una pre-
sencia victoriosa en Cochabamba, así como una participación en
Tarija, Oruro y Potosí.
• El ordenamiento del voto en Santa Cruz en torno al MAS y al MDS fue
inducido a la vez desde el accionar del gobierno central y del departa-
mental. Tanto el MAS como el MDS logran tener presencia territorial
constante en todo el territorio departamental a través del control de
estas dos instancias estatales. Esto les permite articular alianzas territo-
riales e influenciar sobre las gestiones municipales.
• Como resultado de lo anterior, las terceras alternativas que no cuentan
con el apoyo que se genera desde el gobierno nacional o el departa-
mental muestran tener cada vez mayores dificultades para preservar sus
espacios y muchas más aún para crecer. De esta manera, el sistema de
partidos en Santa Cruz está en plena recomposición y los protagonistas
centrales que emergen de este proceso son el MDS y el MAS.

Bibliografía

Estremadoiro Rioja, Rocío (2011). “La construcción de imaginarios en la


identidad cruceña”, revista Mojón 21 Nº 2.

Mirtenbaum, José (2011). La autonomía como imaginario social. Foro ciu-


dadano: “La autonomía como imaginario social. Una reflexión crítica”.
Exposición sobre una investigación realizada por el sociólogo José
Mirtenbaum, 4 de mayo de 2011.
La
emergencia y el desarrollo
de un sistema político
subnacional en el departamento
de La Paz (2009-2015)

Gustavo Bonifaz Moreno*

* Investigador doctoral en la London School of Economics and Political Science, donde


obtuvo una maestría en Política Comparada Latinoamericana.  Coeditor con Jean Paul
Faguet y Moira Zuazo de Descentralización y democratización en Bolivia. La historia del
Estado débil, la sociedad rebelde y el anhelo de democracia (FES, La Paz, 2013) y coautor
con George Gray Molina de “Clivajes territoriales y la transicion constitucional en Bolivia”,
editado por Sujit Choudhry y George Anderson y próximo a publicarse por Oxford
University Press.
Índice

Introducción: situando el debate.............................................................................................69

Enfoque y Metodología........................................................................................................................73

Cambio social y reconfiguración


de poder a nivel subnacional........................................................................................................77

Cambio social y reconfiguración del poder en La Paz..................................83

La nueva institucionalidad de la estructura


territorial del Estado y el sistema electoral...............................................................89

La progresiva emergencia y desarrollo


de un sistema político departamental en La Paz..............................................101

Conclusiones..................................................................................................................................................129

Bibliografía......................................................................................................................................................131
Índice de gráficos

Gráfico 1. Urbanización: evolución en el tiempo.......................................77


Gráfico 2. Evolución del sector informal de la economía..........................79
Gráfico 3. Evolución del índice de desarrollo humano
por departamento, 1976-2001.....................................................80
Gráfico 4. La distribución territorial del IDH por municipio, 2001...........80
Tabla 1. Evolución de la participación departamental
en el PIB nacional, 1990-2013....................................................81
Tabla 2. Evolución de la participación departamental en el PIB
nacional per cápita, 1990-2013 (en dólares de 1990)...............81
Tabla 3. Evolución porcentual del PIB (Bolivia frente a La Paz)...........85
Gráfico 5. Evolución de los sistemas políticos nacional y local,
medidos por desempeño electoral y tipología de partidos.....90
Gráfico 6. Desempeño Electoral en las Elecciones Nacionales
de 2009 (Bolivia vs. La Paz en porcentaje).............................102
Gráfico 7. Desempeño electoral de las fuerzas políticas
del departamento de La Paz, 2010...........................................103
Gráfico 8. Porcentaje de municipios ganadores
en el departamento, 2010.........................................................108
Gráfico 9. La competencia electoral en las provincias, 2010...................109
Gráfico 10 Composición de los órganos legislativos
por nivel territorial, 2010..........................................................110
Gráfico 11. Desempeño en las elecciones nacionales
de 2014 (Bolivia versus La Paz)...............................................113
Gráfico 12. Desempeño electoral de las fuerzas políticas
de departamento de La Paz, 2015............................................115
Gráfico 13. Porcentaje de municipios ganados
en el departamento, 2015.........................................................121
Gráfico 14. La competencia electoral en las provincias, 2015.................123
Gráfico 15 Composición de los órganos legislativos
por nivel territorial, 2015..........................................................124
La reconfiguración del Estado en Bolivia 69

Introducción: situando el debate

El año 2011 la Fundación Friedrich Ebert en Bolivia publicó el estudio


Hacia un sistema político subnacional. ¿Son posibles los partidos regio-
nales? (Ayala et al., 2011). En la presentación del libro los editores se
preguntaban incluso si se está reproduciendo en el plano subnacional
lo que sucede a nivel nacional. Si la respuesta a esta segunda pregunta
fuera positiva, entonces en gran medida la respuesta a la primera sería
negativa. En realidad, lo que estaba en juego al indagar sobre la diná-
mica política subnacional después de las elecciones departamentales,
regionales y municipales de 2010 era el saber si los cambios políticos
profundos por que atravesaba el país desde inicios del siglo XXI —des-
pués del colapso del sistema de partidos, de la crisis estatal y su recon-
figuración en un Estado plurinacional con autonomías— generarían la
emergencia de sistemas políticos relativamente autónomos en los
departamentos y municipios del país. De ser así, era importante indagar
sobre el nivel de autonomía que tendrían estos sistemas políticos sub-
nacionales, dada la también previsible reconfiguración de un sistema
político nacional.
Los estudios que indagaron sobre la dinámica política en los departa-
mentos de Santa Cruz, Tarija, Cochabamba, La Paz, Oruro y Chuquisaca
daban cuenta, en general, de que si bien existían dinámicas sociopolíticas
particulares en los departamentos, éstas estaban —con variaciones depar-
tamentales propias— todavía bastante influenciadas por la dinámica
nacional. De cualquier modo, esta autonomía relativa emergente daba a
pensar que en el transcurso del tiempo se asentarían auténticos sistemas
políticos subnacionales en los departamentos del país. La diferencia en los
análisis giraba en torno al grado de autonomía que habían adquirido los
sistemas políticos subnacionales.
70 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

Por ejemplo, en su estudio del caso cruceño, Gustavo Pedraza plantea-


ba que los principales actores sociopolíticos del departamento habían
mutado hacia diferentes organizaciones políticas, dentro de las cuales la
entonces agrupación ciudadana VERDES representaba, al haber ganado
las elecciones de gobernador, una entidad política hegemónica en Santa
Cruz, con la clara proyección nacional de ser “la oposición departamental
frente al Movimiento al Socialismo” (2011: 20). Por ende, Pedraza concluía
que “bajo el actual contexto político del Estado Plurinacional Autonómico,
es previsible la progresiva formación de un sistema de partidos y fuerzas
políticas que enfatice más el ámbito subnacional” (ob. cit.: 22-23). Es más,
era también previsible el escenario en el cual, “una vez formado un siste-
ma autonómico de partidos y fuerzas políticas, se busque espacios propi-
cios a alianzas con actores nacionales” (ibíd.). Es decir que Pedraza pre-
veía una influencia de estos sistemas políticos subnacionales autónomos
en el sistema político nacional.
Por otro lado, en su estudio del caso cochabambino, Fernando Mayorga
planteaba que en el departamento se replicaba la dinámica del sistema de
partidos nacional, vale decir, la del “partido dominante, porque una sola
fuerza pose[ía] la mayoría absoluta en un marco de competencia legal y
legítima” (Mayorga, 2011: 73). A nivel nacional, el MAS-IPSP se constituía en
partido dominante en el contexto de la desaparición del sistema multiparti-
dista que caracterizó al país entre 1985 y 2005, y se constituía en un único
actor estratégico. En 2011 esta dinámica se replicaba en la Asamblea
Departamental y en la mayoría de los concejos municipales de Cochabamba.
Por tanto, la autonomía del sistema político cochabambino era muy limita-
da, siendo simplemente matizada por la presencia de fuerzas regionales,
como la alianza UN-NPC, que le dio batalla electoral al MAS-IPSP en la
Alcaldía de Cochabamba, o la presencia del MSM en varios municipios del
departamento. De cualquier forma, el autor concluía que “tal como suced[ía]
en la escena nacional, Cochabamba evidenciaba un sistema de partidos con
escaso grado de pluralismo, a lo que se añad[ía] la concentración del poder
decisional en el partido de Gobierno” (ob. cit.: 74). Por ende, la adopción
del régimen de autonomías no habría contribuido a la construcción de un
sistema político más pluralista en el departamento.
Una dinámica similar a la cochabambina, vale decir de alta irradiación
de lo que sucedía en el sistema político nacional hacia el departamental,
se detectaba en el caso tarijeño. Tarija se mostraba en 2011 como un sis-
tema en el que convivía la fuerza del MAS-IPSP con “numerosas organiza-
ciones políticas, sobre todo de carácter local, que podrían ser calificadas
La reconfiguración del Estado en Bolivia 71

en términos generales como opositoras al gobierno nacional” (Ayala, 2011:


213). Sin embargo, este fenómeno no sería una muestra de la reconfigu-
ración de la política departamental sino un reflejo de lo que sucedía a
nivel nacional, vale decir, del astillamiento del anterior sistema de parti-
dos, de su alta fragmentación que, a nivel nacional, se manifestaba en la
efímera vigencia de la alianza que compitió contra el MAS-IPSP en 2009:
el PPB-CN, que unos meses después de la elección nacional se había dis-
gregado en varios fragmentos.
El caso chuquisaqueño se ubicaba en un lugar intermedio entre estos
extremos, aunque más cercano a la realidad cochabambina que a la cru-
ceña. De acuerdo a Franz Barrios, el mapa político de Chuquisaca para
2011 daba cuenta de que la política nacional, la departamental y la de la
capital del Estado Plurinacional estaban todavía bastante articuladas entre
sí, “aunque empezaba a distinguirse una creciente especificidad en los
niveles subnacionales, debido principalmente al esfuerzo de reorganiza-
ción político-territorial que ha emprendido el país” (Barrios, 2011: 159). El
departamento mostraba con claridad la consolidación del MAS-IPSP en
todo su territorio y su crecimiento sostenido en la que fue una plaza opo-
sitora dura, vale decir, en el municipio de Sucre. El MSM se mostraba
como una fuerza importante, especialmente en el área rural, y UN se
mantenía con cierta fortaleza, especialmente en la capital. De cualquier
forma, Barrios no preveía una proyección de fuerzas opositoras regionales
hacia el nivel nacional.
En un tono similar, Yerko Ilijic (2011) planteaba que los sistemas polí-
ticos de La Paz y Oruro mostraban particularidades importantes que la
diferenciaban de la existencia de lo que él denominaba un hipercentro en
la política nacional, vale decir, la hegemonía del MAS-IPSP. Las victorias
del MSM en los municipios de La Paz y Oruro daban a entender que en
el Altiplano norte del país se configuraban redes de espacios territoriales
locales que denotaban una parcial autonomización de la política local de
la dinámica nacional después de la ruptura entre el MAS-IPSP y el MSM,
que fueron aliados en las elecciones nacionales de 2009.
En síntesis, de los análisis que se hicieron respecto de la emergencia o
no de sistemas políticos subnacionales en Bolivia el año 2011, se puede
inferir que su existencia como sistemas relativamente autónomos del sis-
tema nacional estaba recién en ciernes, aunque en algunos departamentos
se mostraba que los sistemas políticos subnacionales tenían más desarrollo
que en otros. De cualquier modo, la irradiación desde la política nacional
era todavía determinante tanto en unos como en otros.
72 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

En 2012, la FES publicó el estudio Democratización y descentraliza-


ción en Bolivia. La historia del Estado débil, la sociedad rebelde y el anhe-
lo de democracia (Zuazo, Faguet y Bonifaz, 2012). En dicho volumen lle-
vamos a cabo un análisis comparativo de las dinámicas sociopolíticas en
las asambleas departamentales de La Paz, Chuquisaca y Santa Cruz. El
objeto del estudio era analizar “la configuración y dinámica de los espa-
cios políticos que emerg[ían] con la adopción de las autonomías departa-
mentales y su relación con la también nueva estructura de la política
nacional” (Bonifaz Moreno, 2012: 423).
Las principales conclusiones del análisis comparado nos llevaban a
inferir que la dinámica política de los tres escenarios estaba todavía alta-
mente irradiada del conflicto entre bloques sociopolíticos que caracterizó
la crisis estatal de los años 2000-2008. Sin embargo, cada asamblea refle-
jaba versiones particulares de dicho conflicto. La Paz reflejaba la persisten-
cia de tensiones entre lo urbano y lo rural, aunque altamente teñida de
componentes étnicos, vale decir de lo indígena y lo no indígena.
Chuquisaca reflejaba con claridad una tensión entre lo urbano y lo rural,
mientras que a Santa Cruz se había trasladado la tensión entre occidente
y oriente adentro de su Asamblea Legislativa Departamental (ALD). Esto,
por supuesto, en el marco de una todavía fuerte tensión entre las élites
cruceñas y el gobierno central.
Si bien estas tensiones eran evidentes, el diseño electoral adoptado
antes de las elecciones subnacionales de 2010 favorecía exageradamente
la representación de sectores rurales en relación a la representación de la
población urbana. Esto dio como resultado que tanto en La Paz como en
Chuquisaca el MAS-IPSP obtuviera los dos tercios de las AD, lo cual con-
decía con la configuración de fuerzas de la Asamblea Legislativa
Plurinacional (ALP). Este hecho determinó que la Asamblea Legislativa
Departamental de La Paz (ALDLP), al estar monopolizada por el partido
de Gobierno, resulte altamente influenciada por el nivel central. Incluso
en este contexto, sin embargo, la emergencia de partidos y agrupaciones
ciudadanas que le disputaron exitosamente al MAS-IPSP diferentes gobier-
nos municipales, tanto urbanos como rurales, denotaba que existía ya un
parcial desacople entre la dinámica política nacional y la subnacional.
La emergencia de estas fuerzas, aunque minoritarias, dio lugar a con-
flictos políticos que reflejaban las tensiones particulares del departamento
de La Paz. Estos conflictos y su dinámica han hecho que la política depar-
tamental adquiera un curso cada vez más autónomo, sin dejar de estar
influenciada por la política nacional, pero mostrando a su vez capacidad
La reconfiguración del Estado en Bolivia 73

de influenciar en ésta. Una segunda explicación para este en principio


pequeño desacople entre la dinámica nacional y la subnacional en La Paz
se detectaba en la estructura interna del MAS-IPSP como partido, su rela-
ción con el gobierno central y sus bases sociales territoriales y funcionales.
El partido se veía tensionado entre las presiones descendentes del
Ejecutivo nacional y las ascendentes de sectores sociales empoderados
por la nueva estructura descentralizada del Estado, particularmente en la
elección de candidatos. Sectores corporativos indígenas y campesinos del
área rural rompieron con el partido para (i) establecer alianzas con el
MSM, o (ii) para formar agrupaciones ciudadanas en uno o más munici-
pios rurales, muchas de las cuales fueron exitosas.
Las elecciones subnacionales en La Paz de 2015 muestran que este
desacople entre ambos niveles territoriales ha crecido de modo significa-
tivo si las comparamos con las de 2010, cuyos resultados electorales en el
departamento no reflejan para nada el balance de fuerzas políticas que
emerge de las elecciones nacionales de 2014. Queda entonces por indagar
sobre las causas de esta diferencia.

Enfoque y metodología

Dadas las segundas elecciones departamentales y municipales realizadas


después de la aprobación de la nueva CPE —que transforma la institucio-
nalidad estatal y electoral—, la presente investigación se inscribe en un
esfuerzo colectivo, una vez más llevado a cabo por la FES, con el objeto
de replicar los estudios inscritos en Hacia un sistema político subnacio-
nal... (ob. cit.) Dentro de dicho esfuerzo, este estudio es una pieza en un
rompecabezas que se cuestiona la reconfiguración de los sistemas políti-
cos subnacionales y su interacción con el también reconfigurado sistema
político nacional. Más específicamente, nos preguntamos si se perfila en
Bolivia la consolidación de sistemas políticos subnacionales, y cuáles son
las influencias mutuas entre éstos y el sistema político nacional. El presen-
te ensayo se centra en indagar si se perfila la estructuración y consolida-
ción de un sistema político departamental/municipal en La Paz y cómo
interactúa con el sistema político nacional.
Para abordar estas preguntas, llevaremos a cabo un análisis comparati-
vo de los resultados electorales y las percepciones de las élites políticas
respecto de la dinámica sociopolítica del departamento de La Paz, en el
contexto de la dinámica nacional. Este análisis comparativo se hará utili-
74 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

zando el método de la diferencia en dos momentos distintos (2009-2010 y


2014-2015). El método comparativo de la diferencia se caracteriza por
comparar dos casos en los cuales un conjunto de variables de contexto
son compartidas por éstos. Sin embargo, el hecho a ser explicado, vale
decir, el resultado final, es distinto en ambos. La idea es indagar sobre la
presencia de alguna variable que interviene en la secuencia de eventos
que haya hecho variar la trayectoria de ambos casos hacia estos resultados
divergentes (Skocpol y Somers, 1980; Hall, 2003).
En otras palabras, el fenómeno a ser explicado (en este caso la con-
figuración sociopolítica de fuerzas en el departamento de La Paz des-
pués de las elecciones subnacionales de 2015) comparte bastantes ele-
mentos de contexto —institucionales, políticos y socioeconómicos— con
el contexto previo al desenlace de las elecciones de 2010, pero el resul-
tado es diferente en ambos momentos. Debemos indagar sobre los ele-
mentos intervinientes para tener luces sobre los factores explicativos
para responder las preguntas que guían la investigación, en base a
Skocpol y Somers, 1980.

Elecciones 2010 Elecciones 2015


Contexto Socioeconómico Contexto Socioeconómico
Contexto Legal/institucional Contexto Legal/institucional
Configuración de fuerzas a nivel nacional Configuración de fuerzas a nivel nacional
Factores Intervinientes = X Factores Intervinientes = Y
Resultado A Resultado B

El enfoque del presente estudio es un enfoque neo-institucionalista. De


acuerdo a este enfoque las fuerzas políticas, ya sean éstas partidos u
otras organizaciones políticas, son entendidas como instituciones, vale
decir organizaciones que se articulan en torno a un conjunto de normas
formales e informales de interacción social. Sin embargo, “un partido
consta de algo más que su mera organización formal […] cabe hacer
una diferenciación importante entre la institución en sí misma y las
áreas de la vida social y política que se ven afectadas por esta institu-
ción” (Ware, 1996: 33).
Para el enfoque neoinstitucionalista, es también importante observar la
influencia que ciertas tendencias históricas propias de cada país tienen en
las organizaciones políticas formales. Para el caso boliviano es fundamen-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 75

tal entender que la intermediación entre sociedad y Estado ha estado


históricamente influenciada por la presencia de segmentos funcionales y
sectoriales de la sociedad civil que han penetrado la esfera política de
modo determinante. La influencia definitiva de los trabajadores organiza-
dos detrás de la Central Obrera Boliviana durante la Revolución de 1952
marcó una trayectoria determinante para explicar las relaciones entre el
Estado y la sociedad en el país. Posteriormente, más sectores corporativos,
como las Fuerzas Armadas, el campesinado organizado y los empresarios
privados, junto con los sectores cívicos, particularmente en Santa Cruz, se
constituyeron en actores determinantes para explicar la configuración de
fuerzas en la política nacional. El poder de estos actores se incrementó
incluso más durante la etapa dictatorial, en la que los partidos políticos
fueron proscritos la mayor parte de este período.
Los cambios socioeconómicos experimentados en el país en las últimas
décadas han transformado a la sociedad boliviana en una sociedad cada
vez más compleja, históricamente cruzada por tensiones de carácter étni-
co, regional y de clase, y en el contexto de un acelerado proceso de
urbanización y articulación a dinámicas globales. Esta complejidad ha
derivado en una creciente influencia política, pero también en una frag-
mentación de los sectores corporativos.
Con el colapso del sistema de partidos que monopolizó la representa-
ción política entre 1985 y 2005, reemergen en mayor cantidad y con un
grado enorme de complejidad sectores corporativos que influyen en la
reconfiguración de los sistemas políticos nacionales. Cabe mencionar que
no nos referimos a sectores corporativos de modo peyorativo, sino en el
sentido de que estas organizaciones centran su acción colectiva y los inte-
reses que los aglutinan en ámbitos externos a la esfera de la política formal.
Se agrupan detrás de intereses económicos, sociales y culturales o en com-
binaciones particulares de éstos. Sin embargo, esto no quiere decir que no
tengan visiones del país y de la sociedad en general y que traten de inser-
tarse en la esfera política, a veces de modo indirecto y otras de modo direc-
to, a través de la movilización o, en los últimos tiempos, a través de la ins-
trumentalización de organizaciones propiamente políticas (instrumentos
políticos). En coyunturas críticas como la experimentada por el país entre
2000 y 2008, estos sectores se articularon en dos bloques sociopolíticos,
proponiendo dos visiones de país contrapuestas: la del Estado plurinacional
y la del Estado autonómico. El resultado de dicha tensión dio como resul-
tado la reconfiguración de la redistribución territorial del poder. Actualmente
Bolivia es un Estado Plurinacional con autonomías.
76 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

Es en este contexto en el que el país experimentó la emergencia —en


1985— y el colapso —en 2005— de un sistema multipartidista. El sistema
de partidos, visto desde las instituciones formales, se caracteriza por el
estudio de “la interacción que tiene lugar entre los partidos […] a partir de
la naturaleza de la competición que se establece entre ellos. Pero tan
importante como la competición es la cooperación formal, informal e
implícita, que existe en todo sistema de partidos” (ob. cit.: 34). Este tipo
de análisis se apoya en gran medida en el estudio de los resultados elec-
torales y los pactos y conflictos previos y posteriores a éstos. Este enfoque
es una condición necesaria, pero no suficiente, para analizar el sistema
político boliviano. Tenemos que enfocarnos de modo complementario en
la interacción entre las organizaciones políticas formales y los segmentos
sectoriales y funcionales de la sociedad civil, altamente politizados en
Bolivia, para analizar los sistemas políticos nacional y subnacional. Un
caso paradigmático es el del partido de Gobierno que, siendo formalmen-
te un partido político, está constituido en su base por organizaciones
sociales campesinas, indígenas y populares que se articulan detrás del
partido y lo utilizan como instrumento político para sumar intereses y
tomar el poder en elecciones.
Por ende, para analizar los sistemas políticos en Bolivia es fundamental
llevar adelante un análisis de: (i) los factores sociales subyacentes a las
dinámicas políticas, vale decir, los procesos de cambio social y su influen-
cia en “los modelos de conflicto social existentes en un país” (ob. cit.:36)
y, en un segundo momento, (ii) del escenario institucional en el que se
desenvuelve la interacción entre los actores. Vale decir que “si se cambian
ciertos aspectos de las reglas que rigen la competencia política, es de
suponer que se vean afectadas, tanto la naturaleza de las instituciones
como la forma en la que se lleva a cabo la acción política” (ob. cit.: 37).
Posteriormente, el análisis del sistema político se enfocará en el hecho de
que (iii) “los partidos concretos […] responden a la demanda de competir
con otros partidos, y el sistema de partidos refleja la lógica de la interac-
ción competitiva y de cooperación” (ibíd.).
En consecuencia, el presente estudio utilizará el método comparativo
para indagar sobre las determinantes socioeconómicas, político-institucio-
nales y electorales del sistema político subnacional en el departamento de
La Paz, y su cambio en el tiempo. Con ello se espera identificar las varia-
bles que nos ayuden a responder si está en consolidación un sistema
político subnacional en el departamento y cuál es su interacción con el
sistema político nacional.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 77

Cambio social y reconfiguración de poder a nivel subnacional

Durante las últimas tres décadas del siglo XX, Bolivia ha atravesado impor-
tantes cambios socioeconómicos que han repercutido directamente en la
reconfiguración interna de los balances de poder en su territorio. Los
marcan dos tendencias: en primer lugar, un cambio demográfico sosteni-
do, por el cual el país pasó de ser predominantemente rural a ser predo-
minantemente urbano, mientras que importantes segmentos de la pobla-
ción se trasladaron de occidente a oriente. En segundo lugar, un cambio
en la geografía del desarrollo, por el cual los departamentos que estuvie-
ron históricamente excluidos del crecimiento económico se transformaron
en los departamentos con mayores tasas de desarrollo humano. Nos refe-
rimos a los departamentos del oriente del país y a Tarija.

GRÁFICO 1. URBANIZACIÓN: EVOLUCIÓN EN EL TIEMPO

70

60

50

40

30

20

10

0
1960
1962
1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008

Población rural (% de la población total)


Fuente: elaboración propia en base a World Development Indicators.

Como se puede ver en el gráfico 1, entre 1960 y 2010, vale decir en 50


años, la población urbana del país pasó de menos de 40% a 65% de la
población total. Todas las capitales de departamento y alrededor de 40
ciudades intermedias han capturado la mayoría de esta migración.
Con excepción del departamento de Cochabamba, ubicado en el cen-
tro del país, la mayoría de la migración se ha dado del occidente al
oriente. Par el año 2001 los departamentos que recibían migrantes de
78 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

otros departamentos eran Cochabamba (67%), Pando (71%), Santa Cruz


(65%) y Tarija (63%). En Santa Cruz, de los 684 mil migrantes registrados
en 2001, 15% habían nacido en Cochabamba, 13% en Chuquisaca, 10%
en La Paz y 10% en Oruro. En otras palabras, casi la mitad de los migran-
tes a Santa Cruz habían nacido en el occidente del país. Por otro lado,
siendo que los departamentos de La Paz y Potosí también registraron
importantes procesos de urbanización, la mayoría de los migrantes en
estos departamentos provenían de los propios departamentos: 74% de
los migrantes en el departamento de La Paz y 80% en el caso de Potosí
(PNUD, 2010).
Esta doble dinámica migratoria se cristalizó en el exponencial creci-
miento de las ciudades de El Alto y Santa Cruz de la Sierra. Entre 1996
y 2001, de El Alto emigraron 16.291 personas, mientras que la ciudad
recibió 64.516 inmigrantes. Por su parte, Santa Cruz de la Sierra recibió
120.058 inmigrantes, y expulsó 56.581 personas (ibíd.). El agotamiento
del proceso de reforma agraria en el Altiplano, junto con la sequía
experimentada a inicios de los años ochenta, aceleró la migración del
área rural hacia El Alto. También con la relocalización de alrededor de
23.000 mineros en 1985 se registra un nuevo flujo de migrantes de las
minas hacia la urbe alteña. Muchos de estos mineros utilizaron el dine-
ro de su liquidación para iniciar algún negocio vinculado al sector
informal: comercio, transporte, textiles u otros. Un importante número
de relocalizados se trasladó al Chapare y se dedicó al cultivo de coca
(PNUD, 2005).
Estos cambios demográficos están íntimamente relacionados con el
crecimiento y consolidación de la economía informal en el país, la cual
constituye alrededor de 70% de la economía boliviana. Como se mencio-
nó, gran parte de quienes migraron a las ciudades en el período anali-
zado se insertaron en alguna actividad de la economía informal, lo cual
hizo mucho más compleja la interacción dentro y entre las clases socia-
les, generando nuevas tensiones socioeconómicas entre nuevos grupos
corporativos cuyas demandas difícilmente podían ser procesadas por los
sistemas económico, jurídicos y políticos formales.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 79

GRÁFICO 2. EVOLUCIÓN DEL SECTOR INFORMAL DE LA ECONOMÍA

120

100

80

60

40

20

0
1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1999

2000

2001

2002

2003

2005

2006
Desempleo Economía informal Economía formal
Fuente: Morales, 2011.

Estos cambios demográficos han seguido el rastro a la segunda tenden-


cia o gran fuerza motriz del cambio social en las últimas décadas. Nos
referimos al cambio en la geografía del desarrollo. En 1950, Santa Cruz
de la Sierra estaba habitada por alrededor de 40.000 personas, carecía de
servicios básicos mínimos, tales como electricidad, agua potable y alcan-
tarillado, y tampoco contaba con caminos pavimentados. Es más, todo el
oriente boliviano —más de la mitad del territorio nacional— albergaba
a solo 10% del total de la población (PNUD, 2003). Después de la
Revolución de 1952, esta realidad fue modificada dramáticamente por
políticas que impulsaban la visión de la Marcha al Oriente, iniciada con
la apertura de la carretera asfaltada entre Cochabamba y Santa Cruz y
continuada por políticas como la de colonización indirecta de las tierras
orientales y los apoyos estatales para la creación de un centro agroin-
dustrial en Santa Cruz.
Ya para 1976, como se observa en el gráfico 3, el oriente del país y
Tarija se encontraban por encima del promedio nacional y de los demás
departamentos en términos de desarrollo humano. Un cuarto de siglo
después, si bien se había registrado un avance general en todo el país y
una relativa convergencia entre oriente y occidente, Tarija, Pando y Santa
Cruz seguían liderando al país en términos de desarrollo humano.
80 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

GRÁFICO 3. EVOLUCIÓN DEL ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO POR DEPARTAMENTO, 1976-2001

1976 2001
2,5% 2,5%
Chuquisaca Chuquisaca

2,0% 2,0%
Potosí Potosí
Cochabamba Cochabamba
Tarija Tarija
1,5% BOLIVIA 1,5% BOLIVIA
La Paz Pando La Paz Pando
Oruro Oruro

1,0% Santa Cruz 1,0% Santa Cruz


Beni Beni

0,5% 0,5%

0% 0%
0,300 0,400 0,500 0,600 0,700 0,800 0,300 0,400 0,500 0,600 0,700 0,800

Fuente: elaboración propia en base al Informe de Nacional de Desarrollo Humano (PNUD, 2010).

Las diferencias interterritoriales en términos de desarrollo humano quedan


plasmadas en el gráfico 4, que captura la geografía del desarrollo humano
en los municipios del país. Si bien existen municipios con niveles altos y
bajos de desarrollo humano tanto en oriente como en occidente, se per-
cibe una tendencia general a una concentración de niveles menores de
desarrollo humano en el occidente del país, especialmente si se ajusta el
indicador por desigualdad, como se muestra en el mapa ubicado a la
derecha del gráfico.

GRÁFICO 4. LA DISTRIBUCIÓN TERRITORIAL DEL IDH POR MUNICIPIO, 2001

Fuente: elaboración propia en base al Informe Nacional de Desarrollo Humano (PNUD, 2010).
La reconfiguración del Estado en Bolivia 81

Estos cambios sociales han impactado de modo dramático en el balance de


poder a nivel interdepartamental. Desde inicios del siglo XX, el departamen-
to de La Paz se había constituido en el departamento con mayor poder
económico del país. A mediados de dicho siglo la economía cruceña repre-
sentaba solo el 6% del producto interno bruto (PIB) del país, y estaba un
tercio por debajo del promedio nacional en términos per cápita (IDH, 2003).
En 1970, el PIB de La Paz representaba 42% del PIB nacional.

TABLA 1. EVOLUCIÓN DE LA PARTICIPACIÓN DEPARTAMENTAL EN EL PIB NACIONAL, 1990-2013


Departamento Año 1990 Año 1995 Año 2000 Año 2005 Año 2009(p) Año 2010 (p) Año 2013(p)
Chuquisaca 6,82 5,22 5,31 4,40 4,49 4,47 4,85
La Paz 27,60 29,52 25,69 24,51 25,16 25,13 24,93
Cochabamba 17,63 18,10 18,66 16,85 15,24 14,91 14,11
Oruro 5,48 5,79 5,67 4,92 5,61 5,89 4,90
Potosí 6,02 4,86 4,76 4,54 6,85 7,16 5,49
Tarija 5,23 4,36 5,26 11,24 11,61 11,32 14,31
Santa Cruz 25,84 27,52 30,01 29,54 27,20 27,28 28,10
Beni 4,22 3,88 3,89 3,05 2,95 2,90 2,43
Pando 0,78 0,76 0,91 0,94 0,89 0,94 0,87
Bolivia 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
(p) Datos preliminares. Fuente: INE.

Como se puede observar en la tabla 1, en algún momento entre 1995 y


2000 La Paz deja de ser el departamento más rico del país en función a
su aporte al PIB nacional. A inicios del decenio de 1990, la economía
paceña constituía casi 30% del PIB y la cruceña, alrededor de un cuarto,
pero ya a inicios del presente siglo la tendencia se revierte por completo.

TABLA 2. EVOLUCIÓN DE LA PARTICIPACIÓN DEPARTAMENTAL


EN EL PIB NACIONAL PER CÁPITA, 1990-2013 (EN DÓLARES DE 1990)
Departamento Año 1990 Año 1995 Año 2000 Año 2005 Año 2009(p) Año 2010 (p) Año 2013(p)
Chuquisaca 705 687 808 696 1,207 1,340 2,163
La Paz 658 901 892 887 1,548 1,726 2,556
Cochabamba 729 918 1,055 959 1,438 1,562 2,172
Oruro 725 995 1,149 1,081 2,159 2,547 3,228
Potosí 420 453 539 563 1,503 1,770 2,077
Tarija 849 846 1,109 2,332 3,920 4,225 7,771
Santa Cruz 980 1,129 1,256 1,178 1,731 1,910 2,827
Beni 745 817 854 714 1,162 1,272 1,580
Pando 853 1,045 1,447 1,338 1,905 2,253 2,949
Bolivia 731 896 995 1,010 1,638 1,870 2,757
(p) Datos preliminares. Fuente: INE.
82 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

En términos per cápita, Santa Cruz se ha mantenido, desde la última década


del siglo anterior, ligeramente por encima del promedio nacional, mientras
que La Paz se ha mantenido ligeramente por debajo de dicha medida, como
se observa en la tabla 2. La relativa pérdida de poder económico de La Paz
y el paralelo incremento del peso de Santa Cruz en la economía nacional
han tenido importantes consecuencias políticas en la escena nacional, pero
también dentro de los departamentos, ya que esta dinámica, como mencio-
namos antes, está relacionada a los cambios sociodemográficos analizados.
A medida que el departamento de Santa Cruz, en particular, y el oriente y
sur del país, en general, se empoderaban económicamente, la histórica ten-
sión que existía entre estos departamentos y el poder político nacional,
concentrado en La Paz, llegaba al punto de ruptura durante la crisis estatal
de 2000-2008. Es en este contexto que surge la demanda por autonomías
departamentales en los departamentos del oriente y Tarija.
Por otro lado, la pérdida relativa de poder económico del departamen-
to de La Paz, en el contexto de un acelerado proceso migratorio hacia la
ciudad de El Alto, genera tensiones importantes entre los sectores migran-
tes, de raíz indígena, que se trasladan a El Alto, y la población de la sede
de Gobierno. El Alto también siente los cambios socioeconómicos de
manera particular, y es en articulación con sectores indígenas y campesi-
nos que surge la denominada Agenda de Octubre, a través de la cual un
bloque indígena y popular, en el que resulta estratégica la población de
El Alto, propone la convocatoria a una asamblea constituyente para refun-
dar el Estado y transformarlo en un Estado plurinacional con fuerte pre-
sencia en la apropiación y distribución del excedente económico. En
respuesta, los movimientos cívicos de Santa Cruz, posteriormente articula-
dos con sectores similares del oriente y Tarija, plantean la denominada
Agenda de Enero, por la cual proponen avanzar a un Estado autonómico
en el que los departamentos tengan preponderancia en la administración
de sus recursos económicos.
Una vez impactada la economía por la crisis económica de 1999-2002,
el descontento social se hace evidente en todo el país. Los partidos polí-
ticos y el sistema político que implementó las medidas denominadas neo-
liberales a partir de 1985 se ven imposibilitados, por su falta de adaptación
al cambio social, de responder a las demandas de los sectores que emer-
gen de las transformaciones antes descritas, y colapsan en 2005. Es enton-
ces cuando se forman dos bloques sociopolíticos que pugnan por la
transformación del Estado. El bloque indígena-popular, con mayor influen-
cia en el occidente pero también con una importante capacidad de irra-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 83

diación en sectores migrantes en el oriente, se enfrenta al bloque cívico-


regional, con su base de sustentación en el oriente del país, pero también
con llegada a sectores urbanos medios de occidente.
Estos bloques, instrumentalizando distintas organizaciones políticas, se
enfrentan en el accidentado proceso constituyente, que da lugar a la trans-
formación del Estado boliviano en un Estado Plurinacional con autono-
mías. Es importante resaltar, entonces, que es justamente en las ciudades
—en las que se cristalizan los cambios socioeconómicos y demográficos
de las últimas décadas— donde emergen las agendas más profundas de
cambio político-institucional que han transformado a Bolivia en un Estado
Plurinacional con autonomías. Esta reconfiguración sociopolítica de fuer-
zas, por otro lado, ha impactado también la política dentro de los depar-
tamentos, en este caso en el departamento de La Paz.

Cambio social y reconfiguración del poder en La Paz

El departamento de La Paz ha sido muy afectado por los cambios descri-


tos. Esto, como ya se mencionó, ha influido de manera importante en el
rol del departamento, las ciudades de La Paz y El Alto y el área rural en
la política nacional. Sin embargo, estos cambios también han reconfigura-
do los balances de poder y las tensiones dentro del departamento.
En 2003 un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) sobre las transformaciones regionales del país nos decía que las
principales tendencias del cambio social en el departamento de La Paz se
podían resumir en la frase: “Urbanización, desarticulación territorial y
estancamiento socioeconómico” (PNUD, 2003: 23). Un primer dato a ser
resaltado planteaba que los ritmos acelerados de urbanización que expe-
rimentaba todo el país también se habían mantenido estables en el depar-
tamento, siendo el área metropolitana de La Paz-El Alto la mayor recepto-
ra de esta migración. Por otro lado, se observaba el crecimiento de ciuda-
des intermedias en la vera de la carretera La Paz-Oruro y en Los Yungas.
Sin embargo, el informe hacía notar que la red de ciudades intermedias
paceñas era débil en relación a la articulación entre centros similares en
el resto del país. Por último, el informe daba cuenta de la existencia de
grandes espacios rurales relativamente dispersos y concentrados en activi-
dades agrícolas de baja productividad (ibíd.). En síntesis, “este conjunto de
factores nos sugiere la idea de una región territorialmente desarticulada y
con una tendencia hacia una desvinculación económica” (ibíd.).
84 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

A partir de la década de 1990, y con más ímpetu después del impacto


de la crisis de fines del siglo anterior, la economía paceña se habría debi-
litado porque la baja productividad agrícola se habría mantenido como
una tendencia estática, a la vez que la manufactura había sido fuertemen-
te impactada por la crisis y no se recuperaba del todo, mientras que la
mayoría de las personas que migraron a las áreas urbanas se habrían
concentrado en el sector servicios, pero orientados éstos hacia segmentos
informales de actividad. En otras palabras, la economía paceña se habría
hecho particularmente heterogénea, generando “escenarios de acceso
diferenciado a las oportunidades económicas [lo cual, aunado a] […] un
contexto territorial de extrema polarización económica entre el área
metropolitana y el resto del departamento…[aumentaba] la segregación
entre ricos/pobres, aymaras/no aymaras…” (ob. cit.: 24).
En otras palabras, para cuando se desenvolvía la crisis estatal boliviana
en la que los clivajes de tinte étnico, regional y de clase tensionaban a la
sociedad boliviana detrás de dos bloques sociopolíticos, el departamento
de La Paz también experimentaba tensionamientos de tinte étnico, urbano-
rural e incluso dentro del área metropolitana entre La Paz/El Alto/
Achocalla y los municipios rurales de Palca y Mecapaca.
Fue, sin embargo, uno de los conflictos determinantes dentro de la
crisis estatal nacional el que generó un impulso instantáneo de articula-
ción dentro del área metropolitana y de ésta con el área rural: cuando
la Asamblea Constituyente se ve imposibilitada de sesionar ante la
demanda de la ciudad de Sucre por el retorno de los poderes públicos
a la capital de la República —demanda que fue apoyada por los depar-
tamentos autonomistas denominados de la Media Luna—, se generó una
reacción inmediata desde La Paz. Bajo la consigna: “La sede no se
mueve”, cientos de miles de personas se congregaron en la ciudad de El
Alto como una muestra de unidad departamental ante la demanda de
Sucre. El que el MAS-IPSP optara por no tratar el tema dentro de la
Asamblea Constituyente —lo que fue percibido como un apoyo tácito
del partido de Gobierno a la postura paceña— implicó el cierre de la
Asamblea. Muchos sectores medios que simpatizaban con la causa auto-
nomista y que votaron por la oposición a la hora de elegir constituyen-
tes, rompieron con el bloque cívico-popular, lo cual consolidó la hege-
monía del MAS-IPSP en el departamento, especialmente porque el MSM,
que detentaba la alcaldía de La Paz, era todavía su aliado.
De cualquier forma, esta muestra de unidad no ha quebrado las tensio-
nes y clivajes que atraviesan al departamento y que mencionamos antes.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 85

Insistimos que fueron atemperadas por la dinámica política nacional en un


momento de crisis e inflexión. Estas tensiones también han sido atempe-
radas por el impresionante y sostenido crecimiento económico por el que
ha atravesado el país, y del cual también se ha beneficiado el departamen-
to, como se observa en la tabla 3.

TABLA 3. EVOLUCIÓN PORCENTUAL DEL PIB (BOLIVIA FRENTE A LA PAZ)


2005 2006 2008 2009 2011 2012 2013 Promedio
Crecimiento del PIB 4,4 4,8 6,1 3,4 5,2 5,2 6,8 4,9%
nacional
Crecimiento del PIB de La 1,1 3,9 6,0 4,8 6,0 4,7 4,5 4,6%
Paz
Fuente: Fundación Milenio, 2014, en base a datos del INE.

Los niveles de crecimiento económico experimentados por el país en la


última década constituyen probablemente el ciclo económico más exitoso
de la historia nacional. En gran parte, el crecimiento se explica por el
incremento de la demanda por materias primas; en este contexto, el país
se ha beneficiado de la exportación de gas y minerales. El departamento
de La Paz tardó más que el promedio del país en recuperarse de la crisis
de principios de siglo. Sin embargo, debido a la subida de los precios de
los minerales, llegó a equiparar e incluso superar el crecimiento nacional
promedio entre 2009 y 2011. Pero la volatilidad de los precios de los mine-
rales ha hecho que la economía paceña quede rezagada del promedio
nacional a partir de 2012. De cualquier forma, es importante resaltar que,
estructuralmente, el rol que jugó en algún momento la manufactura en el
crecimiento económico del departamento ha sido rezagado por la preva-
lencia de la economía de servicios, mayormente informal, y por la econo-
mía primario-exportadora relacionada con la minería. Las exportaciones
del departamento de La Paz entre 2010 y 2012 dieron un salto enorme. De
exportar un valor de 453,2 millones de dólares en 2010, el departamento
pasó a exportar 1.219,8 millones de dólares en 2012. De este último volu-
men, 863,6 millones los constituían exportaciones de minerales. Ya en
2013, de un total de 834,7 millones de dólares exportados por la economía
paceña, se exportó solo 574,3 millones de dólares en minerales (Fundación
Milenio, 2014).
Este tipo de dinámica de crecimiento no supera los problemas ya men-
cionados relacionados con la heterogeneidad estructural de la economía
86 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

boliviana y su rol en la configuración de clivajes y conflictos. La ciudad


más proclive a sentir estos impactos y cambios socioeconómicos es El
Alto, debido a su acelerado ritmo de crecimiento demográfico, que ha
pasado de tener 30 mil habitantes en 1960 a casi un millón en 2012
(Michel, 2013). Esta acelerada oleada de migración le ha generado des-
igualdades en su interior. La dinámica de la ciudad es compleja, y no
deberíamos entender su historia solo como una historia de pobreza y
marginación, sino como de cambio social acelerado. Para ilustrar este
punto, durante el primer lustro del presente siglo, cuando el departamen-
to experimentaba una profunda crisis económica, el PIB de El Alto alcan-
zaba a 500 millones de dólares, lo que representaba un 25% del PIB
departamental y un 6% del PIB nacional.
De acuerdo a Michel (2013: 3-4), existen tres círculos concéntricos en la
ciudad de El Alto —relacionados con la antigüedad de los migrantes que
los habitan— que capturan distintos niveles de bienestar socioeconómico:
(i) El primer círculo estaría compuesto por los barrios construidos en
1950 (Villa Dolores, Ciudad Satélite, 16 de Julio y Ballivián). Este
anillo se caracteriza por una elevada densidad demográfica, vivien-
das construidas con materiales modernos y con buen acceso a ser-
vicios básicos. Un elevado porcentaje de su población activa está
empleada principalmente en el sector del comercio y los servicios,
que coexiste con pequeños empresarios independientes. Todas estas
características del empleo explican la baja tasa de analfabetismo y
la gran proporción de mujeres.
(ii) El segundo anillo tiene características más heterogéneas, pues
corresponde al asentamiento de los años 1970-1990: migración debi-
da al clima (fenómeno de El Niño) y la crisis del minifundio, el
cierre de las minas por la crisis en los mercados mundiales y la
reestructuración neoliberal de 1985. Al norte del Aeropuerto de El
Alto se puede distinguir una población que trabaja por cuenta pro-
pia o empleada a domicilio, y al sur, una población de obreros y
empleados más estable y calificada pero, al parecer, con viviendas
todavía relativamente precarias.
(iii) El tercer anillo está compuesto por las urbanizaciones más recientes
(de la segunda mitad de los años 1990), agrupadas en los distritos 7
y 8, en el norte y al oeste de los distritos 3 y 4. Presenta las super-
ficies más grandes y también los niveles de densidad de viviendas
más bajos, lo cual dificulta su acceso a los servicios básicos. Es una
población poco calificada y más joven que el resto de la ciudad.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 87

Esta dinámica, según el autor, nos lleva a inferir la existencia de una segre-
gación interna en la ciudad, lo cual replica dentro del espacio urbano una
dinámica departamental más compleja de múltiples segregaciones, sensa-
ción que se repite en la interacción entre La Paz y El Alto, entre los barrios
de La Paz y, finalmente, una dinámica de segregación y desarticulación
entre el área metropolitana y los municipios rurales.
Estas tensiones se han politizado debido al ritmo acelerado que ha
adoptado la migración a El Alto. Cada oleada de migrantes llega con altas
expectativas de movilidad social pero se ve enfrentada a distintos cuellos
de botella y techos de vidrio con que las poblaciones más antiguas han
ejercido diferentes niveles de discriminación. A su vez, la ausencia de
Estado en la provisión de bienes públicos básicos ha ahondado el senti-
miento de exclusión en los sectores migrantes. La politización de estas
tensiones le ha dado un cariz altamente político a distintas organizaciones
sociales que en un primer momento se organizaron para atender necesi-
dades socioeconómicas de modo espontáneo, pero que después adquirie-
ron importante capacidad de movilización política.
Es por eso que la base de la política alteña se estructuró en función
a “la participación de los ciudadanos a través de un conjunto de accio-
nes organizadas de vecinos y vecinas a través de las juntas vecinales,
buscando influir en las acciones de las autoridades y en la elaboración
e implementación de políticas públicas, con el fin primordial de mejorar
sus condiciones de vida” (CPMGA, 2011: 85). Fue justamente la entidad
que aglutina a estos sectores vecinales, la Federación de Juntas Vecinales
o FEJUVE, la que “propuso al entonces Presidente de la República
Hernán Siles Suazo, una terna para designar al Alcalde distrital” (ob. cit.:
85). Este hito fue el desencadenante de la transformación de El Alto en
un municipio autónomo, lo cual denota una preeminencia de organiza-
ciones sociales altamente politizadas. Cuando la ciudad recibió a la
oleada de grupos de exmineros después de la relocalización, adquirió
una fuerza inusitada la Central Obrera Regional o COR de El Alto, que
llevó a cabo su primer congreso en 1987. El rol de estos mineros fue
fundamental para darle un cariz ideológico de izquierda a la organiza-
ción. En cualquier caso, la FEJUVE y la COR son organizaciones que
han estructurado la politización de las demandas sociales emergentes
de un acelerado proceso de migración, característica fundamental de la
ciudad de El Alto.
En síntesis, los cambios sociales experimentados por el país en las últi-
mas décadas han determinado importantes variaciones en el balance de
88 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

poder a nivel subnacional, tanto entre como dentro de los departamentos.


Estos cambios han impactado de modo particular al departamento de La
Paz que, en medio de un progresivo deterioro económico en relación al
oriente, ha atestiguado un acelerado proceso de urbanización, lo cual ha
generado nuevas tensiones o reavivado antiguos conflictos entre sectores
indígenas y no indígenas, entre el campo y la ciudad y entre sectores
sociales de clases medias y populares, divididos a su vez por una frontera
gris entre la economía formal e informal.
Desde el año 2005 el departamento acusa dos impactos importantes,
uno político y el otro, económico. El primero se refiere al asentamiento
hegemónico del MAS-IPSP en el departamento, acelerado por lo que se
percibió como su apoyo en el conflicto sobre la capitalía y su alianza con
el MSM. El segundo es un impacto económico importante, marcado por
un inusitado crecimiento económico que ha generado importantes cam-
bios y, en cierto sentido, ha uniformado las expectativas de ascenso social
y patrones de consumo en el conjunto de la población, especialmente la
urbana. Estos cambios han atemperado las tensiones mencionadas, pero
no las han hecho desaparecer y, en todo caso, podrían estarlas transfor-
mando o (re)significando.
De cualquier modo, estas tensiones siguen estando muy presentes en
el imaginario de las élites políticas e intelectuales. Por ejemplo, Rolando
Mamani, un especialista en la política y el desarrollo de El Alto, plantea
que “hay una tensión permanente entre La Paz y El Alto. Para ambos, el
otro es algo a la vez muy próximo y muy extraño. En La Paz hay gente
que cree que El Alto no debería existir. Si bien son próximos, hay falta de
interacción. Esta tensión tiene expresiones simbólicas que se pueden sin-
tetizar en la idea de lo aymara versus la ciudad moderna” (entrevista en
2015). Estas tensiones, como ya mencionamos, se replican dentro de El
Alto; es el caso del imaginario asentado en esa ciudad en torno a que “el
aymara del norte de El Alto es más aguerrido, y el del sur sería más adap-
table a los cambios” (ob. cit.).
Por su parte, la asambleísta departamental por territorio por el MAS-
IPSP, Fabiola Almaza, plantea en tono similar que percibe la existencia de
“un regionalismo exacerbado de los alteños”, a la vez que reconoce que:

en lo que hace a la relación entre lo urbano y rural, hay mutuos desen-


cuentros entre estas poblaciones. Con el empoderamiento que han experi-
mentado los sectores rurales, muchas veces tienden a sentirse superiores a
los citadinos. Por otro lado, los citadinos no siempre valoramos el trabajo
La reconfiguración del Estado en Bolivia 89

en el agro, sus productos se venden en la ciudad muy baratos. Existen


entonces resentimientos y distanciamientos entre campo y ciudad: se crea
una otredad (entrevista en 2015).

El vocero de campaña y candidato a concejal por La Paz de Sol.bo, Oscar


Sogliano, expresa que concibe el hecho de que su agrupación ciudadana
haya ganado las elecciones en el municipio de La Paz y en la Gobernación
abre una importante oportunidad para avanzar hacia la metropolización
como forma de solución de los conflictos territoriales.

La metropolización es importante no solo para proveer bienes públicos de


modo más eficiente, es también importante porque es una oportunidad
para resolver problemas importantes, y conflictos que afectan la relación
La Paz-El Alto-provincias. La migración campo-ciudad ha tenido su dinámi-
ca e impacto sociológico; éstos han sido profundos y han desnudado ten-
siones y problemas metropolitanos, entendidos en un sentido amplio
(entrevista en 2015).

Más allá de esto, reiteramos que dichas tensiones, a veces amplificadas y


a veces atemperadas por el impacto de los cambios sociales y políticos,
subyacen la política subnacional de La Paz. Por tanto, el contexto en el
que se llevaron a cabo las elecciones subnacionales de 2010 y 2015 com-
partía tres características fundamentales en ambos casos:
(i) la pervivencia, aunque sea latente, de los clivajes tributarios de cua-
tro décadas de cambio social estructural en los niveles inter e intra-
departamental;
(ii) la hegemonía política del MAS-IPSP a nivel nacional, por la cual se
asienta como partido predominante, cosechando una mayoría aplas-
tante en el departamento;
(iii) un contexto económico de crecimiento inusitado y sostenido, tanto
a nivel nacional como departamental.

La nueva institucionalidad de la estructura


territorial del Estado y el sistema electoral

En este acápite analizaremos otra de las variables de contexto que se


desarrollan en ambas elecciones subnacionales, vale decir, el contexto
jurídico-institucional.
90 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

La transición estatal boliviana hacia un Estado plurinacional con auto-


nomías ha reconfigurado la redistribución territorial del poder, así como
la normativa electoral, de modo que refleje los principios de plurinaciona-
lidad y autonomía.

GRÁFICO 5. EVOLUCIÓN DE LOS SISTEMAS POLÍTICOS NACIONAL Y LOCAL,


MEDIDOS POR DESEMPEÑO ELECTORAL Y TIPOLOGÍA DE PARTIDOS

Evolución del comportamiento electoral a nivel nacional y local


100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
LPP 1994
0%
1985 1989 1993 1997 2002

Evolución del comportamiento electoral a nivel municipal


100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1987 1989 1993 1995 1999
Partidos tradicionales Partidos neopopulistas Izquierda tradicional Antisistémicos /nueva izquierda
Fuente: elaboración propia

Ya en 1994 la Ley de Participación Popular (LPP) había llevado adelante


una importante descentralización del poder. Antes de la LPP, la competen-
cia electoral se concentraba en la lucha por ganar a nivel nacional y los
La reconfiguración del Estado en Bolivia 91

municipios más grandes del país. Dado que los municipios no contaban
con recursos económicos importantes, los incentivos políticos para com-
petir en las elecciones municipales eran escasos. La LPP territorializó el
país en 311 espacios urbanos y rurales en los que la competencia política
se hizo intensa, más aún cuando, de modo concordante, se asignó 20%
del presupuesto nacional a todos los municipios repartido de acuerdo a
su población. En las elecciones municipales de 1993 votaron 1.189.896
personas, mientras que en las elecciones ediles de 1993 se emitieron
1.805.573 votos (Calla y Calla, 1996).
De modo complementario, se reformó la Constitución Política del Estado
(CPE) y la legislación electoral de tal modo que desde 1997 la mitad de los
diputados se elige en circunscripciones uninominales y por mayoría simple.
Como podemos observar en el anterior gráfico, antes de 1994 existía
una simetría entre los resultados agregados de las elecciones nacionales y
los de las elecciones municipales. Los partidos políticos denominados
tradicionales, los partidos de izquierda tradicional y los partidos denomi-
nados neopopulistas se desempeñan de modo similar en ambos niveles
territoriales. Sin embargo, justamente después de la aprobación de la LPP,
en las elecciones municipales de 1995 ingresan a la arena política electo-
ral los partidos que podemos denominar de nueva izquierda tradicional o
antisistémicos.
Las organizaciones sociales rurales que conforman la columna vertebral
del MAS-IPSP deciden en 1995 conformar un instrumento político para
llevar sus demandas —hasta entonces expresadas a través de la moviliza-
ción social— a la arena electoral. El instrumento político se denomina
Alianza por la Soberanía de los Pueblos (ASP). Una vez que detectaron las
oportunidades que abría la LPP para competir con éxito en la arena polí-
tica local, y en alianza con la Izquierda Unida, la alianza IU-ASP obtiene
3% del voto agregado a nivel nacional, que a su vez constituía 30% de la
votación en el departamento de Cochabamba, donde alcanzaron victorias
electorales en 15 municipios (Calla y Calla, 1996). La gran mayoría de
estos votos se obtuvieron en las zonas cocaleras y en los valles altos de
Cochabamba, donde tenían presencia territorial los sindicatos agrarios y
cocaleros. Esto se puede comprobar al comparar las votaciones obtenidas
por la IU en las elecciones municipales de 1993 con las de 1995: en las
primeras el partido obtuvo un total agregado de 9.095 votos, mientras que
en las segundas su votación alcanzó a 51.458 votos (ob. cit.).
La instauración de circunscripciones uninominales construyó un puen-
te entre la política local inaugurada por la LPP y la política nacional. La
92 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

oportunidad también fue apropiada correctamente por la alianza IU-ASP,


que obtuvo cuatro diputados uninominales, que representaban a toda el
área rural cochabambina. De éstos, el más exitoso fue Evo Morales Ayma,
que fue el diputado uninominal más votado en toda la elección.
Nuevos líderes en ciudades importantes como La Paz y Cochabamba
también aprovecharon la oportunidad abierta por la LPP hacia fines de los
1990. Juan del Granado gana las elecciones en el municipio de La Paz con
una plataforma antisistema y antipartidos tradicionales. Su partido, el
MSM, obtuvo 5,9% de la votación nacional. Para ese entonces Manfred
Reyes Villa había ya consolidado su partido, NFR, que ganó las elecciones
en Cochabamba y otros municipios, lo cual le había significado obtener
8,7% de la votación nacional (TSE y PNUD).
Ese mismo año, rupturas internas en la ASP llevan a Evo Morales a
formar otra organización, el IPSP. Usando la misma estrategia que en 1995,
el IPSP se acerca al casi difunto partido MAS para utilizar su sigla electoral
y formar otro instrumento político. En las elecciones de 1999 el MAS-IPSP
obtuvo 3,27% de la votación nacional y 79 concejales en seis departamen-
tos del país (Van Cott, 2007: 87). Ya para 2002, el MAS-IPSP era la segun-
da fuerza a nivel nacional, NFR era la tercera y el MSM se había consoli-
dado en el municipio de La Paz.
Nuevos líderes indígenas y campesinos entraron a la arena política a
través de las elecciones municipales bajo el esquema de territorialización
del municipio que instauró la LPP. Para 1995, 500 líderes indígenas eran
concejales, y muchos se transformarían después en alcaldes (Zuazo, 2009).
Para 2010, 65% de todos los concejales municipales del país se autoiden-
tificaban como indígenas (Ayo, 2010).
Es importante resaltar para esta investigación que la combinación de
reformas institucionales que descentralizaron el poder hacia lo local —que
fueron complementadas con reformas electorales que abrieron la compe-
tencia electoral en dicho ámbito y la conectaron con la política nacional a
través de la instauración de diputaciones uninominales territoriales— tuvie-
ron un importantísimo impacto en la reconfiguración posterior de la política
nacional. Estas instituciones formales canalizaron los clivajes sociales que se
estaban reconfigurando a medida que la sociedad boliviana experimentaba
cambios socioeconómicos estructurales descritos en la sección anterior.
La LPP y las circunscripciones uninominales le dieron importantes
fuentes de poder institucional y económico a las organizaciones campesi-
nas e indígenas que sufrían las consecuencias socioeconómicas de los
cambios sociales. Se ha dicho que estas reformas político-institucionales
La reconfiguración del Estado en Bolivia 93

ruralizaron la política del país, derivando por último en la consolidación


de una coalición indígena/popular hegemónica (léase MAS-IPSP). Para el
año 2005, entonces, el país experimentaba una paradoja crítica. La política
era cada vez más rural (Zuazo, 2009), indígena, y con su centro de grave-
dad en el occidente, en el contexto de una sociedad y una economía que
eran cada vez más urbanas y cuyo centro de gravedad se movía hacia el
oriente (Fernandez, 2009).
Estas tensiones no pueden ser absorbidas por el sistema de partidos,
que colapsa en 2005. En 2004, como respuesta a la crisis de partidos y la
reforma constitucional que trata de viabilizar la transición hacia una asam-
blea constituyente, se aprueba la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y
Pueblos Indígenas, que desmonopoliza la representación política, abrien-
do las puertas a que organizaciones de la sociedad civil y pueblos indíge-
nas se puedan organizar para participar en el proceso electoral. Más aún,
estas organizaciones podían participar exclusivamente a nivel local sin
tener que formar una organización nacional.
El resultado de estas reformas es que se confirma el colapso del sistema
de partidos y emerge un sistema mucho más complejo. Las organizaciones
políticas que participaron en las elecciones municipales pasaron de ser 18
en 1999 a 450 en 2004, de las cuales 51 eran partidos políticos, 337 eran
agrupaciones ciudadanas y 62 pueblos indígenas (Ayo, 2010; Rodríguez
Ostria, 2011). Si antes existían sistemas políticos relativamente autónomos
en los municipios más grandes, a partir de 2004 cada municipio experi-
menta la emergencia de sus propios sistemas de partidos, con la compe-
tencia electoral centrada en temas y pugnas de poder relativas a proyectos
eminentemente locales. Por supuesto que todavía existen vínculos entre
estos sistemas y la política nacional, pero la autonomía relativa de los
sistemas políticos municipales es bastante amplia.
En síntesis, las reformas institucionales de descentralización municipal
y la creación de circunscripciones uninominales impulsaron una dinámica
política local por la cual emergieron y se filtraron nuevas élites políticas
que reflejaban el cambiante balance de poderes en el país. El impacto de
estos cambios fue tal que a partir de lo local se reconfiguró por completo
la política nacional, a la vez que la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y
Pueblos indígenas abría la posibilidad para que la política municipal se
hiciera mucho más autónoma de la política nacional y emergieran siste-
mas políticos municipales con un alto nivel de autonomía.
La pugna entre los proyectos de Estado que enfrentaron la propuesta
del Estado plurinacional y la propuesta del Estado autonómico, después
94 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

de alcanzar picos altos de confrontación, dio lugar a una salida pactada


que se refleja en la aprobación congresal de una nueva CPE en 2009. Con
esta carta magna se abren nuevos espacios políticos descentralizados; nos
referimos a las autonomías departamentales y a las indígena originario
campesinas (IOC). En menor medida, se abre también el espacio de la
autonomía regional. Asimismo, se le da mayor jerarquía jurídica al gobier-
no municipal. De acuerdo a la CPE, el Estado boliviano es hoy “un Estado
Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independien-
te, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autono-
mías” (art. 1). Las unidades territoriales autónomas del Estado boliviano
son, por ende, los departamentos, los municipios, las autonomías indígena
originario campesinas y las autonomías regionales.
La autonomía departamental se cristaliza en los gobiernos autónomos
departamentales constituidos “por una Asamblea Departamental, con facul-
tad deliberativa, fiscalizadora y legislativa departamental […] y por un órgano
ejecutivo” (art. 277). Por su parte, las asambleas departamentales (AD) están
compuestas por asambleístas departamentales que son electos “por votación
universal, directa, libre, secreta y obligatoria; y por asambleístas departamen-
tales elegidos por las naciones y pueblos indígena originario campesinos de
acuerdo a sus usos y costumbres” (art. 278 I) y por un órgano ejecutivo a la
cabeza de un gobernador o gobernadora electos por mayoría de votos. Las
anteriores prescripciones normativas abren el espacio para que una combi-
nación de democracia representativa y comunitaria constituya sistemas polí-
ticos altamente plurales dentro de los departamentos.
Este extremo se garantiza en la norma fundamental al establecer tres
criterios generales para la elección de asambleístas, los cuales deben
tomar en cuenta la “representación poblacional, territorial, de identidad
cultural y lingüística cuando son minorías indígena originario campesinas,
y paridad y alternancia de género” (art. 278 II).
Por su parte, los gobiernos autónomos municipales se jerarquizan y son
definidos constitucionalmente como constituidos por “un Concejo
Municipal con facultad deliberativa, fiscalizadora y legislativa municipal en
el ámbito de sus competencias, y un órgano ejecutivo presidido por la
Alcaldesa o Alcalde” (art. 283). Tanto los concejales como el alcalde o
alcaldesa son electos por sufragio universal.
La autonomía indígena originario campesina tiene una cualidad distin-
tiva de los otros entes territoriales autónomos: el autogobierno, entendido
“como el ejercicio de la libre determinación de las naciones y los pueblos
indígena originario campesinos, cuya población comparte territorio, cultu-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 95

ra, historia, lenguas, y organización o instituciones jurídicas, políticas,


sociales y económicas propias” (art. 289). Por ende, la forma en la que se
eligen las autoridades en estos espacio autónomos se sustenta en sus nor-
mas y procedimientos propios, los cuales pueden variar enormemente
entre las diferentes autonomías indígenas. Por lo tanto, es difícil anticipar-
se y descifrar si emergen o no sistemas políticos locales en estos espacios
autónomos, ya que estas normas y procedimientos propios pueden supri-
mir la idea de la competencia electoral liberal. De cualquier modo, la
existencia de representantes de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos en las asambleas departamentales garantiza que éstos sean
espacios altamente plurales, al combinar el pluralismo inherente a las
elecciones competitivas con el pluralismo étnico cultural.
Por último, la CPE reconoce un cuarto espacio territorial autónomo,
aunque sin tanto peso político y jurídico. Nos referimos a las autonomías
regionales que, dentro de los límites departamentales, se pueden constituir
por la agregación de municipios y/o provincias con continuidad geográfi-
ca. Las conurbaciones con más de 500 mil habitantes también pueden
conformar regiones metropolitanas. Sin embargo, las regiones autónomas
no constituyen en gobiernos propiamente dichos, sino espacios de plani-
ficación y gestión.
En el ámbito fiscal y financiero, la CPE garantiza un margen de auto-
nomía para el financiamiento y la inversión pública. La CPE establece que
“las rentas del Estado se dividen en nacionales, departamentales, munici-
pales, e indígena originario campesinas y se invertirán independientemen-
te por sus Tesoros, conforme a sus respectivos presupuestos” (art. 340 I).
De modo concordante, la norma básica establece que la ley clasificará qué
tipo de ingresos corresponde a cada nivel territorial autónomo y que los
recursos que correspondan a las entidades autónomas que sean recauda-
dos por el TGN no serán centralizados por éste (ibíd.).
Históricamente, los departamentos han sido altamente dependientes
del TGN, excepto en el caso de los departamentos productores de petró-
leo y gas, que recibían 11% de las regalías petroleras. A partir de 2005,
con la aprobación de una nueva Ley de Hidrocarburos, se incrementa de
manera muy importante la cantidad de recursos obtenidos por los depar-
tamentos de modo independiente al TGN. La Ley de Hidrocarburos creó
el impuesto directo a los hidrocarburos (IDH), que constituye un 32% del
valor de mercado de estos hidrocarburos en boca de pozo. De este 32%,
64,5% es distribuido entre los nueve departamentos, que, a su vez, lo
redistribuyen en sus municipios (INESAD, 2014).
96 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

Estos recursos se constituyen en una importante base material para con-


solidar la autonomía departamental, dado que la autonomía política tiene
un correlato en importantes niveles de autonomía económica, especialmen-
te por el alto precio de los hidrocarburos en los mercados internacionales
en la última década. El caso paradigmático en referencia al impacto de estos
cambios en la economía pública es el del departamento de Tarija, cuyo PIB
pasó de constituir algo más de 5% del total nacional en 2005, a 15% de
dicho indicador en 2015. El PIB per cápita de Tarija es casi 250% más alto
que el promedio nacional, el cual ya de por casi se ha triplicado desde
inicios de siglo. Queda pendiente, sin embargo, la elaboración de una ley
que regule la estructura fiscal financiera del país y su relación con las finan-
zas de las entidades autónomas. Esta es la tarea pendiente del denominado
pacto fiscal. Para efectos de la presente investigación, sin embargo, cabe
resaltar que los departamentos han recibido una importante gama de pode-
res político-institucionales y económicos en los últimos años.
Los cambios fundamentales en la redistribución territorial del poder
que nos plantea la transición hacia las autonomías tienen su correlato en
importantes cambios en la normativa electoral. La Ley del Régimen
Electoral, Ley 026, por ende, establece las reglas básicas que regulan la
competencia electoral en los espacios autónomos. Por ejemplo, se estable-
ce en la mencionada norma que el gobernador o gobernadora serán elec-
tos por sufragio universal, por mayoría absoluta de votos, o si el ganador
obtuviera el 40% de los mismos con una ventaja de al menos diez puntos
sobre el segundo (art. 63 reformado por la Ley Transitoria Electoral núm.
587). Si ninguno de los casos se diera, tendría lugar un asegunda vuelta.
Las asambleas departamentales están “integradas por al menos un asam-
bleísta por circunscripción territorial intra departamental y por asambleís-
tas según población elegidos mediante sufragio universal y por los asam-
bleístas departamentales elegidos por las naciones y pueblos indígena
originario campesinos del Departamento, mediante normas y procedi-
mientos propios” (art. 63, inc. b). Con relación al principio de autonomía,
en esta norma no se desarrollan los detalles del sistema electoral especí-
fico que adoptaría cada departamento, pues el sistema debería estar dise-
ñado en el estatuto autonómico de cada cual.
Respecto a los gobiernos municipales, el alcalde o alcaldesa se eligen
mediante sufragio universal y por mayoría simple; los concejales también
son electos por sufragio universal.
Para la transformación de votos en escaños, la norma plantea que para
los escaños plurinominales se aplica el sistema proporcional, más especí-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 97

ficamente el sistema D’Hont, por el cual los votos obtenidos por cada
organización política “se dividirán sucesivamente entre los divisores natu-
rales 1, 2, 3, 4, 5, 6,7, etcétera, en forma correlativa, continua y obligada”
(art. 66 Inc. a). De modo similar, en las autonomías municipales los con-
cejales se eligen a través del sistema proporcional, y su número varía entre
5 y 11, de acuerdo a la población del municipio, manteniendo lo estable-
cido en la LPP. La composición de las asambleas departamentales, sin
embargo, vale decir su número, la cantidad de representantes por pobla-
ción, territorio o representantes indígena originario campesinos, se ha
dejado a los estatutos autonómicos. Sin embargo, dado que a la fecha solo
Pando cuenta con un estatuto válido, esta atribución ha sido asumida por
el gobierno central a través de la Ley Transitoria Electoral.
En 2008 los departamentos surorientales (Tarija, Pando, Santa Cruz y
Beni) aprobaron mediante referendos sus estatutos autonómicos. Si bien
estas normas se aprobaron fuera de la legalidad y están en proceso de
adecuación a la CPE (proceso que ya concluyó Pando), la Ley Transitoria
Electoral validó jurídicamente sus sistemas electorales. Estos sistemas
muestran un dato importante: una sobrerrepresentación del criterio terri-
torial, y más específicamente, del rural en relación a la representación
poblacional urbana. Consideramos que este hecho tiene que ver con la
dinámica del conflicto durante la coyuntura crítica de la crisis estatal. Los
movimientos cívicos que promueven la idea de la autonomía se asenta-
ban, en un primer momento, en el área urbana, más específicamente en
la ciudad de Santa Cruz. Su punto vulnerable a la hora de enfrentarse a
un bloque indígena y campesino eran los sectores rurales en estos depar-
tamentos, muchos de los cuales eran migrantes occidentales. Para ganar
legitimidad en relación a esto, sectores las élites de la Media Luna tuvieron
que hacer muchas concesiones a la hora de proyectar sus estatutos, con-
cesiones basadas en negociaciones con élites provinciales y sectores indí-
genas de oriente, lo cual cristalizó en diseños electorales que daban a
estos sectores un peso desproporcionado en la conformación de las asam-
bleas departamentales.
La Ley Transitoria ha replicado y amplificado esta tendencia. En el caso
de occidente, esta norma se da pasada la coyuntura crítica, en un escena-
rio en el que a nivel nacional el MAS-IPSP se consolida como hegemónico
y obtiene dos tercios de la ALP. Al estar compuesto el núcleo del partido
de Gobierno por las principales organizaciones campesinas e indígenas,
era de esperar que exista una sobrerrepresentación de lo rural por sobre
lo urbano. Por lo tanto, la mencionada norma plantea que la AD de La Paz
98 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

está compuesta por 20 asambleístas por territorio, cada uno en represen-


tación de una provincia, y electo por mayoría simple. Los otros 20 asam-
bleístas son representantes por población y son electos por el sistema de
representación proporcional. Por último, los restantes 5 asambleístas son
representantes de las naciones y pueblos indígena originario campesinos
minoritarios del departamento.
Los datos del CNPV 2012 permiten comprobar el sobrepeso que tiene
lo rural respecto a lo urbano en el sistema electoral y en la composición
de la asamblea departamental paceña. La población total del departa-
mento es de 2.706.351 habitantes, 67,3% de los cuales, vale decir
1.800.687, residen en áreas urbanas. El grueso de la población urbana de
La Paz (90%, es decir 1.618.004 habitantes) se concentra en una sola
provincia, la provincia Murillo, donde se asienta la región metropolitana
de La Paz. El resto de la población urbana del departamento está disper-
sa en ciudades intermedias. Finalmente, el restante 32,7% de la pobla-
ción del departamento reside en localidades rurales, y en las 19 provin-
cias restantes, la mayoría de la población es rural. Por ende, se constata
la sobrerrepresentación de la población rural en la elección de asam-
bleístas por territorio.
Si bien cabe acotar que 20 asambleístas por población son electos por
el sistema de representación proporcional, es importante resaltar que este
sistema, en su variante D’Hont, no privilegia de modo sobredimensionado
a las mayorías, sino que es bastante generoso con las minorías; para el
caso del binomio urbano-rural, no representaría el peso completo de la
población urbana. Por último, el criterio por el cual se eligen a los restan-
tes 5 asambleístas indígenas no es ni territorial ni poblacional, sino un
sistema que garantiza los derechos de minorías étnicas, y por ende su
lógica inherente es la de la defensa de las minorías, con una sobrerrepre-
sentación inherente de cara a su real peso demográfico.
En síntesis, en el sistema electoral que se utiliza en la conformación
de la Asamblea Departamental de La Paz, la población rural está sobre-
rrepresentada porque donde es mayoría, vale decir en 19 de las 20 pro-
vincias, se elige a los asambleístas por mayoría simple, mientras que
donde cuenta como una minoría, vale decir cuando el criterio de elec-
ción es la representación poblacional, la minoría rural es beneficiada por
el sistema proporcional de divisores naturales. Incluso si consideráramos
una perfecta representación proporcional en los asambleístas por pobla-
ción, la población urbana del departamento recibiría un 67% de repre-
sentantes, vale decir 14, mientras que la población rural recibiría 6 de
La reconfiguración del Estado en Bolivia 99

los 20. Estos seis representantes, sumados a los 19 representantes por


población, son 25, vale decir más del 55% de la AD. Si le sumamos los
5 representantes indígenas a esta cifra, tenemos una asamblea departa-
mental en la que dos tercios de sus miembros representan a sectores
campesinos e indígenas rurales en el contexto de una población con dos
tercios de habitantes urbanos. Es decir, dos tercios de los asambleístas
representan a un tercio de la poblacion, y un tercio representa a dos
tercios de ésta.
Por supuesto que la elección de los asambleístas por territorio y pobla-
ción se da a través de organizaciones políticas. No podemos inferir de
modo mecánico que toda la población urbana vota por una u otra opción,
o viceversa. El MAS-IPSP ha perdido elecciones en municipios y provincias
rurales, y por supuesto que en un momento ha recibido un apoyo aplas-
tante en la zona metropolitana de La Paz, especialmente en elecciones
nacionales. Sin embargo, es evidente que la votación rural ha sido histó-
ricamente favorable al partido de Gobierno, y constituye el núcleo de su
voto duro dados los vínculos orgánicos entre el mencionado partido y los
sectores campesinos organizados. En el otro extremo del espectro, es evi-
dente que lo poco de voto contrario al partido de Gobierno en el depar-
tamento se ha concentrado históricamente en su área urbana, particular-
mente en la ciudad de La Paz.
Por ende, la primera influencia que se detecta del sistema político
nacional en el emergente sistema político del departamento se ha dado en
la conformación de las reglas de la competencia electoral: en ejercicio de
su mayoría parlamentaria en la Asamblea Legislativa Plurinacional, el par-
tido de Gobierno ha diseñado una norma electoral transitoria para regular
las elecciones subnacionales de 2010 y 2015 que permite una evidente
sobrerrepresentación de la votación rural respecto a la población urbana,
en el contexto de una dinámica poblacional por la cual el departamento
se urbaniza cada vez más.
De cualquier forma, cabe resaltar una serie de puntos del análisis
elaborado en esta sección. En primer lugar, al analizar los efectos de la
LPP y la Ley de Agrupaciones Ciudadanas en la configuración de los
sistemas políticos nacional y municipal, encontramos que la apertura de
dicho espacio para la competencia electoral local, la transferencia de
importantes recursos económicos a los municipios y la posibilidad de
que emerjan organizaciones políticas eminentemente locales tuvo dos
consecuencias estructurales: (i) la política local, a través de la emergen-
cia de nuevos líderes de provenientes de sectores campesinos, indíge-
100 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

nas, populares y cívicos, terminó por reconfigurar la política nacional


después del colapso del sistema de partidos vigente desde 1985. Estos
nuevos actores, por su parte, responden a los importantes cambios
sociodemográficos que reconfiguraron el balance interno de poderes en
el país en las últimas décadas; (ii) detectamos una explosión de organi-
zaciones políticas municipales y el surgimiento de sistemas políticos
municipales con un alto grado de autonomía, en los cuales compiten
proyectos destinados a la política local.
En una segunda parte de esta sección hemos analizado que la transi-
ción hacia un Estado plurinacional autonómico abre nuevos espacios
autónomos descentralizados, léase los departamentos autónomos, las
autonomías indígenas y, en menor medida, las autonomías regionales.
Estos cambios político-institucionales guardan importantes semejanzas
con lo que analizamos respecto de la LPP. Se abren espacios para la com-
petencia política pluralista en cada departamento, enriquecidos esta vez
por la presencia de pluralismo no solo electoral, sino también étnico-
cultural, con los representantes de las naciones y pueblos indígenas en las
asambleas departamentales.
Esta autonomía política es complementada por importantes niveles de
autonomía económica, configurados especialmente por los recursos que
reciben los departamentos por concepto de regalías y del impuesto direc-
to a los hidrocarburos. Si bien detectamos desigualdades entre los depar-
tamentos, todos reciben importantes sumas de dinero que pueden invertir
con un alto nivel de autonomía de la política fiscal y financiera del gobier-
no central. Este nivel de autonomía económica podría acentuarse después
del denominado pacto fiscal.
Por último, en todos los departamentos se ha establecido un sistema
electoral con un alto grado de autonomía. La composición de cada asam-
blea legislativa y la forma en la que se traducen los votos en escaños varía
de modo importante entre departamento y departamento. La ley nacional
solo plantea que se deben respetar los criterios de territorio, población y
representación de minorías indígenas en cada departamento.
Los estatutos autonómicos deberían establecer cómo se cristalizan estos
principios en el sistema concreto de representación. Sin embargo, dado
que a la fecha solo Pando cuenta con un estatuto autonómico válido, la
Ley Transitoria regula los sistemas electorales en cada departamento. Esta
norma ha tomado lo que establecen en materia electoral los estatutos que
aprobaron, por fuera de la legalidad, los departamentos de Santa Cruz,
Beni y Pando. Por su parte, la norma establece normas generales similares
La reconfiguración del Estado en Bolivia 101

para los departamentos restantes. Lo que tienen en común estas normas


es que sus diseños privilegian el criterio territorial por sobre el poblacio-
nal, derivando en una sobrerrepresentación de la población rural por
sobre la urbana en las asambleas departamentales. Este dato es paradójico
si consideramos que Bolivia es un país que se urbaniza cada vez más.
Consideramos que la explicación de esta paradoja reside en la configu-
ración conflictiva de las fuerzas durante el período crítico entre 2000 y
2008. En 2005 el MAS-IPSP ya era una fuerza de presencia nacional El
sistema nacional, constituido entonces por una fuerza hegemónica, cuyo
núcleo son las organizaciones campesinas e indígenas, influye en este
sentido en los sistemas subnacionales al establecer reglas de juego que
viabilizan la sobrerrepresentación rural e indígena por sobre la urbana. En
el caso de La Paz, si bien dos tercios de su población residen en áreas
urbanas, la población urbana está representada en solo un tercio de los
escaños en la AD.

La progresiva emergencia y desarrollo


de un sistema político departamental en La Paz

Los cambios socioeconómicos, político-institucionales y en el balance de


fuerzas descritos en las secciones anteriores nos ponen ante contextos
altamente similares durante las elecciones subnacionales de 2010 y 2015.
Por otra parte, si en el pasado la primera oleada de descentralización
generada por la LPP y las reformas electorales que la complementaron
tuvieron como efectos la reconfiguración desde abajo del sistema político
nacional, y la emergencia de sistemas políticos municipales altamente
autónomos, cabe preguntarse si la adopción de una segunda oleada de
descentralización en el ámbito departamental, que guarda importantes
similitudes con la primera, tendrá efectos similares. Para responder estas
preguntas, como mencionamos en la sección metodológica de este estu-
dio, en este acápite realizamos un análisis comparativo de los resultados
de ambas elecciones en el departamento de La Paz.
Como mencionamos en la segunda sección del presente estudio, los
cambios sociales experimentados por el país en las últimas décadas han
determinado importantes variaciones en el balance de poderes a nivel
nacional y subnacional, tanto entre como dentro de los departamentos.
Estos cambios han impactado de modo particular al departamento de La
Paz, generando nuevas tensiones o reavivado antiguos conflictos entre
102 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

sectores indígenas y no indígenas, entre el campo y la ciudad y entre sec-


tores sociales de clases medias y populares, divididos a su vez por una
frontera gris entre la economía formal e informal. Estas tensiones, a su vez,
tienen manifestaciones territoriales entre los municipios urbanos y los
rurales o entre municipios, como ser en la tensión El Alto-La Paz.
Para tener un mapa del sistema político del departamento, es funda-
mental entender cómo se manifiestan estas tensiones en las instituciones
políticas en dos esferas: en la esfera formal/electoral y en la esfera de los
conflictos y consensos sociales/corporativos. Por otro lado, es fundamen-
tal observar cómo interactúa la política del departamento con el sistema
político nacional y los sistemas municipales, tanto urbanos como rurales.
Llevaremos a cabo este análisis a través de la comparación de los resulta-
dos de las elecciones subnacionales de 2010 y 2015.
En un primer momento —las elecciones subnacionales de 2010—, la
política departamental estuvo altamente influenciada por el sistema políti-
co nacional, especialmente luego de la crisis estatal en la cual el departa-
mento gravitó con mucha fuerza hacia el MAS-IPSP, luego del conflicto por
la capitalía, dada la alianza entre el MAS-IPSP y el MSM. Otra influencia
del sistema nacional en el departamental, como mencionamos antes, se da
a través de la Ley Transitoria Electoral diseñada por la mayoría parlamen-
taria del MAS-IPSP, que condiciona el sistema de representación departa-
mental a favor de la representación rural.

GRÁFICO 6. DESEMPEÑO ELECTORAL EN LAS ELECCIONES NACIONALES DE 2009 (BOLIVIA VS. LA PAZ EN PORCENTAJE)

90
La Paz
80

70
Bolivia
60

50

40

30
Bolivia
20

10 La Paz La Paz
Bolivia
0
MAS-IPSP PPB-CN UN
Fuente: elaboración propia en base a datos del Tribunal Supremo Electoral – TSE.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 103

Como podemos ver en el gráfico 6, el MAS-IPSP obtuvo un apoyo aplas-


tante en La Paz en las elecciones nacionales de 2009: 80%, es decir, 16
puntos porcentuales por encima del ya histórico triunfo nacional del par-
tido a nivel agregado, que le dio 64%. En dichas elecciones la oposición
se mostró dividida entre una opción que trataba de aglutinar al bloque
cívico-regional (PPB-CN) con sectores de clases medias y altas, y otra que
se mostraba como una opción de centro, menos confrontacional y enfo-
cada a tratar el desarrollo del país (UN). La primera opción recibió un
importante apoyo en los departamentos surorientales, pero fue decrecien-
do a medida que se acercaba al occidente del país. En La Paz no logró ni
10%, frente a más de 26% que obtuvo a nivel nacional. UN, por su parte,
obtuvo algo más de 8% en La Paz. Esta votación significaba un importan-
te aliciente para el partido, que en el ámbito nacional apenas superó 5%.
El apoyo de UN en La Paz se explica porque su líder es un importante
empresario cuya base de operaciones es este departamento, donde cuen-
ta con una logística empresarial, vale decir, una capacidad instalada que
se utilizó para hacer una campaña intensa en el departamento. Por su
parte PPB-CN todavía se identificaba en el departamento con los sectores
cívico-regionales, que fueron percibidos como atentatorios a los intereses
de La Paz durante la crisis estatal. Unos meses después se llevan adelante
las elecciones subnacionales en el departamento, cuyos resultados se
muestran en el gráfico 7.

GRÁFICO 7. DESEMPEÑO ELECTORAL DE LAS FUERZAS POLÍTICAS DEL DEPARTAMENTO DE LA PAZ, 2010

50 LPZ
GOB
45

40 EA
LPZ
35
EA
30

25 GOB EA

20
GOB
15
LPZ
10
GOB
5 EA
GOB LPZ GOB LPZ
LPZ EA EA
0
MAS-IPSP MSM UN MPS ASP MNR
Fuente: elaboración propia en base a datos del TSE.
104 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

Varios datos saltan a la vista al analizar los resultados de estas eleccio-


nes. En primer lugar, podemos constatar que el sistema político del
departamento es más complejo que el nacional, y en él se detecta la
presencia de seis fuerzas políticas, el doble que en las contiendas nacio-
nales, aunque solo cuatro son relevantes. En segundo lugar, si bien el
MAS-IPSP se mantuvo como una fuerza mayoritaria en las elecciones
para gobernador, su porcentaje disminuye en 33 puntos respecto a su
votación en las elecciones nacionales. Dos elementos explican esta
variación. Primero, la ruptura de la alianza entre el MAS-IPSP y el MSM
en el período entre las elecciones nacionales de 2009 y las subnaciona-
les de 2010. El MAS-IPSP decide presentar candidatos propios para las
elecciones municipales de la ciudad de La Paz, donde el MSM se había
constituido en un partido predominante desde 1999. El MAS-IPSP calcu-
laba que sería fácil repetir el inmenso apoyo que obtuvo en la ciudad
en las elecciones nacionales unos meses antes. Para el MSM, esto impli-
ca un quiebre de los términos de la alianza, y se lanza con todo a
enfrentar al MAS-IPSP, no solo en la sede de gobierno, donde gana con
un 48% (12 puntos más que los obtenidos por el MAS-IPSP), sino tam-
bién en las elecciones para la gobernación, donde obtiene el segundo
lugar con un 24%.
La gran parte del apoyo al MSM proviene de votantes urbanos, pero
también recibió una importante cantidad de votos rurales provenientes de
sectores sociales kataristas que rompieron con el partido de Gobierno al
considerar que no brindaba el espacio necesario a los candidatos propues-
tos por ellos. En cambio, el MSM postuló como gobernador a Simón
Yampara, un intelectual aymara indianista de importante trayectoria y con
apoyo en la región cercana a Tiwanaku.
Segundo, UN incrementa su votación de manera importante con rela-
ción a sus resultados nacionales, alcanzando 16% de la votación debido a
que lleva adelante una campaña menos ideológica y más centrada en el
discurso de generar desarrollo económico y social para el departamento,
tocando temas eminentemente departamentales. Por otro lado, UN recibe
los votos de la desaparecida alianza de partidos y organizaciones sociales
que componían el PPB-CN (8% en 2009). En 2009, cada una de estas fuer-
zas recibió más del 8% en el departamento de La Paz, al desaparecer la
primera en la competencia electoral subnacional, UN captura el voto que
fue de PPB-CN en las elecciones nacionales.
Tercero, llama la atención el desempeño de otra fuerza con apoyo de
sectores rurales e indígenas: el Movimiento por la Soberanía – MPS, que
La reconfiguración del Estado en Bolivia 105

obtuvo 6,3% de la votación departamental. El MPS fue fundado por Lino


Vilca, exsenador y disidente del MAS-IPSP, cuyo liderazgo es apoyado por
sectores indígenas y campesinos de Los Yungas y el norte de La Paz. Vilca
rompió con el MAS-IPSP cuando se negociaba en la Ley del Régimen
Electoral aspectos referidos a las circunscripciones especiales indígenas
dentro de la ALP. Vilca, en apoyo a distintos sectores indígenas, abogaba
por que éstos tengan 36 escaños en la ALP, pero el MAS-IPSP, en ejercicio
de su mayoría, terminó aprobando que se asignaran solo siete escaños de
circunscripción especial a los pueblos indígenas.
Si sumamos el porcentaje de votos obtenidos por el MSM y el MPS en
las elecciones para la gobernación en 2010 (30%), obtenemos casi la tota-
lidad de la diferencia en el desempeño electoral del MAS-IPSP en el depar-
tamento (-33% entre las elecciones nacionales de 2009 y las subnacionales
de 2010). Por tanto, esta diferencia electoral refleja quiebres internos den-
tro de la coalición de movimientos sociales y políticos que apoyaron al
partido de Gobierno en las elecciones nacionales. Al romper con el MSM,
el MAS-IPSP pierde el apoyo de importantes sectores de clases medias de
la ciudad que veían al MSM como un puente entre lo urbano y los secto-
res campesinos e indígenas que representa el núcleo del partido de
Gobierno, además de considerarlo un eficiente gestor público. Los conflic-
tos con sectores indígenas dentro del departamento se dan como resulta-
do de otros dos quiebres. Un sector katarista más tradicional rompe con
el MAS-IPSP al sentirse excluido en la elección de candidatos para las
elecciones subnacionales, y para tener viabilidad política hace una alianza
con el MSM. Por su parte, Lino Vilca representa a otros sectores indígenas
y también a campesinos disidentes, quienes rompen con el partido de
Gobierno por motivos similares: sienten que se coartan derechos y espa-
cios para el liderazgo político a organizaciones indígenas con demandas
corporativas en la organización política y demandas generales en la legis-
lación nacional.
Tanto estos sectores indígenas como los sectores urbanos de la ciudad
de La Paz perciben que hay una primacía de las organizaciones campesi-
nas dentro de la Asamblea Departamental. La asambleísta Magne, del
MSM, expresaba en 2011:

entre las cosas negativas [de la actual AD de La Paz] veo que hay aún una
visión rural, porque no olvidemos que las anteriores prefecturas se habían
creado con la finalidad de atender el área rural, y ahora no se está dando
esa visión de entender que somos gobierno autónomo departamental, y el
106 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

gobierno se ocupa de todos, vale decir del área rural, del área local urbana
(Bonifaz Moreno, 2012: 435).

Cuarto, otro dato que llamó la atención en las elecciones subnacionales


de 2010 fue el sorpresivo segundo lugar que obtuvo UN en el municipio
de El Alto. Si bien el MAS-IPSP ganó dicho municipio con casi 39% de los
votos, fue sorpresivo el desempeño de la candidata de UN, Soledad
Chapetón, que obtuvo más de 30%. No podemos explicar el exitoso des-
empeño de UN en El Alto a partir de su votación departamental, dado que
aquella supera con creces la votación que obtuvieron las fuerzas de opo-
sición en la elección nacional en ese municipio.
Dado el rol que ocupó la ciudad de El Alto en conformar la agenda
política que enarboló el MAS-IPSP como constitutiva del proceso de cam-
bio, se esperaba que el partido de Gobierno no solo ganara, sino que
arrasara en dichas elecciones. Sin embargo, la victoria que obtuvo su can-
didato Edgar Patana fue muy limitada. Tal parece que años de mala ges-
tión del MAS-IPSP habían desgastado al partido dentro de la ciudad.
Importantes sectores no articulados orgánicamente a la FEJUVE o la COR
se alejaban del MAS-IPSP porque entendían que la gestión de El Alto,
como espacio municipal distinto y autónomo, requería de liderazgos reno-
vados. De modo similar, la victoria del MSM en La Paz se explica por algo
más que su fractura con el MAS-IPSP; en realidad, había una demanda
ciudadana de continuidad de la gestión municipal que había resuelto pro-
blemas urbanos durante uns década. En síntesis, tanto La Paz como El
Alto, al tener una historia de más de 15 años de autonomía municipal
plena, se habían ya consolidado como sistemas políticos con un alto grado
de diferenciación.
Por ende, la ausencia de gestión eficiente en la provisión de bienes
públicos era percibida como negativa por importantes segmentos de la
población, que optaron por votar por opciones que no fueran el partido
mayoritario, independientemente de que estos sectores hayan apoyado
abrumadoramente al MAS-IPSP en la elección nacional meses antes. Por
otro lado, más allá de que la competencia entre el MAS-IPSP y el MSM en
el municipio de La Paz haya estado altamente influenciada por la ruptura
de la alianza nacional de ambas fuerzas, la victoria del MSM se explica
sobre todo por la percepción mayoritaria en la ciudadanía paceña de la
necesaria continuidad de una gestión municipal exitosa.
Este nivel de autonomía, como mencionamos antes, es relativo, y por
ende muchos sectores en ambas ciudades le dieron su apoyo al MAS-IPSP
La reconfiguración del Estado en Bolivia 107

en función de su proyecto nacional, lo cual explica la victoria de este


partido en El Alto y el hecho de haber obtenido una importante votación
en La Paz.
Quinto, incluso dentro de esta articulación se detectaba tensiones entre
sectores corporativos y el partido de Gobierno, dado que estos últimos
percibían una intromisión de los líderes del MAS-IPSP en el Poder
Ejecutivo, en la elección de candidaturas y, por ende, en la autonomía de
estas organizaciones. Roberto de la Cruz, importante líder de la COR en
las Jornadas de Octubre de 2003, fue invitado por el MAS-IPSP para ser
asambleísta departamental y ganó. Sin embargo, en 2011 expresaba:

lo que veo en el Movimiento al Socialismo [es que] funciona una disciplina


política que está bajada desde arriba hacia abajo dentro de la casa, pero fuera
de la casa se maneja un [discurso] de abajo hacia arriba; primero las bases,
el pueblo y se gobierna escuchando al pueblo, pero en realidad es lo con-
trario: la palabra del Presidente, del Vicepresidente no se discute, se debe
acatar, así sean mal dadas, así se equivoquen (Bonifaz Moreno, 2012: 431).

Esta frase nos ayuda a entender otra faceta de la tensión entre la autono-
mía relativa de los sistemas políticos subnacionales y el sistema político
nacional. Esta tensión se da dentro de las organizaciones políticas, en este
caso, dentro del MAS-IPSP, que es particularmente susceptible a tensiones
internas entre la cúpula nacional del partido, concentrada en el Poder
Ejecutivo, y los sectores funcionales y territoriales que la componen en
cada departamento. Cuando estas tensiones llegan a extremos, como en
el caso de los sectores disidentes indígenas y campesinos en el departa-
mento, éstos se alían con otras fuerzas políticas o crean las suyas propias.
Cuando estos sectores tienen presencia orgánica en territorios municipales
o provinciales, han competido, en muchos casos de modo exitoso, contra
el MAS-IPSP.
Por ejemplo, en 2010 el MAS-IPSP obtuvo la victoria electoral en dos
tercios del total de municipios del departamento, vale decir, en más de
68% de éstos. El MSM obtuvo victorias en casi 10% de los mismos, y el
MPS, algo más de 7%. ASP y ADEPCOCA obtuvieron más de 2% de los
municipios del departamento, en tanto que otras fuerzas políticas, que
ganaron en un solo municipio, obtuvieron algo más de 10%. Una vez más,
si observamos la distribución territorial del apoyo al MAS-IPSP en los
municipios del departamento, se replica su supremacía a nivel nacional,
con más de dos tercios de municipios ganados. Sin embargo, en los par-
108 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

tidos que ganaron en las otras municipalidades se observa la emergencia


de un sistema de organizaciones políticas diferente de la configuración de
fuerzas a nivel nacional. El MSM y el MPS se muestran como fuerzas que
compiten con el partido de Gobierno en varios municipios del país, mien-
tras que fuerzas eminentemente locales compiten con el partido de
Gobierno dentro de varios municipios. Muchas de estas fuerzas, como
ADEPCOCA, son organizaciones sociales corporativas estructuradas terri-
torialmente, que formaron agrupaciones ciudadanas con el objeto de
acceder al poder local.
Una vez más, este dato comprueba la emergencia de tensiones internas
en la coalición hegemónica por la búsqueda de sectores sociales asenta-
dos territorialmente, de representación y poder en los espacios municipa-
les autónomos. Esto en el contexto de una muy limitada participación de
UN —el único partido de oposición nacional— en 2010, que compitió con
el MAS-IPSP dentro del departamento, lo que lo coloca como una fuerza
con poca presencia territorial, aunque con una expectante presencia
poblacional en la región metropolitana.

GRÁFICO 8. PORCENTAJE DE MUNICIPIOS GANADORES EN EL DEPARTAMENTO, 2010

70

60

50

40

30

20

10

0
MAS-IPSP MSM MPS ASP FPV ADEPCOCA OTROS
Fuente: elaboración propia en base a datos del TSE.

Sexto, si analizamos de modo agregado los resultados de las elecciones de


asambleístas departamentales por territorio, quedan confirmados dos extre-
mos. En primer lugar, que el MAS-IPSP concentra su apoyo departamental
La reconfiguración del Estado en Bolivia 109

en el área rural, habiendo ganado en 18 de las 19 provincias en las que la


mayoría de la población es rural, y habiendo ganado también en la urbana
provincia Murillo. Sin embargo, si analizamos qué fuerzas políticas queda-
ron en segundo lugar en las elecciones por población en las provincias,
observamos que se replica la dinámica local que coloca al MSM como
segunda fuerza en el área rural de La Paz y al MPS en tercer lugar, a dife-
rencia de lo que ocurría a nivel agregado, donde UN es la tercera fuerza
del departamento. Este extremo nos habla de que existen dos tendencias
distintas que tienen lugar de modo paralelo en el ámbito territorial y en el
ámbito poblacional. Esto, a su vez, se relaciona con la ya mencionada
sobrerrepresentación de lo territorial/rural por sobre lo poblacional/urbano
que promueve el sistema electoral en el departamento.

GRÁFICO 9. LA COMPETENCIA ELECTORAL EN LAS PROVINCIAS, 2010

20

15

10

0
MAS-IPSP MSM MPS ASP UN
Provincias ganadas Provincias en las que ese obtuvo el 2do lugar
Fuente: elaboración propia en base a datos del TSE.

La sobrerrepresentación rural se cristaliza, como ya mencionamos antes,


en la conformación de la Asamblea Legislativa Departamental, que se ase-
meja a la composición de la ALP, con dos tercios de asambleístas del MAS-
IPSP. Sin embargo, esto es resultado de 47% de los votos por población,
mientras que los dos tercios del partido de Gobierno en la ALP resultan
de 64% de los votos para Presidente y Vicepresidente.
110 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

GRÁFICO 10 COMPOSICIÓN DE LOS ÓRGANOS LEGISLATIVOS POR NIVEL TERRITORIAL, 2010

Número de representantes (ALP) 2009 Número de representantes (ADPL) 2010

2/3 2/3

MAS-IPSP PPB-CN UN AS MAS-IPSP MSM UN MPS Ind.

Número de concejales (LPZ) 2010 Número de concejales (EA) 2010

1
3

5 5
5
3

MAS-IPSP MSM UN MAS-IPSP MSM UN

Fuente: elaboración propia en base a datos del TSE.

En séptimo lugar, si analizamos la composición de la ALP, de la


Asamblea Departamental de La Paz y los de concejos municipales de La
Paz y El Alto, podemos entender cómo se cristalizan las dinámicas electo-
rales antes descritas en el sistema formal de representación. Como ya
analizamos, existe un nivel importante de simetría en la composición de
la ALP y de la ALDLP. En ambos casos nos referimos a la existencia de un
partido predominante que concentra dos tercios de la representación. Al
frente encontramos una oposición fragmentada y, por supuesto, minorita-
ria, compuesta por cuatro organizaciones políticas en ambos casos, dentro
de la cual UN se mantiene presente como fuerza consolidada. Hasta aquí
las similitudes entre ambos sistemas.
Las diferencias son tanto cualitativas como cuantitativas. A nivel cuali-
tativo podemos observar que la oposición fragmentada está compuesta
La reconfiguración del Estado en Bolivia 111

por distintos actores en ambos sistemas. Excepto por la persistencia de UN


en ambos sistemas, la ALP cuenta con otros actores. Uno de éstos repre-
senta una alianza entre sectores urbanos y rurales disidentes de la alianza
que obtiene la victoria en 2009 (léase el MSM y su alianza con sectores
kataristas). El otro es la aglutinación de distintos sectores indígenas y rura-
les disidentes que componen el MPS. Por último, existe una bancada
importante de representantes indígena originario campesinos que repre-
senta a estos pueblos y naciones minoritarias en el departamento de modo
directo y sin mediación partidaria. En la ALP, al contrario, los representan-
tes indígena originario campesinos son electos a la ALP pasando primero
por el filtro de la mediación partidaria.
A nivel cuantitativo, cabe mencionar la diferencia reside en el hecho de
que el MAS-IPSP obtiene los dos tercios de la ALP con 64% de los votos,
mientras que obtiene el mismo porcentaje de representantes en la ADLP
con menos del 50% de los votos. Como mencionamos antes, la diferencia
se explica por el diseño electoral departamental que privilegia lo territo-
rial/rural por sobre lo poblacional/urbano. La correa de transmisión de la
influencia de la ALP sobre la ADLP fue la Ley Transitoria Electoral, meca-
nismo que en gran medida explica la parcial simetría en la composición
de ambas entidades representativas.
Sin embargo, tanto las diferencias cuantitativas como cualitativas antes
mencionadas nos hablan de un parcial desacople en las dinámicas electo-
rales de ambos espacios, lo cual da a entender que existe ya de inicio una
autonomía parcial del sistema político departamental respecto al sistema
nacional.
El nivel de autonomía de los sistemas políticos municipales de La Paz
y El Alto es incluso mayor si observamos la composición de sus concejos
municipales. En el Concejo de La Paz el sistema se muestra polarizado
entre el MAS-IPSP y el MSM, con UN presente como un partido dirimidor
de la mayoría. En El Alto, si bien el MAS-IPSP ganó la primera mayoría y
un poco menos de la mitad del Concejo, esto se da en el contexto de una
representación mayoritaria agregada de los dos partidos opositores. La
diferencia en la configuración de estos entes deliberativos con la configu-
ración de la ALP y la ADLP, así como las diferencias entre sí, nos hablan
de un mucho mayor nivel de autonomía de estos sistemas políticos muni-
cipales. Dicha autonomía, por último, se explica tanto por el hecho de que
estos espacios políticos tienen más de 15 años de autonomía política,
tiempo suficiente para la maduración de su respectiva ciudadanía urbana
y para el crecimiento de una identidad política diferenciada sobre las
112 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

dinámicas políticas eminentemente locales. El diseño electoral, que se


arrastraba desde la LPP, también tiene su efecto al explicar la diferencia,
dado que se basa en la representación proporcional que privilegia lo
poblacional por sobre lo territorial.
En las elecciones subnacionales de 2010 los clivajes urbano-rural,
indígena-no indígena e intrametroplitano fueron procesados por las insti-
tuciones electorales formales y las instituciones informales expresadas en
los conflictos y consensos corporativos y su relación con la estructura
interna de las organizaciones políticas. La interacción entre ambas esferas
cristalizó sistemas políticos relativamente autónomos del sistema político
nacional, tanto en la política departamental como en la municipal en La
Paz. De estos dos niveles, el sistema político departamental se mostró
menos autónomo que los sistemas municipales; sin embargo, denota
importantes señales de diferenciación estructural.
En el ámbito de la institucionalidad informal, se detecta un primer nivel
de tensión entre el nivel nacional y el departamental y los sistemas muni-
cipales urbanos, dentro de la coalición que conforma al MAS-IPSP. Ya en
2012 notábamos que el MAS-IPSP afrontaba el reto de responder a las
tensiones que generaban presiones desde arriba y desde abajo. Desde
arriba el partido, entendido como partido de Gobierno, presiona por ali-
near los proyectos subnacionales a la agenda del núcleo dirigente del
Poder Ejecutivo. Desde abajo, por otro lado, el partido enfrentaba presio-
nes territoriales y funcionales de sectores campesinos e indígenas por
acceder a espacios de representación local, ejerciendo un nivel importan-
te de autonomía organizativa, en espacios que son institucionalmente
autónomos, léase municipios, gobernación y autonomías indígenas
(Bonifaz Moreno, 2012).
Estas tensiones llevaron a rupturas en varios casos. Las rupturas con
ciertos sectores kataristas y con el MSM dieron lugar a la emergencia de
una coalición entre sectores urbanos e indígenas capaz de competir con
el MAS-IPSP en varios municipios y provincias del departamento, donde
se constituye en la segunda fuerza. La ruptura con un segundo bloque de
sectores campesinos e indígenas da lugar a la emergencia de otra fuerza,
el MPS, que se consolida como tercera fuerza a nivel rural y cuarta a nivel
departamental. Por ende, la apertura de un espacio político autónomo a
nivel departamental y la consolidación de la autonomía municipal han
generado un impulso para la emergencia de un sistema político autónomo
en La Paz. En un primer momento, este incentivo institucional ha genera-
do tensiones internas dentro de la coalición del partido predominante a
La reconfiguración del Estado en Bolivia 113

nivel nacional. Estas tensiones han generado rupturas que después se


reflejaron en la política electoral formal, dando lugar a la conformación de
un sistema de representación relativamente autónomo en el departamento
y a sistemas con un alto grado de autonomía relativa en los municipios.
¿Cómo se han desenvuelto estas dinámicas en las elecciones subnacio-
nales de 2015?

GRÁFICO 11. DESEMPEÑO EN LAS ELECCIONES NACIONALES DE 2014 (BOLIVIA VERSUS LA PAZ) EN PORCENTAJE

80

70 La Paz
Bolivia
60

50

40

30
Bolivia
20 La Paz
Bolivia La Paz
10

0
MAS-IPSP UD PDC
Fuente: elaboración propia en base a datos del TSE.

En las elecciones nacionales de 2014 el MAS-IPSP obtuvo un nuevo triun-


fo importante, aunque con un porcentaje de votos inferior al de 2009: 61%
en el ámbito nacional y casi 69% en La Paz, frente a cerca a 80% que
obtuvo en el departamento. Por otro lado, una vez más la oposición se
mostró fragmentada entre una alianza entre UN y el partido DEMÓCRATAS,
que capturó mucho apoyo en los departamentos surorientales. Esta coali-
ción, denominada Unidad Demócrata (UD) obtuvo algo más del 24% de
la votación nacional, dos puntos menos que los obtenidos por PPB-CN en
2009. En esta ocasión, el tercer partido que intervino fue el PDC, que,
encabezado por el ex Presidente Jorge Tuto Quiroga, obtuvo un sorpresi-
vo 9% de la votación nacional. El PDC obtuvo los votos de clases medias
y altas urbanas, con importante presencia en el oriente del país y en la
ciudad de Sucre.
En el departamento de La Paz, UD obtuvo casi 15% de la votación, mien-
tras que el PDC obtuvo casi 8%, lo cual los pone un poco por encima del
114 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

desempeño electoral agregado de la oposición en 2009. Estas variaciones se


explican porque en ambos extremos ha habido un esfuerzo consciente por
tener un desempeño electoral más equilibrado en lo territorial. El MAS-IPSP
hizo un gran esfuerzo de campaña por acercarse a los sectores de clases
medias y para ganar Santa Cruz, que considera un eje fundamental para su
agenda de desarrollo hacia el año 2025, denominada Agenda Patriótica. En
ese sentido, el Presidente defendió públicamente ante los movimientos
sociales “el conocimiento de los profesionales, así como la candidatura de
Carlos Romero a primer senador por Santa Cruz” (entrevista con Manuel
Canelas, diputado por La Paz, en 2015). Además, Carlos Romero fue un
operador político fundamental para acercar al MAS-IPSP y, en mayor medi-
da, al Ejecutivo, a sectores de la élite económica de Santa Cruz. Por su parte,
al aliarse DEMÓCRATAS con UN, garantizaban una presencia más equilibra-
da de la oposición en el país, dado que los primeros tienen importante
apoyo en los departamentos surorientales, y como mencionamos antes, UN
tuvo una presencia expectante en el occidente.
En suma, existen similitudes y diferencias entre las elecciones naciona-
les de 2009 y 2015. La principal similitud es la existencia en el país de un
partido predominante —una fuerza hegemónica con presencia en todo el
territorio nacional— y una oposición minoritaria y fragmentada. Las prin-
cipales diferencias se refieren a que, en términos de identidad, la oposi-
ción es distinta, vale decir, está conformada por otras fuerzas políticas y
alianzas, por lo que debemos sumar al análisis el dato de que la oposición
nacional es volátil. Por último, tanto el Gobierno como la oposición mues-
tran una distribución territorial un poco más equilibrada de su votación,
lo cual ha repercutido en su desempeño en el departamento de La Paz,
donde el MAS-IPSP pierde 11 puntos porcentuales de apoyo y la oposi-
ción, aumenta alrededor de 6.
En marzo de 2015 se llevan adelante elecciones subnacionales. Los
resultados en el departamento de La Paz se muestran en el gráfico 12.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 115

GRÁFICO 12. DESEMPEÑO ELECTORAL DE LAS FUERZAS POLÍTICAS DE DEPARTAMENTO DE LA PAZ, 2015

60 LPZ
EA
GOB
50

40 LPZ

GOB EA
30

20

10 GOB
EA GOB GOB
LPZ LPZ EA GOB LPZ EA GOB LPZ EA LPZ EA
0
MAS-IPSP SOL.bo UN MPS ASP MNR FPV
Fuente: elaboración propia en base a datos del TSE.

En segundo lugar, hay enormes cambios en los resultados de estas elec-


ciones subnacionales respecto a las elecciones de 2010. Varios datos saltan
a la vista al analizar los resultados de estas elecciones. Una vez más se
constata la mayor complejidad del sistema político departamental, en el
cual se detecta la presencia de siete fuerzas políticas, aunque solo cuatro
tienen relevancia en la elección departamental, y la importancia de las
fuerzas minoritarias en las elecciones en municipios rurales se incrementa
bastante. Sin embargo, lo más llamativo de estos datos es el hecho de que
el MAS-IPSP pierde las elecciones para gobernador, así como la Alcaldía
de El Alto, y nuevamente la Alcaldía de La Paz, esta vez a manos de una
nueva agrupación ciudadana denominada Sol.bo. Si la votación departa-
mental del MAS-IPSP se había reducido en un 33% entre las elecciones
nacionales de 2009 y las elecciones subnacionales de 2010, la disminución
porcentual fue de casi 38% entre las elecciones nacionales de 2014 y las
subnacionales de 2015.
El MSM, dado su importante desempeño electoral en las elecciones
municipales de 2010, decidió participar solo en las elecciones nacionales
de 2014; obtivo un resultado muy pobre y terminó perdiendo la sigla.
Sol.bo nace alrededor de la figura del alcalde paceño, Luis Revilla, quien
pertenecía al MSM pero que, ante la pérdida de la sigla de este partido,
se ve en la necesidad de articular una agrupación ciudadana en pocos
meses. En la encrucijada de garantizar su gestión aliándose con el MAS-
IPSP o con UD, Revilla opta por una tercera opción más arriesgada: ir
116 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

solo. Revilla consideraba que “la ciudadanía paceña aprobaba su trabajo


y gestión” (entrevista con Oscar Sogliano en 2015).
La estrategia del MAS-IPSP era alinear a la mayor cantidad posible de
municipios detrás de la Agenda Patriótica. Confiando una vez más que la
gestión nacional exitosa del Ejecutivo y la figura de Evo Morales acompa-
ñando a los candidatos subnacionales del partido garantizarían su victoria,
el partido de Gobierno estructuró una campaña nacional que pretendía
influir decisivamente en los sistemas políticos subnacionales. Sin embargo,
la estrategia probó ser errada, por lo menos en la zona metropolitana de
La Paz, y en la Gobernación Sol.bo obtuvo 58% de la votación en La Paz
y el MAS-IPSP solo 39%. UN no se presentó en el municipio paceño debi-
do a problemas procedimentales con su inscripción, aunque más adelante
su jefe nacional afirmó que no insistieron en la presentación de otro can-
didato para garantizar un voto sólido que le haga contrapeso a la fuerza
del MAS-IPSP.
De modo similar a lo ocurrido cuatro años atrás, los sectores urbanos
de La Paz, esta vez detrás de Sol.bo, se aliaron con sectores indianistas
disidentes, encabezados esta vez por Felix Patzi, exministro de Educación
del MAS-IPSP, y su agrupación ciudadana Tercer Sistema. En esta ocasión
la alianza probó ser mucho más exitosa, ya que Patzi ganó la Gobernación
con 50% de los votos, sacándole una cómoda diferencia de casi 20% a
Felipa Huanca, candidata del MAS-IPSP. UN obtuvo 85% de la votación
departamental
En las elecciones municipales de El Alto los principales contendores
fueron una vez más Soledad Chapetón, de UN, y Edgar Patana, el alcalde
que había ganado las elecciones en 2010 representando al MAS-IPSP. En
esta ocasión los resultados fueron completamente opuestos, dado que UN
obtuvo más de 54% de los votos en El Alto, mientras que Patana obtuvo
un 32%. Por su parte, Sol.bo obtuvo 6%, lo cual lo posiciona como terce-
ra fuerza en El Alto.
Ya habíamos planteado —al analizar los resultados electorales en El
Alto en 2010— que años de mala gestión del MAS-IPSP habían desgastado
al partido dentro de la ciudad, empujando a que importantes sectores no
articulados orgánicamente a la FEJUVE o la COR se alejaran del MAS-IPSP
porque entendían que la gestión de El Alto, como espacio municipal dis-
tinto y autónomo, requería de liderazgos renovados. La FEJUVE y la COR
se consolidaron como intermediarios o representantes legítimos de las
demandas de El Alto durante la crisis estatal. Esto les garantizó acceso
privilegiado a las estructuras corporativas dentro del MAS-IPSP. Edgar
La reconfiguración del Estado en Bolivia 117

Patana fue en algún momento el máximo dirigente de la FEJUVE; sin


embargo, tal parece que tras años de estar ligada al municipio de modo
corporativo, la articulación MAS-IPSP/FEJUVE/COR fue vista como una
estructura de poder que se alejaba de la población, vinculada a demás a
denuncias de corrupción, y perdió legitimidad.
Según Rolando Mamani:

El voto por Sole[dad Chapetón] no es orgánico, es un voto antiestructura


de poder. La campaña de UN no fue buena en El Alto, pero ganó porque
obtuvo el apoyo de estas redes sociales antiestructura de poder, y mucho
voto joven. Existe un voto de sectores más empresariales, de los migrantes
más antiguos (por ejemplo, Ciudad Satélite y Villa Adela) que fueron del
MIR y que ahora votan por UN (entrevista en 2015).

La cúpula nacional del MAS-IPSP —más concretamente el propio


Presidente Morales— se dio cuenta de que la candidatura de Patana no
iba por buen camino y trató de convencerlo de que renuncie a la misma,
pero los propios dirigentes de las mencionadas organizaciones sociales se
impusieron a la voluntad del Presidente y mantuvieron a Patana como
candidato (entrevista con Manuel Canelas en 2015). Más aún, en un último
intento por salvar la candidatura de Patana, el propio Presidente expresó
que era inimaginable para el MAS-IPSP perder El Alto y que, de perderlo,
estaba en riesgo el proceso de cambio como tal. Ni siquiera esta clara
intención de alinear la dinámica de poder de El Alto a la dinámica nacio-
nal resultó exitosa, lo que muestra, una vez más, el alto nivel de autono-
mía de los sistemas políticos municipales en La Paz con respecto al nivel
nacional. Mamani corrobora este análisis cuando afirma que:

El Alto en general está subido a la ola del MAS. No hay fuerza política que
pueda pelearle el liderazgo al MAS a nivel nacional, y esto queda eviden-
ciado también en El Alto. Ante la ausencia de fuerzas rivales, la influencia
del MAS ha sido abrumadora en las elecciones nacionales, aunque decreció
un poco. Sin embargo, en la política local sí se ha expresado un descon-
tento abierto contra el MAS. Esto porque la política local toca a la gente en
su día a día. Esta gente busca gestión pero también acceso a beneficios
clientelares (entrevista en 2015).

De modo similar a la victoria del MSM en La Paz en 2010, la victoria de


Sol.bo se explica por una demanda ciudadana de continuidad de una
118 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

gestión municipal que había resuelto problemas urbanos durante casi 15


años. Sol.bo gana porque capitaliza la buena gestión de Luis Revilla y por-
que logra posicionar la idea de que la estabilidad institucional estaría en
riesgo si ganaba el MAS-IPSP. En síntesis, tanto La Paz como El Alto, al tener
una historia de 20 años de autonomía municipal plena, se habían consoli-
dado ya como sistemas políticos con un alto grado de diferenciación de la
dinámica política nacional, incluso ante intentos abiertos y explícitos del
Ejecutivo nacional de cambiar el balance de fuerzas en estos espacios.
Tercero, si en 2010 nos llamaba la atención el desempeño del MPS, que
obtuvo un 6,3% de la votación departamental, en 2015 su votación se reduce
a algo más de 4%. Sin embargo, otra fuerza con presencia rural importante,
el Frente para la Victoria (FPV) aparece peleando estos espacios de votación
rural, obteniendo algo más de 3%. Menos influencia tiene en el voto agrega-
do la Alianza Social Patriótica (ASP), con algo más de 2% de los votos para
su candidato a gobernador, el excandidato a diputado por el MAS-IPSP Julio
Tito, pero al ganar la elección por territorio en la provincia de Caranavi, logra
colocar a un representante en la ADLP. Estos resultados refuerzan la idea de
que la dinámica de fuerzas a nivel rural se mueve en ritmos distintos que los
de la dinámica urbana. En esta ocasión, sin embargo, deberíamos sumarle al
análisis el aditamento de que las fuerzas alternativas al MAS-IPSP en el área
rural se van fragmentando progresivamente.
Si para las elecciones de 2010 hicimos el ejercicio por el que explicába-
mos que lo que perdió el MAS-IPSP entre las elecciones nacionales y las
subnacionales en La Paz lo ganaban fuerzas que se habían separado de la
coalición nacional hegemónica (MSM y MPS), y que lo que perdía PPB-CN
lo ganaba UN, ese ejercicio no se podría hacer en 2015. Si infiriéramos que
la votación obtenida en el departamento por UN en las elecciones departa-
mentales debería ser una transferencia de lo obtenido por UD y el PDC en
el departamento en las elecciones nacionales, UN debería haber obtenido un
22% de votación, pero solo obtuvo 8%. Esto nos lleva a concluir que parte
de esos votos opositores (14%) fueron transferidos a Sol.bo. Por otro lado,
tampoco podemos explicar la votación de Sol.bo solo transfiriéndole lo que
ha perdido el MAS-IPSP entre elección y elección (39%), pues obtuvo 50%.
Por ende, Sol.bo ha recibido votos tanto de uno como de otro lado, lo que
lo sitúa como una fuerza difícil de descifrar en el espectro ideológico.
Este hecho es corroborado por Oscar Sogliano cuando nos plantea que:

Sol.bo carece todavía de ideología clara. No crece de modo natural, como


otros partidos, para responder a vacíos de legalidad y legitimidad. En reali-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 119

dad, nace al calor de una pugna electoral para darle un equilibrio a la ciudad
de La Paz. Si bien es una organización de izquierda, su ideología no ha sido
debatida a fondo. Se perfila, sin embargo, como una izquierda programática,
más progresista, democrática y pluralista, en la que se aseguren equilibrios
entre Estado y mercado, en base a reglas claras (entrevista en 2015).

Probablemente esta haya sido su mayor fortaleza en el momento de la


contienda electoral, pero puede ser su mayor debilidad a la hora de cons-
truir una organización política más estable. Y es que los dos troncos de su
base social —sectores urbanos que van de lo popular a las clases medias
y altas, y sectores rurales indígenas— tienen distintas demandas y visiones
de desarrollo que tendrán que ser compatibilizadas en una visión de país
si la alianza pretende sostenerse en el tiempo y saltar a la arena nacional.
Sogliano también planteaba que tanto cuando el MSM se alió con sectores
kataristas en 2010, como en esta alianza con el Tercer Sistema, dichas
alianzas fueron:

[…] netamente coyunturales y electoralistas. Existe descontento en varios


sectores sociales que eran afines al MAS, que ha tratado de cooptarlos. Pero
a su vez, los cambios que ha promovido el propio MAS los empoderó, y
por eso han roto con el partido. La lógica del centralismo democrático que
trata de ejercer el MAS no condice con un contexto en el que las comuni-
dades estén empoderadas (entrevista en 2015).

De cualquier modo, ya no se puede inferir —como en 2010— que hay un


mecánico desmembramiento de sectores corporativos dentro del MAS-
IPSP que pugnan por copar espacios políticos subnacionales autónomos
y se alían de modo estratégico, al frente de una fuerza urbana de centro-
derecha, UN, que captura en elecciones nacionales la votación que obtie-
nen las fuerzas políticas opositoras en el departamento. Se pueden perfi-
lar, por lo menos electoralmente, alianzas que tratan de tender puentes
entre ambos extremos, lo cual nos vuelve a hablar de una progresiva
autonomización del sistema político del departamento.
Cuarto, si en 2010 no podíamos explicar el exitoso desempeño de UN
en El Alto como explicamos su votación departamental —dado que supe-
ra con creces la votación que obtuvieron las fuerzas de oposición en la
elección nacional en ese municipio—, menos podríamos explicar su vic-
toria en 2015 bajo esa lógica. El monopolio del proceso de cambio en El
Alto parece haberse escapado del control de la estructura FEUVE/COR/
120 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

MAS-IPSP/Alcaldía. Es más, la candidata de Sol.bo en El Alto, Fanny Nina,


obtuvo en realidad casi 6% de los votos con base en una campaña que
pregonaba recuperar la agenda de octubre (Rolando Mamani, entrevista
en 2015). Lo que vemos en la dinámica política municipal de El Alto es,
entonces, mucha fluidez y cambio, tanto en lo ideológico como en la
agenda municipal del desarrollo, a ritmos y en proporciones que distan
cada vez más de lo que sucede a nivel nacional, sin estar del todo desco-
nectada de dicha dinámica.
Algo similar sucede en La Paz. Si el MSM no concebía su viabilidad
política sin el discurso de recuperar el proceso de cambio, y mostraba su
pugna con el MAS-IPSP como una pugna dentro de la coalición indígena
popular, Sol.bo no ha necesitado enfrascarse en debates dentro del dis-
curso que es hegemónico a nivel nacional para posicionarse como una
mayoría en la ciudad de La Paz. Si hablamos de su aliado, Félix Patzi, el
sí ha instrumentalizado la necesidad de avanzar en algo mejor (su Tercer
Sistema) que lo que ha propuesto el MAS-IPSP a nivel nacional. Patzi
también ha planteado expresamente que su gestión como gobernador es
un paso previo a lanzarse como contendor de Evo Morales a la
Presidencia del Estado. Sin embargo, este sería un siguiente paso y no
se inscribiría en la lógica de un sistema político departamental condicio-
nado por el sistema nacional, sino todo lo contrario: estaríamos hablan-
do de un futuro en el que la política nacional sea reconfigurada desde
lo departamental, como en algún momento sucedió con el impacto de
la política local en la nacional.
Quinto, habíamos analizado que el MAS-IPSP, por su estructura, era
susceptible a tensiones internas entre la cúpula nacional del partido, con-
centrada en el Poder Ejecutivo, y los sectores funcionales y territoriales
que la componen en cada departamento. Habíamos planteado también
que estas tensiones explicaban en parte la emergencia de fuerzas políticas
disidentes que han competido con relativo éxito en el departamento. Tal
parece que esta tendencia se ha recrudecido de modo importante. La
asambleísta Fabiola Almanza nos planteaba que:

Existen problemas de la organización interna del MAS que también han


influido. En La Paz, por ejemplo, una entidad muy importante en la estruc-
tura del partido es la CODECAM (Consejo Departamental para el Cambio,
brazo departamental de la CONALCAM). Ellos decidían muchas candidatu-
ras en La Paz, sin embargo no tienen una presencia muy organizada en las
ciudades. El MAS como partido ha tratado de influir en la elección de
La reconfiguración del Estado en Bolivia 121

candidatos pero en muchas ocasiones no ha podido. Existe un desequili-


brio interno en el MAS. Las organizaciones sociales jalan para su lado y no
hacia la estructura del MAS. La tensión se genera entre la estructura políti-
ca/orgánica del MAS y su estructura sindical/orgánica (entrevista en 2015).

Este extremo queda corroborado al analizar la difusión territorial de la


influencia del partido. En 2010 el MAS-IPSP obtuvo la victoria electoral en
68% del total de municipios del departamento. En 2015, si bien el MAS-
IPSP ganó en dos tercios de los municipios a nivel nacional, solo ganó las
elecciones municipales en algo más de 56% de los municipios paceños.
En 2010 el MSM era el segundo partido en el departamento respecto a
municipios ganados. Sin embargo, después de su aparición nos encontra-
mos con otra fuerza, el MPS, que se ha constituido en el segundo partido
en presencia territorial en el departamento, habiendo ganado algo más de
17% de los municipios del departamento. ASP también ha subido su pre-
sencia territorial al haber pasado de tener bajo su control a 2% de los
municipios paceños en 2010 a tener 8% de los mismos en 2015. Sol.bo
muestra una debilidad en su capacidad de llegada a los municipios rura-
les, ya que solo tiene 4,5% de los municipios del departamento. Otra
fuerza que crece en difusión territorial es el FPV, que actualmente contro-
la 3,4% de los municipios paceños. UN confirma su carácter eminentemen-
te urbano al constatar que solo cuenta con 2% de los municipios del
departamento. Por último, otras fuerzas que han ganado en un solo muni-
cipio suman un total de 8% de los municipios paceños bajo su control.

GRÁFICO 13. PORCENTAJE DE MUNICIPIOS GANADOS EN EL DEPARTAMENTO, 2015

60

50

40

30

20

10

0
MAS-IPSP SOL.bo MPS ASP FPV UN OTROS
Fuente: elaboración propia en base a datos del TSE.
122 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

Si para 2010 se detectaba la emergencia de tensiones internas en la coali-


ción hegemónica por la búsqueda de sectores sociales asentados territo-
rialmente, de representación y poder en los espacios municipales autóno-
mos, para 2015 esta tendencia parece haberse fortalecido y empieza a
tomar una dinámica propia menos dependiente de la relación orgánica
con el MAS-IPSP. El crecimiento en la difusión territorial de fuerzas de
presencia rural, como el MPS, el ASP y el FPV, nos habla ya de proyectos
políticos que pretenden competir con el MAS-IPSP en la política municipal
del área rural de La Paz y menos de desprendimientos orgánicos del
mismo. Por último, se refuerza la tendencia a la dualidad existente entre
partidos que sustentan su fuerza municipal en los municipios urbanos
(UN) y otras fuerzas que sustentan su fuerza municipal en municipios
rurales (el resto). La única fuerza capaz de equilibrar su presencia en áreas
urbanas y rurales sería el MAS-IPSP, aunque su fuerza urbana se ha visto
disminuida en el departamento entre 2010 y 2015. Los resultados obteni-
dos por Sol.bo en los municipios rurales nos harían pensar que es una
fuerza de raigambre urbana, pero, más allá de los municipios, Sol.bo se
ha consolidado como la segunda fuerza departamental en votación por
territorio, como veremos después. Esto nos habla una vez más de las dis-
tintas dinámicas que se dan entre la red de sistemas políticos municipales
y la política del departamento.
Sexto, en las elecciones de asambleístas departamentales por territorio
de 2010 el análisis arrojaba que el MAS-IPSP concentraba su apoyo depar-
tamental en el área rural, habiendo ganado en 18 de las 19 provincias en
las que la mayoría de la población es rural, y habiendo ganado también
en la urbana provincia Murillo, lo cual la confirmaba como única fuerza
con capacidad de presencia equilibrada en el departamento. Al analizar
las fuerzas que quedaron en segundo lugar en las elecciones por pobla-
ción en las provincias, el MSM se consolidaba como segunda fuerza en el
área rural de La Paz, y el MPS como tercera, a diferencia de lo que ocurría
a nivel agregado, donde UN es la tercera fuerza del departamento. En
2015 el MAS-IPSP se mantiene como primera fuerza en las provincias rura-
les, habiendo ganado en17 de las 19 provincias rurales del departamento.
Las restantes dos fueron ganadas por Sol.bo y ASP, respectivamente. A
diferencia de 2010, sin embargo, en 2015 el MAS-IPSP perdió la provincia
Murillo, donde se concentra 90% de la población urbana de La Paz, obte-
niendo casi 32% de los votos.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 123

GRÁFICO 14. LA COMPETENCIA ELECTORAL EN LAS PROVINCIAS, 2015

18

16

14

12

10

0
MAS-IPSP SOL.bo MPS ASP FPV UN
Provincias ganadas Provincias en las que ese obtuvo el 2do lugar

Fuente: elaboración propia en base a datos del TSE.

Sol.bo obtuvo el segundo lugar en 9 de las 19 provincias rurales, el MPS


en 4, y UN, FPV y ASP obtuvieron cada uno el segundo lugar en una
provincia.
Este extremo nos confirma el hecho de que existen tendencias distintas
que tienen lugar de modo paralelo en el ámbito territorial y en el ámbito
poblacional. Como mencionamos antes, más allá de la reducción de la
votación obtenida por el MAS-IPSP en el área urbana, sigue siendo la
única fuerza consolidada con equilibrio entre lo urbano y lo rural en el
departamento. Al analizar los resultados de Sol.bo, podemos inferir que
tiene capacidad para consolidar un equilibrio en el departamento, pero no
debemos olvidar que por el momento es una alianza coyuntural entre
sectores urbanos e indígenas/rurales sin articulación orgánica. De cual-
quier forma, esta dualidad entre política urbana y rural sigue estando
condicionada por la ya mencionada sobrerrepresentación de lo territorial/
rural por sobre lo poblacional/urbano que promueve el sistema electoral
en el departamento.
124 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

GRÁFICO 15 COMPOSICIÓN DE LOS ÓRGANOS LEGISLATIVOS POR NIVEL TERRITORIAL, 2015

Número de representantes (ALP) 2014 Número de representantes (ADPL) 2015

2/3 Mayoria

MAS-IPSP UD PDC MAS-IPSP SOL.bo UN ASP Ind.

Número de concejales (LPZ) 2015 Número de concejales (EA) 2015

4 4
6

7
1

SOL.bo MAS-IPSP MAS-IPSP SOL.bo UN


Fuente: elaboración propia en base a datos del TSE.

En séptimo lugar, al analizar la composición de la ALP y de la ALD de La


Paz en 2010, encontrábamos importantes similitudes, como la existencia
de un partido predominante que concentra dos tercios de la representa-
ción, frente a una oposición fragmentada y por supuesto minoritaria,
compuesta por cuatro organizaciones políticas en ambos casos, dentro de
la cual UN se mantenía presente como fuerza consolidada también en
ambos casos. Cuando observamos la composición de ambos espacios
representativos en 2015, detectamos que se rompe la simetría en su com-
posición. En primer lugar, el MAS-IPSP mantiene los dos tercios en la ALP,
mientras que obtiene solo una mayoría absoluta en la ALD, en un contex-
to en que perdió la elección de gobernador.
En las elecciones de 2010 se detectaba diferencias cuantitativas en ambos
niveles. La oposición fragmentada estaba compuesta por distintos actores en
ambos sistemas. Excepto por la presencia de UN en ambos sistemas, la ALP
contaba con distintos actores que los de la ALDLP. En 2015 esta tendencia
La reconfiguración del Estado en Bolivia 125

se ha reforzado. Un dato que cabe resaltar es que los actores opositores en


la ALP en 2009 son completamente distintos a los que se consolidan en
2014, lo que denota no solo que se mantiene la fragmentación en la oposi-
ción nacional, sino que plantea que existe una alta volatilidad de la misma.
Este dato debe ser matizado al analizar que UN todavía es parte de la ALP,
como parte de la alianza denominada UD. Al igual que en la ALP, entonces,
encontramos en la ALD paceña una oposición fragmentada y volátil, ya que
la principal alianza opositora, si bien está compuesta en su base por secto-
res muy similares a los que representaban al MSM en 2010, componen
organizaciones políticas distintas, lo que nos habla de volatilidad y fragmen-
tación en las fuerzas que compiten con el MAS-IPSP en la AD. Este dato, sin
embargo, es atemperado por la presencia consolidada de UN en la ALD,
con tres asambleístas, uno más que en 2010.
En la ALDLP, uno de estos actores representaba una alianza entre sectores
urbanos y rurales disidentes de la alianza que obtiene la victoria en 2009;
hablamos de la alianza entre el MSM y sectores kataristas. El otro actor aglu-
tinaba otros sectores indígenas y rurales disidentes del MAS-IPSP que com-
ponen el MPS. En 2015, una vez más, la principal fuerza opositora está
compuesta por una alianza entre sectores urbanos e indígenas de origen
katarista; sin embargo, en esta ocasión hablamos de la alianza entre Sol.bo
y Tercer Sistema de Felix Patzi. De modo similar a la anterior elección depar-
tamental, la otra fuerza minoritaria en la oposición, ASP, tiene presencia en
el área rural. Por último, encontramos tanto en 2010 como en 2015 la pre-
sencia de la bancada IOC, con 5 representantes seleccionados directamente,
por normas y procedimientos propios, para formar parte de esta asamblea.
A nivel cuantitativo, resaltamos el hecho de que el MAS-IPSP obtuvo
los dos tercios de la ALP con 64% de los votos, mientras que obtuvo el
mismo porcentaje de representantes en la ALD de La Paz, con menos del
50% de los votos. La diferencia se explica por el diseño electoral departa-
mental que privilegia lo territorial/rural por sobre lo poblacional/urbano.
La correa de transmisión de la influencia de la ALP sobre la ALD de La Paz
fue la Ley Transitoria Electoral, mecanismo que en gran medida explica la
parcial simetría en la composición de ambas entidades representativas. En
2015, la sobrerrepresentación rural ha tenido impactos incluso mayores
que en 2010 en la conformación de la ALD. Si bien el MAS-IPSP perdió la
elección para gobernador y la elección para asambleístas por población
—en la que obtuvo algo más de 34% de los votos contra casi 46% obteni-
dos por Sol.bo—, obtuvo la mayoría en la ALD, con 25 asambleístas,
mientras que la fuerza ganadora solo consiguió 11 escaños.
126 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

Si el hecho de que el MAS-IPSP tenía dos tercios en la ALP con 61% de


los votos y dos tercios de la ALD de La Paz, habiendo ganado la elección
departamental con el 47% de la votación en 2010, la diferencia ya nos
habla de un parcial desacople en las dinámicas electorales de ambos espa-
cios, lo cual plantea el inicio una autonomía parcial del sistema político
departamental respecto del sistema nacional. El dato se reforzaba al ana-
lizar la composición de ambas asambleas, con la presencia de fuerzas
distintas a las representadas en la ALP, reflejando los particulares clivajes
y dinámicas departamentales. En las elecciones de 2015 observamos un
avance incluso mayor hacia la autonomización del sistema político depar-
tamental. La derrota del MAS-IPSP en el departamento, manteniendo eso
sí la mayoría en la ALD, y la emergencia de nuevas alianzas y fuerzas
opositoras, nos hablan tanto de la persistencia de la fragmentación y vola-
tilidad de las fuerzas políticas departamentales, como de la reconfigura-
ción de la forma en que las tensiones, clivajes y agendas departamentales
se traducen en la configuración de un sistema de representación que es
más autónomo que hace cinco años, pero que todavía no se ha
consolidado y estabilizado.
En 2010, el nivel de autonomía de los sistemas políticos municipales de
La Paz y El Alto, se mostraba mucho más consolidado que el del sistema
departamental, en 2010. Esto se constataba al analizar la composición de
sus concejos municipales. En La Paz el sistema se mostraba polarizado
entre el MAS-IPSP y el MSM, con UN presente como un partido dirimidor
de la mayoría en el concejo. En El Alto, si bien el MAS-IPSP ganó la pri-
mera mayoría y un poco menos de la mitad del Concejo, esto se daba en
el contexto de una representación mayoritaria agregada de los dos parti-
dos opositores. La diferencia en la configuración de estos entes delibera-
tivos y la configuración de la ALP y la ALD paceña, donde el MAS-IPSP
tenía mayorías aplastantes, así como las diferencias entre sí, nos plantea-
ban un nivel de autonomía mucho mayor de estos sistemas políticos muni-
cipales con respecto al sistema nacional. Este extremo se refuerza al ana-
lizar la composición de los concejos municipales de ambas ciudades en
2015. En El Alto, la contundente victoria que obtiene UN, en el contexto
de un desempeño bastante pobre a nivel del departamento, y la también
contundente victoria de Sol.bo en La Paz, además de la victoria de UN por
la gobernación en el departamento, nos hablan de dinámicas altamente
autónomas de la dinámica electoral nacional y de complejas interacciones
entre la política municipal y la departamental. Los sistemas políticos de
ambos municipios tienden a polarizarse entre la oposición conformada en
La reconfiguración del Estado en Bolivia 127

ambos casos por el MAS-IPSP y las fuerzas mayoritarias de UN y Sol.bo,


respectivamente, lo cual nos habla a su vez de las dinámicas políticas
diferenciadas en ambos municipios.
Veinte años de autonomía municipal, política, económica y administra-
tiva, y décadas de importantes cambios sociales han llevado a la madura-
ción de la ciudadanía urbana en estos espacios, y al crecimiento de una
identidad política diferenciada a la hora de orientarse a las dinámicas
sociales y políticas eminentemente locales. El diseño electoral, que se
arrastraba desde la Ley de Participación Popular, también tiene su efecto
al explicar la diferencia, dado que se basa en la representación proporcio-
nal que privilegia lo poblacional por sobre lo territorial.
En las elecciones subnacionales de 2010 los clivajes urbano/rural, indí-
gena/no indígena e intrametropolitano fueron procesados por las institu-
ciones electorales formales y las instituciones informales. Esta interacción
quedó expresada en los conflictos y consensos corporativos y su relación
con la estructura interna de las organizaciones políticas con el objeto de
que distintos sectores sociales accedan al manejo del poder local y depar-
tamental, de modo relativamente autónomo, con mayor intensidad dentro
del MAS-IPSP. La interacción entre ambas esferas cristalizó sistemas políti-
cos relativamente autónomos del sistema político nacional, tanto en la
política departamental como en la municipal en La Paz. De estos dos
niveles, el sistema político departamental se mostró menos autónomo que
los sistemas municipales; sin embargo, denota importantes señales de
diferenciación estructural.
En 2015 se detecta una más intensa interacción entre las tensiones
sociales, que adoptan una particular forma en el departamento, las
estructuras internas de las organizaciones políticas y la competencia
electoral. En un balance de las elecciones subnacionales de 2015,
Fernando García planteaba que dentro del MAS-IPSP “hay una fuerte
lucha interna por la defensa de la autonomía de las organizaciones
sociales respecto de su propia organización política y el gobierno [cen-
tral]” (2016: 7). Por otro lado, el éxito electoral de Revilla en La Paz o de
Chapetón en El Alto estaría expresando “la afirmación y defensa de
identidades ciudadanas manifestadas por la población de las principales
ciudades del país” (ob. cit.: 8).
En 2011 notábamos que el MAS-IPSP afrontaba presiones de la cúpula
del partido por alinear los proyectos subnacionales a la agenda del núcleo
dirigente del Poder Ejecutivo, y desde abajo, presiones territoriales y fun-
cionales de sectores campesinos e indígenas, por acceder a espacios de
128 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

representación local, ejerciendo un nivel importante de autonomía organi-


zativa en espacios que son, a su vez, institucionalmente autónomos (léase
municipios, gobernación y autonomías indígenas).
En 2015 estas presiones se han incrementado. La Agenda Patriótica es
un proyecto de grandes proporciones que se ha planteado el Poder
Ejecutivo, y para llevarlo a cabo en el contexto de un Estado descentrali-
zado se necesita tener la mayor cantidad de gobiernos departamentales y
municipios afines, particularmente los urbanos, donde reside la mayor
parte de la población. Es por eso que el Ejecutivo ejerció un importante
rol en las campañas subnacionales de 2015, apoyando a los candidatos
locales después de haber presionado, muchas veces sin éxito, para elegir
candidatos a municipios y gobernaciones por sobre la voluntad de los
grupos corporativos, que muchas veces se impusieron en esta pugna inter-
na solo para ser derrotados en las elecciones, como en el caso de El Alto.
El poder político del Ejecutivo no parece ser suficiente como para alinear
a los sectores sociales del partido en los espacios territoriales subnaciona-
les; por su parte, la influencia institucional de la ALP sobre el sistema
político departamental, a través de la Ley Electoral Transitoria, parece ser
insuficiente, aunque es efectiva para influir de modo decisivo en el sistema
político paceño.
Nuevas fuerzas políticas locales y departamentales han sido exitosas
en capturar a sectores corporativos disidentes del MAS-IPSP, generando
alianzas electoralmente exitosas a nivel local y departamental. Otras de
estas fuerzas se han visto lo suficientemente empoderadas como para
formar sus propios instrumentos políticos municipales, especialmente en
el área rural. Sin embargo, luego de un primer momento reactivo —en
el que estas fuerzas y alianzas tenían al MAS-IPSP como punto de refe-
rencia, como un exterior constitutivo de la fuerza que buscaba autono-
mía—, ahora observamos alianzas y fuerzas locales y departamentales
cuyo punto de referencia es el propio espacio local o departamental
autónomo y su gestión como eje aglutinador. Queda por ver si estas
fuerzas y alianzas se consolidan en su organización interna. Si esto suce-
diera, tendremos la consolidación de un sistema político subnacional en
La Paz. De cualquier forma, al comparar las elecciones subacionales de
2010 y 2015 en el departamento, podemos concluir con gran confianza
que existe y se desarrolla un sistema político subnacional con un alto
grado de autonomía en La Paz.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 129

Conclusiones

Empezamos el presente estudio preguntándonos si se perfila en Bolivia la


consolidación de sistemas políticos subnacionales, y cuáles son las
influencias mutuas entre éstos y el sistema político nacional. Más
específicamente, indagamos si se perfila la estructuración y consolidación
de un sistema político departamental/municipal en La Paz y cómo interac-
túa con el sistema político nacional.
El enfoque de este estudio es neoinstitucionalista, vale decir que con-
sideramos a las organizaciones políticas y a los sistemas políticos como
instituciones: organizaciones estructuradas en base a normas formales e
informales, que son susceptibles a legados históricos y a cambios sociales
en su contexto. En el caso boliviano, un dato fundamental a tomar en
cuenta es el rol como institucionalidad informal de sectores corporativos
altamente politizados, lo que condiciona la conformación de los balances
de poder político, especialmente después de 1952. Tomando en cuenta
este elemento, hemos tratado de responder a estas preguntas utilizando el
método comparativo de la diferencia aplicado a dos momentos históricos:
las elecciones nacionales y subnacionales en La Paz en 2009-2010 y en
2014-2015.
Al analizar los factores sociológicos que impactan en las tendencias
históricas y la conformación de los clivajes sociales, hemos detectado
que importantes cambios sociales experimentados por el país en las
últimas décadas han determinado importantes variaciones en el balance
de poder a nivel subnacional, tanto entre como dentro de los departa-
mentos. Estos cambios han impactado de modo particular al departa-
mento de La Paz que, en medio de un progresivo deterioro económico
en relación a la economía oriental, ha atestiguado un acelerado proceso
de urbanización rural-urbano, lo cual ha generado nuevas tensiones o
reavivado antiguos conflictos entre sectores indígenas y no indígenas,
entre el campo y la ciudad y entre sectores sociales de clases medias y
populares, divididos a su vez por una frontera gris entre la economía
formal e informal. Desde el año 2005 el departamento siente otro impac-
to económico, marcado por un inusitado crecimiento económico que ha
generado importantes cambios y que en cierto sentido ha uniformado
las expectativas de ascenso social y patrones de consumo en el conjun-
to de la población, especialmente la urbana.
El impacto de los cambios sociales y políticos subyace a la política
subnacional de La Paz y ha configurado dinámicas de contexto que se han
130 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

mantenido de modo estable en las elecciones subnacionales de 2010 y


2015. Podemos resumir esto como sigue:
(i) La pervivencia, aunque sea latente, de los clivajes étnicos, rural-
urbanos y dentro de la zona metropolitana, tributarios de cuatro
décadas de cambio social estructural en los niveles inter e intrade-
partamental.
(ii) Un contexto económico de crecimiento inusitado y sostenido, tanto
a nivel nacional como departamental.

Otra variable de contexto que se desarrollan en ambas elecciones subna-


cionales se refiere al contexto jurídico-institucional por el cual se ha des-
centralizado el poder político y económico a los espacios territoriales
departamentales, indígena originario campesinos y, en menor medida,
hacia el espacio regional que se asienta entre lo municipal y lo departa-
mental. Por otro lado, se ha jerarquizado la autonomía municipal que está
vigente desde 1994. Podemos resumir este contexto institucional como un
entramado de reglas que establece:
(i) Gobiernos autónomos departamentales constituidos por órganos
ejecutivos y legislativos electos por una combinación de votación
universal y la representación directa de los sectores IOC de cada
departamento; gobiernos autónomos municipales constituidos por
órganos ejecutivos y legislativos electos por votación universal; auto-
nomías IOC constituidas por sus sistemas de gobierno propio en
base a sus normas y procedimientos propios.
(ii) Sistemas electorales relativamente autónomos y diferenciados
entre departamento y departamento que, según la legislación
nacional, deberán respetar los criterios de representación propor-
cional, territorial y la representación directa de las minorías IOC.
Dado que la mayoría de los departamentos (entre ellos La Paz) no
aprobó sus estatutos autonómicos, la Ley Electoral Transitoria
regula los procesos electorales departamentales y genera una
importante sobrerrepresentación de la población rural por sobre la
población urbana. Los gobiernos municipales mantienen un siste-
ma de representación proporcional, mientras que cada autonomía
IOC establece los criterios para la elección de sus autoridades de
acuerdo a sus propias normas.
(iii) En todos los niveles autónomos se detectan importantes niveles de
autonomía económica. En los departamentos, el grueso de estos
recursos proviene del impuesto directo a los hidrocarburos (IDH) y
La reconfiguración del Estado en Bolivia 131

de las regalías hidrocarburíferas y mineras en los departamentos


productores. La autonomía económica municipal se garantiza de
acuerdo al esquema establecido por la LPP y también mediante
transferencias del impuesto antes mencionado.

Los cambios socioeconómicos, político-institucionales y en el balance de


fuerzas descritos en las secciones anteriores nos ponen ante contextos
altamente similares durante las elecciones subnacionales de 2010 y 2015.
Más aún, en ambos momentos hay un similar balance de fuerzas políti-
co-electoral a nivel nacional. Nos referimos al peso hegemónico del
MAS-IPSP en el departamento, acelerado por lo que se percibió como su
apoyo en el conflicto sobre la capitalía y su alianza con el MSM duran-
te la crisis estatal.
Al analizar los efectos de lo que llamamos la primera oleada de des-
centralización, léase la municipalización establecida en la LPP, como un
ejercicio analítico previo y necesario para ganar peso teórico para la
comparación objeto de este ensayo, constatamos que la LPP y la Ley de
Agrupaciones Ciudadanas son reformas institucionales que tuvieron un
peso determinante en la reconfiguración de los sistemas políticos locales
y del nacional. En lo referente a la política local, a través de la emergen-
cia de nuevos líderes provenientes de sectores campesinos, indígenas,
populares y cívicos, las reformas mencionadas terminaron por reconfi-
gurar la política nacional después del colapso del sistema de partidos
vigente desde 1985. Estos nuevos actores, por su parte, responden a los
importantes cambios sociodemográficos que reconfiguraron el balance
interno de poderes en el país en las últimas décadas. En un segundo
momento, las reformas generaron una explosión de organizaciones polí-
ticas municipales y el surgimiento de sistemas políticos municipales con
un alto grado de autonomía, en los cuales compiten proyectos destina-
dos a la política local.
Teóricamente, entonces, si en el pasado la primera oleada de descen-
tralización generada por la LPP y las reformas electorales que la comple-
mentaron tuvieron como efectos la reconfiguración, desde abajo, del
sistema político nacional, y la emergencia de sistemas políticos munici-
pales altamente autónomos, se podría esperar que la adopción de una
segunda oleada de descentralización, que guarda importantes similitudes
con la primera, tendrá efectos similares en el ámbito departamental.
Dada las mencionadas variables de contexto y la anterior hipótesis pro-
veniente del análisis histórico de una previa experiencia de descentrali-
132 La emergencia y el desarrollo de un sistema político subnacional en el departamento de La Paz

zación, llevamos cabo un análisis comparativo de los resultados de


ambas elecciones en el departamento de La Paz, que arrojó los resulta-
dos que describimos a continuación.
En un primer momento, las elecciones subnacionales de 2010 nos
muestran que la política departamental estuvo altamente influenciada por
el sistema político nacional, especialmente dada la crisis estatal en la cual
el departamento gravitó con mucha fuerza hacia el MAS-IPSP, luego del
conflicto por la capitalía y dada la alianza entre el MAS-IPSP y el MSM.
Otra influencia del sistema nacional en el departamental se da a través de
la Ley Transitoria Electoral diseñada por la mayoría parlamentaria del
MAS-IPSP, que condiciona el sistema de representación departamental a
favor de la representación rural.
Estas condicionantes determinaron que la autonomía del sistema polí-
tico departamental sea limitada, caracterizada por la emergencia de fuer-
zas políticas distintas a las nacionales en el contexto departamental, aun-
que seguían siendo minoritarias y fragmentadas. Sin embargo, los sistemas
políticos de los municipios de La Paz y El Alto se mostraban bastante
autónomos del sistema nacional, incluso en El Alto, donde el MAS-IPSP
mantenía una primacía muy limitada.
En 2015 el sistema político se desacopla por completo del sistema
nacional. Este dato se constata al repetirse la aparición de fuerzas locales
distintas a las nacionales, compitiendo con el partido de Gobierno en
municipios rurales, urbanos y en el departamento. Esta vez, dichas fuerzas
se muestran mayoritarias y su presencia lleva al MAS-IPSP a perder la
Gobernación y el municipio de El Alto y a consolidarse como segunda
fuerza en el municipio paceño. El resabio más importante de la influencia
del sistema nacional en el departamental se da a través de la mayoría
obtenida por el partido de Gobierno en la ALD, incluso cuando perdió la
elección por población. Esto, debido a la sobrerrepresentación rural que
mantiene la Ley Electoral Transitoria.
Nuestra metodología plantea que para explicar dichas diferencias
debemos encontrar una variable explicativa de estas dinámicas, distinta
en ambos momentos. El análisis nos lleva a situar esta explicación en la
relación entre las instituciones formales e informales y la competencia
electoral al interior de las organizaciones, en este caso en la fuerza
hegemónica a nivel nacional. Tensiones internas entre la cúpula del
partido inserta en el Poder Ejecutivo y las bases sociales corporativas
asentadas en los ámbitos territoriales locales —que buscan una autono-
mía relativa del partido para ejercer el poder local en un contexto esta-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 133

tal descentralizado en varios niveles— explica la progresiva autonomi-


zación del sistema político departamental y la red de sistemas políticos
municipales.
La diferencia entre 2010 y 2015 radica en que estas tensiones se han
hecho mucho más intensas debido a que el Ejecutivo central tiene una
agenda nacional de desarrollo mucho más estructurada (la Agenda
Patriótica). Esto le da un rol mucho más protagónico al Ejecutivo en la
campaña subnacional, ya que cumplir con la agenda patriótica requiere la
alineación de la mayor cantidad posible de niveles territoriales autónomos,
particularmente de los municipios urbanos. Estas tensiones generaron
quiebres internos en 2010, que se intensificaron en 2014-2015.
Nuevas fuerzas políticas locales y departamentales han sido exitosas en
capturar a sectores corporativos disidentes del MAS-IPSP, generando alian-
zas electoralmente exitosas a nivel local y departamental. Otras de estas
fuerzas se han visto lo suficientemente empoderadas como para formar
sus propios instrumentos políticos municipales, especialmente en el área
rural. Sin embargo, de un primer momento reactivo en 2009-2010, en el
que estas fuerzas y alianzas tenían al MAS-IPSP como punto de referencia,
como un exterior constitutivo de la fuerza que buscaba autonomía, ahora
observamos alianzas y fuerzas locales y departamentales cuyo punto de
referencia es el propio espacio local o departamental autónomo, y su ges-
tión como eje aglutinador. Queda por ver si estas fuerzas y alianzas se
consolidan en su organización interna.
Al comparar las elecciones subacionales de 2010 y 2015 en el departa-
mento, podemos concluir con un alto grado de confianza que existe y se
desarrolla un sistema político subnacional con un alto grado de autonomía
en La Paz. Todavía no podemos decir que este sistema se haya consolida-
do y, menos aún que, como en el caso de la LPP, tenga influencia decisiva
en el sistema nacional, aunque podemos prever que esto sucederá en el
mediano plazo.

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El
sistema sociopolítico del
departamento de Oruro. Cambios
y continuidades del proceso
autonómico (2010-2015)

M. Sc. Fabiola Yesmin Aparicio Avichacra*

Un agradecimiento especial a todos quienes


contribuyeron con el proceso de investigación.
Primero a mi familia, a mi papá por su apoyo y
especialmente a la Dra. Fabiola Araníbar por
su disponibilidad y amplia colaboración.

* Estudió Ciencia Política y Gestión Pública en la Universidad Mayor de San Andrés y una
maestría en Filosofía y Ciencia Política en el Postgrado en Ciencias del Desarrollo (CIDES-
UMSA). Durante su carrera universitaria fue auxiliar de cátedra en varias asignaturas. De
2011 a 2016 se desempeñó como consultora y asistente de investigación y logística en la
Fundación Friedrich Ebert. Sobre su tema de estudio, partidos políticos en Bolivia y la
descentralización, es coautora con Erika Brockmann de Partidos políticos y democracia.
El MSM y el MIR bajo la lupa (FES, 2013). Actualmente hace una maestría en Relaciones
Internacionales en la Loughborough University, Reino Unido.
Índice

Introducción...................................................................................................................................................141

El sistema de partidos orureño y la autonomía departamental.....141


Contextualización de la descentralización en Bolivia..............................142

Transformaciones en el sistema político-partidario de Oruro.........145

Las elecciones de 2010 y 2015: cambios y continuidades.....................149


2010-2015: elecciones de gobernadores y gobernadoras.........................149
2010-2015: elección de asambleístas por población y por territorio .....151
Resultados electorales en el municipio de Oruro en 2010 y 2015..........155
Primeras mayorías por provincia y por municipio en 2010 y 2015........157

El sistema económico orureño.................................................................................................160

Conclusiones..................................................................................................................................................161

Bibliografía......................................................................................................................................................164
Índice de gráficos

Gráfico 1. Oruro: primeras mayorías en elecciones


subnacionales, 1987-2015..........................................................146
Gráfico 2. Oruro: elecciones de gobernadores
y gobernadoras, 2010 y 2015...................................................149
Gráfico 3. Oruro: resultados elección de asambleístas
por población, 2010 y 2015......................................................152
Gráfico 4. Oruro: elección de asambleístas
por territorio, 2010 y 2015........................................................152
Cuadro 1. Oruro: primeras mayorías por municipio, 2010 y 2015..........157
Cuadro 2. Oruro: municipios ganados y primeras mayorías
por partido político, 2010 y 2015.............................................159
La reconfiguración del Estado en Bolivia 141

Introducción

El departamento de Oruro es una región boliviana de población y exten-


sión territorial relativamente reducidas, pero de una gran importancia
geopolítica y económica debido a su proximidad con el vecino país de
Chile, y se constituye en un polo fundamental para el desarrollo del
comercio internacional. De igual manera, Oruro tiene una importancia
fundamental para la economía boliviana, pues durante siglos ha sido,
junto con Potosí, la región de mayor producción minera del país y uno de
los principales sostenes de la economía nacional.
Sin embargo, las características productivas del departamento de Oruro
no se han traducido en mejores condiciones de vida para sus pobladores.
Al contrario, Oruro presenta un bajo nivel de cobertura de servicios básicos,
además de un restringido acceso a la salud y la educación, realidad que se
ha expresado en una tendencia social y política de búsqueda de mecanis-
mos que ayuden a resolver esta paradoja, uno de los cuales es precisamen-
te la autonomía, y de nuevos espacios de representación subnacional.

El sistema de partidos orureño y la autonomía departamental

El sistema de partidos boliviano ha sufrido muchos cambios en la historia


de nuestro país. Estos cambios han obedecido a distintas tendencias socia-
les y políticas que han determinado no solo el destino de las organizacio-
nes políticas, sino la reconfiguración de las interacciones de las mismas
dentro del sistema y con la sociedad.
La crisis que vivieron el sistema político y el sistema de partidos a par-
tir del año 2000 determinó un cambio fundamental en la forma de orga-
142 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

nización del Estado y propició cambios políticos fundamentales, tanto en


el Gobierno como en la sociedad en general. Es precisamente esta crisis
la que termina por romper con lógicas sociopolíticas tendientes a la dis-
criminación y la exclusión de sectores fundamentales de la sociedad boli-
viana (campesinos e indígenas, mayormente), lógicas que estuvieron
presentes desde los inicios de la República y que continuaron su repro-
ducción durante las dos primeras décadas de la recuperación de la demo-
cracia en el país.
Entender la crisis como un motor de cambio y como el factor que pro-
picia no solo el ingreso de un instrumento político ligado a lo indígena-
campesino que transforma nuestra forma de entender lo político, social y
cultural boliviano, sino también un proceso de cambio estructural del
Estado desde sus distintas territorialidades, es lo que nos permitirá com-
prender más profundamente este punto de inflexión.

Contextualización de la descentralización en Bolivia

La recuperación de la democracia en 1982 determina el resurgimiento de


ciertas demandas históricas que vuelven a tomar importancia, tanto para
la ciudadanía como para los gobiernos y el Estado. En este sentido, José
Luis Roca planteaba lo siguiente:

Desde el fin de los gobiernos militares en 1983, surgió en el país una con-
vicción que había sido largamente procesada: democracia y centralismo
son incompatibles. Eso dio lugar a que apareciera una fuerte corriente a
favor de la descentralización […] Al adquirir una fuerza extraordinaria en
todos los departamentos, surgió del movimiento cívico el impulso necesa-
rio para que se elaboraran proyectos de legislación descentralizadores. Así
fue como, entre 1983 y 1989, se presentaron al Congreso Nacional 14 pro-
yectos suscritos por representantes nacionales, por el poder ejecutivo, por
las comisiones de ambas cámaras y por los comités. Ellos versaban sobre
dos puntos principales: creación de una asamblea departamental y elección
popular del prefecto… (Roca, 2005).

Tras este proceso, recién en 1992 se organizaron reuniones, talleres y


debates propiciados por organismos internacionales que dieron lugar a un
proyecto de ley que fue aprobado solo por la Cámara Alta del Congreso
en febrero de 1993. No obstante, gracias a una campaña de oposición
liderada por Gonzalo Sánchez de Lozada y apoyada por el Gobierno de
La reconfiguración del Estado en Bolivia 143

Paz Zamora, el proyecto que pretendía implementar una autonomía


departamental se truncó y quedó en el olvido.
Roca relata así cómo el Gobierno dejó de lado el proyecto presentado
al Congreso. Sin embargo, para reducir el impacto social que podría
tener una negación absoluta de la descentralización, se promulgó bas-
tante rápido la Ley de Participación Popular el 20 de abril de 1994, que
establecía la creación de 311 municipios y una descentralización finan-
ciera, y que extendía el mandato de los alcaldes de 2 a 5 años (Kohl y
Farthing, 2007).
En el contexto de la Ley de Participación Popular, los concejos muni-
cipales se caracterizaron durante los años noventa por el prebendalismo
político y una especie de “democracia pactada” en la que pesaban más los
intereses de las cúpulas partidarias que la decisión de la ciudadanía
mediante el voto (Choque y Luna, 2008). De hecho,

Las reformas de 1994, incorporadas al año siguiente al texto constitucional,


tuvieron implicaciones políticas puesto que permitieron a los tres partidos
principales copar, con carácter monopólico, los concejos municipales de
los recién creados 311 municipios (Roca, 2005: 88).

En el ámbito nacional, la época de la democracia pactada llegaba a uno


de sus puntos más críticos al salir a relucir la corrupción del sistema polí-
tico (op. cit.: 12), aspectos que repercutieron directamente en el gobierno
de Hugo Banzer Suárez y Jorge Quiroga (19972002) y en la llamada
“megacoalición”, sacando a relucir el inadecuado manejo del aparato esta-
tal por los partidos que la conformaban: el Movimiento de Izquierda
Revolucionario (MIR), Nueva Fuerza Republicana (NFR), Conciencia de
Patria (Condepa) y Unión Cívica Solidaridad (UCS), y por los mismos par-
tidos del trípode MIR, MNR y ADN.
Es esta cadena de sucesos, es decir la relativa desconfianza en la
democracia representativa a causa de los procesos de corrupción insti-
tucionalizada, el prebendalismo político, la llamada democracia pactada
y el modelo neoliberal derivaron en la pérdida de legitimidad de los
partidos políticos y en la necesidad de un reajuste de los mismos ante
la nueva realidad social, que planteaba nuevos retos a estas institucio-
nes políticas. Entre estos retos se puede mencionar una mayor justicia
social a través de la disminución de los niveles de pobreza en nuestro
país, formular políticas destinadas a redistribuir los recursos y principal-
mente las oportunidades para garantizar el bienestar de la población,
144 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

reduciendo las desigualdades inaceptables (Da Silveira, 2003), lograr


una mayor participación e inclusión de la ciudadanía en los procesos
de toma de decisiones, así como reforzar la confianza en las institucio-
nes públicas, etc.
En este contexto histórico, la urgencia de una descentralización
municipal era clara, y aunque en un principio las prácticas instituciona-
les en los municipios no fueran óptimas, la gestión municipal fue mejo-
rando gradualmente. De hecho, algunos expertos afirman que “la des-
centralización en Bolivia incorpora y hace efectivo un nuevo concepto
de gestión pública caracterizado por la participación social y nuevos
patrones de inversión pública (Barbery, 2004, citado en Moreno y
Seligson, 2012: 169).
De esta manera, la mejora de la calidad de vida de la población a par-
tir de la reforma institucional que significó la descentralización municipal
es indudable, aun cuando se constatan diferencias significativas entre las
distintas regiones del país, principalmente por la divergencia entre su
población y su capacidad productiva, pues la calificación más alta a la
contribución de la Ley de Participación Popular en la calidad de vida de
los ciudadanos se presenta en los departamentos del sur de Bolivia, como
Chuquisaca, Tarija y Potosí. También en Santa Cruz la cantidad de perso-
nas que opina que las reformas fueron benéficas para la población es muy
alta. Los departamentos de Beni, La Paz y Cochabamba presentan una
posición más neutral, en tanto que Oruro muestra un porcentaje más bajo
de gente que opina que las transformaciones institucionales ayudaron a
mejorar la calidad de vida de la población (Ayo, 2009).
Por otro lado, el estudio elaborado por LAPOP, en coordinación con
Ciudadanía, señala que los bolivianos tienen un 48,0% de confianza en los
gobiernos locales, confianza que fue en ascenso hasta llegar a su punto
más alto en 2008, y luego bajó entre los años 2010 y 2012. El estudio
mencionado concluye que aquellos que tienen mayor interés político y
tienen una mejor percepción de los servicios son los que tienen más con-
fianza en el gobierno municipal, y que “la confianza en el gobierno muni-
cipal influye en la valoración respecto al sistema político, es decir, que a
mayor confianza en el gobierno municipal existe también mayor apoyo al
sistema político” (Moreno y Seligson, 2012).
De esta manera vemos cómo la descentralización boliviana trajo consi-
go impactos territoriales, económicos y políticos muy importantes que se
reflejarían en el contexto nacional durante las siguientes décadas, aunque
vemos que
La reconfiguración del Estado en Bolivia 145

El nivel departamental constituía hasta el 2009 el eslabón débil desde la


perspectiva de la estructura administrativa descentralizada democrática, ya
que era el único nivel en que encontrábamos la confluencia entre presen-
cia de importantes recursos autónomos y una autoridad de muy débil
legitimación democrática (Zuazo, 2012: 210).

Solo más de una década después de la Participación Popular, por la


presión ejercida sobre el gobierno del Movimiento al Socialismo por las
regiones, los movimientos sociales y también por los pueblos indígenas,
se incluyó en la Constitución Política del Estado el reconocimiento de las
autonomías en sus cuatro niveles, municipal, regional, departamental e
indígena, hecho que se efectivizó a través de la Ley Marco de Autonomías
y Descentralización “Andrés Ibáñez” N° 031 del 19 de julio de 2010, la cual
establece las competencias de cada gobierno autónomo, aunque también
ciertas restricciones presupuestarias que implican para los gobiernos
autónomos, que están a punto de cumplir cinco años de gestión, ciertos
obstáculos para un verdadero ejercicio de la autonomía.
En este sentido, las primeras elecciones de autoridades autonómicas se
llevaron a cabo el año 2010. En esa ocasión se elegían por primera en el
país vez las asambleas departamentales, lo que marca un hito en la histo-
ria boliviana que contribuirá a reformar el sistema político y también el
sistema de partidos boliviano, pues estos espacios se constituyen en nue-
vos ámbitos de empoderamiento y formación de partidos políticos y, por
ende, de líderes políticos.
Todo este análisis sobre la contribución de la descentralización a la
confianza en las instituciones y en el acercamiento de las mismas a la
sociedad da cuenta de la importancia del proceso de profundización de
estas instancias a través de las autonomías en sus distintos niveles, espe-
cialmente del ámbito departamental, pues éste es el aglutinador de estas
ya formadas entidades autónomas municipales.

Transformaciones en el sistema político-partidario de Oruro

El departamento de Oruro se encuentra dividido entre dos áreas funda-


mentales, rurales y urbanas, cuyas características sociales, económicas y
políticas varían considerablemente, habiéndose dado grandes procesos de
migración campo-ciudad como resultado de los cuales las áreas urbanas
del departamento han ido incrementando su peso poblacional relativo
146 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

hasta alcanzar 64% de la población total del departamento, mientras que


en el área rural reside solo 36% de la población orureña, según datos del
Censo de Población y Vivienda 2012 (CNPV 2012).
El CNPV 2012 registraba para Oruro una población de 494.587 habitan-
tes. La capital del departamento es el municipio más poblado, pues la
mayor parte de los orureños se encuentra en el municipio de Oruro, que
alberga a 264.943 habitantes. Otros municipios que concentran un núme-
ro elevado de pobladores son Challapata y Huanuni, con 28.304 y 24.677
habitantes, respectivamente. Les siguen Caracollo, con 23.115 habitantes,
Huari, con 13.897, Pari-Paria-Soracachi, con 12.846 y Salinas de Garci
Mendoza, con 11.878 personas. En cambio, los municipios con reducida
población son: La Rivera, con 509 habitantes, Yunguyo de Litoral, con 514,
Todos Santos, con 727 y Carangas, con 840 personas (www.ine.gob.bo, 10
de mayo de 2015).
Debido a la complejidad del sistema sociopolítico y económico de
Oruro, sus preferencias políticas han ido cambiando de acuerdo a las cir-
cunstancias y los contextos, tanto locales como nacionales, y este fenóme-
no se da claramente desde 1987, año en que se celebraron las primeras
elecciones de autoridades municipales separadas de las nacionales, hasta
el año 2015.

GRÁFICO 1. ORURO: PRIMERAS MAYORÍAS EN ELECCIONES SUBNACIONALES, 1987-2015


MAS MAS
60% 59,7 MAS 59,6 MAS
56,1 57,65
MAS
50% 48,77
UCS MAS
43 MAS 43,5 MAS MAS
41 40 41,37
40%
AP
33,3 MNR
30% MIR 28,9
26,4 UCS MNR
24,4 22,9
MCSFA
20% 17,5

10%

0%
1987

1989

1991

1993

1995

1999

2004

2005

2010
Municipales
2010
Gobernador
2010
A. Población
2010
A. Territorio
2015
Municipales
2015
Gobernador
2015
A. Población
2015
A. Territorio
La reconfiguración del Estado en Bolivia 147

Entre los años 1987 y 2004, prácticamente ninguna fórmula partidaria


superó 35% de la votación en el departamento de Oruro, excepto en el
año 1991, cuando la votación por una sigla relativamente nueva alcanzó
43%, lo que muestra una clara preferencia por dos partidos políticos con
características ideológicas y partidarias bastante diferentes a lo largo de
ese período.
Por un lado, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), cuya
presencia histórica en Bolivia lo convierte en el partido más sobresaliente
de un sistema compuesto por tres paridos de vocación mayoritaria, y
varios partidos pequeños que tuvieron cierta influencia en distintas etapas
de la democracia temprana, lograron el control del poder político durante
casi toda la década de los años noventa y llevaron a cabo reformas fun-
damentales para el Estado boliviano, entre ellas la propia Ley de
Participación Popular.
Unidad Cívica Solidaridad adquiere una gran importancia en Oruro al
haber ganado dos elecciones municipales, en 1991 y 1995. Este partido
nació junto con Condepa a finales de los años ochenta. Ambos crecieron
durante todo el decenio de los noventa y sobresalen por su relevancia
nacional y su trayectoria local:

En primer lugar, se destaca la conformación y afianzamiento de UCS y


CONDEPA, como partidos políticos de nuevo cuño, entre cuyas prácticas
sobresale el establecimiento de vínculos emocionales con sus bases elec-
torales […] A partir de las elecciones municipales de 1989 y hasta 1995,
ambas fuerzas, con leves variaciones porcentuales, representan un tercio
del electorado nacional (Mayorga, 1997: 328).

Es así como estos partidos fueron capaces de incorporar a “sectores socia-


les antaño excluidos de la dinámica social y política” (ídem.: 329), y lograr
de esta manera “una ampliación cualitativa de la base social representada
por el sistema democrático, a través de la incorporación de ‘otredades’
—indios y mujeres, sobre todo— en la dimensión simbólica de la repre-
sentación política…” (ibíd.).
A partir del año 2004 surge un nuevo movimiento ciudadano que cobra
importancia, especialmente en el municipio de Oruro, y que representó
un cambio trascendental dentro del sistema de partidos orureño: el
Movimiento Ciudadano San Felipe de Austria (MCSFA), que:
148 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

está conformado por profesionales, ciudadanos de clase media, baja, veci-


nos, más que todo está conformado por dirigentes de juntas vecinales, es
en base a estos grupos que se ha estructurado este movimiento ciudadano.
Tenemos un presidente, el Lic. Édgar Bazán Ortega, quien además es el
fundador y continúa siendo la cabeza del movimiento ciudadano […]
somos un movimiento ciudadano tendiente a lo cívico y municipal, más
que una agrupación política que tienda a la izquierda o derecha pues
somos una agrupación con un concepto cívico-municipal1.

De esta manera Édgar Bazán es la cabeza del MCSFA. De hecho, Bazán es


uno de los alcaldes que ha permanecido más tiempo en el ahora Gobierno
Autónomo Municipal de Oruro, pues gobernó entre 1996 y 1997, y entre
los años 2000 y 2001, cuando su gestión fue interrumpida por un proceso
judicial. En el año 2004 se postuló y ganó nuevamente las elecciones en
el municipio de Oruro, ejerciendo el cargo de alcalde nuevamente del año
2005 al 2010.
La elección de un candidato con largos años de experiencia en la ges-
tión municipal denota una inclinación de los ciudadanos de Oruro por el
conservadurismo y la priorización de la figura del candidato o líder polí-
tico ligada a la gestión, aunque demuestra de igual forma una incapacidad
de renovación de liderazgos y poca voluntad política de las organizacio-
nes para dar a las juventudes niveles de decisión y posibilidades de pos-
tulación a cargos de elección.
A partir del año 2005, el Movimiento Al Socialismo-Instrumento
Político para la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) se adueña del esce-
nario político orureño, y se constituye en el partido de vocación mayo-
ritaria dentro del departamento, tanto en el nivel municipal como en el
nivel departamental, cuyo éxito se basa en el liderazgo carismático del
líder del partido, Evo Morales, y de su vínculo natal con el departamen-
to de Oruro.

1 Entrevista con Rodolfo Uyuni Argandoña, presidente del Concejo Municipal de Oruro.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 149

Las elecciones de 2010 y 2015: cambios y continuidades

2010-2015: elecciones de gobernadores y gobernadoras

GRÁFICO 2. ORURO: ELECCIONES DE GOBERNADORES Y GOBERNADORAS, 2010 Y 2015

2010
60% 59,7

50%

40%

30% 29,5

20% 15,6
10% 7,8 7,2
3,3
0%
MAS-IPSP MSM MNR UN BLANCOS NULOS

2015
60% 57,65

50%

40%

30%

20%
13,58 11,8
7,64 7,62 9,48
10% 6,57
4,03
0%
MAS-IPSP PP MNR UN DEMOCRATAS UCS BLANCOS NULOS

Fuente: elaboración propia con datos del Órgano Electoral Plurinacional y PNUD Bolivia, “Atlas Electoral de Bolivia. Geografía Electoral y
Datos Interactivos”, ww.oep.org.bo/Resultados/Formularios/wfrmResultados.aspx?Dep=4

En la primera elección de autoridades subnacionales desde que el Estado


boliviano es autonómico, se dio un triunfo arrasador del MAS-IPSP en el
departamento de Oruro. Este partido obtuvo 57,65% de los votos para la
elección de gobernador del departamento y se consolidó como primera
mayoría. Así, el partido en función de gobierno tomaba el control del
ejecutivo departamental de Oruro (véase el gráfico 2).
Le seguían en votación el Movimiento Sin Miedo (MSM), partido que
se originó en el ámbito local del municipio de La Paz, cuya primera
elección en otros ámbitos territoriales fue la de 2010, cuando consiguió
una importante representación en el departamento de Oruro, especial-
150 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

mente en el ámbito municipal, y consiguió 29,50% de los votos en la


elección de gobernadores.
Por su parte, Unidad Nacional (UN), partido que nació en 2004 también
en el ámbito municipal para después participar activamente de elecciones
nacionales, obtuvo 7,80%, y finalmente el histórico Movimiento Nacionalista
Revolucionario (MNR) obtuvo 3,30%.
Se presentaron solo cuatro partidos a la competencia electoral de
2010, lo que redujo las posibilidades de los ciudadanos de escoger entre
una mayor cantidad de propuestas y concentró la votación entre los dos
partidos con mayor votación. Como resultado de esta situación se con-
solidó la hegemonía del MAS y se incrementó el peso del MSM en el
departamento de Oruro, aunque fue un resultado efímero que no se
repetiría en 2015.
El año 2015, el panorama no cambió en cuanto a la presencia abruma-
dora del MAS, encabezado en Oruro por Víctor Hugo Vásquez, cuyo éxito
se debió a la presencia de un voto duro consolidado a favor del MAS-IPSP
en el departamento, una correlación de fuerzas que denota la hegemonía
clara del MAS en desmedro de otros partidos mucho más pequeños y
dispersos que no logran mermar el apoyo a este partido de vocación
mayoritaria.
Sin embargo, en las elecciones de 2015 se presentaron seis partidos,
lo que provocó una ligera dispersión en los votos ligados a la oposición.
El que mayor votación obtuvo fue Participación Popular (PP), con
13,58%. Se trata de una agrupación ciudadana de creación orureña y
totalmente reciente, pues se presentaron por primera vez en las eleccio-
nes de 2010, encabezados por Ever Moya, quien trabajó en la gestión
2010 y 2015 junto con el MAS-IPSP, pero se separó de ese partido ale-
gando falta de libertad de expresión dentro del mismo. Esta agrupación
ciudadana adquirió peso en varias provincias y se perfila como un buen
contrincante del MAS hacia el futuro.
Así, la elección consolida a Víctor Hugo Vásquez como nuevo gober-
nador y al MAS-IPSP como primera mayoría departamental. La votación en
el departamento estuvo influenciada en gran medida por las propuestas
presentadas a la población, dirigidas a varios sectores que necesitan una
atención pronta por parte de las autoridades.

[…] tenemos grandes proyectos que estaban inmersos en la propuesta


departamental. Quiero mencionar la construcción de la doble vía Oruro-
Challapata que está comprometida por nuestro presidente Evo Morales
La reconfiguración del Estado en Bolivia 151

Ayma, pero también está la doble vía Oruro-Pisiga, en su primera fase que
va de Oruro a Ancaravi, lo que va a permitir que la economía y el comer-
cio se vuelva más dinámica en el departamento. Otra de las propuestas es
la seguridad alimentaria, lo cual siempre ha sido mencionado por nuestro
Gobernador electo […] En materia de salud se ha comprometido la cons-
trucción de un hospital de tercer y cuarto nivel, esto se está proyectando
como propuesta de la gobernación, que se planteó ya en la gestión salien-
te. También tenemos propuestas en el tema de educación, en el marco de
las competencias establecidas, en el tema de desarrollo humano, ganadería
y minería (entrevista al Dr. Rubén Gutiérrez, diputado por Oruro en la
Asamblea Plurinacional).

En cuanto a la gestión del ejecutivo departamental, los orureños la califi-


can de regular, pues se ha avanzado sobre todo en el área rural, pero las
necesidades sociales y económicas del departamento aún son muy gran-
des y se requieren proyectos que respondan de manera efectiva a dichas
necesidades, que son precisamente las que orientan el voto de los orure-
ños “…en ese sentido, la gente prioriza en respaldo político a la necesidad
de nuestra región…” (entrevista, Ing. Marcelo Medina, quien fuera candi-
dato a alcalde por INCA-FS).

[… la gestión que está culminando del ingeniero Santos Tito se caracteriza


por haber bajado el déficit que tenía el gobierno departamental, pues antes
este gobierno no era sujeto de crédito, y actualmente esta situación ha
cambiado y se pueden evidenciar algunos préstamos que seguramente el
próximo gobernador tendrá a su disposición para avanzar en el desarrollo
del departamento, aunque hay que tomar en cuenta cómo afecta la varia-
ción del precio de los minerales y el petróleo en el mercado internacio-
nal… (entrevista al Lic. Jaime González, diputado por Oruro en la Asamblea
Plurinacional).
152 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

2010-2015: elección de asambleístas por población y por territorio

GRÁFICO 3. ORURO: RESULTADOS ELECCIÓN DE ASAMBLEÍSTAS POR POBLACIÓN, 2010 Y 2015

2010
60% 56,1
50%
40%
31,9
30%
20%
10% 8,3 7,3
3,8 4
0%
MAS-IPSP MSM MNR UN BLANCOS NULOS

2015
60%
48,77
50%
40% 33,45
30%
20% 17,4
10,15 10,78 8,54
10% 4,36 4,54
0%
MAS-IPSP PP MNR UN DEMOCRATAS UCS BLANCOS NULOS

GRÁFICO 4. ORURO: ELECCIÓN DE ASAMBLEÍSTAS POR TERRITORIO, 2010 Y 2015

59,6
2010
60%
50%
38,7
40% 34
30%
20%
10% 7,9 7,4
0
0%
MAS-IPSP MSM MNR UN BLANCOS NULOS

2015
60%
50%
41,36
40%
30% 24,16
20% 17,55
13,68 16,57
10,84
10% 6,66
0
0%
MAS-IPSP PP MNR UN DEMOCRATAS UCS BLANCOS NULOS
Fuente: elaboración propia con datos del Órgano Electoral Plurinacional y PNUD Bolivia, “Atlas Electoral de Bolivia. Geografía Electoral y
Datos Interactivos”, www.oep.org.bo/Resultados/Formularios/wfrmResultados.aspx?Dep=4
La reconfiguración del Estado en Bolivia 153

La creación de las asambleas legislativas departamentales determina el


carácter autónomo de los gobiernos departamentales porque son los espa-
cios de representación con funciones de fiscalización y legislación, ade-
más de tener la potestad de plantear proyectos enfocados directamente a
las necesidades del departamento. Fue precisamente a partir de las elec-
ciones de 2010 cuando estos organismos se estructuraron y empezaron a
desarrollar sus actividades por primera vez en Bolivia.
En el caso de Oruro, se puede constatar que en las elecciones de 2010
la presencia del MAS-IPSP era mayoritaria en la Asamblea Legislativa
Departamental, con 56,10% de los representantes departamentales por
población y 59,60% de los representantes por territorio. Se registra además
una presencia porcentual relativamente importante del Movimiento Sin
Miedo y un reducido apoyo al MNR y a Unidad Nacional (véase los gráfi-
cos 3 y 4).
De esta manera la Asamblea Legislativa Departamental de Oruro, que
asumió el cargo entre 2010 y 2015, estaba compuesta por 33 asambleístas,
25 asambleístas del Movimiento Al Socialismo, 7 asambleístas del
Movimiento Sin Miedo y un asambleísta de Unidad Nacional.
Así, el MAS ha controlado dos tercios de la ALD desde el año 2010
hasta el 2015, reduciendo la posibilidad de los demás representantes de
una participación activa dentro de la asamblea y creando una correlación
de poder que beneficia al MAS en desmedro de las otras organizaciones
políticas en cuanto a la toma de decisiones.
La presencia de un partido de vocación mayoritaria implica que los
demás partidos y organizaciones políticas tengan menos oportunidades de
obtener puestos claves de decisión en un órgano legislativo, aunque la
concentración de poder permite tomar decisiones de forma más efectiva
y rápida en cuanto a aspectos fundamentales para el departamento.
Por otra parte, las elecciones 2015 constituyen las segundas elecciones
desde que el país adoptó el régimen autonómico, y en el departamento
de Oruro vemos variaciones claras en cuanto a la preferencia electoral de
los ciudadanos orureños, pues el porcentaje de apoyo al MAS‑IPSP se
reduce en 7 puntos en la votación para asambleístas por población y en
18% en los de territorio, existiendo una presencia no significativa pero
considerablemente más plural dentro de la Asamblea Legislativa
Departamental de Oruro 2015-2020.
En la nueva asamblea el MAS tiene 22 representantes, mientras que
Participación Popular (PP) tiene 5 representantes, Movimiento Demócrata
154 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

Social tiene 3, mientras que Unidad Nacional (UN) y Unidad Cívica


Solidaridad (UCS) tienen un representante cada uno.
La Asamblea Departamental de Oruro está compuesta por 33 asam-
bleístas, 16 por territorio en representación de cada provincia que tiene
Oruro y 16 por población, además de uno de la circunscripción especial
Uru-Chipaya que es elegido por usos y costumbres (www.lapatriaenlinea.
com/?nota=216326, 1 de mayo de 2015).
Dada la reciente adopción de las autonomías como régimen de orga-
nización, una de las principales tareas de la ALD es la redacción del
Estatuto Autonómico del Departamento, el cual en el caso de Oruro se
aprobó por el Tribunal Constitucional Plurinacional el 31 de octubre de
2014, con sus 105 artículos, estatuto que entra en su fase de socialización
para su posterior aprobación.
En cuanto los porcentajes de votos blancos y nulos en el nivel depar-
tamental, extremadamente elevados en la votación por asambleístas
departamentales, tanto en 2010 como en 2015, dicho comportamiento
puede ser explicado principalmente por el descuido de las organizaciones
políticas al hacer conocer a sus candidatos a la ALD y sus propuestas, pues
las campañas están netamente orientadas a exacerbar el liderazgo único
del o la candidata o candidato a puestos altos de decisión, dejando de
lado a aquellos que se postulan a la Asamblea.

En cuanto a la primera gestión de la Asamblea Legislativa Departamental


de Oruro, se han dado problemas graves de coordinación con algunos
municipios […] No recuerdo, al menos en los últimos años, que se hayan
hecho proyectos en coordinación con la alcaldía, netamente se han dedi-
cado a trabajar en el sector de las provincias, pero también hay muchos
reclamos de las mismas porque se han atendido sectores que tienen rela-
ción con el ejecutivo departamental y no se han atendido a sectores más
necesitados…Para mí ha sido una gestión media. (entrevista Ing. Mario
Medina, jefe de campaña de INCA-FS).

Por otro lado, la injerencia del Estado central en la gestión de la asamblea


departamental orureña y en el mismo ejecutivo es un obstáculo al ejercicio
autonómico en regiones como Oruro, en las que estas reformas significan
una verdadera oportunidad para avanzar en su desarrollo y en la mejora
de su calidad de vida.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 155

La autonomía no se está aplicando de ninguna forma porque todos los


manejos de control administrativo se hacen desde el Ministerio de
Economía y Finanzas Públicas. Cualquier cambio presupuestario, cual-
quier modificación al POA de una ciudad o municipio tiene que estar con
el visto bueno de La Paz. Entonces tenemos poco de autonomía en
Oruro, lamentablemente no tenemos conductos de llegada rápida y eso
nos perjudica… (entrevista al Ing. Marcelo Medina, excandidato a alcalde
por INCA-FS).

Resultados electorales en el municipio de Oruro en 2010 y 2015

GRÁFICO 5. ORURO: RESULTADOS ELECTORALES EN EL MUNICIPIO DE ORURO, 2010 Y 2015

2010
60%

50%

40% 36,6
30,5
30%

20%
11 7,5
10% 4,7
2,5 4,4
2,8 1,7
0%
MCSFA MAS-IPSP MSM PDC AYNI UN UCS BLANCOS NULOS

2015
60%

50%

40% 34,72
30%
19,96 19,03
20%
9,56 7,84
10% 5,36
3,07 3,20 2,61 2,91
0%
MCSFA MAS-IPSP INCA-FS PP DEMOCRATA UN UCS FPV BLANCOS NULOS

Fuente: elaboración propia con datos del Órgano Electoral Plurinacional y PNUD Bolivia, “Atlas Electoral de Bolivia. Geografía Electoral y
Datos Interactivos”, www.oep.org.bo/Resultados/Formularios/wfrmResultados.aspx?Dep=4

Tanto en la elección de 2010 como en la de 2015 se dio un fenómeno


interesante en el municipio de Oruro pues éste, a partir de la implemen-
tación de las autonomías, no siguió las tendencias políticas del resto del
departamento en cuanto la elección de alcaldes y concejales, lo que redu-
156 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

jo el poder político del MAS‑IPSP en la ciudad con mayor peso poblacio-


nal del departamento de Oruro.
En el año 2010 salió vencedor el Movimiento Sin Miedo, con Rocío
Pimentel a la cabeza. Sin embargo, la diferencia con la votación del MAS-
IPSP no era muy amplia (apenas de seis puntos porcentuales), lo cual
incrementó en gran medida la polarización en el municipio y disminuyó
de esta manera la gobernabilidad (el poder relativo de la alcaldesa frente
al concejo).
En las elecciones de 2015 se evidencia la presencia del Movimiento
Ciudadano San Felipe de Austria (MCSFA), que jugaría un papel funda-
mental desde el año 2004, para retomar nuevamente el control del muni-
cipio en 2015, al obtener en estas últimas elecciones un 34,72% del voto,
14 puntos por encima del MAS-IPSP y de INCA-FS, consolidado de esta
manera una victoria en el ejecutivo departamental con Édgar Bazán a la
cabeza y una mayoría opositora al partido en función de gobierno en el
concejo municipal.
Cabe destacar la primera participación de la agrupación ciudadana
Integración Ciudadana Alternativa-Frente Socialista (INCA-FS) y su alta
votación que casi llegó a empatar con el Movimiento Al Socialismo, atri-
buible al perfil del candidato, el Ing. Marcelo Medina, cuya imagen de
joven profesional causó impacto en la ciudadanía orureña. INCA-FS se
organiza de manera sencilla, aglutinando a sectores fundamentales para la
ciudad de Oruro “…Nosotros hemos hecho una alianza entre el sector
periurbano, que es el sector más vulnerable de la ciudad, con el sector de
profesionales que vivimos en el centro del casco viejo que además no
vivimos de la política, que siempre hemos vivido de nuestra profesión”
(entrevista, Ing. Marcelo Medina, excandidato a alcalde por INCA-FS).
La primera gestión del Gobierno Autónomo Municipal de Oruro tuvo
algunos aciertos durante los años iniciales, pero se atascó durante los
últimos, lo que provocó molestia en los ciudadanos y puso en duda la
eficiencia de la oposición al mando de la alcaldía, y en especial de la
alcaldesa, cuyo desempeño fue tomado en cuenta por la ciudadanía en el
momento de su reelección encabezando otro frente político.

Lamentablemente debo manifestar la falta de gobernabilidad entre el eje-


cutivo y el legislativo, lo cual ha causado que la gestión no esté muy bien,
la ejecución presupuestaria ha sido muy baja, aunque esto no es compe-
tencia del concejo municipal sino del ejecutivo, no se han planteado
proyectos que respondan a las necesidades reales de la población […] El
La reconfiguración del Estado en Bolivia 157

hecho de que haya habido una separación de la votación ya desde el año


2010, es decir, se ha votado por los concejales en una papeleta y por los
alcaldes en otra, ha provocado que algunos alcaldes prescindan del con-
cejo municipal (entrevista, Rodolfo Uyuni Argandoña, Presidente del
Concejo Municipal de Oruro 2010-2015).

En cuanto a la gestión municipal, resulta interesante el hecho de que la


elección de autoridades de forma separada haya influido negativamente
en la dinámica interna del gobierno autónomo municipal, pues en el caso
orureño dicha separación provoca el ejercicio de las funciones de los
alcaldes de manera separada y prescindiendo del concejo municipal, pro-
vocando serios problemas de coordinación y efectividad en la gestión
municipal, uno de los cuales es la formulación y ejecución de proyectos
que beneficien a la ciudadanía orureña.
Por otro lado, se resalta la ausencia de obras de gran magnitud para
el municipio de Oruro, la ausencia de una atención oportuna a las nece-
sidades de los sectores periurbanos del municipio y una ausencia de
apertura de espacios a organizaciones juveniles para la coordinación de
actividades.

Primeras mayorías por provincia


y por municipio en 2010 y 2015

CUADRO 1. ORURO: PRIMERAS MAYORÍAS POR MUNICIPIO, 2010 Y 2015


2010 2015
Provincia Cercado
Oruro MSM 35,60% Oruro MCSFA 34,72%
Caracollo MAS 47,30% Caracollo PP 49,03%
El Choro MAS 37,00% El Choro MAS 53,97%
Soracachi MSM — Soracachi FIC 54,41%
Provincia Avaroa
Challapata MAS 46,80% Challapata MAS 46,64%
Santuario de Quillacas AYNI 46,00% Santuario de Quillacas MAS 59,44%
Provincia Carangas
Corque MAS 39,30% Corque MAS 44,34%
Choquecota MAS 47,50% Choquecota PP 50,59%
Provincia Sajama
Curahuara de Carangas MAS 68,70% Curahuara de Carangas MAS 59,23%
Turco MAS 66,00% Turco MAS 69,29%
158 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

Provincia Litoral
Huachacalla MSM 50,00% Huachacalla MAS 100%
Escara (UQ) MAS 67,40% Escara (UQ) MAS 67,76%
Cruz de Machacamarca MAS 88,50% Cruz de Machacamarca MAS 100%
Yunguyo del Litoral MAS 83,40% Yunguyo del Litoral MAS 100%
Esmeralda MAS 85,80% Esmeralda MAS 100%
Provincia Poopó
Villa Poopó MAS 41,20% Villa Poopó FPV 52,00%
Pazña MAS 37,00% Pazña MAS-IPSP 48,31%
Antequera MAS 42,70% Antequera MAS 100%
Provincia Pantaleón Dalence
Huanuni MAS 49,90% Huanuni MAS 52,94%
Machacamarca MSM 38,40% Machacamarca MAS 62,22%
Provincia Ladislao Cabrera
Salinas de Garci Mendoza MAS 66,10% Salinas de Garci Mendoza MAS 42,75%
Pampa Aullagas MAS 72,90% Pampa Aullagas MAS 62,01%
Provincia Sabaya
Sabaya Mas 50,80% Sabaya PP 63,65%
Coipasa Mas 66,90% Coipasa MAS 52,72
Chipaya Mas 69,90% Chipaya MAS 53,04%
Provincia Saucarí
Toledo MAS 42,10% Toledo MAS 72,04%
Provincia Tomás Barrón
Eucaliptus MAS 54,40% Eucaliptus PP 50,74%
Provincia Sud Carangas
Andamarca MAS 86,90% Andamarca MAS 100%
Belén de Andamarca MAS 75,90% Belén de Andamarca MAS 100%
Provincia San Pedro de Totora
Totora MAS 54,60% Totora PP 50,76%
Provincia Sebastián Pagador
Santiago de Huari MAS 50,20% Santiago de Huari MAS 37,11%
Provincia Mejillones
La Rivera MAS 81,40% La Rivera MAS 100%
Todos Santos MAS 69,10% Todos Santos MAS 100%
Carangas MAS 87,10% Carangas MAS 100%
Provincia Nor Carangas
Santiago de Huallyamarca MAS 59,20% Santiago de Huallyamarca MAS 56,95%

Fuente: elaboración propia con datos del OEP.


La reconfiguración del Estado en Bolivia 159

CUADRO 2. ORURO: MUNICIPIOS GANADOS Y PRIMERAS MAYORÍAS POR PARTIDO POLÍTICO, 2010 Y 2015
2010 2015
MAS-IPSP MSM AYNI MAS-IPSP MCSFA PP FIC FPV
30 4 1 27 1 5 1 1

Fuente: elaboración propia con datos del OEP.

El departamento de Oruro tiene 16 provincias y 35 municipios, en los


cuales se destaca la multiplicidad de los partidos políticos y organizacio-
nes políticas presentadas a las elecciones de 2010 y 2015, aunque hay
algunos que se caracterizan por su persistencia en el tiempo y por su
capacidad de acceder a espacios de poder como el MAS-IPSP, el MCSFA y
el PP, mientras que el MSM tuvo en 2010 una participación importante,
aunque fugaz, en el departamento.
De esta manera, se puede observar que el MAS-IPSP consiguió en la elec-
ción de 2010 el control de la mayoría de los municipios orureños, aunque se
constata una presencia importante de otros partidos políticos en pocos muni-
cipios, además de una clara dispersión de la oposición y una concentración
de la votación en el partido de gobierno, que obtuvo la votación mayoritaria
en 30 municipios de los 35 que tiene el departamento de Oruro, lo que
equivale al control del 86% de los municipios del departamento, pese a
haber perdido el de población más numerosa, lo que denota la presencia de
un claro voto cruzado y la fractura del “voto duro” del MAS-IPSP.
Sin embargo, en las elecciones de 2015, el MAS-IPSP perdió tres muni-
cipios, y el número de municipios en los que obtuvo la mayoría se redujo
a 27, en tanto que hay otras cuatro organizaciones políticas con presencia
en los municipios, entre los que se destacan PP y el Movimiento Ciudadano
San Felipe de Austria (MCSFA), que controla nuevamente el municipio con
mayor población.
En las elecciones de 2015 llama la atención el caso de algunos munici-
pios en los que solo hubo un partido en competencia, el MAS-IPSP, que
obtuvo en ellos el 100% de los votos, con rangos bajos de abstinencia y con
bajos porcentajes de votos blancos y nulos.
Por otro lado, es importante mencionar que en Oruro las organizacio-
nes sociales están íntimamente ligadas a los partidos políticos y a la elec-
ción de candidatos, ya sean estas de tipo sindical o ciudadanas, determi-
nando que exista una representatividad de estas organizaciones políticas
ligada a intereses sectoriales, lo cual no siempre favorece el interés gene-
ral y resulta
160 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

complejo pensar que existe una representación social sólida porque como
la política se ha vuelto corporativa de los movimientos sociales, entonces
bien difícil acceder a ese compromiso social, cultural que conlleva el tener
una democracia más justa (entrevista, Ing. Marcelo Medina, excandidato a
alcalde por INCA-FS).

De igual forma vemos que el momento en que las organizaciones sociales


se relacionan íntimamente con el ámbito político se tiende a que su carác-
ter social sea reducido y su antigua función de articulación entre los par-
tidos, el Estado y la sociedad se vea comprometido.

Lamentablemente creo que, en el tema de las organizaciones sociales,


muchos no han cumplido con el rol para el cual han sido creados, se han
ido politizando, entonces más que el existir una relación me parece que
muchas organizaciones sociales han sido absorbidas por el tema político,
los comités cívicos, las centrales obreras, muchas de estas organizaciones
han sido politizadas …lo mismo pasa con las universidades, algunas orga-
nizaciones laborales como los gremiales, etc. cosa que no ocurría antes
pues éstas organizaciones tenían que mantener una línea, sin politizarla,
más bien reclamando sus necesidades y requerimientos a los partidos polí-
ticos (entrevista al Ing. Marcelo Medina).

El sistema económico orureño

El departamento de Oruro se constituye en un eje económico central en


el Altiplano boliviano, debido principalmente a su potencial hidrocarburí-
fero, su elevada producción minera, su competitiva industria emergente y
su posición geopolítica, tanto para Bolivia como para los países vecinos.
En ese sentido, distintas organizaciones empresariales y sociales del
departamento de Oruro han planteado proyectos de diversa índole referi-
dos a la explotación de los recursos naturales del departamento, y una de
las principales es la construcción del corredor bioceánico que conectaría
el océano Pacífico con el Atlántico, vinculando a Chile, Oruro, Cochabamba,
Santa Cruz y Brasil, lo que daría a Oruro la capacidad de administrar el
comercio que circule por este corredor.
Sin embargo, la falta de voluntad política de las autoridades bolivianas
y la ausencia de una coordinación clara entre niveles gubernamentales
entorpecen el proceso. De hecho:
La reconfiguración del Estado en Bolivia 161

Existen proyectos, hay la demanda, pero tenemos una falla humana muy
fuerte en las autoridades locales. Muchos proyectos fueron fondeados,
muchos olvidados, muchos proyectos ni siquiera fueron presentados, por
la falta de capacidad de nuestros representantes… (nuevaeconomia.com.
bo/gne.com.bo/?p=1084, 13 de mayo de 2015).

Por otro lado, el sector minero, que tiene niveles de producción asombrosos
y cuyas exportaciones en 2014 alcanzaron los 592 millones de dólares, está
sufriendo caídas importantes desde inicios de 2014 debido a una tendencia
a la baja de la cotización de los minerales que, junto con la dificultad de los
inversores para asegurar su inversión dada la falta de políticas públicas que
los respalden, dificulta el desarrollo del sector en el departamento de Oruro.
Hay otro tipo de actividades económicas que definitivamente aportan
al desarrollo económico de Oruro y diversifican el horizonte económico
del departamento, como ser la construcción. En efecto, Luis Cabrera, pre-
sidente de la Cámara Departamental de la Construcción de Oruro, informó
que la construcción se ha reactivado en un crecimiento de 14%: “existe
dinero y hay construcciones, hay líneas de transmisión, hay carreteras,
significando desarrollo de nuestro país…” (ídem).
Paralelamente a las actividades mencionadas se desarrolla el comer-
cio, que desempeña un papel fundamental en la economía, debido a la
ubicación geográfica de Oruro. Sin embargo, el crecimiento de la activi-
dad en el ámbito informal perjudica a los empresarios y comerciantes
del sector formal, pues los precios de su mercancía dejan de ser compe-
titivos frente a aquellos que, con régimen simplificado, venden sus pro-
ductos a bajos precios.
De esta manera se constata el potencial económico del departamento
de Oruro, sus emprendimientos y proyectos futuros en cada área de
especialidad. Con todo, vemos que quienes se involucran en estas acti-
vidades enfrentan muchos obstáculos, que en gran medida son causados
por la inoperancia de las autoridades y por la falta de políticas coheren-
tes que coadyuven a los inversores y fomenten prácticas comerciales
justas y equitativas.

Conclusiones

La realidad del departamento de Oruro se caracteriza por una íntima rela-


ción entre el ámbito político y el socioeconómico, debido a las necesida-
162 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

des básicas insatisfechas que impulsan a la sociedad a organizarse, y a


esas organizaciones a intervenir en el escenario del poder político para
posicionar sus demandas en la agenda pública y así poder obtener satis-
facción para los diferentes sectores de su región, lo que actualmente se ve
facilitado por la existencia de nuevos espacios de representación subna-
cional que abren posibilidades de participación directa de la sociedad en
la toma de decisiones.
En este sentido, el proceso autonómico de larga data ha impactado en
la realidad social y política del departamento de Oruro. En efecto, los
ciudadanos y líderes políticos lo consideran como una tarea pendiente y
un aspecto que se debería profundizar en los siguientes años, pues coin-
ciden en que la Asamblea Legislativa Departamental ha cumplido a caba-
lidad con su primera gestión, que planteaba un reto para los representan-
tes, para el ejecutivo departamental en cuanto a su coordinación con la
misma y para los mismos ciudadanos que aún deben tomar consciencia y
comprender con exactitud cuáles son las funciones de la misma.
Así, los ciudadanos orureños califican de regular la gestión de la ALD,
y señalan la insuficiencia de las leyes y del estatuto aprobado por ésta,
además de que los representantes han dejado pendientes muchos aspec-
tos referentes a la autonomía que será necesario tomar en cuenta en
siguientes gestiones.
En cuanto a la gestión en los municipios del departamento de Oruro
entre 2010 y 2015, se perciben avances y retrocesos importantes en todos
los casos, los cuales obedecen claramente a la capacidad de gestión de los
representantes, de la gobernabilidad y la legitimidad de los gobiernos
municipales, junto con la capacidad monetaria y humana de los mismos
para ejecutar obras.
Cabe destacar que, tomando en cuenta la larga experiencia de los
gobiernos municipales, el desarrollo de capacidades técnicas y humanas
para atender prontamente las necesidades de los ciudadanos nunca termi-
na. Cada gestión representa un reto para las comunidades y para los
representantes elegidos. Aspectos fundamentales que pueden influir en la
calidad de la gestión son el relacionamiento político dentro de los gobier-
nos autónomos municipales, la experiencia en gestión de los representan-
tes, la capacidad de manejar recursos a menudo escasos, el relacionamien-
to con otros municipios y, finalmente, la coordinación con los otros nive-
les gubernamentales.
En cuanto al sistema económico del departamento, sus áreas funda-
mentales son la producción minera, el comercio y la agricultura —espe-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 163

cíficamente la producción de la quinua—, que tienen grandes potencia-


lidades y representan una importante fuente de oportunidades para la
gobernación y los municipios, aunque todavía existen muchos obstácu-
los por superar para que estas actividades económicas alcancen todo su
potencial. Uno de esos obstáculos es la ausencia de proyectos orienta-
dos a fortalecer actividades económicas formales y a explotar las capa-
cidades productivas del departamento, además de una falta de efectivi-
dad en la toma de decisiones de los distintos niveles gubernamentales
relacionados.
Por lo que respecta al ámbito social, se puede apreciar que la exigencia
de paridad en la representación de las mujeres ha influido positivamente
en la renovación de liderazgos dentro de las organizaciones políticas y
está llevando a las mujeres a un importante empoderamiento, especial-
mente al existir una potencialidad tangible para asumir cargos de decisión,
tanto en el nivel subnacional como en el nacional. Sin embargo, el traba-
jo político que deben desempeñar las mujeres en las dirigencias de orga-
nizaciones sociales, cívicas, ciudadanas y juveniles para llegar a ser consi-
deradas para la postulación a puestos de decisión es más duro y más largo
que el de los hombres, desnudando la realidad de que la equidad es una
tarea aún pendiente para los bolivianos y que la larga experiencia política
sigue siendo un requisito para llegar a espacios de poder, dejando de lado
a los jóvenes que tienen distintas e importantes capacidades que deben
ser más tomadas en cuenta en el momento de elegir a los candidatos y
representantes nacionales.
Por otro lado, vemos cómo se ha ido transformando el sistema de par-
tidos subnacional en Oruro, que ha ido reconfigurándose en cada elección
y escenario de disputa política entre varios partidos políticos y organiza-
ciones ciudadanas que intentan representar a la diversidad poblacional
existente, a veces de forma más local y otras intentando representar a todo
el departamento.
De esta manera se puede ver cómo el sistema sociopolítico orureño
depende en gran medida del funcionamiento de su economía y de la del
país, pues de esta depende la satisfacción de las necesidades de los ciuda-
danos, lo cual determina de igual manera la orientación de la gestión guber-
namental y de las propuestas políticas de las organizaciones ciudadanas.
En este sentido, los espacios autonómicos se están constituyendo en
mecanismos óptimos de canalización de demandas sociales. El pueblo
orureño pone sus esperanzas en estos espacios, con la esperanza de que
su futura construcción institucional permita atender demandas y fomentar
164 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

el desarrollo dentro del departamento, teniendo siempre en cuenta que


mucho depende de los recursos humanos disponibles, de las ofertas reales
de las organizaciones políticas —con frecuencia aliadas a las organizacio-
nes sociales— y de la posibilidad de gestionar cambios y proyectos de
desarrollo con organizaciones políticas de vocación mayoritaria, como el
MAS-IPSP, con el cual el departamento todavía guarda una dependencia
determinada vinculada a liderazgos carismáticos, al centralismo, a las pro-
puestas políticas y sociales del instrumento y a su posibilidad efectiva de
ejercer el poder.

Bibliografía

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• www.ine.gob.bo, 10 de mayo de 2015.
• nuevaeconomia.com.bo/gne.com.bo/?p=1084, 13 de mayo de 2015.

Entrevistas realizadas
• Araníbar, Fabiola. Dirigente Juventudes MAS-IPSP, Oruro.
• Aquino, Gualberto. Dirigente universitario, Oruro.
• Canaviri, Delia. Diputada nacional.
• Chore, Wilson. Asesor de la bancada parlamentaria de Oruro.
166 El sistema sociopolítico del departamento de Oruro

• Chungara, Rafael. Dirigente universitario y miembro de la departamen-


tal de Juventudes del MAS-IPSP.
• Condori, María. Concejala electa del pueblo Uru Chipaya.
• Díaz, Marisol. Dirigente universitaria.
• González, Jaime. Diputado nacional.
• González, José M. Juventudes FEJUVE y dirigente universitario.
• Guarachi, Ricardo. Dirigente universitario.
• Gutiérrez, Rubén. Diputado nacional.
• López Lázaro, Vicente. Alcalde electo pueblo Uru Chipaya.
• López, Juan Basilio. Dirigente universitario.
• Mamani, Álvaro José. Dirigente universitario
• Marín, Jorge Renato. Dirigente universitario.
• Medina, Mario. Jefe de campaña INCAFS.
• Medina, Marcelo. Excandidato a alcalde INCAFS.
• Requena, María Guadalupe. Diputada nacional.
• Uyuni Argandoña, Rodolfo. Presidente del Concejo Municipal de Oruro
20102015.
• Villca, Rosario. Diputada nacional.
Elsistema sociopolítico del
departamento de Cochabamba

Fernando Mayorga*

* Licenciado en Sociología por la UNAM, con un doctorado en Ciencia Política por


FLACSO/México. Investigador y docente de la Universidad Mayor de San Simón.
Coordinador del Grupo de Trabajo “Ciudadanía, representación política y organizaciones
populares” de la CLACSO. Sus últimas publicaciones son: Dilemas. Ensayos sobre demo-
cracia intercultural y Estado Plurinacional (Plural editores, CESU, Asdi y UMSS, 2012);
Incertidumbres tácticas. Ensayos sobre democracia, populismo y ciudadanía (Plural edi-
tores, PIEB y CIUDADANIA, 2014); Democracia participativa y crisis política. Análisis de
los resultados del Referéndum Revocatorio de Mandato Popular 2008 (OEP, 2015); Urnas
y democracia directa. Balance del Referendo Constitucional (OEP, 2016).
Índice

Cuna de rivales y ausencia de proyecto regional.............................................169

Del conflicto a la estabilidad.....................................................................................................170

Elecciones subnacionales con tinte monocolor...................................................173

El mapa político y la economía regional.....................................................................179

Sociedad desarticulada y ausencia de proyecto común............................181

Anexo. Cuadros...........................................................................................................................................185
Cuadro 1. Cochabamba: Elecciones municipales de 1999..........................185
Cuadro 2. Cochabamba: Elecciones generales de 2002.................................185
Cuadro 3. Cochabamba: Elecciones municipales de 2004..........................186
Cuadro 4. Cochabamba: Elecciones generales de 2005.................................186
Cuadro 5. Cochabamba: Elecciones para prefecto, 2005..............................187
Cuadro 6. Cochabamba: Referéndum autonómico
departamental, 2006..............................................................................................187
Cuadro 7. Cochabamba: Referéndum revocatorio
de mandato popular, 2008..............................................................................187
Cuadro 8. Cochabamba: Elecciones generales de 2009.................................188
Cuadro 9. Cochabamba: resultados del Referéndum
Autonómico Departamental de 2009....................................................188
Cuadro 10. Cochabamba: Elecciones para gobernador, 2010.....................188
Cuadro 11. Cochabamba: Elecciones para gobernador, 2015.....................189
Cuadro 12. Cochabamba: Elecciones para alcalde, 2010.................................189
Cuadro 13. Cochabamba: Elecciones para alcalde, 2015.................................189
Cuadro 14. Quillacollo: elecciones municipales, 1999-2015.........................189
La reconfiguración del Estado en Bolivia 169

Cuna de rivales y ausencia de proyecto regional

Dos rasgos caracterizan la configuración política del departamento de


Cochabamba en el transcurso del siglo XXI: la consolidación del
Movimiento al Socialismo (MAS) como la principal fuerza política en la
región y el apoyo electoral a figuras opositoras en los centros urbanos,
sobre todo en el municipio de Cochabamba, donde el MAS venció por
única vez en las elecciones de 2010. Precisamente en los comicios de
2015 se produjo la victoria de José María Leyes, candidato a alcalde por
el Movimiento Demócrata Social (DEMÓCRATAS) en este municipio,
hecho que expresa, en cierta medida, la persistencia de la pugna políti-
ca entre Evo Morales (MAS) y Manfred Reyes Villa, líder de Nueva Fuerza
Republicana (NFR). Esta rivalidad definió la política local desde fines del
siglo pasado y, pese a la ausencia del país de Reyes Villa —quien fue
alcalde (1993-2000), prefecto (2006-2008), candidato presidencial (en
2002 y 2009) y abandonó el país en 2010—, sigue influyendo en el esce-
nario político citadino.
La supremacía electoral del MAS fue creciendo de manera paulatina
hasta convertirse en la principal fuerza política en el departamento. De
manera paralela, la oposición fue cambiando de siglas y candidatos en
infructuosos intentos por estructurar partidos sólidos o armar coaliciones
estables para competir contra el MAS. En elecciones generales, el avance
del MAS en Cochabamba fue pujante, con nítidas victorias: en 2002
(37,6%), en 2005 (64,8%), en 2009 (68,8%) y en 2014 (66,6%). En cambio,
en comicios para elegir alcalde de la capital, su desempeño fue menor:
segundo lugar en 2004 (31,1%), vencedor con 2010 (39,5%) y segundo
lugar en 2015 (36,5%). A eso se suma su derrota en 2005 en la elección
de prefecto (47% de Reyes Villa contra 43% del candidato masista), debido
precisamente al voto citadino.
170 El sistema sociopolítico del departamento de Cochabamba

Una característica central de la política cochabambina es la ausencia de


un proyecto colectivo de desarrollo regional debido a que las figuras (Evo
Morales y Manfred Reyes Villa) y organizaciones políticas (MAS y NFR)
surgidas en la región orientaron su accionar a la arena nacional, convir-
tiéndose en protagonistas del proceso político. Otro rasgo predominante
en este período fue la inestabilidad institucional en las principales entida-
des de gobierno: la Prefectura y la Alcaldía de la capital. Entre 1989 y 2009
se posesionó a 18 prefectos, pero ninguno de ellos concluyó su período.
La situación fue similar en la Alcaldía de la ciudad de Cochabamba, donde
se eligió a 18 alcaldes entre 1987 y 2010, y solamente dos terminaron su
período. La concentración de votos en favor del MAS en 2010 se tradujo
en estabilidad política e institucional, puesto que el partido de gobierno
controló la Gobernación y la Alcaldía de la capital. Sin embargo, el MAS
no forjó un proyecto de desarrollo regional desde las instancias estatales,
ni los actores sociales que representa plantearon iniciativas al respecto.
Tampoco existen propuestas de la sociedad civil debido a la debilidad o
dispersión de los actores sociales y económicos urbanos y, finalmente, el
Comité Cívico perdió su capacidad para representar las demandas depar-
tamentales ante el gobierno central. La consecuencia general de este
panorama es la ausencia de un sistema de actores sociales y políticos con
un proyecto de desarrollo regional común. Prevalecen los intereses parti-
culares de actores económicos y sociales que no asumen un rol de élite
regional —como los campesinos productores de hoja de coca— o que
establecen relaciones instrumentales con el mercado o el Estado para su
propio beneficio –es el caso de empresarios, transportistas, comerciantes
y constructores—. Para comprender el por qué de esta conclusión, reali-
zamos un análisis del proceso político, las tendencias electorales y los
rasgos de la sociedad cochabambina.

Del conflicto a la estabilidad

La configuración política del departamento tiene como antecedente dos


conflictos sociales que marcaron el derrotero de la crisis estatal: la “Guerra
del agua”, de abril de 2000, y el “11 de enero” de 2007.
La Guerra del agua marcó el inicio de una crisis política general que
dio origen al desplazamiento de los partidos tradicionales y a la emergen-
cia del MAS como fuerza gobernante desde 2005. Ese evento se convirtió
en un ícono nacional e internacional de rechazo al neoliberalismo, pero
La reconfiguración del Estado en Bolivia 171

no resolvió los problemas que provocaron el conflicto (elevación de tari-


fas y abastecimiento de agua potable), denotando la disyunción entre lo
local y lo nacional, un rasgo destacable de la política cochabambina. Una
consecuencia de este conflicto fue la debacle del Comité Cívico como
entidad aglutinadora de las demandas regionales ante el Estado. En ese
entonces, Evo Morales era diputado uninominal por el trópico cochabam-
bino y Manfred Reyes Villa era alcalde de la ciudad.
Por su parte, el 11 de enero de 2007 fue el momento más crítico de la
polarización política e ideológica que dividió al país entre el oficialismo
(que impulsaba el Estado Plurinacional en la Asamblea Constituyente) y la
oposición (que esgrimía las autonomías departamentales como contrapro-
puesta). Esa polarización tuvo su estallido de violencia en Cochabamba
con enfrentamientos entre campesinos movilizados por el MAS y citadinos
convocados por el prefecto Manfred Reyes Villa, denotando la gravedad
de la fractura política nacional que se resolvió en 2008 con la realización
de un referendo para la revocatoria del mandato del Presidente y de los
prefectos. Sus resultados provocaron el alejamiento de Manfred Reyes Villa
de su cargo de prefecto y la ratificación de Evo Morales como Presidente.
Estas figuras políticas se enfrentarían nuevamente en las elecciones presi-
denciales de 2009, así como lo hicieron en 2002 en calidad de candidatos
por el MAS y por el NFR.
Ambas fuerzas políticas surgieron en el departamento en el decenio de
1990, pero no tuvieron a la problemática regional como referente de su
accionar. El MAS nació en el seno de los sindicatos campesinos, principal-
mente de los cocaleros del trópico cochabambino, y se convirtió en una
fuerza política con perspectiva nacional con un discurso que articulaba el
cuestionamiento al modelo neoliberal y a los partidos tradicionales. De
igual manera, NFR se fundó en 1997 en torno a la figura de Manfred Reyes
Villa, alcalde de la ciudad de Cochabamba durante tres gestiones conse-
cutivas. A partir de su prestigio edil, Reyes Villa incursionó en la arena
política nacional como candidato presidencial, y su partido esbozó una
propuesta análoga a la del MAS respecto a la convocatoria a una asamblea
constituyente como respuesta a la crisis estatal.
En los comicios generales de 2002, Evo Morales y Manfred Reyes Villa
fueron adversarios con similar votación (véase cuadro 2). Esta situación se
repitió en 2009, cuando, sin embargo, el MAS se consolidó y NFR se des-
vaneció; una agrupación ciudadana postuló a Manfred Reyes Villa, quien
fue derrotado otra vez por Evo Morales (véase cuadro 8). En el ínterin
tuvieron otro enfrentamiento electoral de carácter indirecto en 2005, por-
172 El sistema sociopolítico del departamento de Cochabamba

que Evo Morales venció en las elecciones presidenciales y Manfred Reyes


Villa ganó los comicios para prefecto de Cochabamba. Su elección como
prefecto se sustentó en el voto citadino, mientras que el MAS obtuvo una
nítida mayoría en la elección de parlamentarios y Presidente. Es decir,
Reyes Villa fue un prefecto opositor en un territorio dominado por el MAS
(véase cuadros 4 y 5).
Ese cuadro se tornó más complejo con los resultados del referéndum
por autonomías departamentales de julio de 2006 porque el voto por el
No a las autonomías, promovido por el MAS, obtuvo una contundente
victoria en el departamento de Cochabamba (véase cuadro 6). De esa
manera se configuró un complejo escenario político porque Cochabamba
era un caso anómalo en la división vertical de poderes que presentaba,
por un lado, a prefectos opositores de departamentos donde venció el Sí
en el referéndum autonómico (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija) y a pre-
fectos oficialistas en departamentos que rechazaron la autonomía depar-
tamental, como en el caso de Cochabamba. La adscripción de Reyes Villa
a la coalición de prefectos opositores provocaría una polarización extrema
en la sociedad cochabambina. La contradicción entre un prefecto opositor
con apoyo urbano y el rechazo masista a la autonomía departamental en
las provincias estalló el 11 de enero de 2007 con enfrentamientos entre
miles de civiles. El desenlace político de este terrible evento, un año y
medio después, fue el alejamiento de Manfred Reyes Villa de la prefectura
mediante un referendo revocatorio que también ratificó a Evo Morales en
su mandato presidencial (véase cuadro 7).
La última disputa electoral entre Evo Morales y Manfred Reyes Villa
como candidato de una coalición opositora fue en las elecciones presiden-
ciales de 2009. El voto en el departamento de Cochabamba fue amplia-
mente favorable al MAS y el bastión electoral de Reyes Villa se redujo a la
zona urbana (véase cuadro 8). Unos meses después, Reyes Villa enfrentó
demandas judiciales y abandonó el país con denuncias de “persecución
política”. Como corolario de este proceso, en los comicios subnacionales
de 2010, el MAS venció en las elecciones de gobernador y, por primera
vez, ganó la Alcaldía de la ciudad de Cochabamba.
La inestabilidad institucional de antaño fue remplazada por la concen-
tración de los recursos de poder institucionales en el MAS a partir de los
comicios subnacionales de 2010, y se ratificó en el ciclo electoral 2014-
2015, aunque con ciertos matices debido a la victoria de un candidato
opositor en la alcaldía de la ciudad de Cochabamba.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 173

Elecciones subnacionales con tinte monocolor

La supremacía electoral del MAS en Cochabamba se consolidó con los


resultados de las elecciones subnacionales de 2010. En 2005 había sido
electo como prefecto un candidato opositor; en 2010, la oposición presen-
tó dos opciones: Unidad Nacional Convergencia Popular (UNCP) y
Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), y se produjo la incursión
del Movimiento Sin Miedo (MSM) sin mayor éxito. El candidato del MAS,
Edmundo Novillo, logró ganar la gobernación con una votación de 61,9%
(véase cuadro 10). El rival más fuerte del candidato oficialista fue José
María Leyes, postulado por UNCP, y que obtuvo el segundo lugar con un
cuarto de los votos, apenas la mitad de los que obtuvo Manfred Reyes Villa
como prefecto en 2005. Fue la primera incursión electoral de José María
Leyes a la cabeza de una coalición partidista de efímera existencia porque
en pleno proceso electoral se produjeron conflictos en sus filas que deter-
minaron su desarticulación como alianza.
En los comicios de 2015 se repitieron las cifras porque Iván Canelas,
candidato del MAS, obtuvo el 61,6% de la votación, en tanto que el segun-
do lugar fue ocupado por un candidato del Movimiento Demócrata Social
(DEMÓCRATAS), la organización que postuló a José María Leyes a la
Alcaldía de Cochabamba (véase cuadro 11).
La composición de la Asamblea Legislativa Departamental en 2010 rati-
ficó el poderío electoral del MAS, que logró más de dos tercios de esca-
ños, con 27 asambleístas, mientras que UNCP obtuvo 4 representantes y
el MSM, uno. Este cuadro se repitió en 2105 porque el MAS ganó 26 esca-
ños y la oposición, con otras siglas, obtuvo cinco asambleístas de
Demócratas y un representante de otra fuerza política. Es decir, el MAS
controla el territorio departamental y no tiene rivales, excepto en la ciudad
de Cochabamba y alguna provincia aledaña —como Quillacollo—. Merced
a esa supremacía electoral, encabeza el manejo del gobierno departamen-
tal desde hace una década.
En el ámbito municipal, los resultados de las elecciones de 2010 y 2015
confirmaron la preeminencia del MAS porque logró vencer en casi todos
los distritos: 42 de 47 municipios en 2010 y 43 de 47 municipios en 2015.
En casi la mitad de los casos, con votaciones superiores a 90%. Sin embar-
go, en los comicios de 2015 ocurrió un hecho político importante porque
perdió en los municipios más poblados del departamento: Cochabamba y
Quillacollo, ante Demócratas y el Frente para la Victoria (FPV), respecti-
vamente. Los otros municipios ganados por la oposición fueron: Pasorapa
174 El sistema sociopolítico del departamento de Cochabamba

(PUN), Cliza (CREE) y San Benito (UNICO). Como puede advertirse, no se


repiten las siglas de los rivales del MAS, denotando la fragmentación y
dispersión del campo opositor, otro rasgo sobresaliente de la política
departamental en la última década.
El caso de Quillacollo es sugerente porque el MAS fue derrotado por
una agrupación local en la mayoría de los comicios ediles. Se trata de
Unidad Nueva Esperanza (UNE) que, junto con el MAS, es protagonista en
ese municipio desde hace 15 años; se trata de una agrupación ciudadana
que remplazó a Unidad Cívica Solidaridad (UCS), una importante fuerza
política entre 1989 y 1999, sobre todo en Quillacollo, lugar de nacimiento
de Max Fernández, su fundador. Ese partido venció en los comicios muni-
cipales de Quillacollo en 1995 y 1999, pero fue desplazado al segundo
lugar por el MAS en 2004, cuando el partido de Evo Morales empezó a
convertirse en la principal fuerza política en el país y UCS se desmoronó
junto con los partidos tradicionales.
En las elecciones de 2010, UNE se alzó con la victoria pero su candi-
dato a la Alcaldía no pudo asumir sus funciones, no obstante su fortaleza
electoral se volvió a demostrar en 2011 cuando derrotó al MAS en la elec-
ción para el alcalde sustituto. En 2015 esta agrupación se alió con el FPV
para ganar otra vez la alcaldía. UNE es una agrupación ciudadana que se
articuló en torno a un liderazgo local que se destacó como dirigente de
UCS y fue elegido alcalde de Quillacollo en tres oportunidades: 1989, 1995
y 1999. Sobre esa base se forjó una estructura política imbricada con el
aparato municipal y con lazos clientelares en la zona urbana, y que venció
en 2010 y 2015 (véase cuadro 14).
Empero, la novedad más sobresaliente de las elecciones de marzo de
2015 fue la victoria por mayoría absoluta de José María Leyes, candidato
de Demócratas, en la ciudad de Cochabamba. Una victoria opositora que
no es sorprendente si se comparan los resultados electorales de 2015 y
2010, cuando el MAS ganó la Alcaldía con una escasa diferencia. La nove-
dad fue la mayoría de concejales (6) obtenida por la fórmula ganadora y
las características de la organización política vencedora, puesto que
Demócratas es un partido de reciente creación con arraigo en el departa-
mento de Santa Cruz y que se forjó como fuerza nacional en torno a la
agrupación ciudadana VERDES, liderizada por Rubén Costas, gobernador
de Santa Cruz. Es decir, no es fruto de una acumulación política en la
región sino, como se verá más adelante, el resultado imprevisto de una
pugna interna en el campo opositor.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 175

En las elecciones de 2010, la fórmula opositora fue Unidad Nacional


Convergencia Popular (UNCP), una alianza que congregó a diversas orga-
nizaciones. Es importante mencionar que en las elecciones generales de
2009 solamente dos fuerzas políticas lograron escaños departamentales en
la Asamblea Legislativa Plurinacional: MAS y Plan Progreso Bolivia (PPB).
En esa oportunidad, Unidad Nacional (UN) no consiguió ni un curul, pero
en 2010 fue el eje de la formación de una alianza local debido al aleja-
miento de Manfred Reyes Villa del escenario político.En los comicios de
2010, UNCP y dos partidos (MAS y MSM) presentaron candidatos para
gobernador y para alcaldes en varias provincias. También lo hizo el MNR,
pero su desempeño fue insignificante. El MAS fue el único partido con
presencia en todos los municipios, seguido por el MSM con 34 candidatos
y por UNCP con solamente 13 candidaturas.
Para la conformación de la Asamblea Legislativa Departamental se apli-
có una disposición de la Corte Nacional Electoral que definió una fórmu-
la que sustituyó el criterio de proporcionalidad y terminó favoreciendo al
MAS. Los efectos de esta medida fueron negativos porque se redujeron las
posibilidades de interacción partidista en la Asamblea Legislativa
Departamental puesto que el MAS pasó a disponer más de dos tercios de
asambleístas; los escaños de UNCP se redujeron a la mitad, el MSM perdió
dos escaños y el MNR, a su único representante.
En las elecciones de 2015 ya no participó el MSM debido a que perdió
su sigla. EL MNR repitió su pobre desempeño. Surgieron nuevas fuerzas,
como Demócratas, y nuevas coaliciones, como el frente Unidos por
Cochabamba (UNICO), impulsado por Unidad Nacional (UN), a la usanza
de UNCP en 2010. Para analizar esta modificación es importante evaluar
de nueva cuenta el comportamiento de UNCP en el proceso electoral de
2010, puesto que esa alianza agrupó a varias fuerzas de oposición y obtu-
vo el segundo lugar en el departamento bajo la sigla Todos Por
Cochabamba, tanto en la campaña por la Alcaldía de Cochabamba como
en las elecciones para gobernador. Para la elección de gobernador, respal-
dó a un joven profesional sin militancia previa y con esporádica presencia
en los medios de comunicación como analista, José María Leyes, quien
sería candidato a alcalde por Demócratas en 2015.
Precisamente, en el caso de la alcaldía de Cochabamba, este frente
articuló su campaña de 2010 en torno a un binomio de ex diputados de
oposición: Arturo Murillo como candidato a alcalde y Ninoska Lazarte a
primera concejal. Antes de esta elección, UN tenía escasa presencia en
Cochabamba; precisamente Arturo Murillo fue el único representante de
176 El sistema sociopolítico del departamento de Cochabamba

esa tienda política en el Parlamento. Esta circunstancia, aunada a la desa-


parición de PODEMOS —la segunda fuerza electoral nacional en 2005— y
a la ausencia de Manfred Reyes Villa del escenario político local, era una
oportunidad para articular diversos grupos de oposición. Sin embargo,
este intento se debilitó puesto que se presentaron muchas candidaturas. A
la dispersión de la oposición se sumó la postulación de fuerzas políticas
que en algún momento estuvieron vinculadas al MAS, como es el caso de
la agrupación Ciudadanos Unidos (CIU, un desprendimiento de NFR), del
ex alcalde Gonzalo Terceros, el MSM y el Frente Para la Victoria (FPV),
que postuló a un ex ministro de Evo Morales. Esa cantidad de contendien-
tes influyó en el resultado final, que adquirió ribetes de dramatismo. El
primer lugar se definió con una diferencia de 1,5% votos a favor de Edwin
Castellanos, del MAS, y el segundo lugar fue ocupado por Arturo Murillo,
candidato de UNCP (véase cuadro 12).
El relativo éxito en las urnas no sirvió para cimentar ese frente opositor.
Durante la campaña se produjeron divergencias entre la jefatura nacional
de UN y algunos candidatos. Asimismo, surgieron diferencias de estrategia
electoral entre los candidatos a la Alcaldía y la Gobernación. Después de
los comicios, estas diferencias se ahondaron y este frente se disolvió de
facto. Sin embargo, varios actores de las elecciones de 2010 fueron prota-
gonistas del proceso electoral en 2015. Es importante detallar las vicisitu-
des de las fuerzas opositoras porque es una maraña de acciones que
denotan el carácter casual de la configuración final del escenario electoral
cochabambino, sobre todo en el municipio de la capital.
El excandidato a gobernador por UNCP, José María Leyes, fue postulado
como alcalde por Demócratas después de que la entidad electoral anulará
una alianza denominada Cochabamba Somos Todos, que se forjó a partir
de la suscripción de un pacto entre Demócratas y el Partido Demócrata
Cristiano (PDC). Por su parte, Arturo Murillo, ex candidato a alcalde por
UNCP y senador por Unidad Nacional (UN), forjó el frente Unidos por
Cochabamba (UNICO) para postular a Rebeca Delgado —exdiputada del
MAS y aliada del MSM en octubre de 2014—, quien fue inhabilitada por una
disposición legal que prohibió a exlegisladores a postular a cargos munici-
pales en sus regiones. Una decisión que fue concebida como una maniobra
del oficialismo para frenar la candidatura municipal de Rebeca Delgado, que
aparecía con una imagen positiva en las encuestas de opinión encabezando
la agrupación Libertad de Pensamiento para Bolivia (LPB).
Finalmente, Rebeca Delgado fue sustituida por Jaime de Ugarte, un
exmilitante del desaparecido Movimiento de Izquierda Revolucionaria
La reconfiguración del Estado en Bolivia 177

(MIR) que fue prefecto durante el Gobierno de Hugo Banzer. Ella rechazó
ese acuerdo y su agrupación LPB terminó apoyando a José María Leyes.
El frente UNICO fue impulsado por UN y logró el apoyo de fuerzas irre-
levantes, como UCS y FRI. El candidato a gobernador por UNICO fue
Alejandro Almaraz, otro ex militante del MAS y que había sido candidato
a senador por el Partido Verde de Bolivia (PVB) en 2014; Almaraz amena-
zó con su renuncia en rechazo a la designación de Jaime de Ugarte. Otro
imprevisto apoyo a José María Leyes provino de las filas locales del extin-
to MSM, puesto que Mario Orellana, dirigente regional y asambleísta
departamental, engrosó las listas de Demócratas para ser reelecto.
En suma, el campo opositor adquirió nuevos matices con la presencia
de exmasistas, la extinción del MSM, la desaparición de UNCP y la emer-
gencia de Demócratas. Empero, reiteró los problemas de antaño para
articular una candidatura única. Si bien en los comicios presidenciales de
2014 Demócratas y UN formaron un frente (Unidad Demócrata) para ter-
ciar en la contienda, esa alianza se disipó raudamente en el escenario
político cochabambino porque prevalecieron las divisiones de antaño
alimentadas por nuevas rivalidades.
La votación se concentró en José María Leyes, que venció con mayoría
absoluta: su organización logró 6 concejales, el MAS se quedó con 4 y el
solitario escaño obtenido por UNICO fue para un ex concejal de UNCP
(véase cuadro 13). Existen varias razones para explicar la victoria de José
María Leyes. Aquellas que se refieren a su desempeño personal remiten a
su participación como candidato a gobernador en 2010; otras insisten en
una imagen pública que evoca la figura de Manfred Reyes Villa y, particu-
larmente, al despliegue de una estrategia discursiva basada en evitar la
confrontación con el MAS. El candidato de Demócratas adoptó una posi-
ción moderada en el espectro político local, pese a que era candidato de
un partido que en el ámbito nacional es radicalmente opositor al Gobierno.
Así, se benefició de la postura antimasista predominante en las zonas resi-
denciales de la ciudad, canalizando esa tendencia, y acrecentó su apoyo,
con una postura moderada, para alcanzar la mayoría absoluta. En ese afán
también suscribió acuerdos con varias organizaciones gremiales, sobre
todo del transporte y del comercio, así como juntas vecinales y redes diri-
genciales de zonas populares, otrora afines al partido de Manfred Reyes
Villa y también a su sucesor, Gonzalo Terceros, de CIU, para incluir repre-
sentantes de esos sectores en su lista de concejales y en puestos directivos
de la Alcaldía. La propuesta de Demócratas se situó al margen de la pola-
rización política alentada por el MAS que, por ejemplo, denunció a José
178 El sistema sociopolítico del departamento de Cochabamba

María Leyes por su participación en los sucesos del 11 de enero de 2007.


Su propuesta recupera una visión de modernidad que fue instalada por
Manfred Reyes Villa bajo la consigna: Cochabamba Ciudad Jardín. Así, su
programa “Para ser mejores… porque Cochabamba se merece” planteaba:

(Re)organizaremos el Gobierno Autónomo Municipal de la ciudad, movili-


zaremos la fuerza social de la población y sus instituciones públicas, socia-
les y privadas para hacer de nuestro municipio un lugar para la vida; con
desarrollo humano, económico, urbano, solidario y moderno; con seguri-
dad para la gente y las familias, transparente y oportuno en el uso de los
recursos económicos, con respeto al pluralismo democrático y en diversi-
dad social y cultural y en armonía con la naturaleza, para lograr un muni-
cipio para todos y todas, integrando a los distritos y en relación de respe-
to a nuestra autonomía local con la institucionalidad departamental y
nacional.

Para cumplir ese objetivo, planteó diez pilares de gestión municipal:


1. Cochabamba con capacidad de gestión y autonomía.
2. Cochabamba con piense.
3. Cochabamba saludable.
4. Cochabamba, la del comer bien y del vivir bien.
5. Cochabamba articuladora.
6. Mil ojos: Cochabamba segura.
7. Cochabamba la bella.
8. Cochabamba con poder popular y descentralización.
9. Cochabamba solidaria e inclusiva.
10. Cochabamba cultural, deportiva.

Tanto el programa de Demócratas como el discurso de José María Leyes


se mantuvieron dentro de esos parámetros, inclusive cuando se anunció
el apoyo de LPB de Rebeca Delgado, que pidió a la oposición unirse con-
tra el MAS para “evitar la consolidación de un régimen totalitario y auto-
crático” y “defender el sistema democrático”. El candidato de Demócratas
no asistió a la suscripción de ese acuerdo, pero en el documento se com-
prometió a incluir las propuestas de LPB en su plan de gobierno.
El MAS contribuyó indirectamente a la victoria opositora con una errá-
tica estrategia electoral que empezó con la proclamación de Edwin
Castellanos para su reelección, pese a que las encuestas le daban un ele-
vado porcentaje de rechazo ciudadano. Ante esta evidencia, el partido
La reconfiguración del Estado en Bolivia 179

gobierno optó por sustituirlo al filo del cierre de inscripciones por el rec-
tor de la universidad pública, Lucio González, desligado de las organiza-
ciones populares afines al MAS y sin una imagen favorable en los sectores
medios. La campaña reprodujo esos desaciertos, y González no pudo
desplazar a su principal rival de las preferencias.
Los primeros meses de gestión muestran el predominio de las presio-
nes de los sectores que apoyaron la candidatura de José María Leyes para
conseguir réditos de las decisiones ediles (comerciantes y transportistas) y
una relación conflictiva con los concejales del MAS, pugna que puede
obstaculizar las posibilidades de colaboración con la Gobernación y el
Gobierno central, pese a las buenas intenciones de las autoridades ejecu-
tivas del departamento.

El mapa político y la economía regional

Con los resultados de 2015, el mapa político departamental refuerza la


presencia dominante del MAS como el único partido con arraigo social y
penetración territorial. Mantiene el control de la Asamblea Legislativa
Departamental y —aunque perdió la Alcaldía de Cochabamba— no tiene
rivales opositores con capacidad de disputar su supremacía política. Es
decir, a la usanza de lo que acontece en la arena nacional, en Cochabamba
no existe un sistema de partidos porque el grado de pluralismo es irrele-
vante y prevalece la concentración de poder decisional en el partido de
gobierno. El MAS sigue dominando el gobierno departamental, pero con
el antecedente de una primera gestión caracterizada por sus escasos frutos
debido a la debilidad institucional de la Asamblea Legislativa Departamental
que, pese a la amplia mayoría oficialista, recién al final de su período
aprobó el Estatuto Autonómico Departamental. Tampoco elaboró una
agenda regional de desarrollo que permita juzgar la existencia de una
visión propia, local, del “proceso de cambio” en Cochabamba.
Un paso importante fue la aprobación de un plan departamental de
desarrollo que definió cinco subregiones como unidades de planificación.
Sin embargo, se mantiene incólume la prédica modernizadora de los años
90, y la visión desarrollista del crecimiento urbano impulsada por Manfred
Reyes Villa continúa siendo un referente indirecto de las concepciones
sobre el futuro regional. En esa veta, una decisión destacable fue la crea-
ción de la Región Metropolitana Kanata, a mediados de 2014, para enfren-
tar problemáticas como agua, basura, manejo del río que cruza varios
180 El sistema sociopolítico del departamento de Cochabamba

municipios, proyectos camineros y servicios básicos.


Esta región está conformada por siete municipios (Cercado, Quillacollo,
Sipe Sipe, Tiquipaya, Vinto, Colcapirhua y Sacaba), y alberga más de un
millón de habitantes, casi dos tercios de la población del departamento.
Su consejo de coordinación, conformado por el gobernador y los alcaldes,
puede ser un espacio de concertación entre el oficialismo y la oposición,
puesto que los dos municipios más poblados y con mayores recursos (la
Alcaldía de Quillacollo tiene un presupuesto casi similar al que dispone la
Gobernación, y la de Cochabamba, casi el doble) están bajo el mando de
fuerzas contrarias al MAS. Este panorama de pluralismo, inexistente en la
gestión 2010-2014, establece condiciones para una relación colaborativa
entre niveles de gobierno y entre oficialismo y oposición. Adicionalmente,
un aspecto que resalta en el diseño institucional de esa región metropoli-
tana es la inexistencia de mecanismos de participación social que, indirec-
tamente, expresa la ausencia de actores sociales en la planificación y la
subordinación de las políticas de desarrollo a las presiones corporativas y
gremiales.
Por otra parte, el debate sobre el desarrollo regional no se encuadra en
la prédica indígena y ecologista, que constituyen los componentes centra-
les del Estado Plurinacional. Esta ausencia se hizo evidente en algunos
temas, como en conflicto en torno a la construcción de la carretera que
vinculará los departamentos de Beni y Cochabamba cruzando por el
Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Las discu-
siones al respecto son un ejemplo de la ausencia de una visión regional
común porque esa carretera ampliará las relaciones económicas con el
oriente de país con efectos multiplicadores para diversos sectores produc-
tivos del departamento; empero, el discurso oficialista no incidió en los
beneficios para el desarrollo regional. Así, el debate nacional y local se
concentró en los cuestionamientos de la oposición al proyecto carretero
con un discurso de defensa del medio ambiente y de los derechos indíge-
nas, aparte de denunciar los beneficios que obtendrían los campesinos
cocaleros con la ampliación de sus tierras de cultivo en esa región.
Algo similar acontece con las inversiones estatales en el trópico cocha-
bambino, bastión electoral del MAS, para la construcción de una planta
industrial de amoniaco y urea destinada a la producción de fertilizantes,
con una inversión de $us 860 millones de dólares, y de un aeropuerto
internacional en Chimoré, que costará $us 36 millones. Son proyectos de
innegable importancia para la región pero no formaron parte de un deba-
te local sobre el desarrollo departamental. Tampoco expresan una voca-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 181

ción de los campesinos cocaleros de asumir un rol como clase o sector


dirigente en la región porque sus propuestas no exceden los intereses
sectoriales o porque, simplemente, se limitan a lograr beneficios de las
inversiones del Gobierno central, cuyas decisiones no dependen de las
demandas o propuestas de los actores regionales.
El empresariado cochabambino es otro actor económico que se ha
debilitado porque perdió sus nexos con el aparato estatal y no tuvo capa-
cidad de adaptación al nuevo entorno político e institucional. Un ejemplo
nítido es su escasa iniciativa y nula capacidad para articular sus demandas,
requerimientos e inversiones con las políticas de desarrollo que se derivan
de la Agenda Patriótica del Bicentenario 2025. Esta situación se puso de
manifiesto con la ausencia de la Federación de Entidades Empresariales
Privadas de Cochabamba en la Cumbre Agropecuaria, que se realizó en
Santa Cruz en marzo de 2015, para encarar el desafío de la seguridad ali-
mentaria incrementando la producción para consumo interno y para
exportaciones mediante la ampliación de la frontera agrícola. El paradig-
ma del valle cochabambino como “granero de Bolivia” es cosa del pasado,
y el sector empresarial cochabambino no tiene influencia como actor
económico, ni político.
En estas circunstancias, sobre todo en las zonas urbanas en Cochabamba
prevalecen los intereses corporativos de actores económicos y sociales
que se benefician indirectamente de un patrón de desarrollo que incenti-
va el incremento del comercio y del transporte, así como de una época
de bonanza económica que también favorece a la construcción de vivien-
das y al contrabando de productos de consumo masivo.

Sociedad desarticulada y ausencia de proyecto común

La sociedad cochabambina es una sociedad desarticulada porque sus ins-


tituciones y organizaciones sociales no comparten un proyecto colectivo.
El Comité Cívico era una instancia que en el pasado articuló una agen-
da regional en torno a demandas de alta agregación, como el proyecto
Misicuni, para la provisión de agua potable y riego a los valles, y que está
en fase de construcción desde hace media década. Esta entidad se debili-
tó durante la Guerra del agua y no recuperó su capacidad representativa
como “entidad de entidades”. Desde entonces el Comité Cívico trató de
reorganizarse, pero los intentos terminaron de manera parcial o sin la
participación de sectores importantes —como regantes, campesinos y
182 El sistema sociopolítico del departamento de Cochabamba

comités cívicos provinciales—, tornando irrelevante su papel en la región


desde hace una década.
La Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba
(FEEPC) es otra entidad que perdió importancia de manera paralela al
Comité Cívico. En los últimos años su directorio está bajo el mando de
grupos ajenos al sector productivo, como las cámaras de Despachantes de
Aduana, de Comercio, de la Construcción y de Medios de Comunicación.
Adopta posiciones críticas a las políticas gubernamentales y su alinea-
miento con la oposición al MAS se manifestó, por ejemplo, en su rechazo
a participar en la comisión encargada de monitorear el proceso de elabo-
ración del proyecto de estatuto autonómico departamental, pese a que fue
invitada a ocupar una de las vicepresidencias.
Otro sector influyente en la dinámica regional está formado por las
cooperativas, aunque su rol político es irrelevante. Entre ellas sobresalen
la Cooperativa de Telecomunicaciones Cochabamba (COMTECO) y la
Cooperativa Boliviana de Cemento (COBOCE). La primera es una empre-
sa pujante que cuenta con más de 150.000 socios; se convirtió en una
corporación que ha trascendido el ámbito de la telefonía con la prestación
de servicios de televisión por cable, telefonía móvil e internet. Hace siete
años, ante los rumores de nacionalización del sector cooperativista, sus-
cribió su fusión con una empresa de electricidad mediante la compra de
la mayoría accionaria para constituirse en la empresa de servicios del
departamento. Precisamente un presidente de su directorio, Jaime de
Ugarte, fue candidato a alcalde por el frente UNICO, pero la cooperativa
se mantuvo al margen del proceso electoral.
Finalmente, se encuentran los transportistas y los comerciantes, que
tienen una enorme capacidad de presión sobre las instancias de Gobierno,
sobre todo municipal. Las organizaciones de transportistas se agrupan en
tres entidades: la Federación Sindical de Autotransporte, que cuenta con
más de cien sindicatos “federados” y es la única que tiene personería
jurídica; la Federación Especial del Transporte Libre, con cincuenta asocia-
ciones, y el transporte denominado vecinal, constituido por cooperativas.
Los tres grupos mantienen una continua disputa por las rutas en la ciudad
y entre municipios, y presionan continuamente a las alcaldías. Su peso
político y electoral se manifiesta en la presencia de sus representantes en
las listas de concejales, como en el caso de la bancada de Demócratas.
Otro sector con características similares es el conformado por los
comerciantes (en cuyas filas no se percibe a los grandes importadores
ilegales): los propietarios de puestos de venta en mercados y los peque-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 183

ños comerciantes callejeros. Solamente en el área urbana se calcula que


existen cien mil comerciantes; algunos están afiliados en más de trescien-
tas organizaciones reunidas en una compleja estructura cuyo ente directriz
es la Federación Departamental de Comerciantes Minoristas, Gremialistas,
Vivanderos y Ramas Anexas, la cual agrupa a la Federación Departamental
de Comerciantes Minoristas y Trabajadores por Cuenta Propia, la
Federación de Pequeños Comerciantes y la Federación de Comerciantes
Minoristas. Su accionar es similar al de los transportistas, es decir, tienen
representantes en el gobierno municipal para pugnar por sus intereses
sectoriales y las relaciones que entablan con el poder político dependen
de los beneficios obtenidos. Fueron los protagonistas en el acto de pose-
sión del nuevo alcalde y una de las propuestas centrales de la gestión de
José María Leyes es el reconocimiento de derecho propietario a los pues-
tos de los comerciantes.
Transportistas y comerciantes son, sin duda, los sectores más influyen-
tes en la dinámica económica urbana, junto con los constructores —debi-
do al crecimiento inusitado en la edificación de condominios y tiendas
comerciales— y los loteadores, que presionan sobre tierras fiscales y áreas
verdes. Esta constelación de organizaciones representa a los reales actores
del desarrollo departamental —sobre todo urbano— que responden a la
dinámica del mercado y tienen capacidad para vetar las iniciativas guber-
namentales —de la gobernación y de las alcaldías— dirigidas a definir los
objetivos del desarrollo de acuerdo a lógicas de planificación basadas en
los principios de la Constitución Política del Estado Plurinacional.
Las limitaciones del accionar gubernamental departamental y local se
mantienen, pese a que las organizaciones sociales más importantes son los
sindicatos campesinos, que constituyen la base social de apoyo al MAS.
Esta situación se debe, como se señaló, a la ausencia de un proyecto
regional en las organizaciones afines al MAS y en las élites locales del
partido de Gobierno.
La Coordinadora de las Federaciones del Trópico de Cochabamba, que
agrupa a los sindicatos de productores de coca, es el sector social de mayor
influencia en la región. Empero, sus demandas se vinculan escasamente con
reivindicaciones específicamente departamentales. Es un actor social con
recursos de poder político y económico (porque ha diversificado su condi-
ción campesina con actividades de comercio y transporte) y con una enor-
me capacidad organizativa y de movilización, pero que actúa más en la
arena nacional que en el espacio departamental, donde únicamente define
las candidaturas y ejerce cierto poder de veto. Por otra parte, la Federación
184 El sistema sociopolítico del departamento de Cochabamba

Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Cochabamba (FSUTCC) y la


Federación Departamental de Mujeres Campesinas Indígenas “Bartolina
Sisa” son organizaciones con gran capacidad de movilización electoral; sus
demandas se canalizan a través del gobierno departamental y las alcaldía
municipales que están bajo su control.
Finalmente, los pueblos indígenas de la zona tropical tienen relacio-
nes complejas con el gobierno central y, sobre todo, con los sindicatos
de campesinos cocaleros. En el departamento existen tres zonas con
comunidades indígenas: los pueblos amazónicos organizados en la
Central de Pueblos Indígenas del Trópico de Cochabamba (CPITCO), los
pueblos originarios de la zona occidental y una central indígena en el
municipio de Mizque. La CPITCO forma parte de la Confederación
Indígena del Oriente Boliviano y agrupa a los pueblos moxeño trinitario,
yuqui y yuracaré, que habitan en la zona tropical. En los últimos años
se produjeron enfrentamientos entre campesinos e indígenas ante los
intentos de los colonizadores de cultivar plantas de coca en el TIPNIS,
una situación que se incrementó debido al conflicto en torno a la cons-
trucción de la carretera. Esto denota las contradicciones que existen
entre aliados del MAS debido a que los intereses económicos de los
campesinos cocaleros se oponen a los derechos colectivos de los pue-
blos indígenas: aquello que los indígenas conciben como territorio, los
campesinos lo perciben como tierra.
A diferencia de otros departamentos, los indígenas no constituyen una
fuerza política importante en Cochabamba y tampoco tienen influencia en
la definición de políticas de desarrollo. Por el contrario, la importancia de
los campesinos cocaleros del trópico y de los campesinos regantes de los
municipios aledaños a la capital no tiene parangón y su rol protagónico
en la sociedad cochabambina se incrementa por su lazo directo con el
partido de Gobierno. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, son
actores sociales que no tienen un proyecto regional que oriente las accio-
nes del gobierno departamental y no influyen en la dinámica municipal
de la región metropolitana que, más bien, está sometida a las presiones
corporativas de actores sociales y económicos más cercanos a un “anti-
desarrollo” que al Vivir Bien como el paradigma de desarrollo humano y
sostenible pregonado por el MAS.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 185

Anexo. Cuadros1
CUADRO 1. COCHABAMBA: ELECCIONES MUNICIPALES DE 1999
Sigla Nombre Votos obtenidos Porcentaje
MBL Movimiento Bolivia Libre 10.195 6,53%
FSB Falange Socialista Boliviana 1.209 0,77%
MIR Movimiento de Izquierda Revolucionaria 5.493 3,52%
VR-9 Vanguardia Revolucionaria 9 de abril 716 0,46%
Condepa Conciencia de Patria 689 0,44%
MSM Movimiento Sin Miedo 3.583 2,29%
FRI Frente Revolucionario de Izquierda 1.237 0,79%
NFR Nueva Fuerza Republicana 80.649 51,66%
UCS Unidad Cívica Solidaridad 4.300 2,75%
ADN Acción Democrática Nacionalista 27.708 17,75%
PCB Partido Comunista Boliviano 4.963 3,18%
MNR Movimiento Nacionalista Revolucionario 12.049 7,72%
PS Partido Socialista 728 0,47%
PDC Partido Demócrata Cristiano 1.020 0,65%
MAS Movimiento al Socialismo 1.584 1,01%
Válidos 156.123 96,12%
Blancos 2.057 12,66%
Nulos 4.241 26,11%

CUADRO 2. COCHABAMBA: ELECCIONES GENERALES DE 2002


Sigla Nombre Votos obtenidos Porcentaje
Condepa  Conciencia de Patria 1.185 0,24%
UCS  Unidad Cívica Solidaridad 23.012 4,75%
NFR  Nueva Fuerza Republicana 140.740 29,05%
MCC  Movimiento Ciudadano para el Cambio 3.298 0,68%
ADN  Acción Democrática Nacionalista 6.270 1,29%
MIR  Movimiento de Izquierda Revolucionaria 29.800 6,15%
MAS  Movimiento al Socialismo 182.211 37,62%
MIP  Movimiento Indígena Pachakuti 3.619 0,75%
MNR  Movimiento Nacionalista Revolucionario 81.850 16,90%
PS  Partido Socialista 2.356 0,49%
LJ  Libertad y Justicia 10.061 2,08%
Votos válidos 484.402 92,69%
Blancos 22.524 4,31%
Nulos 15.677 3,00%

1 Todos los cuadros a continuación fueron elaborados por el autor.


186 El sistema sociopolítico del departamento de Cochabamba

CUADRO 3. COCHABAMBA: ELECCIONES MUNICIPALES DE 2004


Sigla Nombre Votos obtenidos Porcentaje
PP Plan Progreso 967 0,48%
1° C Primero Cochabamba 3.336 1,67%
NFR Nueva Fuerza Republicana 19.760 9,89%
MNR Movimiento Nacionalista Revolucionario 4.213 2,11%
MBL Movimiento Bolivia Libre 1.597 0,80%
MAS Movimiento Al Socialismo 62.190 31,11%
MIP Movimiento Indígena Pachakuti 973 0,49%
UN Frente de Unidad Nacional 6.527 3,27%
MOVIBOL Movimiento Bolivariano 1.779 0,89%
REC Reacción Ciudadana 7.087 3,55%
MSM Movimiento Sin Miedo 2.753 1,38%
CIU Ciudadanos Unidos 66.535 33,29%
MIR Movimiento de la Izquierda Revolucionaria 943 0,47%
UCS Unidad Cívica Solidaridad 19.569 9,79%
MOLLE Asociación de Ciudadanos Independientes 1.660 0,83%
Válidos 199.889 94,59%
Blancos 2.832 1,340%
Nulos 8.599 4,069%

CUADRO 4. COCHABAMBA: ELECCIONES GENERALES DE 2005


Sigla Nombre Votos obtenidos Porcentaje
UN Frente de Unidad Nacional 28,689 5,55%
FREPAB Frente Patriótico Agropecuario de Bolivia 1,390 0,27%
MIP Movimiento Indígena Pachakuti 4,145 0,80%
NFR Nueva Fuerza Republicana 4,280 0,83%
MAS Movimiento Al Socialismo 335,439 64,84%
MNR Movimiento Nacionalista Revolucionario 12,773 2,47%
USTB Unión Social de Trabajadores de Bolivia 1,035 0,20%
PODEMOS Poder Democrático y Social 129,566 25,05%
Válidos 517.317 92,71%
Blancos 17.781 3,19%
Nulos 22.873 4,10%
La reconfiguración del Estado en Bolivia 187

CUADRO 5. COCHABAMBA: ELECCIONES PARA PREFECTO, 2005


Sigla Nombre Votos obtenidos Porcentaje
UN Frente de Unidad Nacional 27.620 5,340%
MAS Movimiento Al Socialismo 222.895 43,094%
MIP Movimiento Indígena Pachakuti 20.303 3,925%
AUN Alianza Unidad Cochabambina 246.417 47,641%
Válidos 517.235 92,612%
Blancos 16.159 2,893%
Nulos 25.104 4,495%

CUADRO 6. COCHABAMBA: REFERÉNDUM AUTONÓMICO DEPARTAMENTAL, 2006


Respuesta Total Porcentaje
SÍ 194.461 36,97%
NO 331.600 63,03%
Válidos 526.061 100,00%
Válidos 526.061 92,65%
Blancos 19.957 3,51%
Nulos 21.791 3,84%
Votos emitidos 567.809 85,74%
Inscritos habilitados 662.219 100,00%

CUADRO 7. COCHABAMBA: REFERÉNDUM REVOCATORIO DE MANDATO POPULAR, 2008


Presidente Prefecto
¿Ud. está de acuerdo con la continuidad del ¿Ud. está de acuerdo con la continuidad de las
proceso de cambio liderizado por el Presidente Evo políticas, las acciones y la gestión del Prefecto del
Morales y el Vicepresidente Álvaro García Linera? Departamento?
Respuesta Total Porcentaje Total Porcentaje
SÍ 402.681 70,90% 195.290 35,19%
NO 165.276 29,10% 359.602 64,81%
Válidos 567.957 92,73% 554.892 90,65%
Blancos 19.116 3,12% 30.635 5,00%
Nulos 25.440 4,15% 26.612 4,35%
188 El sistema sociopolítico del departamento de Cochabamba

CUADRO 8. COCHABAMBA: ELECCIONES GENERALES 2009


Sigla Nombre Votos obtenidos Porcentaje
PPB Plan Progreso para Bolivia 203.041 24,55%
PULSO Pueblos por la Libertad y Soberanía 3.725 0,45%
MUSPA Movimiento de Unidad Social Patriótica 3.074 0,37%
MAS Movimiento al Socialismo 569.237 68,82%
BSD Bolivia Social Demócrata 1.189 0,14%
GENTE Agrupación Gente 2.617 0,32%
AS Alianza Social 9.469 1,14%
UN Unidad Nacional 34.804 4,21%
Válidos 827.156 93,64%
Blancos 31.721 3,59%
Nulos 24.481 2,77%

CUADRO 9. COCHABAMBA: RESULTADOS DEL REFERÉNDUM AUTONÓMICO DEPARTAMENTAL, 2009


Respuestas Votos Porcentaje
SÍ 657.319 80,34%
NO 160.831 19,66%
Válidos 818.150 92,28%
Blancos 37.406 4.22%
Nulos 31.032 3,50%
Emitidos 886.588 100,00%
Participación
Inscritos habilitados 922.618 100,00%
Votos computados 886.588 96,09% 

CUADRO 10. COCHABAMBA: ELECCIONES PARA GOBERNADOR, 2010


Sigla Nombre Votos Porcentaje
UNCP Unidad Nacional Convergencia Popular 174.175 26,01%
MAS Movimiento Al Socialismo 415.245 61,92%
MSM Movimiento Sin Miedo 52.516 7,81%

MNR Movimiento Nacionalista Revolucionario 29.250 4,41%


Votos válidos 671.186 89,21%
Blancos 111.510 8,13%
Nulos 36.905 2,66%
La reconfiguración del Estado en Bolivia 189

CUADRO 11. COCHABAMBA: ELECCIONES PARA GOBERNADOR, 2015


Sigla Nombre Votos Porcentaje
Demócratas Movimiento Democrático Social 197.747 23,03%
MAS Movimiento Al Socialismo 528.922 61,61%
UNICO Unidos por Cochabamba 76.907 8,96%
MNR Movimiento Nacionalista Revolucionario 28.321 3,30%
FPV Frente para la Victoria 26.608 3,10%
Válidos 858.505 87,65%
Blancos 58.612 5,98%
Nulos 62.330 6,36%

CUADRO 12. COCHABAMBA: ELECCIONES PARA ALCALDE, 2010


Sigla Nombre Votos Obtenidos Porcentaje
UNCP Frente de Unidad Nacional-Convergencia Popular 118.324 38,01%
MAS Movimiento Al Socialismo 123.097 39,51%
CIU Ciudadanos Unidos 21.904 7,03%
FPV Frente Para la Victoria Cochabambina 11.230 3,66%
Válidos 311.310 91,61%
Blancos 9.206 3,89%
Nulos 12.661 4,49%

CUADRO 13. COCHABAMBA: ELECCIONES PARA ALCALDE, 2015


Sigla Nombre Votos Obtenidos Porcentaje
Demócratas Movimiento Democrático Social 206.583 56,49%
MAS Movimiento Al Socialismo 132.940 36,35%
UNICO Unidos por Cochabamba 16.025 4,38%
MNR Movimiento Nacionalista Revolucionario 10.129 2,77%
Válidos 365.677 92,69%
Blanco 8.509 2,16%
Nulo 20.333 5,15%

CUADRO 14. QUILLACOLLO: ELECCIONES MUNICIPALES, 1999-2015


Sigla 1999 2004 2010 2015
MAS 3,33% 32,44% 33,08% 36,05%
UCS/UNE/FPV 34,05% 17,15% 40,99% 46,68%
MSM 3,38% 7,52% 2,95%
Demócratas 7,87%
UNICO 4,93%
Los árboles tratan de enderezarse
Desempeño de los partidos políticos y agrupaciones
ciudadanas en las elecciones nacionales y subnacionales
2014-2015 en el departamento de Tarija

Rodrigo Ayala Bluske*

* Rodrigo Ayala Bluske es cineasta y antropólogo. Actualmente es director de Protección


del Medioambiente Tarija – PROMETA. Ha escrito artículos especializados, investigaciones
y ensayos sobre gobernabilidad, política y recursos naturales. Entre los principales figu-
ran: Personajes increíbles vistos por un clasemediero en crisis; La difícil tarea del equili-
brio: el rol de Tarija en el escenario político 2006-2009; “La construcción del nuevo pai-
saje político tarijeño” y “Tarija: escenario de las tres batallas”. En el terreno audiovisual,
la serie de televisión “Fuego Cruzado” y los largometrajes “Día de boda”, “Historias de
vino, singani y alcoba”, “La huerta” y “Tarija, valle central”. Es columnista y analista en
diversos medios de comunicación.
Índice

Los recursos huidizos.........................................................................................................................193

La institucionalidad en crisis.....................................................................................................197

La autonomía primaria......................................................................................................................201

Los árboles, las astillas y los débiles helechos....................................................203

Itinerario de la oposición tarijeña......................................................................................206

Itinerario del MAS en Tarija.......................................................................................................208

El proceso electoral de octubre de 2014 en Tarija..........................................210

El proceso electoral de marzo de 2015 en Tarija..............................................212

Algunas conclusiones..........................................................................................................................217
La reconfiguración del Estado en Bolivia 193

Queda claro que de la Tarija bucólica y provinciana, retratada hace pocas


décadas en textos como Subdesarrollo y felicidad o Las tejas de mi techo1,
queda muy poco. Si hay un departamento afectado por los cambios que
ha vivido el país en la última década es el del extremo sur boliviano. Y es
que al margen de la transformación social e institucional que hemos vivi-
do, Tarija ha sufrido (en todo el sentido de la palabra) un importante
incremento en sus ingresos merced a la renta petrolera, lo que ha ahon-
dado diversos aspectos de una crisis política crónica, cuya resolución
aparece todavía lejana.
En este escrito abordaremos el rol que han cumplido los partidos polí-
ticos y agrupaciones ciudadanas en este contexto, poniendo énfasis en los
esfuerzos que realizaron en las elecciones 2014-2015 para rearticularse y
convertirse en opciones reales de poder regional.

Los recursos huidizos

Si ha habido una pregunta predominante en el período electoral 2014-


2015 ha sido: ¿dónde están los recursos? Esa interrogante se ha debatido
desde todos los puntos de vista partidarios: los opositores al MAS afirman
que durante la gestión de Lino Condori (2010-2014) hubo un despilfarro
descomunal y, a su vez, éstos responden que el despilfarro ocurrió en la
gestión del exprefecto y exgobernador Mario Cossio (2006-2010), y que en

1 Las tejas de mi techo. Páginas de la Historia de Tarija (1991), de Bernardo Trigo, relata fragmentos de la historia local
y reproduce las costumbres de la Tarija tradicional. Subdesarrollo y felicidad, de William Bluske (Biblioteca Popular
Boliviana de Última Hora, 1974), las contrapone con humor e ironía al “desarrollismo” impulsado a ultranza durante
del septenio del general Banzer. Ambas obras idealizan la Tarija provinciana, desvinculada del progreso capitalista; de
alguna manera, podría decirse que constituyen ejes centrales de la expresión ideológica de los sectores tradicionales
tarijeños.
194 Los árboles tratan de enderezarse

la gestión de Condori los recursos más bien fueron descentralizados, con


lo que fue pagada parcialmente la deuda social.
Pero lo cierto es que hay un sentimiento de descontento e inconformi-
dad de los ciudadanos respecto a la inversión: sienten que éstano ha
podido solucionar los principales problemas del departamento.
Más allá de la discusión partidaria, la pregunta de fondo es: ¿cuánto hay
de mito y cuánto de realidad en los “ingentes” recursos que recibió Tarija
en los últimos años?, ¿es verídica la imagen de la “Tarija saudita” que se
ha propalado en todo el país?
Si se compara los presupuestos de las distintas gobernaciones de
Bolivia, el de Tarija, merced a los ingresos por regalías e IDH, aparece
como una suerte de gigantesco y caudaloso río Amazonas. Sin embargo,
si analizamos el total anual de la inversión del Estado (la mayor parte de
la cual es realizada de manera directa por el gobierno central y sus empre-
sas desconcentradas), se convierte en un escuálido riachuelo. Si nos toma-
mos el trabajo de ir un poco más allá y observamos su inversión en los
últimos 25 años, nos daremos cuenta de que el dinero recibido por Tarija
se asemeja a una pequeña gota perdida en el océano2.
Tarija ha sido históricamente un departamento pobre y marginal. Hace
seis o siete años era la única unidad político-administrativa del país, junto
con Pando, que no tenía una carretera asfaltada que la vinculara con los
restantes departamentos, que contaba con un solo hospital para atender a
la capital y las provincias y que poseía enormes deficiencias en servicios
básicos. Se trataba de un departamento “expulsor de gente”, en el cual
básicamente los campesinos se convertían en mano de obra barata para
las zafras de Bermejo, Santa Cruz y el norte argentino, y donde los “clase-
medieros” con alguna expectativa migraban a La Paz para pugnar por
algún puesto en el aparato burocrático.
Siete u ocho años de buenos ingresos no bastan para equilibrar la
brecha existente en la inversión pública boliviana, aunque el dinero de
la Gobernación se hubiera manejado en forma prolija (cosa que, sea-
mos sinceros, tampoco ocurre con frecuencia con sus pares del resto
del país).
Teniendo en cuenta el panorama descrito, podemos explicarnos enton-
ces la sobreexpectativa existente tanto dentro del país, como en el depar-
tamento mismo, sobre las posibilidades reales del presupuesto tarijeño.

2 Extraigo esta argumentación de una entrevista que di al escritor Gonzalo Lema sobre el proceso electoral tarijeño para
el libro Bolivia en la Coyuntura, publicada por el matutino Los Tiempos, de Cochabamba, en 2015.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 195

Evidentemente, en los últimos años se ha dado una descentralización


radical del presupuesto proveniente de las regalías hidrocarburíferas. Si
tomamos en cuenta los montos distribuidos entre “ejecutivos”, alcaldes y
entidades desconcentradas, se llega a la conclusión de que la unidad cen-
tral del gobierno departamental no administró más de 10% o 15% de su
presupuesto en el último período. Este fenómeno se debió en gran parte
a la nueva configuración política e institucional del departamento, emer-
gente del período de crisis constituyente (el que describiremos en detalle
en los siguientes acápites). Lo cierto es que el costo de este procedimien-
to se expresó en la ausencia de una priorización en la ejecución de los
proyectos. Esta forma de gastar el dinero solucionó algunos de los proble-
mas crónicos de las poblaciones rurales (electrificación, parcialmente agua
para riego), pero dejó irresueltos otros muy importantes (agua de uso
doméstico e industrial en las ciudades, salud, parcialmente la vinculación
con el Chaco, etc.).
También conspiró contra el uso eficiente de los recursos el diseño
institucional anticuado de una estructura que hasta hace siete u ocho
años acostumbraba manejar no más de cuatro millones de dólares al
año, y que hoy se ha visto desbordada al centuplicarse dicha cifra. A
esos factores podemos añadir otros, como el de la falta de calificación
de los mandos medios de muchas de las unidades técnicas de la
Gobernación y el que varios ítems —que por normativa o costumbre
deberían ser cubiertos por el Gobierno central o sus entidades descen-
tralizadas— han sido absorbidos finalmente por las finanzas del gobier-
no departamental. Esta situación se aceptó cuando parecía que las finan-
zas tarijeñas iban a seguir en una suerte de bonanza eterna. Por ejemplo,
hoy en día la Gobernación paga ítems de salud, cubre inversiones que
tradicionalmente deberían ser realizadas por ENDE y, en muchos casos,
aporta con contrapartes elevadas para la construcción de caminos de la
red nacional.
La sensación de “bonanza eterna” de la economía tarijeña fue destruida
de golpe por la baja de los precios del petróleo, la que, con unos meses
de retraso, se refleja inevitablemente en los del gas y, por tanto, en los
ingresos de la Gobernación tarijeña, los municipios y la universidad públi-
ca. El que la anterior gestión la Gobernación hubiera comprometido recur-
sos en proyectos para los próximos años basándose en el estimado de los
recursos que el departamento manejó en las anteriores gestiones (es decir,
en el anterior precio del petróleo) ha generado un déficit que se estima
en aproximadamente 1.500 millones de Bolivianos.
196 Los árboles tratan de enderezarse

El tema económico, entonces, ha adquirido un nítido matiz político en


el departamento. El descontento respecto a la forma del gasto público se
expresa en un sentimiento de rechazo al enguerrillamiento que ha domi-
nado la política tarijeña desde el inicio del proceso autonómico (específi-
camente, desde la primera elección de prefecto en 2006), y que ha coin-
cidido justamente con el período de boom de las regalías y el IDH. Desde
ese momento hasta el presente, la política departamental tarijeña parece
haberse reducido únicamente a los esfuerzos del bando opositor por
derrocar al bando oficialista y a los de este último, por defenderse. De esa
manera, el cambio que se operó en 2010 (suspensión del gobernador
electo Cossio y susustitución por el gobernador interino Condori) lo único
que hizo fue alterar la ubicación de los bandos, pero de ningún modo la
dinámica del accionar político en sí.
Un ejemplo de esta lógica se puede ver claramente en la Ley
Departamental 007, emblemática no solo por el número que le tocó en
suerte en los listados de la burocracia legislativa, sino sobre todo por su
contenido. Dicho instrumento fue propuesto en la Asamblea Departamental
por la bancada del MAS en los últimos momentos de la gestión de Cossio,
con el propósito de debilitarlo, dividiendo la gestión de las empresas des-
concentradas (Servicio Departamental de Caminos, Servicios Eléctricos,
etc.) entre los “ejecutivos seccionales” (hoy subgobernadores). Una vez
que Cossio fue sustituido por Condori, fueron repentinamente los partida-
rios del primero los que reclamaron su aplicación, y hoy que la oposición
ha vuelto al ejecutivo de la Gobernación, de nuevo el MAS reclama su
cumplimiento estricto.
Dicha dinámica se ha traducido en una suerte de permanente enfren-
tamiento que copó las sesiones de la Asamblea Departamental, al mismo
tiempo que capturó la atención del ejecutivo, que dedicó gran parte de
sus energías a defenderse.
El panorama anteriormente descrito explica entonces por qué existe la
sensación de “desperdicio” de los recursos y por qué el tema de la calidad
de gestión se instaló como uno de los más importantes en los diversos
discursos electorales.
De manera complementaria, en la medida en que se iba conociendo
ante la opinión pública el desfase financiero existente en las obligaciones
comprometidas por la Gobernación para los próximos años, la solución a
este tema también se planteó como de primera importancia para la opi-
nión pública. En esa medida, propuestas como la reducción del gasto
corriente, la priorización de proyectos (que, en definitiva, implica la anu-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 197

lación o postergación de varios de los ya contratados) y la gestión de un


préstamo ante el Banco Central fueron parte fundamental de la discusión
electoral en 2014-2015.
Podríamos decir que la gestión y el buen (o mal) uso de los recursos
han sido el telón de fondo sobre el que se ha movido la discusión políti-
ca tarijeña del último año. La política en Tarija se ha revelado nuevamen-
te —parafraseando a algún clásico— como “economía concentrada”, aun-
que, como veremos en el siguiente punto, las raíces de la crisis tarijeña
están ancladas en el diseño institucional departamental, el que a su vez ha
sido producto de las contradicciones sociales y regionales existentes en el
propio departamento.

La institucionalidad en crisis

Son varios los factores que históricamente han conspirado para que Tarija
tenga una institucionalidad débil. El primero de ellos es el geográfico: a
pesar de que se trata de la unidad político-administrativa más pequeña del
país, Tarija, con sus 37.623 km2, es una de las más complejas desde el
punto de vista geofísico. Son cinco o seis las serranías que atraviesan su
territorio, dividiéndola en cuatro grandes ecorregiones (Altiplano, valles,
subandino y Chaco), con numerosos ecosistemas de transición en el
medio. En otras palabras, Tarija es un departamento de comunicaciones
difíciles, en las que el costo del kilómetro de carretera asfaltado se eleva
en comparación al de otras regiones (más allá de los usuales porcentajes
de “comisión” que podrían presumirse en algunos o en muchos casos).
Al igual que en Bolivia, en Tarija no existe un solo centro político-
económico-poblacional que domine el conjunto de su territorio (algunos
autores han señalado que el departamento, desde el punto de vista geo-
gráfico y espacial, es una suerte de “pequeño resumen” del país). Los
bolivianos no tenemos una Buenos Aires o una Asunción, las que domi-
nan absolutamente en sus respectivos lares. Además Tarija, a diferencia de
capitales departamentales como Santa Cruz o Cochabamba, tiene al frente
a ciudades intermedias importantes —Yacuiba, Villamontes y Bermejo—
con las que tiene que negociar permanentemente. A las mencionadas se
suman Entre Ríos, San Lorenzo y Concepción, que de vez en cuando tam-
bién hacen oír su voz en el concierto departamental.
Finalmente, otro de los factores que congénitamente ha incidido en la
debilidad institucional tarijeña ha sido el de la relación ciudad-campo (o,
198 Los árboles tratan de enderezarse

más propiamente, capital departamental-campo). En Tarija no se da el


caso de una capital como La Paz, en la que la élite ha vivido aislada (y en
numerosas ocasiones a contramano) de su entorno rural desde el 52. Pero
tampoco reproduce el modelo cruceño donde, salvo raras excepciones, la
élite ha tenido un domino absoluto sobre las provincias. En Tarija se ha
dado una suerte de relación indirecta entre la élite afincada en la ciudad
capital y la comunidad campesina, y que ha sido mediada por lo que
podríamos llamar las “subélites” asentadas en las ciudades intermedias y
pequeñas. Este tipo de relación le pasó factura a la dirigencia departamen-
tal justamente en el momento en que se produjo la crisis constituyente.
En el modelo centralista tradicional boliviano, las decisiones más
importantes de las regiones se tomaban en el escritorio de algún burócra-
ta en algún lugar de la ciudad de La Paz. Esta afirmación, a primera vista
exagerada, puede testimoniarse a través de los númerosos puentes edifi-
cados en lugares incorrectos y en los edificios construidos con parqueo
en lugares a los que no llegaba ningún camino que se implementaron en
las décadas de los setenta, ochenta y noventa en la geografía tarijeña. Sin
embargo, era ese mismo modelo el que le daba a la élite tarijeña, afincada
en la capital departamental, un poder absoluto sobre las subélites de las
provincias. El Presidente de la República y su ministro del Interior nom-
braban a dedo al prefecto, y éste hacía lo mismo con los subprefectos de
las capitales provinciales y con los corregidores mayores de las secciones
municipales. El “dedo” y la arbitrariedad del funcionario paceño tenían en
la mayor parte de las ocasiones una correspondencia en el político tarije-
ño de la Plaza Luis de Fuentes.
Por esto es que en las provincias tarijeñas, y especialmente en el Chaco,
se fue generando un fuerte resentimiento contra la capital departamental
y su élite política, a la que se identificaba con una suerte de poder omní-
modo que copaba los principales puestos en la administración pública y
relegaba a los “provincianos” a roles secundarios, inclusive en las mismas
provincias.
El Chaco tarijeño, con sus tres municipios (Yacuiba, Villamontes y
Caraparí), abarca 41% por ciento del territorio de Tarija y alberga a 30,5%
de la población departamental, pero la razón por la que se ha convertido
en un referente nacional es que posee aproximadamente 70% de las reser-
vas de gas del país, lo que la ha convertido en la “billetera” del mismo y,
por supuesto, en la del departamento.
¿Cuándo se empezó a resquebrajar la estructura institucional tarijeña?
Probablemente a inicios del nuevo milenio. En ese momento ya se podía
La reconfiguración del Estado en Bolivia 199

avizorar el verdadero potencial hidrocarburífero del Chaco tarijeño y, a


su vez, la fuerza que la reivindicación autonómica había tomado en el
país tenía su correlato al interior de las diversas unidades político-admi-
nistrativas. En el caso de Tarija (y en menor medida en Chuquisaca y
Santa Cruz), la reivindicación provincial chaqueña tomó la forma de la
propuesta del décimo departamento, proclamada a través del Pacto del
Quebracho, que aglutinaba a los comités cívicos chaqueños de los tres
departamentos mencionados.
¿Cuál fue la respuesta de las autoridades departamentales ante esta emer-
gencia? La de dividir la unidad provincial chaqueña, concediendo una “inde-
pendencia de facto” a los corregidores mayores de Villamontes y Caraparí
frente al subgobernador asentado en Yacuiba. De esa manera, el Chaco pasa
a ser una provincia “de nombre”, reivindicada en los conflictos con la capi-
tal departamental, pero fragmentada en la vida institucional cotidiana3. La
“independencia” de los corregidores mayores logró que la figura de la “sec-
ción municipal” se impusiera sobre la de la “provincia” en la estructura
institucional del conjunto de la Gobernación, y de esa manera se sentó las
bases para el surgimiento de los “ejecutivos municipales” (hoy subgoberna-
dores) que, como veremos en las siguientes líneas, cobró extrema impor-
tancia en el desarrollo institucional y político de los últimos años.
En ese momento, el Chaco tarijeño logró un primer objetivo histórico:
la otorgación de 45% del total de las regalías para ser administradas por
sus propias autoridades. La élite departamental aceptó el pedido, y acordó
a su vez una distribución igualitaria de un tercio de dicho monto, es decir
15% de las regalías, entre las tres secciones municipales de la provincia,
con lo que finalmente se consolidó su fragmentación.
El alineamiento de Tarija con los gobernadores autonomistas en los
conflictos de 2008 (la Media Luna o el autodenominado CONALDE) supu-
so un duro precio para la élite departamental, expresado en concesiones
a las subélites del departamento.
En ese momento Tarija, al igual que sus pares del oriente, debía con-
vocar a un referendo en que fuera aprobado el Estatuto Departamental.
Dicho instrumento, para ser viable, debía ser consensuado con el conjun-
to de las secciones municipales. De las tensiones de ese proceso surgieron
dos elementos que marcan hasta hoy la vida política regional: en primer

3 La posterior implementación de la Autonomía Regional volvió a dar a los chaqueños tarijeños un escenario de unidad: la
Asamblea Regional. Próximamente (probablemente en 2016), con la aplicación del Estatuto Autonómico Regional validado
por el Tribunal Constitucional, deberán elegir una autoridad provincial única, con lo que se habrá restablecido la unidad, por
lo menos parcial, de la provincia.
200 Los árboles tratan de enderezarse

lugar, la preeminencia de lo territorial sobre lo poblacional en la confor-


mación de la ALD, lo que en los hechos genera una subvaloración del
voto de las grandes ciudades frente al de las localidades más pequeñas.
Eso explica que el MAS tenga en la actual conformación de la Asamblea
Legislativa Departamental (ALD) 16 asambleístas frente a los nueve de
Unidad Departamental Autonomista (UDA), que ganó las elecciones para
gobernador. En segundo lugar, la inclusión de la figura del “ejecutivo sec-
cional” electo en el Estatuto es un caso casi único en Bolivia (entendemos
que solo en el Beni hay uno similar).
El ejecutivo seccional coloca a los gobernadores frente a la difícil situa-
ción de tener que actuar a través de autoridades electas por voto, en
muchos casos pertenecientes a un partido político ajeno y que, además,
cuentan con agendas políticas propias. Frente a esta situación, el gober-
nador se ve enfrentado a dos opciones: o delega el poder en estos ejecu-
tivos, y con ello reduce su radio de acción, o realiza actividades paralelas
en las provincias, con lo cual se crea automáticamente una doble estruc-
tura capaz de producir un chenko institucional y generar diversas duplici-
dades de recursos. Pero además los ejecutivos seccionales entran en
muchos casos en contraposición con los alcaldes, autoridades electas de
su misma jurisdicción (las secciones municipales) que cuentan con menos
recursos y que tienen que conciliar con un ente fiscalizador (el concejo
municipal), del que carecen los ejecutivos.
¿Cómo fue posible que la élite tarijeña, encabezada por sus principales
autoridades (prefecto, legisladores, dirigentes, etc.), aceptara dicha impo-
sición? La explicación es simple: la decisión política que tomó respecto a
la autonomía (el alineamiento con el oriente en la Media Luna) implicaba
para los tarijeños dar un discurso autonómico radical en el ámbito nacio-
nal, aunque sin contar con el predominio que sus pares tenían sobre el
campo y las provincias. Eso se tradujo en las concesiones mencionadas,
las que tanto en el legislativo (composición de la ALD) como en el ejecu-
tivo (con la aparición de la figura del ejecutivo seccional), limitaron el
poder de la dirigencia departamental en las gestiones posteriores.
Sin embargo, la Gobernación no es la única instancia en la que las
formas tradicionales de ejercicio de poder tuvieron un duro embate; algo
similar ocurrió en entidades como el Comité Cívico.
El Comité (oficialmente se denomina Comité Pro-Intereses de Tarija) es
la entidad que tradicionalmente llevó adelante la reivindicación descentra-
lizadora, primero, y autonomista, después. En un país donde el centralis-
mo se ejercía por igual en el Estado y en los partidos políticos (al político
La reconfiguración del Estado en Bolivia 201

prominente de Tarija no le quedaba más remedio que callarse respecto a


la descentralización ya que, de otra manera, se malquistaba con la jefatu-
ra del partido), la élite tarijeña utilizó esta instancia como el canal adecua-
do para enfrentarse al poder central. Sin embargo, dentro del Comité
también se reproducía la misma relación de preeminencia que tenía la
Tarija-capital sobre las provincias: los capitalinos, merced a la forma de
designación de delegados a los congresos de la entidad, tenían asegurada
siempre la mayoría (una entidad como el Club Social de Tarija contaba
con la misma cantidad de representantes que cualquiera de los comités
cívicos provinciales), por lo que en los hechos se daba por supuesto que
el presidente sería siempre un citadino (a los “provincianos” se les reser-
vaba una de las vicepresidencias).
Sin embargo, a mediados de la anterior década, las subélites reacciona-
ron y lograron imponer una paridad permanente en la estructura del
Comité, merced a la cual en 2007 se eligió al primer presidente del Comité
Cívico proveniente de las provincias. Pero a pesar de dichos cambios, en
la última década la entidad ha tenido frecuentes momentos de fragmenta-
ción en los cuales cívicos capitalinos y provincianos han caminado por
separado. Así, en estos años, la dirigencia tarijeña ha visto desestructurar-
se a sus dos entidades más importantes: la Gobernación y el Comité. A su
vez, frente a ese panorama, son los municipios los que, a pesar de los
conflictos que también sufren a veces en sus concejos municipales, han
dado muestras de mayor estabilidad institucional.
La disponibilidad de recursos entonces, pero también la de puestos
electivos en la burocracia estatal, ha hecho que la disputa electoral recru-
dezca en Tarija y se centre, más que en la nacional de diciembre de 2014,
en la regional de marzo de 2015. De esa manera también entendemos por
qué los votantes tarijeños han asistido a los comicios con una fuerte sen-
sación de incertidumbre a pesar de haber vivido en los últimos años la
denominada “bonanza tarijeña”.

La autonomía primaria

Teniendo como telón de fondo el panorama descrito, una pregunta fre-


cuente que puede escucharse en Tarija es: ¿existe la autonomía?, ¿ésta se
ha dado en la realidad después del proceso constituyente? Podemos decir
la respuesta es positiva, aunque el entusiasmo de la misma varía de acuer-
do a la posición política del interlocutor: aquellos ligados al partido de
202 Los árboles tratan de enderezarse

gobierno la responderán con entusiasmo, en tanto que los pertenecientes


a la oposición lo harán con dudas y escepticismo.
Es verdad que todavía quedan muchas ataduras y atascos relacionados
con el poder central: los proyectos, para implementarse, deben ser apro-
bados por el Ministerio de Planificación, y los recursos deben pasar por
ciertas trabas del Ministerio de Economía. Pero lo cierto es que, en lo
fundamental —la decisión sobre el uso de los recursos y sobre quienes
los manejan—, la autonomía ha empezado a ejercerse. Por eso el foco
político departamental se ha centrado en las entidades locales y ha rele-
gado a un nivel secundario a las nacionales.
En la Bolivia centralista, la entidad política más importante de la vida
tarijeña (junto con la prefectura) era la brigada parlamentaria, que agrupa
a los legisladores nacionales. Estos eran los que fungían como interlocu-
tores de los ciudadanos y los que constituían el eje de la vida política; era
muy raro el partido que no tenía como máximo dirigente regional a un
diputado o a un senador, y las oficinas de la brigada estaban llenas de
ciudadanos que acudían a pedir ayuda para alguna gestión.
Hoy el panorama se ha modificado completamente: las instalaciones
de la brigada están vacías; es más, durante el anterior período legislativo
estuvieron cerradas cerca de un año debido a un conflicto interno en la
bancada del MAS, y realmente a nadie se le movió un pelo. Hoy en día
la acción del legislador nacional parece estar limitada a lo que pueda
hacer en la sede de Gobierno, y son pocos los que se destacan en la
dirigencia política regional.
Por el contrario, los ojos de medios y ciudadanía se centran en la
Asamblea Regional ya que, debido al enguerrillamiento y al encono polí-
tico de los últimos años, se han librado en su seno sucesivas batallas por
el control del aparato estatal tarijeño: primero alrededor de las iniciativas
llevadas a cabo por el MAS para destituir a Mario Cossio y luego por los
esfuerzos de los partidarios de éste para repetir la experiencia, pero esta
vez con Lino Condori. No es que la Asamblea haya hecho un trabajo
destacado en cuanto a legislación (lo real es que son pocas las leyes de
significación que ha aprobado desde que se creó), pero sí es cierto que
al pasar por sus manos la estabilidad política regional y la aprobación
de los presupuestos de la Gobernación (fortalecidos por el flujo de
recursos provenientes de las regalías), concentra los elementos decisivos
de la política tarijeña.
¿Ha dejado de tener importancia la política del ámbito nacional en
Tarija? Por supuesto que no, pero —al margen del ejercicio de la “auto-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 203

nomía primaria” señalado— también la estabilidad económica y política


que se da en el país contribuye a que —en este terreno— los ojos del
hombre de a pie se centren más en los avatares de la región que en los
del país.

Los árboles, sus astillas y los débiles helechos

Para una anterior publicación de la FES sobre organizaciones políticas


subnacionales4 escribimos un trabajo titulado “Árboles, helechos y astillas”.
Entendíamos como “árboles” a las viejas organizaciones de la democracia
pactada que dominaron hasta el fin del milenio la política local; denomi-
namos “astillas” a los pedazos en que se partieron y que, convertidos en
agrupaciones ciudadanas, comenzaron a disputar retazos de los aparatos
estatales, regionales y locales; finalmente, aplicamos el término “helechos”
a las nuevas agrupaciones provenientes de la clase media o de sectores
sociales populares que pretendían convertirse en alternativas políticas a
las ya existentes.
En la política tradicional tarijeña dominaron con claridad tres partidos
políticos: el MIR, el MNR y el FRI. Otros, como ADN, UCS, NFR y el MBL,
tuvieron una importancia secundaria, a remolque de los pactos que pudie-
ran hacer sus cúpulas en el poder central.
EL MNR es el partido tradicional de Tarija, no solo por las lealtades
derivadas de la Revolución del 52, sino también porque su máximo líder,
Víctor Paz Estenssoro, era un intelectual que provenía de las clases
medias tradicionales tarijeñas. El MNR fue omnipotente en la política
local hasta la década de los ochenta, cuando comenzó a despuntar el
MIR, partido que en poco tiempo se convirtió en su principal rival. El
MIR también contaba con un líder tarijeño, Jaime Paz Zamora, que nació
en Cochabamba pero que siempre proclamó su filiación chapaca (sus
progenitores eran tarijeños y presumiblemente nació en otros lares debi-
do a la carrera militar de su padre). En la ecuación política de los años
ochenta, el MIR conquistó a la clase media urbana y a los sectores pro-
gresistas del empresariado, mientras que el MNR conservó como punto
de apoyo a sectores populares y las subélites provinciales (su predomi-
nio en el Chaco era indiscutido).

4 Gustavo Pedraza y otros (2011). Hacia un sistema político subnacional ¿Son posibles los partidos regionales? LA Paz:
FES y FBDM.
204 Los árboles tratan de enderezarse

El FRI, por su parte, emergió como fuerza política alrededor de la figura


de Oscar “Motete” Zamora, que logró conquistar una fuerte base electoral
en los sectores populares urbanos de la ciudad de Tarija, pero que nunca
pudo proyectar al conjunto departamental. En todo caso, resulta significati-
vo que los apellidos, primero y segundo, de los tres líderes mencionados,
estén entrelazados. Motete tuvo un inicio prometedor en la política al ser
uno de los líderes mundiales de la juventud comunista internacional. Luego
se convirtió en el máximo dirigente del Partido Comunista Marxista Leninista
– PCML (escisión maoísta del Partido Comunista de Bolivia); a principios de
la década de los setenta intentó armar una guerrilla rural en el oriente (la
UCAPO – Unión de Campesinos Pobres) y a finales de la misma década,
con la recuperación de la democracia en Bolivia, intentó proyectar una
alianza de izquierda radical, el FRI. Ante el fracaso electoral de esta alterna-
tiva en las elecciones de los ochenta, comenzó una política de alianzas con
el MNR de Paz Estensoro y MIR de Paz Zamora que lo llevaron a ser sena-
dor, ministro y candidato a la vicepresidencia acompañando la fórmula del
General Banzer en 1989. A decir de algunos de sus partidarios, Motete fue
el maoísta más exitoso del mundo fuera de China, país con el que siempre
conservó un fuerte vínculo; a decir de ciertos detractores suyos, es un ejem-
plo paradigmático del ex izquierdista radical que se amañó sin problemas
con las élites tradicionales y los partidos de la derecha.
Es interesante que en las regiones del oriente y el sur de Bolivia, a
pesar de su fuerte orientación autonomista, nunca hubieran podido surgir
partidos regionales antes de la crisis constituyente de principios del nuevo
siglo. Eso se debe al carácter centralista de los partidos tradicionales y a
la política seguida en consecuencia por la Corte Electoral, que fue siste-
máticamente restrictiva frente a este tipo de iniciativas.
Sin embargo, en Tarija hubo un intento serio de organizar un partido
regional: el M de Abril, que a mediados de los noventa aglutinó a jóve-
nes de la clase media intelectual tarijeña, de tendencia autonomista de
izquierda. Esta expresión política tuvo éxito en copar la dirigencia del
Comité Cívico (sus dos principales dirigentes, Mario Cossio y Oscar
Montes, fueron presidentes de dicha entidad), pero fracasó a la hora de
institucionalizarse como partido. Por ello es que, finalmente, ambos diri-
gentes terminaron convirtiéndose en los líderes regionales más impor-
tantes de los grandes partidos tradicionales: Mario Cossio, del MNR y
Oscar Montes, del MIR.
Merced a la crisis constituyente, los grandes árboles de la política tari-
jeña se astillaron en numerosas agrupaciones ciudadanas. Mediante éstas,
La reconfiguración del Estado en Bolivia 205

las élites y subélites se organizaron para disputar el poder local, y el tama-


ño de las mismas (departamentales o municipales) varió de acuerdo a la
porción del aparato estatal que pretendían administrar.
En estos años han aparecido y desaparecido innumerables “astillas” en
los once municipios que dan forma a la geográfica electoral tarijeña; sin
embargo, tres de ellas, de carácter departamental, han expresado tenden-
cias significativas en la política tarijeña.
Camino Democrático al Cambio es la agrupación que lideró el exgo-
bernador Mario Cossio y que nucleó a los principales sectores autonomis-
tas de la clase media tradicional. En alianza con sectores afines, esta
agrupación ganó, con Cossio a la cabeza, las primeras elecciones para
prefecto y gobernador realizadas en la anterior década.
UNIR – Unidos para Renovar es la agrupación que ganó las segundas
elecciones a la alcaldía de Tarija, encabezada por Oscar Montes (anterior-
mente Montes ya lo había hecho con la sigla del MIR). Esta agrupación le
ha permitido a este dirigente tener el predominio por quince años en la
política local de la capital tarijeña y ganar un período más apoyando a
Rodrigo Paz Pereira. UNIR se apoya fundamentalmente en los sectores
populares de la capital tarijeña y en el espectro político ha buscado el
espacio del centro, equidistante entre las posiciones del MAS y las lidera-
das por Cossio.
El PAN – Poder Autonómico Nacional es la formación política en la que
se agruparon los principales líderes chaqueños (Rubén Vaca, de Villa
Montes, y Willman Cardozo y Carlos Bru, de Yacuiba). El PAN ha sido la
expresión política de la subélite chaqueña y ha pretendido proyectarse a
nivel departamental incorporando a políticos de ciudades como Bermejo,
Entre Ríos y de la misma Tarija-capital. El PAN ha sido la punta de lanza
de las reivindicaciones chaqueñas, tanto en el espectro nacional como en
el departamental.
Finalmente, vale la pena señalar que en este período surgieron nume-
rosas agrupaciones que intentaron estructurar alternativas independientes
a los grupos políticos del ámbito departamental y nacional. Es el caso de
Dignidad, encabezada por el exrrector de la Universidad Autónoma Juan
Misael Saracho (UAJMS) Carlos Cabrera y el exdirigente cívico Roberto
Ruiz, o de Poder Comunal, una agrupación campesina del altiplano tarije-
ño. La mayor parte de estos “helechos” tuvieron una vida corta y termina-
ron siendo absorbidos por las formaciones políticas predominantes.
Como veremos a continuación, en el proceso electoral 2014-2015, la
mayor parte de estas pequeñas piezas —astillas y helechos que surgieron
206 Los árboles tratan de enderezarse

a partir de la crisis constituyente— terminaron reagrupándose en los gran-


des bloques que disputan el manejo del aparato estatal local y regional.

Itinerario de la oposición tarijeña

La oposición en Tarija ha estado dividida la última década en dos vertien-


tes fundamentales: (a) la ligada a los sectores autonomistas más radicales,
provenientes sobre todo de las clases medias tradicionales, que fue encar-
nada en primera instancia por el Camino al Cambio de Mario Cossio y que
hoy, de alguna manera, lo es por la UDA del gobernador Adrián Oliva; y
(b) la que podríamos denominar como “centrista”, que se ha expresado a
través de UNIR, agrupación liderada por Oscar Montes, que en las últimas
elecciones llevó a la alcaldía de Cercado a Rodrigo Paz Pereira.
Camino al Cambio fue la apuesta de Mario Cossio para remozar a la
oposición tarijeña, en momentos en los que los partidos tradicionales se
venían abajo. Cossio ya había sido concejal y presidente de la cámara de
diputados por el MNR (su padre, Mario Cossio Cejas, fue un dirigente
histórico de ese partido). En este caso, creó un espacio para aglutinar a
sectores que recién se estaban acercando a la política (o que no querían
relacionarse directamente con la “partidocracia”). Con él ganó las eleccio-
nes para prefecto en 2006. Luego, en las primeras elecciones para gober-
nador en 2010, consolidó a Camino al Cambio como agrupación ciudada-
na y formalizó una alianza con el MNR y con el FRI.
La suspensión y sustitución de Mario Cossio, que tuvo lugar el 16 de
diciembre de 2010, supuso a la larga una ruptura de Camino al Cambio
con el sector del MNR dirigido por Jhonny Torres. Este dirigente (por lar-
gos períodos jefe nacional de este partido, cuya jefatura nacional disputó
luego) pidió públicamente la renuncia formal de Cossio a la Gobernación
(lo que hubiera posibilitado la realización de otra elección, como ocurrió
en el Beni tras la renuncia de Ernesto Suárez). Sin embargo, a pesar de
sus discrepancias, tanto Camino al Cambio como el MNR de Torres tuvie-
ron la habilidad de unirse en momentos clave en la Asamblea
Departamental (arrastrando consigo a los parlamentarios indígenas), con
lo cual lograron arrebatarle al MAS en dos ocasiones la directiva de este
organismo, poniendo en jaque a la Gobernación de Condori.
Otro sector que entre 2010 y 2012 se alejó de Camino al Cambio fue
el liderado por Adrián Oliva, quien fue dirigente universitario desde
muy joven. A los 26 años fue viceministro del Interior durante el
La reconfiguración del Estado en Bolivia 207

Gobierno de Carlos Mesa, posteriormente asesor general de Mario


Cossio y en las elecciones de 2010 resultó electo diputado por
Convergencia Nacional. Oliva arrastró detrás de sí a algunos de los diri-
gentes más jóvenes de este sector, entre ellos al asambleísta regional
Alain Etchard (de 26 años al momento de escribir este texto) y al diri-
gente cívico Waldemar Peralta (32 años), que en 2010 fue elegido pre-
sidente del Comité Cívico. Una de las acciones más importantes de este
grupo fue la de impulsar la campaña para la liberación de los dirigentes
cívicos Felipe Moza y José Vaca, presos desde los enfrentamientos de
2008 sin que se les hubiera iniciado juicio, acusados de haber intentado
atentar contra la infraestructura hidrocarburífera de la zona.
Desde el momento de su separación de Camino al Cambio, el grupo
liderado por Oliva desarrolló la tesis de la renovación generacional en
la política. Pero si bien mantuvo una férrea línea de oposición al gobier-
no de Evo Morales, tanto en su expresión nacional como regional incor-
poró a su discurso el reconocimiento de los logros del Gobierno de
éste, especialmente el de la inclusión social. El segundo segmento de la
oposición, que hemos denominado centrista, actuó sobre todo en la
ciudad de Tarija y la provincia Cercado, a pesar de que en diversos
momentos su líder, Oscar Montes, logró articulaciones con los alcaldes
del resto del departamento. En toda su actuación buscó y logró diferen-
ciarse nítidamente tanto del sector de la oposición liderado por Cossio5,
como del MAS. En los momentos más duros de la disputa política entre
ambos sectores, Montes fue acusado de cercanía con el último debido
a que realizó numerosas obras junto con el gobierno central. Inclusive
por mucho tiempo se sostuvo la tesis, que muchos dieron por segura,
de que sería el candidato del partido oficialista a la Gobernación, aun-
que el ahora exalcalde demostró que esas especulaciones eran falsas y
prefirió mantener su independencia.
En general, Montes tuvo durante toda su gestión un alto índice de
popularidad, basado en una comunicación ágil con la estructura barrial
de la ciudad. En medio de un contexto signado por el enfrentamiento
entre el MAS y Camino al Cambio, la alcaldía tarijeña genero una sen-
sación de estabilidad.

5 Es conocida la rivalidad (no necesariamente enemistad) existente entre Oscar Montes y Mario Cossio. Ambos son
contemporáneos, provienen de la misma agrupación, el M de Abril, fueron dirigentes cívicos, presidieron dicha entidad,
se “entroncaron” en los dos principales partidos de la democracia pactada en Tarija, el MNR y el MIR, y fueron rivales
electorales para la Alcaldía de Tarija.
208 Los árboles tratan de enderezarse

Itinerario del MAS en Tarija

El movimiento social más importante de Tarija (y prácticamente el único


de carácter departamental) es el encarnado por la Federación de
Comunidades Campesinas de Tarija (FCCT); ésta, sumada a diversos gru-
pos de migrantes, fue la que formó la columna vertebral del MAS alrede-
dor de 2005-2006, cuando el partido de Evo Morales comenzó a extender-
se rápidamente por el conjunto del país.
La Federación tuvo el mérito de adquirir una personalidad propia en
los primeros años del nuevo siglo, cuando en una decisión ideológica,
dotada de un agudo sentido estratégico, cambió el denominativo de
Federación Sindical… con el que se había fundado, por el de Federación
de Comunidades Campesinas…. La transformación no fue epidérmica; a
partir de ese momento sus dirigentes comenzaron a disputar diversos
espacios de poder. En primer lugar, arrancaron a la Prefectura la adminis-
tración del Mercado Campesino, con lo cual obtuvieron, además de una
sede e ingresos, un sitio de referencia social, y luego, durante los gobier-
nos de transición (Mesa y Rodríguez Veltzé), lograron copar el manejo de
algunos corregimientos mayores, con lo que adquirieron experiencia en la
administración estatal.
El principal dirigente de la FCCT durante esa etapa fue Luis Alfaro,
quien, si bien se acercó a diversas organizaciones políticas (al MBL en un
primer momento y al grupo del “Mallku” después), siempre mantuvo su
independencia. La principal rival de Alfaro en la orientación política del
movimiento campesino fue Julia Ramos, quien, a través de la Federación
de Mujeres Campesinas “Bartolina Sisa” de Tarija, se alineó desde el primer
momento con Evo Morales.
Cuando el MAS de Evo Morales comenzó su ascenso político a nivel
nacional, quedó claro que él y Luis Alfaro se necesitaban en la política
tarijeña. El último no podía quedar fuera del instrumento político que
encarnaba a los movimientos sociales (y que casi con certeza iba a tomar
el poder), en tanto que el primero necesitaba una base sólida para aterri-
zar en Tarija.
En las elecciones de 2006 Alfaro fue candidato a prefecto por el MAS
y obtuvo el tercer lugar después de Cossio y de Jaime Paz Zamora.
Posteriormente encabezó las listas del MAS en las elecciones para la
Asamblea Constituyente, y en las elecciones de 2010 fue electo primer
diputado nacional por esa fuerza política. La fortaleza de la Federación,
sumada a los numerosos grupos de migrantes que se sumaron al proyec-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 209

to, no fue suficiente para que el nuevo partido ganara las elecciones pero
sí para que se hiciera un lugar entre los “grandes” de la política tarijeña.
El crecimiento del MAS en Tarija, paradójicamente, fue lo que poco a
poco le restó poder a Alfaro. En la medida en que más sectores se acer-
caban al partido oficialista, la importancia de la Federación se iba relativi-
zando. Por otra parte, el que Alfaro ocupara representaciones públicas
hizo que tuviese que abandonar la Federación, dejándola en manos de
dirigentes que se apegaron a la gestión encabezada por Lino Condori. En
todo el período en que el último encabezó la Gobernación, Alfaro desa-
rrolló una línea política uniforme: en lo departamental, críticas durísimas
al gobernador oficialista, pero en lo nacional, cercanía y respaldo a la
gestión de Evo Morales.
Antes de 2010 quedó claro para los dirigentes del MAS que les sería
imposible disputar la Gobernación de Tarija si no incorporaban a sus filas
a miembros de la clase media y del empresariado tarijeños. Por eso, en
primera instancia el MAS se alió con la agrupación ciudadana Dignidad,
encabezada por el expresidente cívico Roberto Ruiz y el exrrector Carlos
Cabrera.
Dignidad fue fundada por un grupo de miembros de la clase media, y
su primer objetivo fue proyectar a la política la lucha autonomista tarijeña.
Cabrera es un docente que ganó prestigio en su paso por el rectorado y
Ruiz, un ex dirigente de izquierda (fue miembro de la dirección nacional
del PS1-MQ) que posteriormente fue elegido presidente del Comité Cívico
en una etapa turbulenta (cuando se discutía el proyecto Pacific LNG bajo
la presidencia de Carlos Mesa). En ese instante, Ruiz se diferenció de las
posturas cívicas cruceñas y apoyó al Gobierno en el referendo sobre la
política del gas impulsada por el presidente Carlos Mesa. Posteriormente,
para las elecciones de 2006, Dignidad se alió con PODEMOS de Jorge
Quiroga6, merced a lo cual Ruiz fue elegido senador.
La actuación más importante de Ruiz en el Senado, y la que acabo
acercándolo al MAS, fue su participación en la “mesa clandestina” junto a
personajes como el también senador Carlos Böhrt y el presidente de la
Fundación Multipartidaria, Guido Riveros, en la que, junto a representan-
tes del partido de Gobierno, consensuaron la propuesta de la nueva
Constitución Política del Estado que fue sometida a referéndum. En dicho

6 Posteriormente Ruiz relató que su primera opción fue una alianza con el MAS y que, en una reunión con Antonio Peredo,
le ofreció apoyar la candidatura de Morales a condición de que dicho partido incorporara la reivindicación autonómica
a su programa. La negativa a esta propuesta habría motivado que finalmente la agrupación optara por aliarse con
Quiroga.
210 Los árboles tratan de enderezarse

proceso, Ruiz apoyo militantemente la propuesta de nueva Constitución,


con lo que se enfrentó duramente con los sectores liderados por Cossio y
el Comité Cívico. Como resultado de ese proceso, Dignidad se alió formal-
mente al MAS, que a su vez designó a Cabrera como candidato a gober-
nador en las elecciones de 2010.
En estos comicios el MAS superó ampliamente su actuación respecto a
la elección anterior, aunque fue derrotado por alrededor de dos puntos
por Camino al Cambio de Mario Cossio. En el período inmediatamente
posterior, Ruiz se convirtió en uno de los principales operadores de las
acciones políticas llevadas a cabo por esta organización contra el gober-
nador electo, que fue suspendido al cabo de pocos meses y sustituido en
la Asamblea Departamental por el asambleísta Lino Condori, del munici-
pio de Yunchará. En la nueva administración Ruiz fue designado como
secretario ejecutivo de la Gobernación.
La gestión de Condori significó una nueva experiencia de gestión cam-
pesina, tanto en la administración de la Gobernación como en la misma
Asamblea Legislativa (en la que la mayor parte de los representantes del
MAS tenían extracción rural). Fue una gestión complicada, signada por el
enfrentamiento con los partidarios de Cossio que, al considerar a Condori
como un gobernante ilegítimo, plantearon permanentemente su remoción.
A su vez, la gestión sufrió tanto por un cambio radical de mandos medios
en la institución (que trajo diversas falencias técnicas), como por la des-
centralización radical que se dio en la distribución de su presupuesto, lo
que le generó diversas críticas incluso desde ámbitos ligados al partido
oficialista (fueron muy conocidas las declaraciones del Vicepresidente de
la República en sentido de que a los tarijeños les faltaban sueños).
Uno de los mecanismos que encontró la gestión de Condori para for-
talecerse a nivel departamental fue apoyarse en los ejecutivos seccionales
y en los alcaldes, a los que, como se ha dicho, fortaleció financieramente.
Ese fenómeno tuvo como efecto colateral el que diversos liderazgos regio-
nales, y especialmente los agrupados en el PAN, se acercaran al partido
de Evo Morales.

El proceso electoral del 12 de octubre de 2014 en Tarija

Los ámbitos políticos nacional y regional en Tarija tienen dinámicas com-


plementarias, pero protagonizadas por actores distintos y vividas a veloci-
dades e intensidades muy diferentes.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 211

El único partido de oposición que hizo un trabajo sostenido en Tarija


en los últimos años fue Unidad Nacional (UN).
A pesar de ese esfuerzo, que lo coloca en un lugar de privilegio frente
a sus pocos pares de la oposición nacional, hay que decir que su capaci-
dad de movilización, presencia mediática y arrastre son muy inferiores a
los de agrupaciones regionales como UNIR, Camino al Cambio y
Vanguardia Integración.
Por su parte, la agrupación Demócratas, que lidera el gobernador cru-
ceño Rubén Costas, ha tenido una vida mucho más corta en Tarija que la
de sus socios de UN, aunque fue precisamente la alianza nacional entre
ambos la que le dio vida a su filial tarijeña y, merced al acuerdo logrado
a nivel nacional, logró importantes cuotas en las listas de parlamentarios
nacionales de la entidad.
La alianza Unidad-Demócratas buscó el apoyo de las agrupaciones regio-
nales de oposición —y lo obtuvo, aunque de manera tímida y más o menos
distante, según el caso— Camino al Cambio y Vanguardia Integración. Pero
queda claro que fue un error de sus dirigentes el no haber incluido a miem-
bros de dichas tendencias políticas en sus listas; se puede pensar que si
hubiera habido un mayor involucramiento de los líderes regionales, los
resultados obtenidos por Samuel Doria y Ernesto Suárez hubieran sido sig-
nificativamente mayores. No bastó con el descontento regional acumulado
por la gestión de Condori para garantizar la victoria de Doria Medina.
Pero si la participación y el peso electoral de la alianza Unidad-
Demócratas eran los esperados, resultaron sorpresivos los del PDC de
Jorge Quiroga, que obtuvo el apoyo militante y activo de dos sectores
políticos significativos de la oposición: UNIR, de Oscar Montes, y el MNR
de Jhonny Torres. Lo que ocurre es que Quiroga hizo exactamente lo
contrario a lo que hicieron Doria Medina y Costas respecto a las fuerzas
regionales: cedió sus principales candidaturas a parlamentarios, merced a
lo cual ganó un senador y dos diputados (además obtuvo un porcentaje
de votación harto más elevado que el del conjunto del país), cifra impen-
sada para un partido que prácticamente no existía en Tarija antes de la
elección. El apoyo de las agrupaciones en este caso fue sorpresivo, ya que
ambas habían proyectado en un inicio abstenerse de participar en las
elecciones nacionales.
En el caso del MAS, la primera medida que tomó para su fortalecimien-
to en pos de las elecciones de 2014 fue “fusionarse” en los hechos con los
distintos grupos que se acercaron a sus filas en el anterior lustro. De esa
manera, los miembros de agrupaciones como Dignidad y el PAN pasaron
212 Los árboles tratan de enderezarse

a trabajar directamente como militantes del partido de Evo Morales; en las


elecciones de marzo de 2015, el MAS evitó presentar alianzas de ningún
tipo y, tanto para la Gobernación como para los municipios y subgober-
naciones, sus candidatos se presentaron como militantes de ese partido.
Pero más allá de ese acercamiento orgánico, el fenómeno más impor-
tante de este período fue el del acercamiento de importantes sectores de
la clase media y el empresariado a la candidatura de Morales y, por tanto,
al MAS. En el anterior período político (el que se dio alrededor de la elec-
ción de 2006, los conflictos de 2008 y las elecciones de 2010), los oposi-
tores al MAS en Tarija construyeron hábilmente un muro que separaba lo
“tarijeño” de lo “no tarijeño”. El traspasar esa valla y acercarse al partido
de gobierno significaba ser inmediatamente atacado como “antiautonomis-
ta” y “traidor” a los intereses departamentales. Por ese motivo, dirigentes
como Jorge Blacutt, Roberto Ruiz y el propio Carlos Cabrera fueron dura-
mente atacados en su momento.
Dicha medida de contención cayó completamente en 2014. Las principa-
les agrupaciones empresariales (especialmente la Federación de Empresarios
Privados de Tarija) y grupos específicos de empresarios (es el caso de las
bodegas vitivinícolas) buscaron reunirse públicamente con el Presidente y
el Vicepresidente en plena campaña para hablar de gestión. Por su parte,
diversos profesionales apoyaron electoralmente al partido de Gobierno,
entre ellos algunos que habían participado activamente en las luchas auto-
nómicas (es el caso de Pablo Canedo, que posteriormente sería nominado
como candidato a gobernador por el MAS, y su entorno).
Como resultado de ese proceso, fueron invitados los principales candi-
datos a parlamentarios por el partido de Gobierno. Entre ellos destacan
Milciades Peñaloza (empresario) como primer senador e Ignacio Soruco
(profesional proveniente de la clase media alta) como diputado.
En los resultados finales de la elección, Evo Morales terminó imponién-
dose con 50,99% de los votos, mientras que Doria Medina obtuvo 26,91%,
y Jorge Quiroga, el candidato sorpresa, 19,09%.

El proceso electoral de marzo de 2015 en Tarija

Son tres los elementos que marcan las elecciones subnacionales de 2015
en Tarija: (a) el retiro de la candidatura de Oscar Montes, (b) la consoli-
dación de la candidatura de Adrián Oliva representando a la oposición; y
(c) la designación de Pablo Canedo como candidato por el MAS.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 213

La retirada de Oscar Montes resultó decisiva en la medida en que, en


todas las encuestas previas a la elección, aparecía con altos porcentajes de
intención de voto. Montes, merced a su política centrista, pudo alejarse de
las fuertes disputas entre oposición y oficialismo que marcaron el lustro
pasado y que generaron entre la población un fuerte sentimiento de
rechazo. Por otra parte, la estabilidad en la gestión municipal le dio una
imagen de eficiencia frente al “desorden” que se veía en otras instancias
de la administración pública.
¿Cuáles fueron las causas que motivaron que Montes hiciera a un lado
la elección? Es un tema que dio lugar a variadas especulaciones. Sin
embargo, es muy probable que la verdad esté en la explicación que pro-
porcionó varias veces el mismo burgomaestre: él llegó a la conclusión de
que no estaban dadas las condiciones para hacer una buena gestión. Por
una parte, en su caso pesaban cuestiones de tiempo y atención a los múl-
tiples procesos que tenía que afrontar, motivados no tanto por el MAS
como por algunos de sus anteriores rivales en las lides municipales. Por
otra, las condiciones financieras y administrativas de la Gobernación no
hacían prever buenas condiciones para el trabajo, a menos que se llegara
a un acuerdo con el partido oficialista.
La decisión del burgomaestre tarijeño dejó el camino expedito para que
Oliva se consolidara como candidato de la oposición. Las principales vir-
tudes del joven político fueron la disciplina y la constancia. Desde mucho
tiempo antes, Vanguardia Integración había anunciado que el diputado
terciaria por el máximo cargo de la Gobernación, decisión que supo man-
tener a pesar de todos los cambios que se fueron dando en la coyuntura.
Eso posibilitó que, en el momento preciso, cuando la candidatura de
Montes se desestimó definitivamente, otros grupos de la oposición, como
Camino al Cambio y el MNR de Jhonny Torres, que habían estado traba-
jando en relación a dicha candidatura, tuvieran que sumarse al proyecto
de Oliva, renunciando en algunos casos a sus propias expectativas.
¿Cuáles fueron en definitiva los grupos que dieron forma a UDA, la
alianza que llevó a Oliva a la Gobernación? Además de los ya menciona-
dos —Vanguardia, Camino al Cambio y el MNR de Torres—, se sumaron
el FRI, Unidad Nacional y el grupo Talego, encabezado por Willman
Cardozo.
El FRI, la fuerza que agrupa a los seguidores de Motete Zamora,
siempre tuvo una fuerte afinidad con Oliva, y aunque no ha mantenido
el vigor de las épocas pasada, continúa teniendo cierta influencia en
sectores tradicionales de la política tarijeña. En el caso de UN debe
214 Los árboles tratan de enderezarse

decirse que, al margen de la influencia en la política regional que pueda


o no tener, posee un aparato partidario que sin duda resultó útil a la
nueva alianza.
Willman Cardozo y Jhonny Torres7 son los políticos que —además de
Adrián Oliva— aportaron un mayor caudal electoral propio a UDA.
Cardozo es un dirigente histórico del Chaco tarijeño que, a decir de
algunos de sus colegas, supo darle “voz política nacional” a las reivindi-
caciones de la región. Eso explica su permanente éxito en la zona. En
las elecciones de 2010 Cardozo pretendía ser candidato a diputado
nacional por Convergencia. Sin embargo, diversas versiones señalan que
fue vetado por el entonces prefecto Cossio. En esas circunstancias se
presentó como candidato por Alianza Social, el partido de René Joaquino,
de nula presencia en Chaco, y aun así fue elegido por amplia mayoría.
Más adelante conformó el PAN junto a otros líderes tradicionales chaque-
ños y participó activamente en el proceso que concluyó en la suspen-
sión de Mario Cossio.
Como se ha señalado anteriormente, la mayor parte de los integrantes
del PAN iniciaron, durante la gestión de Condori, un proceso de acerca-
miento al MAS que terminó en su integración a este partido. Cardozo fue
el único integrante de esta organización que no ingresó a dicho proceso
y que más bien acentuó su perfil opositor, tanto a nivel nacional como
regional. Para las elecciones de 2015, el dirigente chaqueño formó Talego,
con la que formalizó su adhesión a UDA.
Un dato interesante en este contexto es el marginamiento de
Demócratas de la alianza opositora, lo que obligó a dicho partido a con-
currir en solitario a los comicios, con resultados que no le permitieron
tener representantes ni en la Asamblea Departamental, ni en los ámbitos
departamental y municipal.
Después de las elecciones de octubre (en la que hubo diversas críticas
internas por la inclusión de los “invitados” en sus principales candidaturas
a la Asamblea Plurinacional), el MAS se vio en la necesidad de elegir un
candidato que, a la vez que representara a los miembros de la clase media
que se habían acercado a Evo Morales en la elección nacional, generara
adhesión de sus sectores tradicionales. La persona que parecía encajar a
cabalidad en ese perfil era Carlos Cabrera, el candidato que en 2010 estu-
vo a pocos puntos de derrotar a Mario Cossio.

7 Torres sacó aproximadamente 60% de los votos en su candidatura a la Subgobernación de Cercado, porcentaje similar
al que obtuvo Rodrigo Paz Pereira en su postulación a la Alcaldía.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 215

El nombramiento y la posterior inhabilitación de Cabrera a su candida-


tura pasarán al anecdotario de la política tarijeña (conversaciones con el
presidente del Tribunal Departamental Electoral, una carta que supuesta-
mente autorizaba a Cabrera a no renunciar, aunque en la letra parecía
decir otra cosa, y varios otros elemento, dan condimento a una historia de
enredos y contradicciones). Lo concreto es que el exrrector no renunció
en el plazo previsto al puesto de decano que ejercía en la facultad de
Economía de la universidad estatal tarijeña.
El MAS, sacudido por el alejamiento de este candidato que entonces
ocupaba un lugar destacado en las encuestas, recurrió a un joven abogado
proveniente de los sectores autonomistas de la clase media tradicional:
Pablo Canedo, quien —si bien siempre tuvo una participación en diversas
actividades sociales: jugador de básquet, vicepresidente de la asociación
de ese deporte, miembro de la Federación de Empresarios Privados, des-
tacado músico y compositor, etc.— nunca había incursionado en la polí-
tica activa.
A partir de su nombramiento, Canedo tuvo que vencer varios obstácu-
los para hacer viable su candidatura. En primer lugar, lograr que los sec-
tores tradicionales del MAS se identificaran con él, y luego hacerse cono-
cido entre el grueso de la población, objetivo evidentemente difícil de
lograr en una treintena de días.
Una dificultad adicional para el MAS fue su ruptura con Luis Alfaro,
quien, profundizando las discrepancias que había mantenido los anterio-
res años con los referentes regionales de la organización, decidió lanzar
su propia candidatura. Esta nueva opción electoral abrió una válvula de
escape para aquellos simpatizantes del partido de Evo Morales que esta-
ban descontentos con la gestión de Condori y/o con la candidatura de
Canedo.
Con tales antecedentes, quedaba claro que la candidatura de Oliva era
la que tenía mayores posibilidades de obtener el primer lugar en las justas
electorales, por lo que la duda en realidad se centraba en si obtendría el
margen suficiente para obviar la segunda vuelta. Después de un conteo
dramático, plagado por acusaciones de fraude y conatos de enfrentamien-
to físico en los alrededores del Tribunal Electoral, el resultado final deter-
minó que Tarija, junto con el Beni, se convertía en el primer departamen-
to en el que se realizaría un ballotage en el país. Los resultados de las
principales fuerzas en la elección fueron: 48,8% para UDA, 36,5% para el
MAS y alrededor de 14% para el TPT de Luis Alfaro.
216 Los árboles tratan de enderezarse

Durante el período electoral quedó claro que la población buscaba


alternativas que le brindarán una perspectiva de estabilidad y calidad en
la gestión, especialmente en el uso de los recursos. Esa es una de las
razones de fondo por las que Oliva se impuso. En la memoria del elector
tuvo un peso decisivo el recuerdo de una gestión como la de Condori,
marcada por el conflicto.
Esa tendencia también explica los resultados de la elección de alcaldes
y subgobernadores, aunque a primera vista pudiesen parecer contradicto-
rios. Aquellas autoridades que tenían una valoración positiva y se presen-
taron a la reelección fueron favorecidas por el voto, al margen de su color
partidario. Por el contrario, viejos caciques, como el alcalde de Yacuiba
Carlos Bru, fueron derrotados aunque tenían a su favor enormes aparatos
partidarios. En poblaciones como Yacuiba y Villamontes, el MAS y la opo-
sición ganaron en instancias diferentes, a pesar de que el electorado era
el mismo (en Yacuiba, el MAS ganó la Subgobernación y UDA la Alcaldía;
en Villamontes, el MAS ganó la Alcaldía y una agrupación opositora, ISA,
ganó la Subgobernación).
Si Oliva consiguió ganar claramente la elección para el Ejecutivo del
Gobierno Departamental, en la Asamblea Departamental no ocurrió lo
mismo, debido a la preeminencia del aspecto territorial en su composi-
ción. El MAS consiguió una bancada de 16 miembros, UDA logró 9, la
agrupación independiente (probablemente aliada al MAS) ISA, 2, y la
bancada indígena, 3, con lo que se completan los 30 representantes que
conforman el ente. Con esos números parecía que al MAS no le sería difí-
cil conseguir dos tercios, lo que, sumado a la mayoría que posee entre los
subgobernadores y alcaldes, augura una relación por lo menos tensa entre
el ejecutivo de la Gobernación, la Asamblea Departamental y los entes
seccionales y municipales.
En la segunda vuelta, que se llevó a cabo el domingo 3 de mayo, según
el plazo establecido por el Tribunal Electoral, UDA se impuso con un
60,06%, frente a 39,94% del MAS.
La única posibilidad que podía tener Canedo para remontar el resulta-
do sacado por Oliva en la primera vuelta era sumar gruesas porciones de
la votación lograda por Alfaro, pero esa alternativa se frustró cuando el
dirigente campesino realizó un acuerdo público con UDA. A partir de ese
instante, utilizando la expresión popular, la elección se le hizo cuesta arri-
ba al candidato del MAS, sobre todo teniendo en cuenta el corto lapso con
el que contaba.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 217

Algunas conclusiones

Evo Morales ganó con facilidad las elecciones nacionales tanto por la
fuerza que aún sigue teniendo su proyecto, como por la ausencia de una
propuesta alternativa de poder que consiga ganar la confianza de la
población. Pero esa fortaleza en el nivel nacional se convierte en una
debilidad en el subnacional (en lugares como Tarija), donde el MAS no ha
conseguido estructurar una propuesta regional que dispute los gobiernos
subnacionales. Se puede pensar que dicha posibilidad hubiera podido
consolidarse con el ascenso que tuvo ese partido tras el segundo lugar
alcanzado por Cabrera en 2010 (a muy poca distancia del primero), pero
la gestión interina de Condori, con los problemas reseñados, conspiró
contra dicho propósito.
Hoy le queda al MAS la tarea pendiente de reorganizarse en una pro-
puesta que concilie los distintos sectores que se han aglutinado alrededor
la figura de Evo Morales (movimientos sociales, clase media, grupos
empresariales, dirigentes seccionales) y que resulte convincente para el
conjunto de la sociedad.
Por su parte, UDA deberá equilibrar en su gestión los intereses de los
distintos grupos que la componen. Pero quizás el mayor problema de la
oposición está en hallar un punto en común en sus intereses nacionales
y regionales.
Si se analizan con detenimiento los resultados electorales, queda claro
que hemos entrado a un período en el que el votante privilegia la gestión
sobre las posturas políticas o reivindicativas. La gente ha vivido el cambio
(inclusión social y autonomía) y siente que ha llegado el momento de que
éste se exprese mejorando objetivamente sus condiciones de vida. En
definitiva, ese es el desafío para la política boliviana en los próximos años.
Procesos electorales y
recomposición política
en el departamento del Beni
entre 2004 y 2015

Gustavo Pedraza M.
Índice

1. Aspectos históricos relevantes del Beni................................................................223


La Revolución de 1952..........................................................................................................226
Las élites benianas durante la “democracia pactada”..............................226

2. La política en el Beni en el período 2004-2010..........................................227


Las elecciones de 2004 y 2005......................................................................................228
La lucha autonómica en el Beni..................................................................................228
El proceso de polarización política y social en el Beni.......................229
Las elecciones del 6 de diciembre de 2009......................................................230
Las elecciones del 4 de abril de 2010....................................................................231

3. El desempeño de los actores políticos


entre 2010 y el presente...........................................................................................................232
Las elecciones de 2013 y transiciones en el poder...................................233
Elecciones presidenciales de 2014.............................................................................234
Configuración de fuerzas hacia las elecciones de 2015........................236
La situación de los pueblos indígenas del Beni...........................................237

4. Análisis de los resultados e impactos


de las elecciones de 2015........................................................................................................238
Resultados de las elecciones departamentales...............................................238
Resultados de elecciones municipales...................................................................243
Resultados para subgobernaciones...........................................................................244
Resultados para corregimientos....................................................................................245

5. Conclusiones...........................................................................................................................................247
Índice de gráficos

Gráfico 1. Beni: votación obtenida por los partidos principales


en elecciones generales, 2005-2014.........................................233
Gráfico 2. Beni: votación porcentual obtenida por los partidos
principales en elecciones generales, 2005-2014......................235
Cuadro 1. Beni: resultados en elecciones departamentales, 2005-2015......239
Cuadro 2. Beni: resultados en elecciones departamentales
(porcentajes), 2005-2015...........................................................239
Gráfico 3. Beni: evolución del desempeño electoral de las principales
fuerzas en elecciones departamentales, 2005-2015.................239
Gráfico 4. Beni: evolución del desempeño electoral
de las principales fuerzas en elecciones
departamentales (porcentajes), 2005-2015...............................240
Gráfico 5. Beni: evolución de la composición de la Asamblea
Legislativa Departamental, 2010-2014......................................242
Cuadro 3. Beni: desempeño de siglas ganadoras en elecciones
municipales, por municipios, 2004, 2010 y 2015....................243
Cuadro 4. Beni: número de alcaldías ganadas
por organización, 2004, 2010 y 2015.......................................244
Cuadro 5. Beni: resultados de las organizaciones políticas
en las provincias, 2010 y 2015.................................................245
Cuadro 6. Beni: número de provincias ganadas
por las distintas fuerzas políticas, 2010 y 2015.......................245
Cuadro 7. Beni: corregidores obtenidos por organización
política y por municipio, 2010 y 2015 244
Cuadro 8. Beni: número de corregidores obtenidos
por organización política, 2010 y 2015....................................246
La reconfiguración del Estado en Bolivia 223

Aspectos históricos relevantes del Beni

La historiadora Anna Guiteras Mombiola1 señala:

con la creación del departamento [Beni, en 1842] se pretendió estimular


la ocupación de un territorio de frontera mediante el desarrollo de acti-
vidades económicas diversas y el establecimiento de vías de comunica-
ción fluviales y terrestres para, de este modo, colonizar un territorio hasta
entonces ocupado exclusivamente por poblaciones indígenas y descono-
cido para la sociedad republicana, obtener réditos económicos con la
explotación de sus recursos y, finalmente, consolidar la soberanía bolivia-
na sobre el mismo, frente a otros estados limítrofes.

Guiteras Mombiola precisa que, a partir de entonces, se

propició la llegada lenta pero sostenida de población blanco-mestiza que,


mediante la ocupación y colonización de espacios aparentemente vacíos
de sociedad, fue apropiándose de los recursos económicos y de los terri-
torios ‘descubiertos’, convirtiendo esas tierras baldías en propiedad de facto
(Guiteras, 2011).

En un primer momento, desde que se fundó la República hasta el inicio


de la producción gomera, el Estado potenció el desarrollo y explotación
de la ganadería vacuna y caballar en la región, principalmente en el área
pampeana, especialmente apta para esas actividades. En ese sentido, la
actividad ganadera constituyó un primer puntal en torno al cual se favo-

1 Anna Guiteras Mombiola, 2011, Para una historia del Beni. Un estudio socioeconómico, político e ideológico de la Ama-
zonía boliviana, siglos XIX-XX. Barcelona: TDX-Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.
224 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

reció la migración blanco-mestiza a zonas benianas y la ampliación de


la frontera interna.
El auge de la goma, que se inició en el último cuarto del siglo XIX,
constituye la otra actividad que atraería migración e inyección de capita-
les, esta vez centrados en la zona del norte amazónico.
De esta manera, existen actualmente en el Beni dos vertientes econó-
micas que obedecen a dos ámbitos geográficos distintos: la ganadería en
el centro y el sur del departamento y la extracción de castaña y madera
en el norte boscoso. Por consiguiente, las clases dirigentes de ambas
regiones tienen prioridades y lógicas diferentes, es decir que cada región
ha tenido su propia estructura de organización económica y política en su
relacionamiento interno y con el Estado a lo largo de la historia.
Los incentivos para la ocupación territorial del Beni fueron principal-
mente concesiones para operaciones extractivas del bosque y la entrega
de grandes extensiones de tierra a quienes hubieran estado embarcados
en estas tareas o declarasen estarlo. Con el paso del tiempo, algunos de
los principales empresarios se convirtieron, además, en grandes latifun-
distas, tanto en el área pampeana como en el norte amazónico. La pose-
sión de la tierra es otro aspecto fundamental en la evolución económica
y política del Beni y constituye un elemento en torno al cual histórica-
mente las élites del oriente han cerrado filas para la preservación de sus
intereses.
La promulgación de la Ley de Tierras Baldías, el 26 de octubre de 1905,
abrió la posibilidad para el acceso a grandes extensiones de tierra por
medio de la compra directa al Estado y la regularización de las propieda-
des existentes. Como efecto, entre 1905 y 1930, la mayor parte del territo-
rio beniano fue entregado a manos privadas y el Estado perdió control
sobre la tenencia de la tierra. De este modo surgió y se consolidó una
nueva sociedad terrateniente en el Beni, cuya evolución marca en el pre-
sente la realidad del departamento.
Trinidad constituye el nodo económico primordial del área central.
Por sus características físicas, esta región desarrolla su actividad principal
en torno a la ganadería extensiva. Además, al ser la capital departamen-
tal, es el centro político y administrativo del Beni. Dada la naturaleza
económica ganadera de sus élites, éstas asumen, de manera natural, una
postura conservadora, a la que se va a sumar la noción centralizadora y
de una cierta supremacía política sobre el resto de las poblaciones del
departamento.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 225

En contraparte, el norte amazónico, con su centro en Riberalta, es el


nodo principal de las actividades extractivas del bosque: la goma en un
inicio, luego la castaña y la madera hasta nuestros días. Además,
Guayaramerín, la otra ciudad importante ubicada en la nororiental provin-
cia Vaca Díez, al ser un puerto fronterizo, se desarrolló en torno al comer-
cio con Brasil. Estas circunstancias hacen que sus élites estén mucho más
vinculadas al comercio internacional, al Estado y a la modernidad.
A decir de Héctor Vaca Lazo, exdirigente cívico riberalteño,

en el Beni hay dos particularidades: el Beni sur y el Beni norte; un Beni


de pampa y un Beni de selva. Son economías totalmente diferentes. En
consecuencia, no nos comprendemos ni en los medios de producción. A
eso se suma el obcecado centralismo de los líderes trinitarios que no han
tenido la capacidad de integrarnos (comunicación personal, 2015).

Las discrepancias y rivalidades entre la dirigencia trinitaria y la riberalteña


tienen una larga tradición histórica. En sus inicios Riberalta fue establecida
como una delegación, lo que determinó que se relacione directamente
con el centro del poder nacional, pasando por alto la intermediación tri-
nitaria. Este factor puede entenderse como el origen histórico de la rivali-
dad entre ambas regiones y dirigencias, pero también de pugna entre
ambas y el gobierno central; lo que las unía coyunturalmente en la pro-
secución de sus intereses económicos frente al Estado.
Pese a estas convergencias respecto al poder nacional, en lo local
Riberalta buscó desde sus inicios gravitar por sí misma. Héctor Vaca Lazo
añade que la élite riberalteña tiene una aspiración ya tradicional por lide-
rar los territorios del norte del país:

Nos hemos convertido en el heartland de la Amazonía. Somos una ciudad-


región, porque los intereses de Riberalta no están dentro de nuestros pro-
pios límites departamentales. El hombre y el capital riberalteño actúan en
la provincia Iturralde (del departamento de La Paz) y en todo el departa-
mento de Pando (ídem).

Con el tiempo, la economía ganadera no se expandió en la medida en que


lo hicieron la de la castaña y la maderera. La provincia Vaca Díez hoy es
la más poblada del departamento y de ella salen los productos que el Beni
exporta prácticamente en su totalidad.
226 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

La Revolución de 1952

Durante la Revolución de 1952, las élites benianas conformaron sus identi-


dades ideológicas contemporáneas, dejando atrás las diferencias entre
liberales y conservadores de inicios del siglo XX. En Trinidad triunfó el
falangismo, en tanto que en el norte amazónico y otros nodos importantes,
como San Borja y Santa Ana, lo hizo el emenerrismo. Es pertinente además
precisar que, en Trinidad, un núcleo pequeño, pero bastante intelectualiza-
do, de herencia pirista2, acabó sumándose al falangismo dominante.
Esta impronta permaneció a lo largo de los años, incluso durante las
dictaduras, y hasta el presente continúa marcando dos aproximaciones
ideológicas diferentes a la realidad beniana desde las élites pampeanas y
las del norte amazónico.

Las élites benianas durante la “democracia pactada”, de 1985 a 2003

La llamada “democracia pactada” significó el empoderamiento en el siste-


ma de partidos políticos de tres organizaciones: ADN, MNR y MIR. La
primera copó el espacio trinitario y su área de influencia más próxima, la
segunda se instaló en el norte amazónico y otras localidades de raigambre
popular y la tercera se abrió campo entre las poblaciones de característi-
cas más progresistas.
Los elementos clave a tener en cuenta de este período y que repercuten
en el presente son los siguientes: el entronque hacia ADN del centro pam-
peano, vía su herencia falangista, y la permanencia del MNR como el
principal referente en el norte amazónico. La importancia de este hecho
radica en que el movimiento cívico del oriente, que conservó en su accio-
nar fuertes rasgos tanto del falangismo3 como del adenismo4, fue la base
en torno a la cual se articularon las élites de las tierras bajas luego del
colapso del sistema de partidos de la denominada democracia pactada, lo
que favoreció el empoderamiento de la dirigencia trinitaria.
Un segundo elemento relevante es que durante este período las élites
benianas se relacionaron de manera directa con el poder central a través
de los tres partidos dominantes del ciclo. Solo en escasas pero importantes

2 Pirista: afín al PIR, Partido de la Izquierda Revolucionaria, fundado en los años cuarenta.
3 De Falange Socialista Boliviana (FSB), partido de orientación derechista, con fuerte presencia en el oriente boliviano
desde la Revolución de 1952 hasta la década de 1970.
4 De Acción Democrática Nacionalista (ADN), partido político de derecha fundado en la década de 1980 por el expresi-
dente de facto Hugo Banzer Suárez.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 227

ocasiones se articularon con las élites cruceñas. Eso sucedió, por ejemplo,
cuando en la década de 1990 se negoció la Ley INRA (Ley del Instituto
Nacional de Reforma Agraria), que tuvo como principal interlocutor de la
sociedad civil a la Confederación Nacional de Agricultura (CONFEAGRO),
compuesta esencialmente por los ganaderos de Santa Cruz y Beni. Este
hecho confirma además que la cuestión de la posesión de la tierra cons-
tituyó históricamente una fuente de cohesión entre las élites del oriente.
El tercer elemento que conviene tener en cuenta es que la clase diri-
gente tradicional del Beni y los otros departamentos de las tierras bajas
lograron consolidar un conjunto de espacios y equilibrios dentro del sis-
tema de partidos políticos de la democracia pactada. Eran parte integral
del mismo y, por tanto, cuando surgió el MAS con una propuesta que
cuestionaba la totalidad sistémica del período de la democracia pactada,
percibieron esto también como una agresión contra ellas mismas.
Adicionalmente, esto se vio reforzado porque el partido popular emergen-
te no se mostró interesado en ese momento en pactar con los poderes
locales tradicionales; por el contrario, asumió un discurso que las cuestio-
nó en temas que les eran medulares, tal como la posesión de la tierra.

La política en el Beni en el período 2004-2010

La caída del orden vigente durante el ciclo de la democracia pactada fue


percibida por las élites del oriente en general como una afrenta y un desa-
fío inmediato. De manera casi paralela al crecimiento del MAS se fue
formulando en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija el discurso de la denomi-
nada “Media Luna”: es decir, la existencia de una Bolivia no andina, que
compartía una población, una historia y características muy diferentes a
las del resto de los departamentos. Esta narrativa se apoyó además en
elementos de la memoria de largo plazo que tienen que ver con la tardía
inclusión de las tierras bajas en la construcción del Estado boliviano.
Al desaparecer en la práctica la legitimidad y la representatividad de
los partidos dominantes del ciclo de la democracia pactada, los comités
cívicos recuperaron importancia, particularmente en Santa Cruz, Beni y
Pando. Desde estos espacios, las clases dirigentes comenzaron a articular-
se, reaccionando básicamente frente a tres situaciones: la emergencia del
MAS, que fue entendida como un riesgo para la preservación de sus espa-
cios de poder, ya no solo en relación al escenario nacional sino incluso
en lo local; la cuestión de la tierra y el territorio, que estaba planteada en
228 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

la Agenda de Octubre y que amenazaba el régimen de tenencia de la tie-


rra construido a lo largo del tiempo; y la posibilidad de alteración del
orden social establecido en sociedades con marcados rasgos feudales.

Las elecciones de 2004 y 2005

En las elecciones municipales de 2004, ADN consiguió la victoria en ocho


de las diecinueve alcaldías benianas en disputa. Le siguieron el MNR con
ocho, el MIR con cuatro y la CPEMB con una. En ese momento, el MAS
no era un actor con presencia real en el Beni. Respecto a las tres princi-
pales urbes del departamento, ADN ganó en Trinidad y Guayaramerín, en
tanto que el MNR lo hizo en Riberalta.
En las elecciones departamentales de 2005, Ernesto Suárez se presentó
por PODEMOS y logró vencer en la carrera por la prefectura con un
44,64%, seguido por el MNR con un 29,82%. El MAS apenas obtuvo un
6,72% en esa ocasión.
En cuanto a los resultados presidenciales, PODEMOS obtuvo un 46,7%
de los votos benianos, el MNR un 30,1% y el MAS un 16,5%.
Resulta evidente a partir de estos datos que luego del colapso del sis-
tema de partidos políticos de la democracia pactada, dos de las fuerzas
dominantes todavía mantenían una presencia importante en el Beni: el
MNR y ADN, en esa ocasión bajo la sigla PODEMOS, y bajo el liderazgo
de Tuto Quiroga luego del deceso de Hugo Banzer Suárez. El MAS era por
ese entonces un actor emergente, pero claramente minoritario.

La lucha autonómica en el Beni

A la dirigencia política tradicional beniana no le resultó difícil tomar para


sí el discurso autonomista originado en Santa Cruz y propagarlo entre la
sociedad del departamento. El discurso de la Media Luna facilitó en
buena medida esta articulación con una base común de intereses econó-
micos y políticos.
El liderazgo regional, cuya cabeza era Ernesto Suárez, se articuló casi
naturalmente con el bloque opositor que emergía desde Santa Cruz. Suárez
ya había sido concejal de Trinidad entre 1993 y 1997, y posteriormente fue
designado prefecto del departamento por Hugo Banzer Suárez en el perío-
do 1997-2002. Luego pasó a ser diputado nacional por ADN, cargo al que
renunció en 2005 para postularse como candidato al sillón departamental
por PODEMOS, resultando ser el ganador en esas elecciones.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 229

La convergencia entre las élites cruceñas y benianas —una amenaza


política para el MAS, que ponía en riesgo los espacios de poder, un peli-
gro económico centrado en la cuestión de la tierra y un peligro social
respecto a la alteración del orden de relaciones establecido—, hizo que
cerrar filas en torno a la bandera autonómica resulte una posición que
respondía al sentido común del momento.
De ese modo, los discursos ideológicos de la época determinaron en
primera instancia que la cohesión del espacio identificado con la Media
Luna encuentre en Santa Cruz y su dirigencia tradicional a su principal
referente. El conjunto de las demandas regionales quedó subsumido en la
demanda autonómica y la identidad en construcción de la Media Luna. En
el ámbito beniano, esto se tradujo concretamente en el empoderamiento
del movimiento cívico y la élite trinitaria, lo que también se dio en Pando.
Consiguientemente, el derrotero de la demanda autonómica en el Beni
siguió el ritmo que fue marcando Santa Cruz. Esto se corrobora de mane-
ra inequívoca al ver las fechas clave del proceso en cuanto a cabildos y
referendos. En todos ellos Santa Cruz realizó el movimiento inicial que
posteriormente fue replicado y amplificado en el resto de los departamen-
tos de la denominada Media Luna y que luego conformaron el Consejo
Nacional Democrático (CONALDE).
Esta dinámica, siguiendo los pasos de Santa Cruz, fue también la que
se dio en la resistencia al proceso constituyente, durante la posterior apro-
bación de la nueva Constitución Política del Estado y cuando la polariza-
ción escaló hasta los eventos de 2008 que incluyeron la toma de institu-
ciones y los hechos de Porvenir en Pando.
Tal como sucediera en Santa Cruz, la resistencia dura y la cohesión de
las élites benianas se agotaron con la reelección de Evo Morales en 2009,
logrando mantenerse apenas y con muchas dificultades hasta las eleccio-
nes subnacionales de 2010.

El proceso de polarización política y social en el Beni

El proceso de polarización política y social en el Beni resultó particular-


mente exacerbado debido no solo al despliegue de las fuerzas políticas en
pugna, sino también a los rasgos de carácter feudal en que permanecen
estructuradas las relaciones sociales en el departamento. Esto hizo que la
disputa termine afectando incluso el tejido de relaciones familiares.
El primer antecedente de la polarización política que se acabó con-
formando se encuentra en los sucesos del 2 de junio de 2004, en un duro
230 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

enfrentamiento en el puente San Pablo. En este episodio resultaron


muertos dos campesinos y un oficial de las Fuerzas Armadas. Según
denunciaron en ese momento organizaciones sociales como la Central
Obrera Departamental, las federaciones de campesinos, la CPEMB y
otras, el entonces gobernador Erwin Rivero ordenó la arremetida de
policías y militares contra el piquete de bloqueo. En la percepción de
los grupos de base popular, se trató de la reedición de viejas prácticas
patronales contra estos grupos.
Por ese momento también se registraron actos de violencia en contra
de organizaciones no gubernamentales que venían trabajando en el
apoyo a las reivindicaciones de indígenas y campesinos en el departa-
mento, entre ellas el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social
(CEJIS) y el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado
(CIPCA). Estos hechos se precipitaron en la medida en se fue dando el
paulatino crecimiento del MAS a escala nacional y en que crecía la posi-
bilidad real de que éste asuma el poder y desplace a los entonces par-
tidos tradicionales.
Una vez que Evo Morales triunfó en las elecciones de 2005 y llegó al
poder, se dio inicio al proceso constituyente. La cuestión de tierra y terri-
torio crispó los ánimos y derivó en organización de una resistencia prác-
ticamente sin tregua frente al Gobierno y al MAS. Este proceso de polari-
zación tuvo como efecto concreto en lo local la cohesión general de las
élites tradicionales en defensa de sus intereses. En esos momentos desa-
pareció la posibilidad de una disidencia que no fuese asumida como una
traición a la región, particularmente entre los grupos tradicionales de la
sociedad beniana.
En ese contexto, Ernesto Suárez pudo hacerse con un liderazgo que no
admitía mayores cuestionamientos. Es decir, existían condiciones que
hacían necesario el cierre de filas en torno a un único líder, que resultó
ser él por diversos factores.

Las elecciones generales del 6 de diciembre de 2009

El CONALDE no logró ponerse de acuerdo en torno a una fórmula con la


cual presentarse a las elecciones presidenciales de 2009. Este hecho marcó
en definitiva la debacle de esa instancia de coordinación política entre los
gobernadores opositores al MAS. En vista de esto, el escenario de defini-
ciones volvió hacia las organizaciones políticas tradicionales o lo que aún
quedaba de ellas, concentradas principalmente en Santa Cruz.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 231

Luego de explorar opciones, al final se conformó la principal candida-


tura de la oposición. Manfred Reyes Villa y Leopoldo Fernández encabe-
zaron la fórmula y se presentaron por la agrupación ciudadana Plan
Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional (PPB-CN). Las ya menciona-
das coincidencias, tanto ideológicas como de tradición política y un pro-
blema en común —la tierra—, allanaron el camino para la articulación y
el accionar conjunto de las élites benianas con las cruceñas, pandinas y el
resto de la oposición.
Por su parte, el MAS realizó importantes esfuerzos por posicionarse
territorialmente en el Beni durante el primer período de gobierno del
presidente Evo Morales. En una pugna que se caracterizó por ir peleando
cada espacio posible en cada uno de los municipios del departamento, el
partido de gobierno fue logrando abrirse espacio con el despliegue polí-
tico de su fuerza y también a partir de iniciativas judiciales contra sus
adversarios. Como consecuencia de este accionar por parte de ambos
bandos en pugna, el clima político y social del Beni se exacerbó marca-
damente hacia el momento de las elecciones de 2009.
En esas circunstancias, la fórmula opositora logró hacerse con 53,15%
de la votación, en tanto que el MAS obtuvo un 37,66%. Ambas fuerzas
mejoraron sus resultados respecto a las elecciones de 2005, particularmen-
te el oficialismo nacional, que consiguió más que duplicar su caudal elec-
toral en el departamento.
Como sucedió en Santa Cruz, pese a la victoria local de la oposición,
el resultado nacional contundente a favor del MAS supuso un punto de
inflexión.

Las elecciones del 4 de abril de 2010

Para las elecciones departamentales de 2010 estaba claro el avance del


MAS en el Beni. Ernesto Suárez pugnó por su reelección y para ello pre-
sentó su propia organización política: Primero el Beni (PB). Ganó por un
escaso margen, apenas superior a 2% de los votos válidos por encima de
la candidata del MAS, Jessica Jordan. Esta fue una primera evidencia de
que una eventual victoria del oficialismo nacional en pos de la goberna-
ción podía darse en el tiempo. El MNR, que había postulado al vicealmi-
rante Ismael Schabib, obtuvo un 12,1%.
En cuanto a las elecciones municipales, tanto PB como el MAS obtu-
vieron ocho alcaldías, seguidas por el MNR que se hizo con tres. La dis-
puta fue muy dura en cada espacio disponible. PB logró conquistar la
232 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

alcaldía de Trinidad, y el MAS las de Riberalta y Guayaramerín. De esta


manera, el principal bastión del centro pampeano continuaba fiel a su
origen adenista ahora expresado por PB y Ernesto Suárez, en tanto que
en el norte amazónico ganaba terreno lo popular de la mano del MAS,
donde esta fuerza consiguió además otras autoridades electas.

El desempeño de los actores políticos entre 2010 y el presente

Luego de las elecciones subnacionales de 2010 se dio un distanciamiento


entre PB y el MNR que se hacía cada vez más evidente en la Asamblea
Legislativa Departamental. Para ese momento el liderazgo de Santa Cruz
en lo referido a la reivindicación autonómica se había diluido, lo mismo
que el discurso de la Media Luna. Al contrario, las demandas emergentes
se comenzaron a formular a partir de los contenidos de la nueva CPE,
cuya legitimidad ya no estaba en duda para todos los fines prácticos, pero
volvieron a emerger los de las regiones.
Como también había ocurrido en Santa Cruz, las circunstancias habían
cambiado y ya no estaban en el horizonte los problemas y las soluciones
en común que en otro momento facilitaron la articulación y cohesión
entre las élites del oriente. En la cuestión de la tierra se logró un nuevo
marco de equilibrios, que tampoco trastocó la situación en la medida de
los peores temores surgidos durante el proceso constituyente. En cuanto
a la posibilidad de una alteración del orden político y social, esto ya era
una realidad con la cual había que lidiar y resultaba imposible plantearse
un retorno al estado de cosas anterior.
En el Beni, esto significó concretamente que la cohesión en torno al lide-
razgo del centro trinitario y de Ernesto Suárez encuentre dificultades para
sostenerse tal como lo había hecho durante el período más duro de la pola-
rización. Se hacía necesario encontrar fórmulas innovadoras para articular
alianzas sostenibles. Es decir que las demandas y tensiones que otrora que-
daron subsumidas bajo el discurso autonómico y de la Media Luna comen-
zaron a emerger nuevamente y necesitaban expresarse, ser reconocidas.
Para ese entonces ya comenzaban a surgir críticas a la gestión de
Ernesto Suárez a la cabeza de la gobernación beniana. Las mismas se cen-
traban en acusaciones de corrupción y nepotismo, además de ineficiencia
para satisfacer las demandas de la ciudadanía.
Paralelamente, mediante una serie de iniciativas judiciales y del des-
pliegue de su fuerza política, el MAS fue tomando control de otros muni-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 233

cipios del departamento. Si bien partió con la victoria electoral en ocho


alcaldías, al final acabó controlando dieciséis de un total de diecinueve.

Las elecciones de 2013 y transiciones en el poder

El 11 de diciembre de 2011, Ernesto Suárez fue suspendido del cargo de


gobernador por la Asamblea Legislativa Departamental bajo acusaciones
de corrupción y fue sustituido, seis días más tarde, por el asambleísta del
MNR Haisen Ribera Leigue. Pese a que por ese entonces se temieron dis-
turbios y enfrentamientos por estos hechos, a la postre la resistencia no
pasó a mayores. Este hecho puso de manifiesto la existencia de debilida-
des en la gestión de Ernesto Suárez.
El 18 de abril de 2012, el gobernador suspendido anunció su renuncia
al cargo, lo que abrió las puertas para una nueva elección de la máxima
autoridad departamental. Dado que en esta ocasión Ernesto Suárez no
competiría y en vista de que PB tendría dificultades para ganar las elec-
ciones por sí misma, se articuló una alianza con el MNR, que se tradujo
finalmente en la postulación de Carmelo Lenz.
Este nuevo candidato, oriundo de Riberalta y vinculado al MNR, gene-
ró como efecto inmediato, aunque coyuntural, la recomposición de las
fuerzas tradicionalmente dominantes del departamento. Esta nueva situa-
ción se vio corroborada por los resultados obtenidos: PB, con Carmelo
Lenz a la cabeza, ganó las elecciones con un 52,27% de la votación, en
tanto que el seguidor inmediato, el MAS, que nuevamente había postulado
a Jessica Jordan, logró un 44,35% de los votos válidos. Esto superaba la
votación obtenida por PB en 2010 con Ernesto Suárez a la cabeza y sin el
MNR de su lado.
Desde que asumió el cargo de gobernador, Carmelo Lenz tuvo una
gestión aceptable, sin mayores sobresaltos ni acusaciones de corrupción
en su contra que le afectaran sensiblemente. Le tocó lidiar con los peores
desastres por inundación en décadas y logró capitalizar hasta cierto punto
el descontento de la población como reacción a la negativa del Gobierno
a declarar al territorio beniano como zona de desastre. Todo esto contri-
buyó a que Lenz lograra proyectarse como una figura interesante para
permanecer en el cargo.
Por su parte, la gestión municipal de la alcaldía de Trinidad presentaba
debilidades, principalmente por no resolver los problemas de la ciudad,
pero también por sospechas de corrupción. Esto contribuyó a mermar la
posición de PB.
234 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

Por su parte, el MAS fue desplegando sus esfuerzos en el departamen-


to. Reconoció de manera pragmática que su mejor opción para avanzar
consistía en buscar y sacar provecho de la desarticulación entre las élites
del centro y las del norte amazónico e ir copando los espacios donde
menos afianzada estaba la ideología conservadora tradicional.
Consiguientemente, intentó romper la cohesión trinitaria, a la vez que se
concentró con mayor fuerza en la provincia Vaca Díez.

Elecciones presidenciales de 2014

Los resultados de las elecciones presidenciales gravitaron en las elecciones


subnacionales, aunque no las condicionaron de un modo definitivo. Son
un antecedente importante para observar la correlación de fuerzas. Los
gráficos 1 y 2 sintetizan las cifras correspondientes a los tres últimos pro-
cesos electorales, tanto en cantidad de votos como en porcentajes.
En las elecciones presidenciales de 2014, UD, la principal fuerza que
presentó la oposición, logró 51,44% de los votos válidos en el Beni, un
1,71% menos que lo obtenido en 2010 por PPB-CN. Por su parte, el MAS
logró un 41,49%, incrementando su votación en un 3,83%. Las otras fuer-
zas pasaron a sumar en total 7,07% restante, bajando del 9,19% que habían
logrado en 2010.

GRÁFICO 1. BENI: VOTACIÓN OBTENIDA POR LOS PARTIDOS PRINCIPALES EN ELECCIONES GENERALES, 2005-2014
100.000
90.000 91.855
85.631
80.000
74.084
70.000
60.000 60.671

50.000
47.547
40.000 38.195
30.000
20.000
16.937
10.000 14.810 12.621

0
2005 2009 2014
PODEMOS/CN/UD MAS Otros

Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.


La reconfiguración del Estado en Bolivia 235

GRÁFICO 2. BENI: VOTACIÓN PORCENTUAL OBTENIDA POR LOS PARTIDOS PRINCIPALES


EN ELECCIONES GENERALES, 2005-2014

60%
53,2%
51,4%
50%
46,3%
41,5%
40% 37,7%
37,2%

30%

20%
16,5%

10%
9,2% 7,1%

0%
2005 2009 2014
PODEMOS/CN/UD MAS Otros

Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

En términos absolutos, tal como lo muestra el gráfico 1, la principal fuer-


za opositora y el MAS incrementaron su caudal de votos a lo largo del
tiempo a costa de terceras fuerzas, que vieron su apoyo cada vez más
reducido y solo alcanzaron resultados marginales. En términos proporcio-
nales, la principal fuerza opositora fue perdiendo espacio y el MAS conti-
nuó avanzando.
En un departamento en el que el proceso de polarización política y
social estuvo tan fuertemente marcado, el avance del MAS y el ligero retro-
ceso de la principal fuerza de oposición nacional en 2014 constituyen
señales importantes sobre el contexto en el que tuvieron lugar las eleccio-
nes subnacionales de 2015. El proceso de acumulación política, en un
escenario de polarización entre el oficialismo y la oposición, pasó a resul-
tar más favorable al primero en términos de variación proporcional. Lo
que equivale a afirmar que la oposición no logró mantener el avance y la
cohesión que logró en 2009. Esto adquiere un sentido particular en el
Beni, teniendo en cuenta que en 2014 el principal líder en contra del MAS,
Ernesto Suárez, encabezó la fórmula de UD como candidato a la vicepre-
sidencia de Bolivia.
Resulta evidente que el escenario de polarización seguía marcando la
tónica. Un dato importante es que estas proporciones en la votación pre-
sidencial resultaron bastante parecidas a las que se vieron en las eleccio-
236 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

nes por la gobernación en 2013, cuando las élites trinitarias y las riberal-
teñas se articularon, al igual que en 2014, en torno a UD.
Pese a esto, la manera en que se conformó UD, sobre la base de la
alianza entre Unidad Nacional y el Movimiento Demócrata Social, resultó
humillante para el MNR, al que no se permitió figurar con su sigla en el
registro ni en la papeleta electoral. Esto ahondó la desconfianza entre el
partido del gobernador cruceño Rubén Costas y el MNR, afectando tam-
bién a Ernesto Suárez, quien formó parte del binomio como candidato a
Vicepresidente junto a Samuel Doria Medina. El MNR se sintió traicionado
y salió herido de la contienda.

Configuración de fuerzas hacia las elecciones de 2015

Después de que UD perdiera en las elecciones presidenciales de 2014,


Ernesto Suárez decidió reclamar nuevamente para sí el espacio departa-
mental al que había renunciado en 2012, postulándose a la gobernación
bajo esa misma sigla. Esto alteró las expectativas de equilibrio y alternan-
cia en el poder con el norte amazónico. Carmelo Lenz, dirigente riberal-
teño que cumplía gestión en la gobernación, proyectándose para mante-
nerse en el cargo, vio truncada su carrera. Esto fue sentido e interpretado
como un gesto inamistoso, en particular por el MNR. Se lo percibió como
una nueva afrenta desde el centro trinitario, luego de lo que había ocurri-
do con UD en las elecciones presidenciales.
Así, la postulación de Ernesto Suárez fue asumida como un intento de
las élites trinitarias por imponerse nuevamente sobre las del norte amazó-
nico. En eso también jugó su papel la memoria de largo plazo de pugnas
entre ambas clases dirigentes. Se fue configurando un escenario con posi-
ciones prácticamente irreconciliables entre las candidaturas de Ernesto
Suárez y del MNR. Por su parte, el MAS apostó por Álex Ferrier, un lide-
razgo trinitario de pasado emenerrista.
En estas condiciones, estaba en riesgo la victoria de Ernesto Suárez. Así
lo reflejaron algunas de las encuestas. En el transcurso de la carrera electoral,
las diferencias entre Sandro Giordano, quien se postulaba por el MNR, y
Suárez de UD se hicieron cada vez más notorias y profundas. Esta rivalidad
tiene como antecedente el hecho de que en 2010 el candidato emenerrista
tenía que pugnar en lugar de Ernesto Suárez, dando lugar a una alternancia
que generaba equilibrios dentro de la dirigencia tradicional beniana. Así las
cosas, la articulación que en el pasado se dio entre las élites del centro y las
del norte amazónico estaba a todas luces desgastada y resquebrajada.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 237

El 10 de marzo, Carmelo Lenz, a nombre de UD, la sigla por la cual se


presentó Ernesto Suárez, dio a conocer públicamente, en conferencia de
prensa, los resultados de una encuesta encargada por esa organización
política. Al hacerlo infringió lo establecido en la Ley 026 del Régimen
Electoral, que prohíbe la difusión de estudios de opinión en materia elec-
toral encargados, financiados o realizados por organizaciones políticas y
candidaturas. Esta falta es sancionada con la “cancelación inmediata” de la
personalidad jurídica del frente infractor. Ernesto Suárez dejó en claro que
la decisión de dar a conocer estos datos de encuestas fue tomada de forma
orgánica por su organización.
El viernes 20, a solo nueve días de los comicios, el Tribunal Supremo
Electoral (TSE) tomó la decisión de inhabilitar la sigla UD en el Beni. Con
esto quedaron fuera de la carrera electoral Ernesto Suárez y Moisés
Shiriqui, alcalde de Trinidad que buscaba su reelección, además de otros
226 candidatos departamentales y municipales. Esta cuestionada decisión
del TSE resultó un golpe devastador para la oposición beniana.
Ante esta situación, se abrió un tenso período de espera por ver cómo
se reconfiguraban las alianzas políticas. En los días siguientes se constató
nuevamente que la brecha entre las élites del centro y las del norte ama-
zónico resultaba demasiado profunda, sin posibilidad práctica de reconci-
liación en ese momento. El MNR le dio la espalda a Ernesto Suárez. Ante
tal situación, éste optó por armar una asociación con NACER, una fuerza
menor, de mínima relevancia política y de raíces indígenas.
A solo seis días de las elecciones, y como alternativa de alto riesgo,
pero sin otra salida, la élite trinitaria se presentó con Carlos Alberto
Dellien como cabeza de la fórmula NACER, desplazando a Willy Mae, su
candidato original. La premura y los plazos cortos impidieron a UD rear-
mar el conjunto de candidaturas departamentales y municipales que ini-
cialmente intentó postular.

La situación de los pueblos indígenas del Beni

A lo largo de la última gestión no ha habido un plan para sacar de la


extrema pobreza a los pueblos indígenas del departamento del Beni, y los
esfuerzos del gobierno central y la gobernación se han concentrado en el
TIPNIS. Sin embargo, Emilio Noza, presidente de la Subcentral Sécure,
afirma que esto se ha limitado a la implementación de infraestructura que
todavía no es operativa. Señala como ejemplos la instalación de cabinas
de comunicación y tanques para agua potable que no funcionan. También
238 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

precisa que “en cuestiones de salud, se dijo que iban a entrar brigadas
médicas a las comunidades. Eso es discurso. No hay nadie. Eso significa
que la situación sigue igual e incluso la veo peor” (entrevista, 2015).
En todo este tiempo tampoco se ha avanzado sobre las autonomías
indígenas en el departamento. Es muy poco lo que han hecho las autori-
dades locales para mejorar las condiciones de vida de estos grupos. El
MAS sí lo hizo desde el gobierno nacional, llevando motores generadores
de electricidad y motores fuera de borda que, aunque se estropearon
pronto, le permitieron retomar su espacio y captar para sí buena parte de
la votación indígena del departamento.
La situación actual de las organizaciones de los pueblos indígenas es de
debilitamiento general, cuando apenas dos centrales han logrado mantener
su unidad, no sin dificultades: la CPEMB y los t’simanes; el resto presenta
divisiones. Estas dos organizaciones han sido cooptadas por el MAS, lo que
habría impedido en gran medida una división. Así, el líder del Gran Consejo
T’simán, Cándido Nery, es actualmente cabeza de la Secretaría de Desarrollo
Indígena Departamental de la gobernación en la nueva gestión de Álex
Ferrier. Otros dirigentes ya fueron promovidos a estas instancias en el pasa-
do, pero esta situación generó resultados adversos, ya que una vez en el
poder, estos líderes se desvinculaban de sus bases.
Con todo, a partir de la forma organizacional del pueblo t’simán, su
voto se canalizó casi en su totalidad a favor del MAS y fue uno de los
factores clave para la victoria de Álex Ferrier en la pugna por la goberna-
ción. Evo Morales obtuvo la mayor votación en las elecciones presidencia-
les en el TIPNIS, al igual que Carlos Dellien en las departamentales.

Análisis de los resultados e impactos


de las elecciones subnacionales de 2015

Resultados de las elecciones departamentales

Los cuadros 1 y 2 muestran los resultados de las elecciones departamen-


tales. En 2005 Suárez se presentó bajo la sigla PODEMOS, en 2010 lo hizo
como PB y en 2015, luego de perder la personalidad jurídica de UD, su
estructura lo hizo bajo la agrupación NACER y con Carlos Dellien como
candidato.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 239

CUADRO 1. BENI: RESULTADOS EN ELECCIONES DEPARTAMENTALES, 2005-2015


2015
Gobernación 2005 2010 2013 Primera Segunda
vuelta vuelta
PODEMOS/PB/UD/NACER 46.842 64.055 71.064 49.214 84.809
MAS 7.054 60.477 60.297 64.376 85.598
MNR 31.290 18.269 — 43.403 —
Otros 19.755 7.843 4.591 — —
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

CUADRO 2. BENI: RESULTADOS EN ELECCIONES DEPARTAMENTALES (PORCENTAJES), 2005-2015


2015
Gobernación 2005 2010 2013 Primera Segunda
vuelta vuelta
PODEMOS/PB/UD/NACER 44,64% 42,5% 52,27% 31,35% 49,77%
MAS 6,72% 40,1% 44,35% 41,01% 50,23%
MNR 29,82% 12,1% — 27,65% —
Otros 18,82% 5,3% 3,38% — —
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

Esta información se complementa con los gráficos 3 y 4, que presentan la


evolución de la votación por la fuerza de Ernesto Suárez (con sus diversas
siglas en cada evento electoral) y la del MAS.

GRÁFICO 3. BENI: EVOLUCIÓN DEL DESEMPEÑO ELECTORAL DE LAS PRINCIPALES


FUERZAS EN ELECCIONES DEPARTAMENTALES, 2005-2015

90.000
85.598
80.000 84.209
71.064
70.000
64.055
60.297 64.376
60.000
60.477
50.000
46.842 49.214
40.000

30.000

20.000

10.000
7.054
0
2005 2010 2013 2015 PV 2015 SV
PODEMOS/PB/UD/NACER MAS
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.
240 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

GRÁFICO 4. BENI: EVOLUCIÓN DEL DESEMPEÑO ELECTORAL DE LAS PRINCIPALES FUERZAS


EN ELECCIONES DEPARTAMENTALES (PORCENTAJES), 2005-2015

60%
52,3%
50% 50,2%
49,8%
44,6% 42,5% 41,0%
44,4%
40%
40,1%

30% 31,4%

20%

10%
6,7%
0%
2005 2010 2013 2015 PV 2015 SV
PODEMOS/PB/UD/NACER MAS
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

Pese a la corta campaña realizada por el candidato Carlos Dellien tras


presentarse bajo la sigla NACER, logró un 31,35% de los votos válidos, lo
que le permitió, por un escaso margen, competir en segunda vuelta contra
el MAS, que obtuvo un 41,01%. El MNR se quedó con el restante 27,64%.
Para el momento de la segunda vuelta, la inhabilitación de Ernesto
Suárez había redefinido la cuestión en juego en la pugna por la goberna-
ción. Se introdujeron otras variables de tipo emocional que iban más allá
de la lógica y los discursos políticos acostumbrados; se apeló a la victimi-
zación, legítima, por cierto, desde la perspectiva de la oposición beniana.
Con este factor se volvió a profundizar la polarización en la disputa por
el poder departamental.
Álex Ferrier, el candidato del MAS, ganó en la segunda vuelta por la
gobernación por un margen muy escaso: apenas 789 votos, equivalentes
a un 0,46% del total. Finalmente, tras diez años de intensa pugna política,
Ernesto Suárez perdía en las urnas el control del gobierno departamental.
Los principales factores que determinaron estos resultados fueron los
siguientes:

• La ruptura entre las élites del centro trinitario y las del norte amazónico
hizo que la polarización no logre consolidar una cohesión social mayo-
ritaria en contra del MAS, como había sucedido en el pasado.
• El voto de la provincia Vaca Díez sumados al de las comunidades
t’simanes y del TIPNIS, fueron determinantes para el resultado final.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 241

• La repolarización en la disputa jugó a favor de Ernesto Suárez, quien


logró mantener simpatías y votos pese a su inhabilitación, y canalizó
este apoyo a favor de Carlos Dellien.

Si bien Ernesto Suárez y su estructura política se presentaron consistente-


mente en todas las elecciones para la gobernación beniana, solo en 2010
y 2013 lo hicieron bajo una sigla propia, PB. En el resto de las ocasiones
participaron bajo otras denominaciones: PODEMOS en 2005, luego UD, y
NACER en 2015.
La estructura de Ernesto Suárez consiguió su mejor resultado en elec-
ciones departamentales en 2013, cuando se articuló con el MNR y la diri-
gencia riberalteña. Posteriormente, en la primera vuelta de 2015, bajó a su
mínimo histórico, tanto en términos absolutos como proporcionales. Ya en
segunda vuelta logró hacerse con la mayor votación en su registro, pero
aun así resultó superada escasamente por el MAS. A la postre, esta estruc-
tura sufrió una derrota estratégica de consecuencias devastadoras porque
no logró mantener espacios de poder que le permiteran gravitar en el
campo político de cara al futuro.
Por su parte, el MAS presenta una evolución electoral ascendente en
términos de cantidad de votos, salvo en 2013, cuando se estancó momen-
táneamente. A partir de 2010, los resultados de este partido fluctúan entre
40% y 45% del voto en la disputa por la gobernación, con excepción de
la segunda vuelta de 2015, cuando sobrepasó el 50% por única vez.
A diferencia de la estructura de Ernesto Suárez, cuyo liderazgo no
estuvo en cuestión, el MAS se presentó con diversas candidaturas a lo
largo del tiempo. La más mediática y la única que participó en más de
una ocasión fue Jessica Jordan, quien terció en 2010 y 2013. Con la
derrota en ambas ocasiones, este partido reacomodó su estrategia y optó
por establecer alianzas con sectores de la dirigencia tradicional que en
el pasado fueron parte de la oposición, de manera que en 2015 se pre-
sentó con Álex Ferrier.
Tal como se indicó previamente, en la segunda vuelta de 2015 por la
gobernación beniana jugó a favor del MAS la división entre la estructura
de Ernesto Suárez y el MNR, vale decir la ruptura entre la élite del centro
trinitario y la del norte amazónico.
Por su parte, el MNR recuperó en 2015 el lugar de importancia que
tradicionalmente viene ostentando en la política beniana desde los años
posteriores a la Revolución de 1952, y a pesar del declive coyuntural que
presentó en 2010 y su ausencia en 2013.
242 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

En cuanto a la votación por asambleístas, el gráfico 5 muestra la evo-


lución de la composición de la Asamblea Legislativa Departamental. En
2005, los entonces consejeros departamentales fueron elegidos según
una metodología muy diferente, por lo que los resultados no son com-
parables.

GRÁFICO 5. BENI: EVOLUCIÓN DE LA COMPOSICIÓN DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DEPARTAMENTAL, 2010-2014

14

12 12
11
10
10
8
7
6
5
4 4 4
3
2

0
2010 2014
PB/NACER MAS MNR Indígenas/campesinos
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

En 2015, la representación del MAS en la Asamblea Legislativa Departamental


creció y amplió significativamente su ventaja sobre el resto de las organi-
zaciones políticas. Aunque no logra hacerse con la mayoría de dos tercios,
sí tiene control suficiente como para garantizar condiciones mínimas de
gobernabilidad. Dependerá de las alianzas que establezca para ver mejo-
rada su situación o no; algo que no parece muy lejano, dada la composi-
ción del resto del ente legislativo beniano.
Si bien NACER obtuvo siete escaños departamentales, solo uno de ellos
se puede considerar que responde orgánicamente a la estructura de
Ernesto Suárez. En el caso del resto de las autoridades elegidas por esta
sigla, se trata de candidatos que ya figuraban ahí antes de la pérdida de
personalidad jurídica de UD y la posterior articulación con NACER. Esta
última viene participando desde hace varias elecciones con un carácter
prácticamente testimonial. El resultado obtenido no puede entenderse
como consecuencia de un peso propio particular. Con todo, queda en una
situación interesante para continuar proyectándose al futuro.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 243

El MNR también avanza, recuperando escaños legislativos. Sin embar-


go, queda por debajo de NACER. Es la tercera fuerza en la ALD.
La representación indígena y campesina, a la que según el estatuto
autonómico beniano le corresponden dos curules por cada uno de estos
dos grupos, se mueve en una lógica propia, aunque históricamente se ha
mostrado permeable a las insinuaciones desde el poder constituido. Dada
la actual debilidad de sus estructuras, es probable que el MAS logre arti-
cular un accionar conjunto con sus representantes.

Resultados de las elecciones municipales

En el cuadro 3 se presentan los resultados de los ganadores en los comi-


cios en cada municipio, mientras que el cuadro 4 sintetiza las alcaldías
logradas en el período según organización política.

CUADRO 3. BENI: DESEMPEÑO DE SIGLAS GANADORAS EN ELECCIONES MUNICIPALES,


POR MUNICIPIOS, 2004, 2010 Y 2015
2004 2010 2015
Provincia Municipio
Sigla  Porcentaje Sigla  Porcentaje Sigla  Porcentaje
Trinidad ADN 45,8 PB 40,4 MNR 43,1
Cercado
San Javier ADN 33,6 MAS 36,8 MAS 54,4
Riberalta MNR 34,0 MAS 29,9 MAS 47,2
Vaca Díez
Guayaramerín ADN 33,0 MAS 30,8 MNR 43,6
Reyes MNR 46,5 PB 58,4 MNR 54,5
San Borja ADN 32,7 MAS 47,2 MAS 53,3
Ballivián
Santa Rosa MIR 60,1 MNR 56,0 NACER 41,1
Rurrenabaque MNR 36,8 PB 51,7 MAS 49,6
Santa Ana MNR 52,6 MNR 51,0 MNR 54,3
Yacuma
Exaltación ADN 58,8 PB 34,2 MAS 56,6
Moxos San Ignacio CPEMB 28,2 MAS 51,5 NACER 44,7
Loreto MNR 40,9 MAS 37,6 MAS 100,0
Marbán
San Andrés MIR 40,1 MAS 39,6 NACER 62,6
San Joaquín ADN 56,2 MAS 37,2 MNR 55,0
Mamoré San Ramón ADN 46,2 PB 47,0 MNR 41,7
Puerto Siles MIR 70,0 PB 62,8 MAS 71,9
Magdalena MIR 40,6 MNR 53,6 MNR 62,0
Iténez Baures MNR 53,3 PB 60,1 MAS 100,0
Huacaraje ADN 45,5 PB 42,7 MAS 100,0
Promedio 45,00 45,71 59,77
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.
244 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

CUADRO 4. BENI: NÚMERO DE ALCALDÍAS GANADAS POR ORGANIZACIÓN, 2004, 2010 Y 2015
2004 2010 2015
ADN 8 MAS 8 MAS 9
MNR 6 PB 8 MNR 7
MIR 4 MNR 3 NACER 3
CPEMB 1
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

Como se desprende de los cuadros mencionados, ADN fue el partido que


mejores resultados obtuvo en las elecciones de 2004, haciéndose con ocho
municipios. Le siguieron el MNR, el MIR y la CPEMB. El MAS no logró
ninguna victoria en esas elecciones. En ese entonces, Ernesto Suárez era
un líder local en ascenso, pero no tenía aún un proyecto propio.
Hacia 2010, el escenario se reconfiguró y la carrera electoral acabó
siendo liderada por el MAS y PB, la organización de Ernesto Suárez. El
MNR vio disminuida su gravitación en los municipios benianos y solamen-
te logró hacerse con tres alcaldías.
En 2015, el escenario municipal beniano se reconfiguró nuevamente.
El MAS logró la mayor cantidad de alcaldías, consolidando su presencia
en Riberalta, San Javier, San Borja y Loreto. Además, si bien su presencia
disminuyó en Marbán, logró avanzar en Iténez. El punto menos favorable
es que perdió en el importante y emblemático municipio de San Ignacio
de Moxos. El MNR ganó en Trinidad y Guayaramerín, además de recupe-
rar Reyes. Santa Ana de Yacuma, junto con Magdalena, se confirman como
los principales bastiones rosados. Por su parte, NACER avanza en lo muni-
cipal, independientemente de lo sucedido con Ernesto Suárez y su estruc-
tura porque, como ya se indicó, ninguna de las tres alcaldías en las que
gana se debe a su liderazgo.

Resultados de la elección de subgobernadores

De acuerdo a lo establecido en el Estatuto Autonómico del Beni aprobado


en el referendo de 2008, cada provincia beniana elige un subgobernador
en votación paralela a la del gobernador por mayoría simple. El cuadro 5
presenta los resultados obtenidos por los ganadores en las dos últimas
elecciones, en tanto que el cuadro 6 registra las victorias totales según
organización política.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 245

CUADRO 5. BENI: RESULTADOS DE LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS EN LAS PROVINCIAS, 2010 Y 2015
2010 2015
Provincia
Ganador Porcentaje Ganador Porcentaje
Cercado PB 50,6% NACER 41,9%
Vaca Díez PB 33,3% MAS 41,9%
Ballivián MAS 43,4% MAS 45,3%
Yacuma MNR 43,4% MNR 53,4%
Moxos MAS 49,7% MAS 42,2%
Marbán MAS 43,0% MAS 50,6%
Mamoré PB 44,1% MNR 43,8%
Iténez PB 44,8% MAS 50,2%
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

CUADRO 6. BENI: NÚMERO DE PROVINCIAS GANADAS POR LAS DISTINTAS FUERZAS POLÍTICAS, 2010 Y 2015
2010 2015
PB 4 NACER 1
MAS 3 MAS 5
MNR 1 MNR 2
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

El MAS avanza de tres subgobernaciones que ganó en 2010 a cinco de un


total de ocho en 2015. PB se queda solo con una autoridad, correspon-
diente a la provincia Cercado y que sí responde a Ernesto Suárez. El MNR
confirma su supremacía en la provincia Yacuma y avanza en Mamoré.

Resultados para corregimientos

Igual que en el caso de subgobernaciones, el Estatuto Autonómico del


Beni prevé la elección de corregidores, uno por cada municipio del depar-
tamento. En el cuadro 7 se presentan los resultados ganadores en las dos
últimas elecciones. En el cuadro 8 están expresadas las victorias totales de
cada organización política.
246 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

CUADRO 7. BENI: CORREGIDORES OBTENIDOS POR ORGANIZACIÓN POLÍTICA Y POR MUNICIPIO, 2010 Y 2015
2010 2015
Provincia Municipio
Ganador % Ganador %
Trinidad PB 62,6% MAS 64,6%
Cercado
San Javier PB 43,4% MAS 58,4%
Riberalta PB 52,9% MNR 53,3%
Vaca Díez
Guayaramerín MAS 37,7% MAS 37,6%
Reyes PB 62,7% MAS 52,0%
San Borja MAS 59,5% MAS 50,5%
Ballivián
Santa Rosa MNR 52,9% MNR 40,7%
Rurrenabaque PB 56,8% NACER 41,3%
Santa Ana PB 74,0% MNR 54,9%
Yacuma
Exaltación PB 41,6% MAS 53,4%
Moxos San Ignacio MAS 54,6% MAS 43,1%
Loreto MAS 47,8% MAS 58,8%
Marbán
San Andrés MAS 41,4% MAS 44,2%
San Joaquín PB 57,4% MNR 56,4%
Mamoré San Ramón PB 64,9% NACER 39,4%
Puerto Siles PB 63,5% MNR 57,5%
Magdalena PB 60,6% MNR 53,8%
Iténez Baures PB 61,9% MAS 100,0%
Huacaraje PB 48,3% MAS 100,0%
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

CUADRO 8. BENI: NÚMERO DE CORREGIDORES OBTENIDOS POR ORGANIZACIÓN POLÍTICA, 2010 Y 2015
2010 2015
PB 13 MAS 11
MAS 5 MNR 6
MNR 1 NACER 2
Fuente: elaboración propia con base en datos oficiales del OEP.

El MAS logra obtener la mayor por parte de los corregidores en 2015, once
en total. Le siguen el MNR con seis y NACER con dos. PB, que había
logrado trece espacios en 2010, desapareció en 2015 y la estructura de
Ernesto Suárez se quedó con solamente un corregidor, el de Rurrenabaque
que resultó electo por NACER.
El MAS muestra sus mejores resultados en las provincias Cercado, Vaca
Díez, Marbán, Moxos e Iténez. El MNR mantiene Santa Rosa y logra cinco
espacios más, incluyendo Riberalta, Santa Ana y San Joaquín. NACER con-
sigue la victoria en el municipio de San Ramón.
La reconfiguración del Estado en Bolivia 247

Conclusiones

A manera de conclusiones se puede señalar los siguientes puntos:

• La derrota de Ernesto Suárez y su estructura implica el desplazamien-


to del poder departamental de la élite tradicional trinitaria, situación
que abre un nuevo ciclo en la política beniana. Esta circulación en
la clase dirigente tiene como nuevos protagonistas en el poder al
MAS y las élites del norte amazónico, representadas políticamente
por el MNR.
• La ruptura entre la dirigencia trinitaria y la amazónica se produjo en la
coyuntura de la interrupción de la alternancia en el manejo del poder
departamental que supuso la nueva postulación de Ernesto Suárez en
2015. A este factor se suman los problemas en la gestión que presentó
el exgobernador —creciente insatisfacción, además de acusaciones de
corrupción, manejo prebendal y nepotismo—, como los principales
factores que determinaron su derrota, además de la pérdida de perso-
nería jurídica de UD y el reacomodo de último momento al que tuvie-
ron que recurrir Ernesto Suárez y su entorno.
• La fractura entre las élites trinitarias y las del norte amazónico es tam-
bién el resultado de un proceso de acumulación de fuerzas sociales,
económicas y políticas de la provincia Vaca Díez, donde actualmente
se encuentran dos de los tres principales centros poblaciones del
departamento y la mayor actividad económica. La dirigencia riberalte-
ña, al basar su economía en la producción y exportación de castaña y
madera, tiene otro tipo de objetivos e intereses que los del centro tri-
nitario y su actividad esencialmente ganadera.
• Los resultados electorales de 2015 resultan demoledores para la estruc-
tura política de Ernesto Suárez. NACER logró la victoria en tres alcal-
días: Santa Rosa, San Ignacio y San Andrés. Sin embargo, ninguna de
estas autoridades electas responde al liderazgo de Ernesto Suárez, sino
que se trata de candidaturas que originalmente competían contra UD y
ya estaban inscritas antes de que esta sigla pierda su personalidad jurí-
dica. En Trinidad, y prácticamente por iniciativa de Moisés Shriqui,
logró armar una alianza de último momento con el MNR, que salió
victoriosa frente al MAS, y esto le permitió ocupar algunos espacios
políticos en esta alcaldía. Además de esto, solo cuenta con un subgo-
bernador y un corregidor. En suma, son espacios demasiado escasos
como para mantener vigencia y articular una proyección política hacia
248 Procesos electorales y recomposición política en el departamento del Beni

los comicios de 2020, y mucho menos para incidir con fuerza efectiva
en la gestión de la gobernación o los municipios.
• En cuanto al MNR, esta organización resultó visiblemente la más bene-
ficiada, dado que pasó de triunfar en tres municipios en 2010 a hacer-
lo en ocho en las elecciones de 2015, destacándose las victorias que
obtuvo en Trinidad, Guayaramerín, Reyes y Santa Ana. También recu-
pera preponderancia en la Asamblea Legislativa Departamental y obtie-
ne presencia territorial mediante subgobernadores y corregidores elec-
tos. De esta manera, el MNR recupera el peso y protagonismo que tiene
en el Beni desde hace décadas, luego de registrar un declive momen-
táneo en las elecciones subnacionales de 2010. Es el único partido
sobreviviente de la tríada dominante en el oriente durante el ciclo de
la denominada democracia pactada.
• El MNR tiene a su favor el contar con una estructura bien asentada en
el territorio y que es parte importante de la acumulación política benia-
na. Se hizo con espacios de poder que le permiten incidir políticamen-
te y proyectar liderazgos, procurando crecer en el futuro. Sin embargo,
su historia también está ligada a las viejas prácticas de corrupción y
manejo prebendal del poder. Además, es una fuerza con presencia
relevante circunscrita solo al Beni, sin posibilidad visible de recuperar
el sitial que tuvo en el pasado en el resto del país. En síntesis, su his-
toria es su fortaleza, pero también su limitante principal.
• El MAS es el gran ganador de las últimas elecciones subnacionales en
el Beni, al menos en lo inmediato. Finalmente logró una victoria depar-
tamental en la gobernación, aunque cuestionada, derrotando a su prin-
cipal rival, Ernesto Suárez. Toda vez que se ha librado de los principa-
les obstáculos que enfrentaba en el departamento y cuenta con el
apoyo del gobierno nacional, el manejo de la gobernación y la mayoría
de las alcaldías y subgobernaciones, tiene las mejores condiciones para
seguir avanzando. Su estructura orgánica, que todavía está en forma-
ción, se muestra como la más fuerte en comparación con las demás.
• Sin embargo, también se debe tener en cuenta que, a fin de acumular
fuerzas en este departamento, el MAS priorizó el establecimiento de
nuevas alianzas con el sector empresarial y algunos grupos de la diri-
gencia política tradicional. Los principales desafíos para este partido
surgen precisamente de estos vínculos recientes. Por un lado, implican
un reacomodo interno en el que las fuerzas en que se apoyó original-
mente tendrán que encontrar nuevos equilibrios con aquellas que se
acaban de incorporar. Por otro lado, tendrá que administrar las expec-
La reconfiguración del Estado en Bolivia 249

tativas y tradiciones de práctica política tanto de los empresarios como


de los políticos de viejo cuño que ahora han pasado a ser parte del
instrumento político. Su futuro depende centralmente de la forma en
que logre o no resolver estos aspectos.
• Los principales desafíos del MAS en el Beni, como el nuevo oficialismo
departamental, están en la calidad de la gestión de los espacios públi-
cos que ocupa, sus resultados y su desarrollo orgánico interno. Para ese
cometido, el MAS muestra una notoria debilidad de equipo profesional
con experiencia y aptitud para la gestión pública. Además, enfrenta el
reto de evitar caer en las prácticas de corrupción, nepotismo y preben-
dalismo históricamente arraigados en la política beniana, así como
lidiar con el vaciamiento ideológico que de hecho ya se está dando.
• El proceso electoral y sus resultados generaron una nueva situación en
la relación entre el centro trinitario y el norte amazónico. La élite ribe-
ralteña, en gran medida está ocupando el lugar que en el pasado
correspondió al centro trinitario. Esta situación se viene dando tanto
desde el MNR como desde el MAS. Por consiguiente, la dirigencia del
norte amazónico viene a ser la protagonista principal de los cambios
que se están operando en el Beni, y dependerá de su visión y capaci-
dad el que así sea en el futuro.
• Los indígenas del Beni, donde están asentados dieciocho de los treinta
y seis pueblos originarios reconocidos por la CPE, confirmaron en las
elecciones de 2015 su acentuado debilitamiento. No gravitan como en
el pasado y su dirigencia se revela incapaz de resistir los intentos de
cooptación, tanto desde el MAS como desde la dirigencia tradicional de
la oposición. Sus estructuras orgánicas están divididas en mayor o
menor grado. Las autonomías indígenas no presentan avances en el
departamento y la situación de las comunidades continúa siendo extre-
madamente precaria.

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